París, 1789. El pueblo ha tomado la Bastilla y un viento de libertad corre por las calles de la ciudad. Françoise, una joven lavandera, y Basile, un vagabundo sin familia y sin apellido, descubren la alegría incomparable del amor y de la revolución. Junto a sus amigos, y a otras personas de los barrios populares de París, ven cómo sus sueños de emancipación cobran forma en una asamblea recién creada: en ella asisten, con esperanzas aunque también con algunas dudas, a la aparición de un nuevo sistema político. En manos de esa asamblea -y en la ira de las calles- descansa el destino del que fue rey, con carácter sagrado, así como el nacimiento de una república. La libertad tiene una historia.