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  El mejor verano de mi vida  Dirigida por Dani de la Orden
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Mientras su mujer viaja con unas amigas para ver la aurora boreal, el abuelo aprovecha para retomar antiguas amistades y rememorar viejos tiempos. Después de un pequeño accidente de circulación sin importancia se desatará el caos en la familia Hirata. Sus hijos se reunirán para intentar que deje de conducir pero el abuelo no se lo pondrá fácil.


Los personajes
LEO HARLEM es Curro
El papel de padre verborreico y algo liante con un fondo extraordinario le viene como anillo al dedo. Además nos va a permitir explotar estos nuevos padres que se han decidido a tener hijos ya mayores y se enfrentan a sus crisis de edad en plena infancia de unos niños que aún necesitan mirarlos con admiración, en busca de respuestas. La ternura y el humor de Leo son parte esencial de su personaje como Curro, el protagonista de la película.

MAGGIE CIVANTOS es Zoe
Representa la juventud. Madre muy joven de una niña con problemas de ansiedad (autismo selectivo), mantiene los dos compromisos: con su ecoaldea, con una vida más sana, y, por supuesto, con el bienestar de su hija. Todo sin recurrir al dinero de su familia hasta que, habiendo conocido a Curro, habiendo entendido que hay formas más prácticas de implicarse con la maternidad y con el mundo, toma conciencia de que ignorar su herencia es dejarla en manos de gente con peores escrúpulos.

Sin recurrir a la típica tensión sexual, Zoe, el personaje de Maggie, crecerá con Curro y también le hará crecer a él.

TONI ACOSTA es Daniela
Toni es Daniela, la exmujer de Curro y madre de Nico. Daniela es una mujer íntegra, trabajadora y honesta. No le gusta nada la manía de Curro por gastar, por creer que lo que su familia necesita son más y más objetos materiales. Para Daniela la vida no es eso y, en ese sentido, la sencillez, la humanidad y la empatía de Toni van a aportar mucha verdad a una Daniela que es buena madre hasta separada: jamás habla mal de Curro, anima a padre e hijo a hacer planes juntos y, sobre todo, busca enseñar con el ejemplo. Por eso, cuando su empresa y sus compañeros se ven amenazados, será la primera en demostrar su compromiso y sus ganas de seguir trabajando, de seguir creando artesanía, de seguir aportando a la sociedad.

ALEJANDRO SERRANO & STEPHANIE GIL son Nico y Laura
Nico y Zoe son dos niños de unos nueve años, ambos hijos de su tiempo: hijos de padres separados. Sin embargo, sus situaciones emocionales no pueden ser más diferentes.

Para Nico, la separación no es un drama. Sus padres se respetan y le quieren. Él los quiere a ambos, con sus virtudes y sus defectos, y trata de aprovechar su situación: si su madre tiene problemas en la empresa pero su padre le ha prometido vacaciones con la condición de sacar buenas notas, él las saca y mete en la maleta toda su ilusión, su fe y su amor por su padre, dispuesto a disfrutar.

Nico no es inmune a la decepción (no entiende el pueblo casi desierto al que le ha llevado su padre) pero se esfuerza por vivir el presente y por eso, feliz en la ecoaldea, feliz de su amistad con Laura, insiste a su padre para que se dejen llevar y sigan las vacaciones con Laura y Zoe.

Sin embargo, lo más característico de Nico es otra cosa: su lealtad. Hará todo lo posible por querer a su padre, por ayudarle, por estar de su lado. Y, también, por aceptar sus defectos. Nico está deseando crecer y quiere crecer al lado de Curro.

El caso de Laura es muy distinto. Todo apunta a que el abandono de su padre le ha dejado unas secuelas psicológicas tan notorias como el silencio. A veces Laura no puede (o no quiere) hablar. Laura vive anclada en el pasado (en el dolor del pasado). Quizá es ella quien no lo entiende, pero puede que tampoco su entorno se lo haya sabido explicar: su padre no la abandonó por cómo es. La dejó para seguir con su vida, por egoísmo o inmadurez. Sin más.

La presencia de Curro, tan campechano, tan pragmático, tan optimista, devolverá a Laura al presente y, con eso, le devolverá también su voz. Laura tiene mucho que decir y se convierte en una niña luminosa, carismática e imprescindible en la vida de Curro y de Nico. Pero también en un referente vital para su madre.