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  Pearl  Dirigida por Elsa Amiel
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La directora Elsa Amiel debutó en los Giornate degli Autori con un retrato intenso y fascinante del controvertido mundo del culturismo femenino y el rechazo de la maternidad.

Presentada dentro de la Sección Oficial del Festival de Cine Europeo de Sevilla, Pearl está ambientada en el sorprendente, desconocido y a veces perturbador mundo del fisicoculturismo femenino. La película nos sitúa tan sólo unas horas antes del campeonato internacional de culturismo, donde Léa Pearl (Julia Föry) compite por el título de Miss Heaven. Léa debe someterse a entrenamientos extenuantes durante seis horas al día, seguir una dieta estricta bajo las órdenes de su entrenador Al (Peter Mullan) e inyectarse hormonas para evitar la menstruación. Un día, Léa recibe la visita inesperada de su ex-novio Ben (Arieh Worthalter) acompañado por Joseph (el pequeño y encantador Vidal Arzoni), su hijo en común, al que Léa no ha visto durante los últimos cuatro años.


La crítica ha dicho
"Una visión intensa y sensible sobre un mundo desconocido lleno de lentejuelas y esteroides". - THE HOLLYWOOD REPORTER

"Un retrato intenso y fascinante del controvertido mundo del culturismo femenino y su confrontación con la maternidad". - CINEUROPA

"Elsa Amiel ofrece una mirada fresca y sensible sobre las convenciones del género". - SCREENDAILY

"La excelente narrativa de Amiel apoya a unos personajes que se sienten vivos, naturales, aunque sus músculos no lo sean del todo". - INDIEWIRE

"Pearl es una obra que funciona a todos los niveles, que aúna complejidad y sencillez según requiere la narración. Una película que impresionará a todo tipo de públicos". - CINEMATOGRAPHE ITALIA

"Es una de las mejores películas de la Mostra de Venecia. Una mirada al mundo del bodybuilding femenino intensa y emocionante. Peter Mullan colidera un excelente elenco" - EMILIO LUNA | EL ANTEPENÚLTIMO MOHICANO


Elsa Amiel (La directora)
Nacida en 1979, Elsa Amiel creció en los teatros desde una edad temprana acompañando a su padre por todo el mundo.

Tras formarse en artes escénicas (teatro, mimo y danza) se decanta por el cine a los 18 años y comienza su carrera como ayudante de Raoul Ruiz en La comédie de l'Innocence.
Luego trabajó como primera asistente con Mathieu Amalric (Le Stade de Wimbledon, Tournée), Emmanuel Finkiel (Nulle part terre promise, Je ne suis pas un bastard), Bertrand Bonello (L'apollonide, Saint Laurent) , Noémie Lvovsky (Camille Redouble, Demain et tous les autres jours), Julie Bertucelli (Depuis qu'Otar est parti, L’Arbre), Riad Sattouf (Les beaux gosses), entre otros y otras.

Su primer cortometraje, producido en 2006, Faccia d'Angelo se sumerge en el mundo de un boxeador olvidado, entre la fantasía, la memoria y la nostalgia.

Su segunda película, filmada en 2010, Ailleurs Only, cuenta la historia del paréntesis de una pareja, el tiempo para encontrarse y el tiempo para perderse. Pearl es su primer largometraje.


Entrevista con la directora

P: ¿Cómo surge este proyecto? ¿Por qué elegiste el culturismo como referencia?

R: Tenía ganas de explorar el tema del cuerpo en mayor profundidad. Cómo el cuerpo es retratado, pero también el descubrimiento de los retratos de los culturistas de Martin Schoeller. La manera en la que Schoeller muestra el culturismo femenino es muy interesante porque la mujer posee una naturaleza rara y femenina a la vez, mientras despierta un sentimiento de malestar mezclado con fascinación: el fondo blanco, la luz dura, los golpes frontales en el pecho, los ojos mirando fijamente a la cámara. Pero lo que perturba al espectador es su vulnerabilidad, que es lo completamente inesperado al pensar en esta disciplina. Esta nueva perspectiva da al espectador la clave de explorar el culturismo.

Aquí, yo he descubierto un mundo de apariencias y sacrificio que me intriga a través de su paradoja. Es un mundo de extremos que está constantemente confrontado con los límites humanos, que fascina a la vez que disgusta. Este es un mundo donde el cuerpo es el rey. Un mundo que a menudo es denigrado y que podría incluso describirse como una disciplina oculta que tiene muy pocos participantes; es relativamente desconocido. Ahí es cuando comienza mi gran fascinación por las mujeres culturistas. Me sorprendió de inmediato la fragilidad de estos hombres y mujeres que están obsesionados con la maestría y el control, que trabajan hacia un ideal de físico que es por definición, inalcanzable. Hay una fricción permanente entre los sueños y la realidad, el humano y la idea del superhumano. Yo encontré esto complejo y terriblemente cinematográfico, alguien que me haga cuestionar las normas sociales a través de un personaje femenino; la heroína de nuestro tiempo.

P: Pearl es tu primer largometraje, pero tú has dirigido dos cortos y trabajaste como ayudante de director en un pasado. ¿Cómo te ayudó esta experiencia para hacer tu primera película?

R: Yo tuve la suerte de trabajar con directores apasionantes y muy diferentes uno del otro. Yo no fui a la escuela de cine y aprendí todo del trabajo, lo que resultó muy crudo aproximarse a la puesta en escena. Yo he sido asistente por más de 15 años. Mi familiaridad con el set de rodaje, la importancia de la preparación, y la comprensión de los aspectos técnicos son como las armas en tu arsenal cuando tu filmas una película – especialmente cuando se trata de una toma rápida. Pero una vez que tú diriges, esto se vuelve completamente trepidante. Es parte del acto creativo.

Empecé trabajando con Mathie Amalric en su película, Le stade de Wimbledon, con un equipo pequeño, para una película que era escrita día por día. Esta fue una película muy libre; yo he tenido siempre afinidad por este tipo de cine. Las tres películas que yo hice con Emmanuel Finkiel fueron definitivamente en este estilo. No hay normas, no hay rutina, lo que me enseñó a ver películas y a luchar por el realismo.

Bertrand Bonello trabaja de una manera completamente diferente. De manera similar, la puesta en escena es la clave, pero la creación de una atmosfera de ensueño con un set fantástico fueron sobre todo mi prioridad. Mi trabajo con Noémie Lvovsky también me ha aportado mucho. Primero, porque ella es una apasionada de la actuación y su enfoque es bastante singular. Pero también, su tenacidad y falta de compromiso fue muy instructiva. Estoy segura al decir que estos directores continúan alimentando mi enfoque hacia el cine.

P: La película describe el culturismo como un sacrificio, como un físico y emocional sacrificio (tirones, el proceso de “deshidratación”) ¿Cómo exactamente ves tú esta disciplina?

R: Mi punto de vista con el culturismo continúa evolucionando, yo siempre he querido alejarme de las nociones preconcebidas y de los clichés que rodean esta disciplina. No son idiotas mirándose en el espejo. Yo estuve en contacto con estos atletas, y particularmente con las mujeres, yo fui inmediatamente conmovida por los puntos débiles de su coraza, sus sufrimientos y este ideal absoluto que siguen intentando lograr.
Pero esta búsqueda tiene un costo. En mi opinión, el precio que ellos pagan es la soledad. El culturismo es particularmente elegido para protegerse de un mundo demasiado violento. Hay un constante deseo de ir contra la norma y prender puentes con la realidad. Tú te sacrificas para sobrevivir. Cuando nada parece ser lo suficientemente grande, lo suficientemente fuerte, o lo suficientemente bonito, hay una sola motivación: ir más lejos, ir más allá de la vida.

Es increíble ver los sacrificios y el sufrimiento que estos atletas superan – una forma de vida que algunos simplemente verán como narcisista y egocéntricos. Pero, yo veo al héroe trágico. Yo quería evitar que se pareciera a un documental o a un estudio psicológico,- La construcción del cuerpo, el esfuerzo y el artificio, borran todo placer de resultado satisfactorio donde el esfuerzo llega a ser una adicción.

Para mí, la emoción es que es lo que les impulsa a maltratar sus cuerpos. Es por esto por lo que elegí no explicar por qué Lea/Julia empezaron con el culturismo. Yo empecé por el resultado.

P: El público a veces ve a estos atletas como monstruos. ¿Tú como los ves? ¿Es Pearl el estudio de una monstruosidad?

R: Cualquiera que no sea normal es asociado con lo monstruoso. Dado que la norma no es aplicable a ella, ella es un monstruo. Ella es una mujer que ha elegido construir su cuerpo, y que podría decirse que tiene rasgos masculinos: musculatura, borrando cualquier forma o curva femenina, transformación hasta el punto de ser un género neutral.

Pero esto dice más sobre su libertad que de cualquier otra cosa, de su elección de ser diferente. Además, nadie de los atletas se considera asimismo como tal. Su preocupación es estética. Un cuerpo excesivo es su definición de belleza. Es su ideal.

Es impresionante descubrir lo que está funcionando debajo de un cuerpo moldeado a tal extremo. Nosotros vamos más allá del narcisismo específico del culturismo e imponemos uno de los cambios de la película: encarnar un objetivo que se sobrepase asimismo y que esté dedicado a la imagen de la mujer.

Volviendo a Lea, ella está en contra de las normas sociales: ella rechaza ser una esposa o su deseo de ser madre. Abandonar a su hijo es, en cierta manera, inaceptable. Al poner esta cuestión del niño en el corazón de la película, yo hablo de la mujer, de sus elecciones, obligaciones, de sus contradicciones y de su complejidad.

P: Pearl pinta un retrato complejo y extraordinario de la mujer. ¿Puedes explicar esta relación con la feminidad?

R: Este cuerpo escultural revela tanto como una renuncia de la mujer y la feminidad, como una figura todopoderosa que podría enfrentarse a los hombres y ser físicamente igual. El culturismo es un mundo asexual donde un nuevo género parece ser inventado – el del sobrehumano. En un mundo de apariencias por excelencia, obviamente hay una intensificación del artificio femenino: excesivo maquillaje, cabello decolorado y tintado, lentejuelas, atletas a las que se les pide posar de una manera femenina.

Entre la escritura del guion, y el final de la película, el mundo del culturismo femenino ha cambiado: la categoría de este ya no existe para las mujeres. Esto cambió bajo el pretexto de ofrecer una imagen negativa de la mujer. Después de ser tan libres como ellas querían ser con sus cuerpos, las mujeres una vez más se encuentran reducidas a lo que se espera de ellas. Nosotros simplemente volvemos a los antiguos clichés: los hombres tienen que ser fuertes, las mujeres deben ser guapas.

Esto fue uno de los más grandes temas de la película: aceptar el cuerpo de Lea Pearl. A menudo, durante la producción, escuchaba que las mujeres nunca tendrían que ser así. Que yo sepa, esta figura nunca antes ha sido representada en el cine. Esto fue importante para relatar este viaje y su construcción.

P: Los 3 hombres en la vida de Pearl la definen como un cuerpo, una mujer y una madre. ¿Es el tema de la película su elección entre estas identidades?

R: Yo quería comenzar con el cuerpo, que es la esencia de la identidad de PEARL. Primero, hay un hombre que hace a Léa: Al, su entrenador. Ellos son una pareja cuya plenitud es la superación constante de sus límites. El trabajo de construir su cuerpo no les deja espacio para descubrirse de esa manera.

Yo quería tratar a Al como un depredador, siempre atento, tenso e impulsivo. Al es la figura del hombre derrotado – el que se codeaba con los dioses y que regresó. Yo siempre he sentido fascinación por gente como él porque ellos pertenecen a un mundo que no existe.

Luego, hay un hombre que trae de vuelta su pasado, antes de la metamorfosis de Pearl: Ben, su exmarido. Toda la ambigüedad y complejidad de Ben reside en su desconsideración, lo que hace que sea atractivo, peligroso y manipulable, mientras sigue siendo un perdedor. Él siempre tiene una idea incorrecta en el tiempo equivocado. Al es impulsivo y fuera de control, él choca con este mundo, que está obsesionado con el control y el éxito. Ben trae a Perl y la devuelve a su identidad como Julia, su lugar como mujer, y su estatus como madre.

Finalmente, Joseph, el niño que Julia/Pearl no pudo amar, sin tener en cuenta todos los instintos femeninos de la época. Ben y Joe llegan, y su pasado reaparece, con sus emociones, memorias y violencia. Es el regreso del material humano, de la carne de su carne. A mi me gusta la idea de reconstruir una familia con una madre atípica. De repente se hace posible para su instinto volver. Finalmente, hay espacio para que la madre y el hijo se conozcan.

Algo muy animal se desarrolla en ellos, algo muy instintivo. El niño nutre el personaje de Lea. A partir de ese momento, hay un movimiento natural entre madre e hijo.

P: Mencionaste que Léa mostró cierta “monstruosidad social” abandonando a su hijo. Esto es un tabú para mucha gente. ¿Por qué tú elegiste esta situación – que también desafía las normas – en el momento más importante de Pearl?

R: Cuando nosotros preguntamos sobre la representación de la feminidad – la cuestión de la maternidad es mencionada de inmediato. Por eso, yo encontré interesante explorar la idea de una mujer que nunca ha querido ser madre, que no tenía esa predisposición en ella. Es muy raro de encontrar estas figuras en el cine, por eso yo quería plantearlas. PEARL es la historia de una mujer que está intentando encontrarse así misma a través de una metamorfosis. La película intenta reconciliar a la mujer con ella misma. Para mí, ella no quería renunciar a nada. Ella quería ser todas esas cosas. En su cuerpo actual, ella puede encontrar una explicación para rechazar su pasado, en su necesidad de escapar de las normas sociales, en su compromiso con el entretenimiento.

P: ¿Cuál fue tu enfoque para filmar/representar el cuerpo? ¿Usaste el sonido para que participase también en la representación del cuerpo?

R: En la primera parte de la película, Léa se define a sí misma como un cuerpo, y yo quería revelar gradualmente esto a través de los planos.

Las primeras tomas de la película dan al espectador una imagen de un cuerpo que está fragmentado y que se vuelve abstracto. Luego se da a través de su definición y entrenamiento. Poco a poco, el cuerpo comienza a hablar (sangre, tirones). Esto sigue siendo una fantasía (alucinaciones de Al), luego finalmente, se convierte en la competitividad del cuerpo que choca con el cuerpo de la madre, que resulta crucial. El cuerpo se desvanece ante las situaciones dramáticas de la película, y finalmente explota en la última parte de la película.

En términos prácticos, la película fue organizada a través del horario de Julia. Nosotros tuvimos que respetar sus tres sesiones de entrenamiento por día, aproximadamente seis horas de trabajo. Era obviamente imposible e inhumano pedirle a Julia que mantuviese su cuerpo esculpido durante todo el tiempo de rodaje. Sin embargo, algunas secuencias requerían un cuerpo competitivo. Julia entrenó más intensivamente y siguió una dieta draconiana para estar preparada. También tuvimos que adaptarnos al horario de competición en la temporada, para que los atletas que fueran al rodaje estuvieran en su mejor forma física.

Con respecto al uso del sonido, nosotros intentamos encontrar los sonidos que harían estos cuerpos – que en realidad, son muy sutiles y a menudo se ahogan con el ruido de las máquinas de ejercicio. La banda sonora es muy rica, huesos rajados, frotamiento de la piel, gemidos dolorosos, diferentes metales y máquinas. Yo también quería jugar con diferentes ritmos, pasando del silencio a la saturación. Una de las cosas más difíciles de conseguir fue la respiración. Dado que todos estos atletas están obsesionados con el control, ellos constantemente están posando y flexionando sus músculos, lo que requiere un esfuerzo herculiano, donde solo el más mínimo aliento sea audible. Era necesario acercarse lo más posible al sonido, para recrearlo.

La música era un elemento esencial. Yo trabajé con Fred Avril, vimos por primera vez la película, y encontramos una manera de acompañar musicalmente este universo. Esto parecía obvio, pero tuvimos que cambiar la película en ese tono, para darle más fragilidad y sensibilidad – dos palabras que parecen incongruentes con el culturismo.

P: ¿Algo que quieras decir sobre el escenario (hotel) o sobre el vestuario?

R: Parecía interesante situar la película en un lugar cerrado: un hotel, que es una metáfora de los roles que los culturistas se dan asimismos. Yo busqué mucho para encontrar un hotel que tuviese un anticuado encanto y comodidades modernas. Yo quería que este mundo fuese bonito y lujoso, pero también un lugar secundario. Un mundo aparte. En el hotel nosotros encontramos estas cualidades, como una maravillosa localización justo al lado de un aeropuerto.

Nosotros trabajamos con la decoradora principal, Valérie Rozanes, para crear una atmosfera de competición, después de elegir los lugares donde nosotros podríamos construir todo a su gusto.

Había un elemento principal en el set: el plástico de las paredes. Ellos tenían que actuar con una doble pared, que en pantalla, se vería como una segunda miel. Pero esto no es algo que acabamos de imaginar, es la realidad. Estos plásticos se utilizan para proteger las paredes del spray bronceador usado por los culturistas.

Era esencial para mi no localizar la película geográficamente, no tener ningún punto de referencia, y tener a la audiencia inmersa en un universo. Para el vestuario, Yvett Rottsheid se centró principalmente en los roles (Lea, Al, Joe, Ben y Serena) y trabajó con cada atleta para que asegurara realismo. Al final, más allá de los uniformes de jueces y staff, tú verás que los atletas están en traje de baño. Fue necesario acentuar toda la hiper-feminidad, exceso, brillo y la vistosidad porque, en última instancia, los cuerpos formaban parte del conjunto.

P: ¿Qué tan interesante fue trabajar con Julia Föry (actriz no profesional y culturista) y Peter Mullan (actor galardonado con varios premios)?

R: Peter Mullan llegó muy pronto al proyecto. Yo siempre soñé con trabajar con él. Él leyó el guion y nunca paró de apoyar al proyecto a pesar de los tres años que pasaron entre nuestro encuentro y el rodaje. Yo sentí que sería un gran Al y un valioso, paciente y compañero comprensivo con una mujer que nunca había actuado antes.

En lo que respecta al papel de Lea, no era tan simple. Desde un comienzo de este proyecto yo supe, junto a mis productores Caroline Nataf y Bruno Nahon, que encontrar a Lea iba a ser la parte más complicada. Sería imposible alcanzar para una actriz tal físico sin entrenamiento intensivo, y el resultado de esto seria irreversible. Esto parece obvio pero la verdad del culturismo tiene que ser parte de la película, y no la película la razón de ser. Por eso, estuve buscando tanto tiempo a una mujer que se adaptara a esto y que pudiese conmover a los espectadores, dispuesta a abrirse al papel.

Yo conocí a Julia dos años antes de que empezara la preparación. En ese momento, ella no estaba aún en la categoría de mujeres. Pero me había sorprendido su sonrisa y nuestro diálogo. Después de examinar Europa, Estados Unidos y Canadá, yo volví y observé todos los atletas que yo encontré. Yo contacté con Julia, le hablé sobre el proyecto en términos muy amplios y le ofrecí una audición. Yo estaba muy impresionada por su inteligencia y sensibilidad. Fue una apuesta, pero ambas ganamos al final.

Julia y Peter se conocieron el primer día de grabación. Ellos formaron un buen equipo donde uno tenia conocimiento y el otro inocencia. En cuanto a mí, yo estaba tratando de encadenar la realidad y la ficción.

Yo dirigí a cada actor de distinta forma. En parte, porque cada uno tenia diferentes culturas y entrenamientos. Julia es suiza-alemana, Peter es escocés, Arieh es belga y Agata es polaca.

P: Para terminar, ¿qué te gustaría que el espectador recordase de PEARL?

R: PEARL es un viaje de una mujer que aprende a no estar sujeta a las cosas que la oprimen y que reestablece lo que la hizo quien es. Cuando una atleta mujer pelea para lograr la excelencia, ella también representa la lucha de la mujer por ser.


Ficha artística
Julia Föry - Léa Pearl
Peter Mullan - Al
Vidal Arzoni - Joseph
Arieh Worthalter - Ben
Agata Buzek - Serena