David Imaz tuvo que huir del País Vasco a mediados de los setenta, repudiado por los suyos, acusado de traición. A pesar de encontrar la felicidad en California, su pasado le sigue pesando y el sentimiento de culpa no le permite afrontar con serenidad sus últimos días de vida.
Joseba Altuna, su amigo de la infancia, acude a despedirse de él y de paso, a ajustar cuentas pendientes. Han pasado mucho tiempo sin verse, pero llegó la hora de enfrentarse a la verdad.