El descubrimiento de una danza ancestral, un canto poético a la tierra, sus mitos y costumbres.
Estalla la tormenta tras una dura jornada de trabajo en el campo. Cuando la lluvia amaina, brota la vida de la tierra antes yerma. Un fruto crece y madura, sobrevive al ataque de las plagas y se convierte en la manzana que da vida a la sidra. Llega entonces el tiempo de celebrar la cosecha, de brindar y festejar el amor.
Una historia sobre el ciclo de la vida, de la lucha por la supervivencia. Donde el paso del tiempo viene marcado por el curso de la naturaleza. Y la danza es el lenguaje elegido para contarlo. La música acompaña las rutinas cotidianas; ¡La vida es ritmo!.
Temas universales, vestidos aquí con una simbología particular. La que representa el hipnótico universo de las danzas tradicionales. Un canto poético a la tradición, a la tierra, a sus gentes, mitos y costumbres. Un relato sobre el milagro de la existencia.