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  Lazzaro feliz  (Lazzaro felice)
  Dirigida por Alice Rohrwacher
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- SELECCIÓN OFICIAL DE CANNES 2018 - PREMIO AL MEJOR GUION - ALICE ROHRWACHER

- SELECCIÓN FESTIVAL DE CINE DE SITGES 2018


Comentarios de Alice Rohrwacher
Lazzaro Feliz es la historia de una santidad menor, sin milagros, sin poderes o superpoderes. Sin efectos especiales. Es la virtud de vivir en este mundo sin pensar mal de nadie y simplemente creer en los seres humanos. Porque otro camino es posible, el camino de la bondad, que los hombres siempre han ignorado, pero que siempre reaparece para cuestionarles. Algo que pudo haber sido pero que ni nos atrevimos a desear.

Buenos chicos, santos, perdedores y lazzaros
Viajando por mi país a menudo conocí a muchos "Lazza-ro", personas que describiría como buenas en esencia y.. por naturaleza, sin serlo voluntariamente. Simplemente son así, y esa cualidad les hace quedarse en segundo plano para dejar espacio a los demás y no molestar o hacerse notar. No pueden llamar la atención, ni saben cómo hacerlo. Ellos son los que realizan los trabajos más ingratos de la humanidad, resolviendo los conflictos y ordenando las cosas que otros distraídamente pasan por alto, aunque nadie valore su intervención. Los libros y las películas hablan sobre el destino de los héroes que luchan contra la injusticia, que les hace transformarse: ¡quieren cambiar el mundo! Pero nuestro Lazzaro no puede cambiar el mundo y su santidad no puede ser valorada. Tendemos a imaginar a estas personas santas fuertes y con carisma, capaces de imponerse. Pero yo no creo que la santidad esté necesariamente asociada al carisma. Creo que, en cambio, si un santo apareciera hoy día con su forma inusual de existir, si apareciera en nuestras vidas modernas, tal vez ni siquiera lo reconoceríamos o quizás nos libraríamos de él sin pensarlo dos veces. Estamos hablando aquí de un tipo de religión basada en la humanidad, no una religión oficial bien ad-ministrada por togas deslumbrantes y reglas semanales.

Pasando de la edad media a otra edad media
Quería usar las aventuras de Lazzaro para contar, lo más amablemente posible y con amor y humor: la tragedia que ha devastado a mi país, a saber, el paso de una edad media histórica a una edad media humana: el final de la civilización rural, la migración a los límites de la ciudad de miles de personas que no conocían nada de la modernidad, y su incapacidad para sobrevivir. Un mundo donde la explotación es grotesca y rudimentaria, que llega a su fin y se transforma en uno nuevo, donde la explotación es simplemente, más brillante y atractiva.

La gran estafa
Para construir la historia me inspiré en una noticia de la vida real que me llamó mucho la atención: un episodio en el que una Marquesa en el centro de Italia obligó a la reclusión a los campesinos de sus tierras para que ignorasen que se había prohibido la aparcería. Cuando en 1982, los acuerdos de aparcería aún vigentes se convirtieron en arrendamientos o trabajo remunerado, ella fingió que nada había sucedido. Así, durante algunos años, sus campesinos continuaron viviendo en condiciones casi de servidumbre, incluso cuando la abolición de la aparcería transformaba siglos, tal vez milenios de explotación en contratos en igualdad de condiciones regulados por las leyes del estado. Siempre me ha conmovido profundamente la historia de estos campesinos que llegaron tarde a esta cita con la historia. Un extracto de periódico que podía haber sido olvidado al día siguiente y que sin embargo permaneció en mi memoria como testigo de aquella gran estafa.

Una fábula muy real
Incluso más que en mis películas anteriores, en Lazzaro Feliz, hemos decidido experimentar con el género de la fábula, con todas sus inconsistencias, sus misterios y re-currencias y sus héroes y villanos. La fábula y su simbolismo, visto no como una abstracción etérea o una promesa de aventuras nebulosas y sobrehumanas, sino como un gancho entre la realidad y otra capa del ser: de la vida nacen los símbolos, tan profundos y con tanto detalle que se convierten en la vida de todos, la vida de un país, de Italia y de su transformación. La historia es siempre la misma: una historia de renacimiento, de ave Fénix, y de la inocencia, que, a pesar de todo y de todos, vuelve para perseguirnos y atormentarnos. Los personajes son fantásticos pero reales, así como los lugares son fantásticos pero reales, en el más duro significado del término...

El rodaje
Rodamos la película en verano e invierno de 2017, la primera parte entre Vetriolo y Bagnoregio, cerca de Viterbo, y Castel Giorgio, en la provincia de Terni, la segunda parte en Milán, Turín y Civitavecchia. ¿Cómo pueden lugares que están tan separados físicamente pertenecer a la misma geografía? Normalmente dividimos Italia en norte y sur, pero creo que las grandes diferencias ya no se encuentran en ese eje vertical, sino entre el interior y el exterior, entre un núcleo montañoso y las ciudades de costa. Migraciones y movimientos de personas que pasan de una realidad aislada a una abierta. Ya no son verticales, sino que provienen de todas las direcciones: oblicua, torcida, horizontal, para dibujar un paisaje cada vez más amplio y complejo. Como en mis películas anteriores hemos rodado en super 16, en vez de digitalmente. La elección no se hizo por razones de estilo o nostalgia, sino por el encanto de una tecnología fantástica que influye en la metodología de trabajo. Mientras filmamos, todos estamos muy concentrados y debemos cuidar mucho nuestro trabajo. Nada es casual y todo está cuidadosamente preparado y ensayado, a pesar de que puede parecer que se hace de improviso. A pesar de todo, el medio conserva todo su misterio e impacto: no hay control total sobre las imágenes y el resultado es siempre una sorprendente combinación de la flexibilidad de la película expuesta de la cámara corriendo y de nuestra grabación. Existe también una lentitud, debido a las expectativas por las prisas del día a día, un secreto de quién hace qué, que, en mi opinión, conserva el poder de la imagen y preserva mejor la película. En esta época de asfixia por lo replicado y replicable de las imágenes, el cine aún puede destilar, alimentar y jugar con la vista, sorprenderse y sorprendernos.


Alice Rohrwacher (directora y guionista)
Alice Rohrwacher dirigió Le Me-raviglie (The Wonders), ganadora del Gran Premio del Jurado en el Festival de Cine de Cannes 2014. Nacida en 1981 en Fiesole, estudió en Turín y Lisboa. Ha trabajado en proyectos musicales y documentales. También ha trabajado como editora y compositora de Teatro. Su primera película, Corpo Celeste, hizo su debut mundial en la Quincena de Realizadores (Cannes 2011).


Ficha artística
Adriano Tardiolo - Lazzaro
Agnese Graziani - Antonia
Alba Rohrwacher - Antonia
Luca Chikovani - Tancredi niño
Tommaso Ragno - Tancredi adulto
Sergi Lopez - Ultimo
Natalino Balasso - Nicola