La crítica ha dicho
"Consigue iluminar el horror más absoluto, como recordándonos que también las víctimas pueden transformarse en héroes" - CINEUROPA
"Una película desigual pero fascinante. Una obra desgarradora sobre la influencia de las doctrinas en la comunidad ultraortodoxa hebrea" - THE HOLLYWOOD REPORTER
"El estilo observacional de la directora tiene su recompensa: una obra de gran sensibilidad que trata con respeto y objetividad una historia terrible" - SCREENDAILY
"Un análisis sobre el trauma feroz pero empático influido por el Taxi Driver de Scorsese" - SLANT MAGAZINE
"Cine comprometido con la verdad de obligado visionado. Zauberman captura algunos momentos verdaderamente desgarradores" - THE FILM STAGE
"Un acercamiento a una realidad al filo de la irrealidad. El retrato de una epidemia […] Con nocturnidad y alevosía: amparados por la seguridad que confiere la oscuridad, una horda de juguetes rotos sale a la luz para romper el silencio. Todos ellos son captados por encuadres ejecutados con una movilidad extrema" - EL MUNDO
"Un valiente cuento sobre la identidad. Más que una película es un cuchillo, una protesta contra la realidad; no contra individuos concretos, sino contra la propia globalidad" - CINELAPSUS
Entrevista con la directora (Yolande Zauberman)
Festival de Sarajevo.
Primero, tengo que decir que siempre he estado obsesionada y preocupada por esta problemática debido al poso que me dejó la película sobre la pedofilia "M, El vampiro de Düsseldorf" de Fritz Lang. Recuerdo que me llevó años y años el ver la película completa. Solo veía las primeras escenas y me ponía a llorar o a gritar y me iba.
Sin duda "M, El vampiro de Düsseldorf" es muy importante en mi vida. Recuerdo decirme a mí misma que los violadores no tienen otra forma de expresarse. Mi abuela solía decirme que en la vida o bien "actúas" o bien "hablas", haces una cosa o la otra. Así que pensé, ¿cómo un violador no viola? Nunca he oído hablar, nadie ha oído hablar sobre un violador feliz. Es decir, sí hay ladrones felices, criminales felices…, al menos en ciertos momentos, aunque el resto de su vida sea mala. Pero no existen violadores felices. Entonces pensé, ¿cómo podemos crear un espacio para el diálogo para tratar este acto?
Después me olvidé de esto y conocí a Menachem Lang, un joven actor que vi en "Kedma" (2002), una película de Amos Gitai. Él tendría unos 20 años y hablaba yiddish de manera fluida. Yo no podía entender cómo alguien tan joven podía hablar ese idioma con esa clarividencia, que es, como dice el productor, no una lengua muerta, sino la lengua de los muertos. Años más tarde lo vi en "A Promise Land", un documental donde se interpretaba a sí mismo acerca de personas jóvenes que abandonaban la doctrina judía-ortodoxa; él era uno de ellos, que representaban lo difícil que era dejar atrás esta creencia. En esta película nos hablaba de los jaredíes, una de las vertientes más extremas de los judíos ortodoxos. Por otro lado, tenía una imagen de él que me llamaba mucho la atención, así que decidí que si algún día rodaba una película en Israel le ofrecería un papel pequeño.
Quedé con él para entrevistarnos. Antes de ir, hice algo que no acostumbro: busqué su nombre en internet, y, tras él, apareció un blog sobre jóvenes judíos que han sido violados en la comunidad ortodoxa. De este modo comencé a entender por qué siempre me conmovió tanto este joven. Luego vi en un apartado del blog que había hecho una película con cámara oculta en la que filmaba a uno de sus violadores. En el metraje conversaba con este hombre que estaba admitiendo lo ocurrido. Yo le ofrecí en su momento ayuda para producir la película, a lo que él se negó alegando que fue hace 10 años y había recibido muchas amenazas. Pero semanas más tarde, cambió de idea, y me telefoneo para decirme que la hiciéramos. Y empezamos a hacerla, para lo cual me vino muy bien el poco yiddish que sé hablar, pues me ayudó a involucrarme en momentos delicados de rodaje. He de decir que fue muy fácil y mágico el proceso de elaboración del film.
Puede parecer muy difícil para los espectadores ver esta película, porque trata sobre un tema tabú, pero, para mí, finalmente fue una experiencia increíble. En el rodaje, al final, nosotros éramos como un club, disfrutábamos haciendo lo que hacíamos sin juzgar a nadie, compartiendo experiencias sobre este acto tan horrible pero desde la normalidad y la madurez.
El film es un proceso terapéutico que busca romper un poco el estigma de la vergüenza, que busca que todo el mundo entienda y simpatice con su historia y que finalmente lo vean como un héroe. Siempre planteándonos la situación desde todos los puntos de vista, como si el agresor fuera a hablar con el padre de la víctima y se disculpase, quedando abierta la incógnita de cómo sería su vida si eso hubiera pasado.
Biografía de Yolande Zauberman
Nacida en París (Francia) en 1955. Esta licenciada en Historia del Arte y Ciencias Económicas comenzó su carrera cinematográfica trabajando junto al cineasta hebreo Amos Gitaï, que se erigió como mentor y figura inspiracional. De esta colaboración surgió su primer trabajo, el mediometraje documental sobre el Apartheid "Classified People" (1988), con el que consiguió el Gran Premio del Jurado del Festival de París y la nominación al César de la categoría. Con su primer largometraje, también en formato documental, "Caste Criminelle" (1990), debutó en el Festival de Cannes, con el que se ganó el beneplácito de la prensa francesa que la encumbró como heredera de Claude Lanzmann.
En 1993 se adentró por primera vez en la ficción con el film "Moi Ivan, Toi Abraham", que narra la convivencia entre cristianos y judíos en la Polonia de los años 30. Un trabajo que consiguió el máximo galardón en el Festival de Moscú. En 1996 colaboró con la guionista Noémie Lvovsky en la película "Bailar Hasta Morir (La petite Lola)", un drama musical que se presentó en la Berlinale y participó en la sección oficial de la Seminci. "La Guerra à Paris" (2002), protagonizado por Jérémie Renier, es su tercer y último largo ficcional.
Zauberman retornó al género documental dos años después con "Paradise Now - Journal D'une Femme En Crise" (2004), que se estrenó, de nuevo, en el certamen de la capital alemana. Tras un parón de siete años, volvió con "Would You Have Sex With An Arab?" (2011), un documental que estuvo acompañado por la polémica desde su premiere en la Mostra de Venecia al retratar diferentes perspectivas de la sexualidad árabe. De nuevo, otro hiato en su carrera sirvió para la elaboración de su última creación: "M" (2018), presentada en la sección oficial del Festival de Locarno, donde obtuvo el Gran Premio del Jurado y conquistó a la crítica especializada.