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  El asesinato de Richard Nixon  (The assassination of Richard Nixon)
  Dirigida por Niels Mueller
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Drama que explora y expone el lado oscuro del sueño americano. Sean Penn protagoniza esta historia auténtica acerca de un hombre que tramó un fallido atentado sobre la vida del trigésimo séptimo presidente de los EE.UU. Coescrita y dirigida por Niels Mueller en lo que es su debut en el largometraje, esta cinta puede hacer ostentación de un reparto de refuerzo capitaneado por Naomi Watts, nominada al Oscar; Don Cheadle, ganador del Globo de Oro; y el destacado actor australiano Jack Thompson. Con una première mundial en la selección oficial del Festival de Cannes, y con una presentación especial en América del Norte en el marco del Festival internacional de cine de Toronto, EL ASESINATO DE RICHARD NIXON ha sido producida por el célebre realizador internacional Alfonso Cuarón y Jorge Vergara.

Siendo su primer papel para la pantalla grande desde Mystic River (Mystic River, 2003), Penn ofrece una interpretación que no podría estar más alejada de su oscarizado papel en el film de Clint Eastwood. Luciendo tatuajes, y rodeado de una reina y unos secuaces a la manera de los señores de la guerra actuales, Penn aparecía allá de una manera espectacular y casi mítica. Por el contrario, en EL ASESINATO DE RICHARD NIXON parece haber encogido de tamaño, encarnando a un tipo corriente cuyo auténtico problema es que no logra aumentar la estatura o el respeto en los distintos ruedos donde se le pide al hombre que se pruebe a sí mismo. Considerado un fracasado tanto en casa como en el trabajo, este hombre corriente se ve empujado a realizar una gesta ingente que haga notar su presencia.

A la luz de ello, resulta particularmente irónico que en realidad se sepa muy poco acerca de la historia de Samuel Bicke, quien en 1974 intentó secuestrar un avión con miras a estrellarlo en plena Casa Blanca asesinando de este modo a Richard Milhouse Nixon. Si éste era el objetivo de Bicke para lograr dejar su sello en el mundo, fracasó una vez más. Y no sólo porque ni siquiera lograra aproximarse al Presidente, sino porque en los anales de los asesinos y de los aspirantes a tales, ha quedado como una mera nota a pie de página, eclipsado, incluso en el día de su intento, por el escándalo Watergate y la consecuente e incesante cobertura televisiva que empujó a Bicke a elegir como blanco a Nixon por encima de todo.

Este capítulo de la historia norteamericana que culmina con las escuchas del Watergate fue lo primero que empujó al guionista Niels Mueller (quien también debuta como director en este proyecto,) a iniciar el guión que finalmente se convirtió en EL ASESINATO DE RICHARD NIXON. "Llevo tiempo interesado en lo que algunos historiadores denominan ‘la traumática década del sistema americano’", —comenta—. "He leído a autores que hablan de esta década, iniciada en 1963 con el asesinato del primer Kennedy y acabada en 1974 con la dimisión de Nixon, como aquélla en la que los EE.UU. pierden la inocencia. Ignoro si ello es cierto o no, pero la cuestión me interesa".

Dado que este periodo se vio aterrorizado por los traumáticos asesinatos de grandes líderes, Mueller eligió como protagonista precisamente a un aspirante a asesino de presidente norteamericano. Quería saber cómo una persona puede ir desde el punto ‘A’ hasta el punto ’B’, siendo el punto ‘B’ el momento en que se pierde toda empatía hacia cuantos nos rodean y se arremete con violencia indiscriminada. "Y más importante aún" —continúa—, "quería finalizar la película de modo que nadie en ella percibiera el intento de asesinato". Ello, por supuesto, serviría para subrayar la alienación a la que está sometido el personaje principal, y que más tarde acusaría severamente a una sociedad tan acostumbrada a la violencia que ningún acto individual, por terrorífico que sea, genera mucho impacto. "Escribí treinta páginas" —sigue Mueller— "de un guión de ficción que titulaba ‘The Assassination of L.B.J.’ Giraba en torno a ese hombre separado de su mujer e hijo, que acepta un trabajo como vendedor para reestablecerse económicamente y, más importante aún, para reestablecerse a los ojos de su esposa. Es un hombre que anhela que su esposa e hijo regresen. Le veía hablando a una grabadora, aunque todavía no sabía el motivo por el que lo hacía".

Mueller recuerda: "En esas treinta páginas sueltas escupí todo cuanto tenía, y luego comencé a investigar acerca de los asesinos norteamericanos y aspirantes. De los diez libros que pedí prestados a la biblioteca pública de Los Ángeles, sólo uno incluía un capítulo breve acerca de Sam Bicke. Jamás había oído hablar de él, ya que su intento de asesinato pasó ampliamente desapercibido y luego se olvidó en el mar de confusión del escándalo Watergate". Al descubrir a Bicke, Mueller sintió el aguijonazo del reconocimiento: "Sam estaba separado de su mujer y de su hijo, se esmeraba cuanto podía como vendedor para rehacerse económicamente y, más importante aún, para recuperar el respeto de su mujer. Quería que su familia regresara; los dos últimos meses, o acaso el último, de su vida, hablaba a una grabadora, y luego enviaba las cintas a Leonard Bernstein, entre otros. Esos registros pretendían dar testimonio de las razones de sus actos. Obviamente, sólo había que efectuar una pequeña conexión, dado que ya estaba escribiendo la historia de ese hombre de modo bastante parecido, antes de que me diera cuenta de que efectivamente ¡existió! La historia verdadera acerca de la que leí e investigué no hizo sino dar más credibilidad a mi, digamos, historia ‘original".

Niels Mueller (guionista, director)
Nacido en Milwaukee, Wisconsin, Mueller se licenció por la Universidad de Tufts University antes de matricularse en la escuela de cine de la UCLA, donde obtuvo un máster. Ha escrito los guiones de Tadpole (2002) y Todo por nada (Sweet Nothing, 1996). Ha coescrito EL ASESINATO DE RICHARD NIXON junto con Kevin Kennedy; el film significa su debut como director cinematográfico.