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  Contemplación  (Notes on blindness)
  Dirigida por Peter Middleton, James Spinney
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Premisa
Tras perder la vista, John Hull supo que, si no intentaba entender su ceguera, ésta le destrozaría. En 1983 empezó a llevar un audiodiario. Las grabaciones de John conforman un testimonio único de pérdida, renacimiento y renovación, documentando su extraordinario viaje a un "mundo más allá de la vista".


"Supe que, si no intentaba entender mi ceguera, ésta me destrozaría". - John Hull


Sinopsis
En 1983, tras décadas de deterioro progresivo, el escritor y teólogo John Hull se quedó totalmente ciego. Con el fin de encontrar sentido en la conmoción que ello causó en su vida, comenzó a documentar sus experiencias en cintas de audio. Tras su publicación, los diarios de John fueron descritos por el autor y neurólogo Oliver Sacks como "una obra maestra... El relato más preciso, profundo y hermoso sobre la ceguera que he oído jamás".

Como el corto ganador de un Premio Emmy del mismo nombre, CONTEMPLACIÓN (NOTES ON BLINDNESS) adopta un enfoque creativo del formato documental. Los actores hacen sincronización labial con las voces de los familiares, incorporando las grabaciones originales de John en una cinematografía y textura del sonido cautivadores. El resultado es una historia poética e íntima de pérdida, renacimiento y renovación, documentando el extraordinario viaje de John a un "mundo más allá de la vista".


Sinopsis larga
Principios de los 80. John Hull (Dan Skinner), un profesor en la Universidad de Birmingham, Inglaterra, crea un hogar con su nueva esposa Marilyn (Simone Kirby). En las semanas previas al nacimiento de su primer hijo, John se va alarmando cada vez más por el crecimiento de los discos negros que van cubriendo su campo de visión. Tras una serie de operaciones fallidas, su vista se reduce dramáticamente. En el plazo de dos años pierde los últimos vestigios de visión. Es entonces cuando comienza a llevar un audiodiario.

A los ojos del mundo John parece estar adaptándose bien a la situación. Pero a solas, con su grabadora, describe su desesperación silenciosa. Identifica el dolor de su nueva ceguera como "hambre". Su mente ansía la estimulación visual como los pulmones jadean por una bocanada de aire. Sus recuerdos, que ya no se reforzarán ni renovarán, quedan fijos en el pasado para siempre. En septiembre de 1983 John se percata de que esos preciados recuerdos empiezan a desvanecerse; empieza a olvidarse de cómo son su mujer y sus hijos.

En sueños (el último estado de conciencia visual que le queda) John se ve atormentado por visiones de olas estrellándose contra su familia y arrastrándola. Describe una pesadilla recurrente en la que se ve atrapado en un camión minero que desciende a las profundidades de un pozo de extracción, mirando los rayos de luz que quedan detrás de él. Quiere que el camión pare, pero éste lo arrastra inexorablemente a las profundidades.

Después de sufrir un fuerte ataque de pánico en Navidad, John insiste en que nunca será capaz de aceptar la ceguera. Para él la aceptación equivale a rendirse, a quebrantar su voluntad, a la muerte. El nuevo año 1984 trae una pequeña epifanía consigo: John se da cuenta de que el sonido de la lluvia da forma, detalles y contornos a lo que le rodea. Esta experiencia le da esperanza, una sensación de reconectar con el mundo.

Inspirado por este descubrimiento, John comienza a utilizar la grabadora no sólo para documentar sus pensamientos más íntimos sino también para grabar tiernas interacciones con su mujer y sus tres hijos pequeños. Alternativamente, la ceguera se convierte en un mundo de aventura, despertando una nueva apreciación del sonido y del tacto, y una sensación creciente de territorialidad y control. Decide que no debe residir en la "nostalgia" de una vida con visión, sino "vivir en la realidad y convertirse en ciego".

Con esta creciente sensación de confianza, la familia se embarca en unas vacaciones a Australia, siendo la primera vez que John regresa a su país de nacimiento desde que perdió la vista. Pero cualquier esperanza de un reencuentro feliz se disipa rápidamente. Luchando por comunicarse con sus ancianos padres, e incapaz de reconectar con los paisajes de su infancia, John se ve embargado por un aguda sensación de separación con respecto a la persona que antes era. La experiencia le lanza en un espiral de depresión, en una crisis existencial que amenaza con adueñarse de todo lo que le importa.

De vuelta a Inglaterra, John se siente aliviado por encontrarse en un entorno familiar, encontrando su mundo restaurado. Tiene una renovada sensación de pertenencia, que a su vez le inspira una nueva convicción. Habiendo rechazado al principio la idea de aceptar jamás la ceguera, John revela ahora una profunda transformación de su estado de conciencia. Se siente "más excitado, más aventurero, con más confianza de la que había sentido nunca antes en su vida".

Tras el nacimiento de su cuarto hijo, vemos en John a un padre satisfecho y con confianza. Con esta nueva sensación de estabilidad, llega a verse no como alguien limitado por una discapacidad, sino fortalecido por una nueva capacidad. Al final de la película, John se replantea la ceguera como un "regalo" que, tras cinco años de rechazo, está finalmente preparado para aceptar.