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  A la deriva  (Adrift)
  Dirigida por Baltasar Kormákur
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Protagonizada por Shailene Woodley ("Bajo la misma estrella", la saga "Divergente") y Sam Claflin (la saga de "Los juegos del hambre"), "A la deriva" se basa en la historia real de Tami y Richard, ambos iniciaron un viaje en barco desde Tahití hasta San Diego.

Tami Oldham (Woodley) y Richard Sharp (Claflin) no sabían entonces que iban a navegar hacia uno de los huracanes más devastadores de la historia. Tras la tormenta, Tami despierta y encuentra el barco en ruinas y a Richard gravemente herido. Sin esperanza de ser rescatados, Tami debe encontrar la fuerza y la determinación para salvarse a sí misma y al único hombre que ha amado. Esta película es una historia inolvidable sobre la resistencia del ser humano y el poder trascendente del amor. "A la deriva" es la increíble y trágica historia real de perseverancia, coraje y, sobre todo, del poder sanador del amor que experimentó Tami Oldham Ashcraft. Tami escribió un libro titulado "Red Sky in Mourning: A True Story of Love, Loss and Survival at Sea" ("Cielo rojo en duelo: Una historia real sobre el amor, la pérdida y la supervivencia en el mar"), donde narra los angustiosos acontecimientos que vivió durante los 41 días tras el naufragio. El título hace un guiño al verso: "El rojo cielo de la noche, hace las delicias del marinero. El rojo cielo de la mañana, los marineros captan la advertencia". Pero en 1983, la sabiduría de ningún marinero podría haber preparado a Tami o a su prometido, Richard, para atravesar el huracán que cambió de rumbo y se abalanzó sobre su pequeño velero.

Oldham escribió el libro diez años después del accidente, junto a la guionista Susea McGearhart, y tardaron cuatro años en terminarlo. Los guionistas, Aaron y Jordan Kandell, enseguida le echaron el ojo. Lo descubrieron cuando investigaban historias ocurridas en altamar, a raíz de su amor por el océano.

"Nacimos y crecimos en Hawai, y siempre hemos estado muy cerca del agua. Crecimos surfeando, haciendo kayak, remando y buceando. El océano es parte de lo que somos. Tuve la suerte de entrenar en la Canoa Hokule'a de navegación polinesia, fue mi introducción a la navegación, y me interesó mucho lo que implica estar en las profundidades del océano y cómo esas condiciones extremas te enseñan quién eres, y te hacen descubrir qué tipo de persona eres", explica Aaron. "Descubrimos la historia de Tami cuando estábamos escribiendo una película de ficción sobre una aventura de supervivencia en el mar. Adoptamos un enfoque muy periodístico en la investigación, y en seguida nos topamos con la historia de Tami", continúa Jordan. "Nos quedamos despiertos toda la noche leyendo el libro. Es una historia tan poderosa y emotiva que instantáneamente supimos que teníamos que contarla. Nos dimos cuenta de que su increíble historia real era mejor que cualquier cosa que pudiéramos inventar. Al día siguiente, nos pusimos en contacto con Tami para tratar de escucharla de primera mano y buscar su colaboración y participación". Los Kandells viajaron a la casa de Tami en las Islas San Juan, donde ella compartió sus recuerdos, diarios y fotografías, ofreciéndoles una comprensión mucho más profunda, íntima y matizada de su historia de amor con Richard y su angustiosa experiencia en el mar. "Tami es una mujer inspiradora y una narradora impresionante. Para nosotros fue importante no solo tener su visto bueno, sino también trabajar en estrecha colaboración con ella para representar su voz y su historia de la forma más auténtica".

Los Kandells se pusieron a escribir el guion. Pero el mismo día en que comenzaron a trabajar en "A la deriva" fueron contratados para escribir otra historia temáticamente similar: "Moana". "A la deriva" y "Moana" son películas que cuentan la historia de una mujer joven que siente la llamada del mar y vive una aventura épica con un marinero más experimentado, y finalmente quedan atrapadas en una tormenta.

El día en que terminaron "Moana", los hermanos Kandell volvieron a trabajar sobre "A la deriva". Después de escribir el primer borrador, enviaron el guion a su amiga, Shailene Woodley. "Conocemos a Shailene desde su trabajo en "Los Descendientes", que se rodó en Hawai. Estuvimos en el set de rodaje durante la mayor parte del proceso, y nos hicimos amigos. Luego, Aaron tuvo la suerte de estar en Pittsburgh el año en que ella rodaba "Bajo la misma estrella", explica Jordan.

"Fue una coincidencia, pero también fue en ese momento cuando descubrimos la historia de Tami. Mientras veíamos a Shai desarrollarse como una increíble actriz, a la par estábamos desarrollando esta historia. Así pues, la escribimos con ella en mente. En el segundo que conocimos a Tami, nos recordó mucho a Shai", continúa Aaron.

"Sí, en que tiene mucha fuerza, un espíritu libre, y una disposición a llevar un tipo de vida diferente, otros horizontes y un camino propio. Así que tan pronto como terminamos el texto, ella fue la primera persona a la que se lo enviamos, esperando que le encantase y, afortunadamente para nosotros, lo hizo", agrega Jordan.


Shailene se sube al barco
De hecho, Woodley no respondió de inmediato por una buena razón: la actriz y activista había sido arrestada el Día de los Pueblos Indígenas por participar en una protesta pacífica contra el oleoducto Dakota Access.

"Recibí el guion por email el día que fui arrestada y se perdió en mi bandeja de entrada. Un mes después, mis agentes me llamaron y me preguntaron si conocía a Aaron y Jordan, y les dije: "¡Por supuesto! Son mis amigos de Hawai". "Me dijeron que habían escrito un guion y que me lo habían enviado, y me preguntaban si lo había leído, y entonces me di cuenta de que se había perdido completamente en mi bandeja de entrada", recuerda Woodley.

Mientras tanto, el director Baltasar Kormákur leyó el guion y, al igual que los Kandells, solo pudo imaginar a Shailene Woodley en el papel de Tami Oldham. Con la esperanza de que Woodley aceptase protagonizar la película, Kormákur firmó como director y productor.

A Kormákur le atraía mucho la experiencia que Tami había vivido y, sobre todo, le atraía la oportunidad de trabajar con Woodley para contar esta historia de una mujer. "Nunca había hecho una película con una mujer a la cabeza y me gustaba la idea de que fuera una mujer joven y fuerte la heroína de la historia, y pensé que Shailene era perfecta para el papel. También pensé que la historia de amor era muy poderosa, especialmente la forma en que se contaba. Tenía la esperanza de hacer un romance dramático, que explorase la fuerza intrínseca del amor verdadero de una manera única", dice Kormákur.

En ese momento, Woodley había leído el guion y estaba lista. "Me cautivó totalmente, tanto Tami como su historia de amor. Sentí la conexión entre Tami y su prometido, Richard", recuerda Woodley.

Kormákur era el director perfecto para "A la deriva". Es un conocido marinero, y entre sus películas están la islandesa "The Deep" y, más recientemente, "Everest". Tiene experiencia dirigiendo historias de supervivencia. Al igual que esas dos películas, "A la deriva" era mucho más que una película de catástrofes naturales. "Me gusta navegar, y practiqué la navegación competitiva cuando era más joven, así que eso me ayudó mucho. Me gustó la estructura, cómo el pasado se desarrolla y afecta a la historia en tiempo real, la yuxtaposición de una relación reflejada en los mejores momentos y en los peores momentos. Pensé que era una interesante mezcla de géneros: una buena historia de amor generalmente necesita un conflicto y el accidente en el mar, por supuesto, lo proporciona. El elemento de la situación peligrosa y el amor que sienten, esa mezcla me convenció", explica Kormákur.


El desarrollo de la historia
A medida que la película se acercaba al momento de la producción, Kormákur colaboró estrechamente con Woodley. "Ella se involucró mucho", explica Kormákur, "Trabajamos mucho juntos. Su opinión era crítica. Yo sabía que ella podía interpretar a una mujer fuerte, con corazón y profundidad. Pero, como es una película sobre una mujer joven y yo soy un hombre, un dinosaurio (esa es probablemente la palabra correcta ahora), pensé que era importante contar con el apoyo y la participación de alguien que tuviera un mejor conocimiento y comprensión de lo que es ser una mujer de 23 años".

"Balt es una de las personas más colaboradoras con las que he trabajado", comenta Woodley. "Tiene un punto de vista sólido y lucha por lo que cree, pero también respeta tus elecciones y quiere conocer tu opinión. Tener a alguien así al mando, que agradece la opinión de todos, es un regalo. El guion es genial, pero él quería que aportara mi perspectiva al papel. Solicitó mi punto de vista y me escuchó. Me aseguró que cuidáramos y honraríamos la historia real de Tami. La historia era tan rica y tan profunda, que quería asegurarme de que estábamos representando honestamente lo que sucedió. Él se sentía exactamente de la misma manera. Le estoy muy agradecida por eso", explica Woodley.

Con ese fin, el guionista David Branson Smith ("Ingrid Goes West") se unió al equipo, afinando aún más el guion para ahondar en la historia de Tami, reflejando las contribuciones de Woodley y sus discusiones con Kormákur.


Buscando a Richard
El carismático novio de Tami, Richard, es la razón del desafortunado viaje en barco y, posiblemente, Tami resistió debido a su amor por él. Tenían un vínculo poderoso, casi desde que se conocieron. En su libro, ella escribe sobre la primera vez que se vieron: "Creí que me iba a caer. La sangre se agolpó en mis mejillas. Oh no, ese sonrojo revelador otra vez, pensé. Pero no había nada que pudiera hacer para evitarlo... Sin duda, me estaba haciendo sentir lo que ningún hombre me había hecho sentir antes".

"Estudié a Richard bastante", recuerda Kormákur. "Los Kandells entrevistaron a un amigo suyo, lo que me ayudó a entender el tipo de persona que era. Tenía una fuerza tranquila y magnetismo, pero también era meticuloso, un caballero, sensible, de voz suave. No le gustaba correr riesgos; era más bien un planificador, un navegador, y ella era más atrevida que él. Me gustaba la energía entre ellos, eran muy diferentes, pero hacían muy buena pareja. Cuando comenzamos a pensar en Sam para el papel, él estaba trabajando en Tasmania, por lo que nuestro primer contacto fue por teléfono, y sentí que estaba hablando con Richard. Era perfecto para el papel". Woodley y Claflin ensayaron juntos durante dos semanas en Fiyi antes del rodaje, lo que fortificó su vínculo.

"Fue muy útil. Inmediatamente sentimos la química. Algo hizo clic entre nosotros. Fue genial conocerle fuera del entorno de trabajo, y poder revisar el guion. Al trabajar con Balt, revisamos cada escena para asegurarnos de que los personajes se desarrollaran de la manera en que todos los veíamos. Hubo una veracidad en nuestra relación que se transformó en química, basada en cómo experimentamos a los personajes antes de subir al barco", recuerda Woodley.

Ella añade: "Sam Claflin es el mejor. Es, sin lugar a duda, la persona más trabajadora, generosa, compasiva, amable, cariñosa, entusiasta y bella con la que he trabajado, ya sea hombre o mujer. Los elementos con los que estábamos trabajando no eran fáciles, ya que rodábamos en un barco en mar abierto durante 14 horas al día. Nunca se quejó. Ni una sola vez se cansó. No sólo es muy profesional, sino también muy creativo y divertido".

El romance entre Richard y Tami atrajo a Claflin al proyecto, y se convirtió en su piedra angular durante el rodaje. "Siempre me acerco al guion con mi personaje en la mente, pero lo que es sorprendente de esto es que también comencé a leerlo a través de los ojos de Tami, porque su conexión era muy intensa. Me enamoré de ellos y me involucré. Después de investigar más, la historia se volvió aún más convincente para mí. Y, por supuesto, sabía que sería fácil enamorarse de Shailene, y así fue", dice Claflin.


El rodaje en el mar: Trabajando al límite
Kormákur es un ávido amante de la naturaleza y para representar las terribles circunstancias a las que se enfrentaron, Kormákur quería rodar cámara en mano tanto como le fuera posible, sobre un velero en medio del océano, pero nunca pidió a los actores que hicieran nada que él no pudiera hacer, algo que Claflin apreció particularmente.

"Baltasar es, literalmente, un vikingo. Es el hombre que te gustaría tener al mando en una película, especialmente una como esta. Le apasiona la Madre Naturaleza; por tanto, estaba en su medio natural. Por eso creo que "Everest" fue una película maravillosa: porque hizo que los actores vivieran realmente la experiencia. Fue increíble y muy valioso para Shailene y para mí hacer nuestro propio viaje, sin fingir. Es una fuerza de la naturaleza en sí mismo, que no solo quería que lo experimentáramos todo, sino que también quería estar allí experimentándolo con nosotros. Es resistente y muy paciente, e hizo que todo pareciese tan fácil que me decidía a hacerlo yo también. Sabía lo que quería, pero también dejó espacio para nuestras contribuciones. Tampoco tenía miedo de llevarnos al límite, porque sabía que podíamos. Todos dimos lo mejor gracias a él", recuerda Claflin.

A lo largo de gran parte de la película, Tami, el personaje de Woodley, que es una experta marinera, intenta llevar el bote dañado a un lugar seguro, incluso estando gravemente herida. Woodley se formó antes del rodaje para perfeccionar sus habilidades náuticas.

"Me encanta nadar, el agua es algo que me apasiona. Tenía mucha práctica nadando, pero ninguna con la navegación. Pasé alrededor de un mes antes de la producción en Hawai aprendiendo cómo navegar en diferentes tipos de embarcaciones. Cuando llegué a Fiyi, navegué durante aproximadamente un mes antes de que comenzara el rodaje".

Dominar la destreza marinera de Tami era solo una parte de la preparación de Woodley. Ashcraft fue una guía genial para Woodley y Kormákur. "Su libro fue la mejor guía. Lo leí un par de veces. Quería entender su perspectiva y su forma de pensar, y el libro me ayudó muchísimo. Se convirtió en nuestro esquema de base durante el rodaje: todos los días, cuando estábamos a punto de hacer una escena, revisaba el libro junto con el guion. Hacíamos referencia a la escena del libro para asegurarnos de que estábamos siendo lo más veraces posible", recuerda Woodley.


La Tami real
Cuando llevaban la mitad del rodaje, la propia Tami visitó el set. "Fue increíble conocerla finalmente, pero también era muy consciente de lo emocional que debía ser la experiencia para ella, el trauma de estar atrapada en el mar. Es una persona tan profunda y fuerte que abrazó sin reparos la película. Espero que haya encontrado paz también a través de esta experiencia", recuerda Woodley.

"Una de las primeras cosas que me dijo fue: 'Me recuerdas mucho a él', lo cual fue un momento muy especial para mí", señala Claflin. "Tener su aprobación era muy importante para mí".

"Tenerla cerca y que aprobase la película fue precioso", agrega Kormákur. "Supuso un equilibrio emocional delicado a muchos niveles: no estábamos haciendo un documental, estábamos haciendo una película, pero todos somos seres humanos. Tratamos de lograr el equilibrio correcto y todos, tanto el reparto y como el equipo, sentimos que se merecía el mejor de nuestros esfuerzos. Es una persona maravillosa y nos sentimos honrados de que quisiera participar en la película".

"Hay un concepto en Hawai, el pono, que significa rectitud, y se aplica mucho a Tami. Nos sentimos muy afortunados de ser los buques a través de los cuales su historia sería contada al mundo. Obtener su aprobación lo era todo para nosotros", dice Jordan Kandell.

Tami describe el proceso de hacer una película sobre su experiencia como algo "emocional y surrealista", pero finalmente gratificante.

"Fue un sueño hecho realidad, ver todo el trabajo duro, la dedicación y la atención que todos tenían. Y todo para contar mi historia. Fue maravilloso cuando Shailene levantó la mano y dijo que haría la película; es simplemente perfecta y muy reflexiva y generosa.

Y después, cuando Sam también aceptó, fue genial. Es extraño lo mucho que se parece a Richard, porque tiene esa actitud carismática que tenía Richard. Creo que el universo nos envió a Sam para interpretar a Richard. Estuve en contacto con los Kandells de forma intermitente durante cinco años mientras trabajaban en el guion. Baltasar fue la única opción en cuanto al director, no solo por su formación como marinero y cineasta, sino también porque es un ser humano amable y complaciente. Cuando llegué con la puesta de sol y vi a Shailene y el barco Hazaña destrozado, fue una experiencia increíble. Algo golpeó mi corazón. La experiencia en ese momento me hizo comprender que tenía una fuente de fortaleza interior y una voluntad de vivir que no había reconocido antes".


Cine vs naturaleza: Capturar una historia auténtica
"A la deriva" se rodó durante 49 días, principalmente en localizaciones en Fiji, con algunas semanas en Nueva Zelanda. La mayor parte del rodaje se realizó en aguas abiertas en Fiji.

"Hay que tener valor para experimentar este tipo de historias verdaderas del ser humano contra la naturaleza. O en este caso, la mujer contra la naturaleza. Creo que ese tipo de autenticidad le llega al público, y ayuda a todos, al reparto y al equipo técnico, a relacionarse con la historia, con las emociones. Estás en un barco en el vasto océano mientras las olas lo golpean, entre 12 y 14 horas al día: eso no se puede fingir. Nos da una idea de lo que debió ser para Tami y Richard la experiencia. Especialmente a los actores, los despoja de lo esencial", dice Kormákur. Kormákur iba con ventaja, en el sentido de que es un marinero habilidoso, y estaba cómodo en el agua como solo lo puede estar una persona así.

Tampoco se vio afectado por los rigores del océano el renombrado director de fotografía Robert Richardson, a quien Kormákur considera un alma gemela a todos los niveles. "Me emocionó cuando me dijo que se unía al proyecto. Se esforzó, y me hizo esforzarme a mí, de la mejor manera. Hizo todo lo posible para sacarme al agua a menudo, lo cual, por supuesto, me encantó. Es algo egoísta de mi parte: quiero vivir la vida al máximo, no quiero sentarme y verlo por la tele, y él pensaba igual. Probablemente nunca haya rodado con alguien tan cercano a mi propia forma de ver las cosas. Fue a la vez un desafío y un placer total", dice Kormákur.

Parte del desafío que suponía rodar en el agua es que las técnicas tradicionales de rodaje no siempre son las más efectivas, lo que significa que Kormákur y Richardson tuvieron que ser flexibles e inventivos.

"Sí, no puedo especificar cuánto equipo y cámaras perdimos", bromea Kormákur. "A decir verdad, una de las mejores tomas se rodó barco a barco. Nos las arreglamos para navegar con un Technocrane, pero un día se rompió. Así que Bob dijo: "Rodemos, las olas son geniales", y se sentó en la proa del barco y rodó. Es un cineasta apasionado y muy colaborativo, y literalmente se expone a sí mismo, colgando de los barcos y siempre actualizando el tiro ", dice Kormákur.

"Tienes ideas, puedes hacer un guion gráfico y todo lo que quieras pero, al final, tienes que dejar que la naturaleza dicte cómo será el rodaje... Y normalmente ocurre algo interesante. Un día en planeamos rodar una parte importante de la historia en la que Shailene salta desde un acantilado al río. Habíamos explorado la ubicación perfecta y lo habíamos planeado todo, pero el nivel del agua cambiaba todo el tiempo y cuando nos acercábamos al día del rodaje, estaba claro que el agua no sería lo suficientemente profunda. Así que buscamos otro lugar. El equipo de especialistas pensó que sería seguro, pero fue un poco más difícil llegar hasta allí", recuerda Kormákur.

"Un poco más difícil llegar hasta allí" era subestimar la complicación, como explica Woodley. "Para llegar a esa ubicación, hubo que caminar 25 minutos y luego tuvimos que navegar en balsa por un río, toda la tripulación, con cascos. Parecía que estábamos de vacaciones con la familia, excepto que el equipo también tenía que llevar bolsas. Tuvimos una reunión de seguridad que fue algo así: 'Si te golpeas con una roca, date la vuelta, flotarás río abajo hasta que podamos ir a rescatarte'. La gente paga para hacer eso los fines de semana. Y luego llegamos y tuvieron que construir una grúa para rodar la escena. Esperamos en un banco de arena, mirando los rápidos de aguas blancas y los cañones mágicos. Finalmente, continuamos por el río y llegamos al pico donde rodamos la escena". Para llegar a casa, al final de la noche, el equipo de dobles colocó unas cuerdas a lo largo de los rápidos para que todo el equipo se aferrase a ellas mientras caminábamos río arriba. Parecía una carrera de obstáculos... la aventura más bella y excitante", explica Woodley.


Las localizaciones: Momentos mágicos
El salto desde el acantilado hasta el río fue muy emocionante. La escena ilustra el vínculo entre Tami y Richard, y lo diferentes que son sus personalidades, ya que él es reacio a saltar cuando ella trata de convencerle. Guiados por el equipo de dobles, Woodley, Claflin y Kormákur (e incluso algunos miembros del equipo) saltaron. "Fue un día increíble y, al final, saltamos por el acantilado tres o cuatro veces. Todo el equipo se involucró. No hay nada mejor que eso. Esa es la belleza de trabajar con Balt: todo se hace en el entorno real, siempre que sea posible", dice Claflin. La naturaleza contribuyó a la increíble experiencia de rodaje de "A la deriva". Woodley comenta: "Tantos son mis momentos favoritos, que me es imposible elegir solo uno. Otro día mágico estábamos en el barco, rodando. Una manada de lo que parecían ser cientos de delfines rodeó nuestro bote y se quedaron cerca bastante tiempo. Fue tan profundo y hermoso, que se podría decir incluso que fue espiritual. Otro día teníamos que ir caminando a una isla remota. Las vistas del océano y del mar eran espectaculares. Todos los días eran un tipo diferente de tesoro, incluso los días en que nos sentíamos miserablemente mareados".


Rodar en Fiyi: Un esfuerzo en equipo
Los fiyianos son, por supuesto, marineros experimentados, lo que fue de gran ayuda para rodar "A la deriva". Debido a los requisitos náuticos, la producción incluyó a un "coordinador marino", que fue Neil Andrea, quien realizó tareas similares en "Dunkerque" y "Kong: La Isla Calavera", por nombrar algunos. A diario, Andrea organizó la logística del rodaje en aguas abiertas.

"Un día típico comenzaba movilizando a todo el equipo, pero todo, desde el servicio de artesanía hasta el departamento de cámara, que debía transportarse en embarcaciones particulares, configurarse y estar listo para rodar. Para "A la deriva", utilizamos una gran cantidad de embarcaciones locales para transportar equipos y personas. Eran una mezcla de botes inflables rígidos, botes largos, esquifes y botes de aluminio de paredes duras. También utilizamos tripulantes y capitanes fiyianos locales, así como sus embarcaciones. Definitivamente, su experiencia y conocimiento de la ubicación eran ventajas: no es un área bien transitada por embarcaciones comerciales, había arrecifes y otros obstáculos con los que ellos estaban muy familiarizados, y por todo eso fueron muy útiles para nosotros", relata el coordinador marino, Andrea.

Coreografiar el régimen de rodaje diario implicaba una danza complicada en la que se transportaba al personal de un lado a otro, permitiendo a la tripulación estar lo suficientemente cerca para hacer su trabajo y llegar al barco rápidamente si fuera necesario, pero a la vez estar lo suficientemente lejos como para que la cámara de Richardson capturara la gran extensión de mar sin que nadie entrase en el plano. "Nuestro director, Baltasar, es conocido por hacer películas en condiciones extremas, como 'Everest' y la película islandesa 'The Deep'. En "A la deriva", la película gira en torno a un huracán, que tratamos de recrear en aguas abiertas. No estábamos recreando un día perfecto en la playa; estábamos representando una catástrofe, así que necesitábamos superar los límites de los mares, el clima y el medio ambiente.

Hay una línea muy fina entre contar la historia con la mayor precisión posible y mantener a todos a salvo, y logramos hacer ambas cosas", dice Andrea.

"Compramos un barco para que fuera el Hazana, que era un poco más grande que el real, lo cual nos dio más espacio para mover la cámara. Pero la mala noticia era que no pudimos encontrar un segundo barco así. Así que improvisamos diferentes versiones. Hicimos uno en estado de demolición que podría funcionar en mar abierto. Y luego construimos un interior que también estaría lleno de agua: lo usamos en Nueva Zelanda, donde construimos un tanque exterior", explica. "Tuvimos que adaptar todo para que se pudiera trabajar en aguas abiertas o en un tanque exterior".


Recreando la tormenta
Para imitar el mar embravecido y la fuerza del huracán, el equipo montó las diversas iteraciones de Hazana en pantalla verde: irónicamente, lo peor de la tormenta también fue la fase más seca, en términos del calendario de rodaje.

"Para los momentos más dramáticos y violentos, colocamos el Hazana en una base controlada por movimiento que nos permitió hacer movimientos repetibles en varios ejes para simular las condiciones extremas de la tormenta que no podríamos haber hecho en aguas abiertas", explica Winter.

Einarsson tomó esas imágenes y agregó el devastador huracán en un entorno generado por ordenador. "Nuestra principal misión era crear la secuencia de la tormenta, con un océano totalmente generado por ordenador. Es un momento crucial en la película, obviamente. Comenzamos con una versión de baja resolución de un océano y un barco. Podíamos jugar con ángulos y previsualizar lo que podría ser la secuencia, pero finalmente eso se convirtió en una colaboración de efectos visuales, Baltasar y Bob Richardson", dice Einarsson.

Einarsson había colaborado con Kormákur desde 2010 y los dos comparten una facilidad en el trabajo. "La cuestión de rodar todo lo que sea posible en el entorno real es que aporta una capa de realidad también en lo relativo a los efectos visuales: la esperanza es que Dadi y su equipo tuvieran una línea de base que pudieran aumentar, pero que siempre estuviera anclada al mundo real", dice Kormákur.