Logline
Tras veinticinco años de matrimonio, Marcos (Ricardo Darín) y Ana (Mercedes Morán) se interrogan a fondo sobre el amor, la naturaleza del deseo, la fidelidad, y toman una decisión que modificará sus vidas para siempre.


Sinopsis
Marcos y Ana han estado casados durante veinticinco años. Cuando su único hijo se va de casa para comenzar su carrera universitaria en el extranjero, la pareja entra en una profunda crisis existencial.

Sin peleas de por medio, casi como si se tratara de un nuevo proyecto en común, deciden separarse. Lo que sería, lisa y llanamente, una separación de común acuerdo.

La vida de solteros, intensa y fascinante al principio, pronto les plantea nuevas preguntas e incertidumbres. Marcos y Ana, se interrogan a fondo sobre el amor, la naturaleza del deseo, la fidelidad, y toman una decisión que modificará sus vidas para siempre.


La historia
Marcos (53) es un profesor universitario de Literatura, autor de numerosas publicaciones y conferencias. Ana (50), es psicóloga, especializada en estudios de mercado.

Marcos y Ana han estado casados más de veinticinco años.

Disfrutan de una vida apacible y placentera, satisfechos con sus vidas y profesiones. Comparten intereses, proyectos, amigos y una postura frente a la vida. Son una pareja consolidada y razonablemente feliz.

La partida de Luciano (19), su único hijo, a comenzar su carrera universitaria en el extranjero, abre una nueva etapa en el matrimonio.

Lo que al principio parece una crisis de "nido vacío", principalmente sufrida por Ana, pronto deja paso a una profunda crisis existencial que viven los dos por igual. El proyecto familiar se les presenta sin desafíos a la vista.

Marcos y Ana se hacen múltiples preguntas hasta que, presos de sus prácticas de tantos años de decirse todo, se preguntan mutuamente si aún están enamorados.

La pregunta deja resonando un eco silencioso y sugerente. Los dos se sienten aún con la edad y la necesidad de buscar algo nuevo, enfrentarse a lo desconocido.
Sin peleas de por medio, casi como si se tratara de un nuevo proyecto en común, deciden separarse. Lo que sería, lisa y llanamente, una separación de común acuerdo.

A partir de ese momento comienzan a experimentar los diversos estadios del recién separado y tienen sucesivos encuentros con jóvenes amantes, ex compañeros de la secundaria, colegas universitarios. Al poco tiempo, las respuestas a sus preguntas los van llevando al lugar, aparentemente inevitable, de una nueva convivencia con una nueva persona, con las cuales transitaran las inevitables dificultades de la cotidianeidad. Allí encontrarán los límites a su intento y resignificarán lo que perdieron.

Tras un largo distanciamiento, Marcos propone un encuentro. Ana acepta. Una vez más, de común acuerdo, toman una decisión que modificará sus vidas para siempre.