En octubre de 2015, un reducido grupo de fans de la película "El bueno, el feo y el malo" (Sergio Leone, 1966), acuden a la localización de la escena final de la película en Burgos. Tras 49 años abandonado y cubierto por la vegetación estos voluntarios pretenden desenterrar y devolver el mítico cementerio de Sad Hill a la vida. La noticia vuela y durante meses gente de toda Europa acude cada fin de semana para participar en la reconstrucción del lugar. Desenterrando Sad Hill explora los sueños y las motivaciones de los fans pero también la forma en la que el arte, la música y la cultura tocan a las personas, hasta llegar a convertirse para ellos en una auténtica experiencia de búsqueda y transcendencia.