Cinemanía > Películas > Chicos buenos > Sinopsis
Destacado: Un grupo de inadaptados busca su destino en 'Mufasa: El Rey León'
  Chicos buenos  (Good boys)
  Dirigida por Gene Stupnitsky
¿Qué te parece la película?
Gracias
Ver resultados

¿Hasta qué punto un día cualquiera puede convertirse en un infierno? Los creadores de Supersalidos, Superfumados y La fiesta de las salchichas no dudan en llevar a tres chicos de 12 años hasta el límite de la comedia.

A Max, (Jacob Tremblay, de La habitación) le han invitado a su primera "fiesta del morreo", pero hay un problema: nunca ha besado a nadie y no sabe cómo hacerlo. Con ayuda de sus dos mejores amigos, Thor (Brady Noon, de la serie "Boardwalk Empire") y Lucas (Keith L. Williams, de la serie "El último hombre en la tierra") Max decide espiar con el dron de su padre - que tiene terminantemente prohibido usar - a una pareja que, en teoría, se está dando el lote en una casa vecina.

Sin embargo, el plan no puede salir peor y el dron no sobrevive a la aventura. Decididos a reemplazarlo rápidamente antes de que regrese el padre de Max (Will Forte, de "El último hombre en la tierra"), los tres amigos se embarcan en una odisea que les llevará a involucrarse en un asunto de drogas, e incluso a verse perseguidos por la policía y por unas aterradoras adolescentes (Molly Gordon, de El alma de la fiesta y Midori Francis, de Ocean's 8).

Completan el reparto RETTA (la serie "Chicas buenas") y LIL REL HOWERY (Déjame salir) en los papeles de la madre y el padre de Lucas; MARIESSA PORTELANCE (la serie "Arrow") en el papel de la madre de Max; MICHAELA WATKINS ("Casual", de Hulu) como la vendedora de drones en el centro comercial; MATT ELLIS (Bienvenidos a Marwen) como el Sr. K., el profesor de arte dramático; SAM RICHARDSON ("Veep", de HBO) como el agente Sacks, y STEPHEN MERCHANT (la serie "The Office") como el comprador de cartas poco corrientes para videojuegos reconvertido a cliente de muñecas eróticas.


LOS TRUCOS

Evitando coches, volteando bicis y estudiando Matrix. Son como niños
La encargada de los numerosos trucos de CHICOS BUENOS era la coordinadora de especialistas MAJA HARO, que comparte su profesión con su marido y socio JEFFREY ARO. Con base en Vancouver, acaba de terminar de rodar la cuarta temporada de la serie "High Castle", y su marido, la segunda temporada de "Lost in Space", de Netflix. "Fue genial hacer esta película", dice Maja Aro. "Hubo algo especial desde el principio. Con un reparto principal tan joven, todo era fácil, divertido. Me encantó pasar parte del verano con unos chicos montando en bicicleta. Puede parecer sencillo, pero siempre debían estar muy cómodos para que los diálogos fueran espontáneos. Es como conducir un coche y acordarse del diálogo, representa un reto para el intérprete".

Los creadores tuvieron suerte de contar con dos coordinadores de especialistas de este calibre. "Desde el primer momento la enfocamos como una película de aventuras", dice Gene Stupnitsky. "Se diseñó como una especie de Resacón, pero con niños. Sabíamos que habría accidentes de coches, tiroteos, persecuciones y mucho más. Es el ADN de la película. Pero trabajar con niños requiere una planificación aún más minuciosa. Solo están disponibles unas cuantas horas diarias y no pueden quedarse ni un momento más".

Todos están de acuerdo en que daba igual qué idea se proponía, los coordinadores de especialistas la llevaban a la práctica. "Tenían un trampolín en el salón", dice Lee Eisenberg. "Nos mandaban clips de tres minutos de alguien cayendo encima de un juego 'jenga' de gran tamaño o que salía volando al otro lado del cuarto después de que le dispararan un paintball. Entonces sugeríamos que cayeran en una mesa y la rompieran o que se dieran contra una pared y rebotaran por las escaleras. Al día siguiente lo teníamos. Maja, Jeff y su equipo se aseguraban de que el plató era un entorno seguro. Fueron grandes colaboradores".

Al igual que para el diseño de producción, la secuencia de la autopista fue la más complicada para los Aro. El equipo de efectos visuales y los especialistas trabajaron juntos para que la secuencia saliera a la perfección. "Visto en la película, parece sencillo: los chicos provocan un colapso en la autopista. Pero debían tenerse en cuenta muchos factores, la velocidad de los coches, por ejemplo. Unos iban lentos, otros corrían mucho. ¿Cuándo rodaban los chicos o sus dobles? Filmamos los primeros planos con los chavales y otros con ellos corriendo por la autopista. Contamos con unos conductores asombrosos que paraban exactamente en las marcas. Y añadimos varios efectos prácticos para que la secuencia se desarrollara a la perfección".

La coordinadora también es una de las conductoras que amablemente les pide a los chicos que "muevan el puto culo" de la autopista. "Gene y Lee hicieron pruebas a un montón de mujeres, pero ninguna les gustaba", dice Maja Aro. "Entonces me dijeron que lo hiciera yo. Los chicos estaban encantados porque nos llevábamos muy bien. Les hizo mucha gracia que fuera yo la que los insultara".

La secuencia se rodó en el aeropuerto de Pitt Meadows, a unos 30 minutos a las afueras de Vancouver. Desde luego, la sección de autopista que diseñó Jeremy Stanbridge en el aparcamiento no tiene nada que envidiar a una verdadera carretera llena de coches. "Hay mucha circulación y primero van muy lentos, pero de pronto empiezan a acelerar", explica Maja Aro. "El equipo salía de la sección, daba un rodeo circular y volvía al principio".

Peaches, la muñeca de tamaño natural, también tiene su momento de gloria en esta escena antes de un final inesperado cuando sale volando del coche del personaje de Stephen Merchant. "Stephen trabajó delante de una pantalla verde. Su doble conduce en el decorado", explica la coordinadora. "La pobre Peaches sale disparada del coche y un pickup le pasa por encima de la cabeza. Rodarlo fue como un rompecabezas para que todo coincidiera. Los dos vehículos se aproximan, uno adelantando. Después añadimos otra toma con los chicos en la autopista vacía para superponerla a la de los dos vehículos y dar la impresión de que están ahí mismo".

Aunque estuvieran lejos de los peligros de la autopista, nuestros protagonistas iban a enfrentarse a otros grandes riesgos ese fatídico día. Para Lucas, al que da vida Keith L. Williams, lo más divertido fue cuando voltea en el aire con su bici y acaba dándose contra una furgoneta aparcada. "Esta escena se rodó varias veces porque se iba cambiando el objeto contra el que Lucas chocaba", recuerda Maja Aro. "Trabajamos mucho con Gene y Lee para saber qué sería lo más gracioso. En un momento dado, la doble de Keith (MAYA MACATUMPAG) tiraba alambres desde la bici, pero era muy lento. También se daba contra un carrito empujado por un sintecho. En esta secuencia colaboramos mano a mano con el departamento de efectos visuales".

La doble de Keith L. Williams se da contra un banco y acaba estrellándose contra el lado de una furgoneta. "Fue otra escena que armamos como un rompecabezas", dice Maja Aro. "El lateral de la furgoneta había sido acolchado con un centímetro de espuma pintada para que pareciera metal. Maya también llevaba protectores, pero todo cambió en el último momento. Casi se da la vuelta y acaba dándose en la espalda en lugar del hombro protegido".

En la escena, a Lucas se le disloca el hombro, y los otros dos se lo recolocan. Poco después, los tres acaban en una pelea con Benji, el exnovio de Hannah, en la casa de la fraternidad. Lucas consigue tirar a un chico mayor bastante borracho en una mesa con un barril de cerveza. "Sabíamos que la cerveza se derramaría y que sería asqueroso", dice la coordinadora. "Casi todos los actores en esta escena son especialistas".

Maya Aro y su marido reconocen que se lo pasaron muy bien trabajando con los tres chavales. "Cuando se trabaja con niños, acabas siendo su amiga o, en mi caso, su tía", dice. "Sus preocupaciones suelen resumirse a qué van a comer hoy o con qué jugarán, pero en esta película fue diferente. Nos hicieron muchísimas preguntas. Brady quiere ser especialista y le gustaba hacer las escenas peligrosas él mismo. En la secuencia de 'La era del rock' siempre es él. A los miembros del departamento de vestuario les explicamos dónde colocar protectores en su ropa".

Keith L. Williams y Brady Noon no eran los únicos en querer jugar. Jacob Tremblay les dijo a los Aro, a Lee Eisenberg y a Gene Stupnitsky que había visto y estudiado Matrix con el fin de prepararse para la pelea de paintball en la casa de la fraternidad. "Jeff y yo tenemos un centro de entrenamiento en casa e invitamos a los chicos a ir", dice Maja Aro. "Hay muchas pistolas Nerf y les dejamos hacer lo que quisieran con ellas. Pero Jacob se tomó el entrenamiento muy en serio".

A pesar de que todos se lo pasaron bien, la seguridad, y especialmente la de los chicos, era la prioridad. "Estoy trabajando con Jeff y Maja en otro proyecto", dice el diseñador de producción Jeremy Stanbridge. "Jeff se ocupó de 'Colony' y de 'Lost in Space'. Los dos teníamos claro que todo debía parecer lo más realista posible sin por eso olvidar la seguridad. Por muy bien que quede algo, la seguridad pasa primero, y lo entienden perfectamente. Saben mucho de telas y de texturas. Se me ocurría una idea y siempre conseguían que funcionase".


LA FOTOGRAFÍA

Filmando un mundo joven. La perspectiva de un doceañero
Tratándose de la fotografía de CHICOS BUENOS, lo primero fue tirar por la borda la lista de reglas para fotografiar una comedia. Desde el inicio, el director de fotografía Jonathan Furmanski y los cineastas optaron por una fotografía con sentido del espectáculo. Aunque muchas secuencias se basan en el humor, el sentido de la aventura y el peligro se infiltra en numerosas escenas, como el cruce de la autopista, la persecución en el centro comercial y la pelea en la casa de la fraternidad.

Jonathan Furmanski usó objetivos anamórficos para planos generales porque comunican una sensación de grandeza y permiten que los tres amigos entren en el cuadro. También añadía ese toque de nostalgia de los años ochenta que recorre toda la película.

Los creadores de CHICOS BUENOS se sintieron felices de contar con Jonathan Furmanski. "Fue una suerte enorme tener a Jonathan con nosotros, sobre todo porque no habíamos dirigido nada antes", dice Gene Stupnitsky. "Tuvo mucha paciencia, nunca perdió el buen humor, era el colaborador ideal". Lee Eisenberg añade: "En un plató como el de esta película, la paciencia lo es todo. Pero también aportó muchas ideas".

Como ya hemos dicho, algunas de las referencias de los cineastas eran películas como Cuenta conmigo y Los Goonies, y otras historias iniciáticas de los ochenta. "Queríamos incluir elementos de estas películas, fuesen de aventuras o comedias, y son las primeras de las que hablamos", dice el director de fotografía. "A medida que se iba desarrollando la película, también hablamos de It, Millenium: Los hombres que no amaban a las mujeres y, esto quizá sorprenda, de Attack the Block. La idea era que la película tuviera un pie en un pasado nostálgico y otro firmemente plantado en 2019. Es una película moderna, pero queríamos que tuviera raíces en las comedias o películas de aventuras adolescentes de los setenta y ochenta".

Jonathan Furmanski imaginó un mundo brillante lleno de colores, tal como lo ve un doceañero. "Todo debía ser un poco más vibrante, un poco más emocionante", dice. "Intenté rodar desde su perspectiva. Si había personas altas en un cuarto, casi parecían amenazantes. Intentamos plasmarlo todo desde su experiencia".

En ningún momento se quiso crear a unos niños que piensan como adultos o que aparentan más edad de la que realmente tienen. "El idioma es más adulto que el de la típica película de niños", explica. "Pero eso forma parte del humor. Es muy gracioso oírles hablar así, usando palabrotas. A menudo no saben realmente lo que están diciendo. Son unos ingenuos con diálogos típicos de una comedia para adultos".

Trabajar con niños no solo significa menos horas de rodaje, sino que también deben adaptarse a los requisitos técnicos de las tomas. "En cierto modo, los chicos aprenden mientras ruedan", dice Jonathan Furmanski. "Aprenden a saber dónde están sus marcas, a no mirar el objetivo y a abrirse delante de la cámara para que podamos captar sus expresiones faciales y su lenguaje corporal".

El director de fotografía se esforzó en no complicar los movimientos de los actores para que se concentraran en los diálogos y en la interpretación en vez de preocuparse por su colocación dentro de la escena. Intentó proporcionarles libertad y espacio, y se preocupó de estar en el lugar oportuno cuando hacía falta. "Todo giraba en torno a los chistes para conseguir la mejor reacción en la pantalla, pero también había que dejar que las escenas nos llevasen un poco más lejos", explica.

Para evitar que los chavales perdieran la concentración, era necesario que se lo pasaran bien al mismo tiempo. "Puede decirse que éramos unos 150 titas y titos intentando entretenerles y ocuparles", dice el director de fotografía. "Solo así conseguíamos mantener su energía y que dieran lo mejor de sí mismos".

También en este caso, una de las escenas más difíciles de rodar fue cuando los chicos cruzan la autopista. "Hablamos mucho y la preparamos detalladamente. Mereció la pena", dice Jonathan Furmanski. "Comprendimos que era un momento importante para los chicos, no solo porque les dejamos participar en la acción, sino porque era un poco como cruzar un umbral que les llevaba hacia la vida adulta. La escena es muy fuerte".

La mayoría de la película transcurre en exteriores soleados, excepto la secuencia en la casa de la fraternidad. Simboliza un lugar reservado a los chicos mayores, y el ambiente es más oscuro, inestable, incluso misterioso. "Es el entorno más desconocido de toda la película, así que jugamos mucho con las luces y las sombras para conseguir un ambiente especial, extraño para ellos", acaba diciendo.


LA COREOGRAFÍA

Niños bailones. Osos animatrónicos y musicales inadecuados
Cuando los chicos no preparaban las escenas de acción, solían estar con el equipo de PAUL BECKER, el coreógrafo de las giras mundiales de los Jonas Brothers, y de películas como Deadpool 2 y Los descendientes, y de la popular serie "Riverdale". "Gene y Lee buscaban un coreógrafo que hubiera trabajado con niños", dice Paul Becker. "Nos reunimos y nos llevamos bien inmediatamente. He hecho unas cuantas películas con niños y mi instinto cómico es muy parecido al de Gene y Lee. Era perfecto".

El coreógrafo explica que planifica el montaje antes de empezar el rodaje: "Creo la coreografía de una escena con unos cuantos bailarines que representan a los personajes y la rodamos. Eso le facilita mucho la tarea al director. Si no, solo es un plano general de personas bailando, y el director no sabe dónde centrarse. Intento darles mi mirada y un enfoque. Con Gene y Lee fue fácil. Rodaba la secuencia, la montaba y se usaba para componer la lista de tomas".

Después de estudiar el guion y ver cuáles son las relaciones entre los personajes, escucha el tema musical que acompañará a la escena y la lee en voz alta antes de empezar a planificar la coreografía. "Construyo la escena incluso antes de que se haya escogido a los actores para que puedan encontrar su sitio en cuanto lleguen", explica. "Ahora bien, cada actor aporta un sabor propio, por lo que dejo muchas puertas abiertas; la escena no es definitiva".

Paul Becker trabajó con el director de fotografía Jonathan Furmanski para conseguir las mejores imágenes. "Gene y Lee me contrataron por la experiencia que tengo", dice. "Hicieron gala de humildad al pedirme que les ayudara con los números musicales, y me alegro mucho de haber podido hacerlo".

Los tres chicos buenos ya habían trabajado en películas anteriormente, así como gran parte de los jóvenes actores secundarios, pero el coreógrafo quiso sacar a la luz al bailarín y al cantante que llevaban dentro. Durante los ensayos "realizamos ejercicios al estilo del profesor de teatro Mr. K", dice. "Por ejemplo, les pedí que hicieran el baile loco solo para relajarse".

Una de las escenas más conmovedoras de la película está diseñada para que no se note que fue coreografiada. En un montaje descubrimos que los padres de Lucas se separan mientras él llora durante la interpretación del coro del tema "Walking on Sunshine", de Katrina and the Waves. Paul Becker añade: "La mayoría de espectadores no se dará cuenta de que la escena está coreografiada. Si no se nota, es que he hecho un buen trabajo. No debe notarse que una escena ha sido planeada al milímetro".

Los cineastas se habían esforzado en encontrar la canción perfecta para la escena. "Sabíamos desde el principio que la cámara pasaría de Lucas enterándose de que sus padres se divorcian, a un primer plano de él cantando", dice Lee Eisenberg. "Nos gustaba la idea de la clase cantando y bailando mientras él lloraba, pero seguía bailando. Siempre imaginamos la escena así".

En cuanto al espectáculo "La era del rock", Paul Becker dice, riendo, que tuvo que condensar todo el musical en dos minutos. "Está entre las escenas menos políticamente correctas y más incómodas que he coreografiado en todos los días de mi vida", reconoce. "Gene y Lee hablaban con los chicos a través de mí, por lo que debía darles toda la información. Seguimos a nuestra estrella de rock, a Thor, mientras asciende a la fama, cae y vuelve a subir, todo envuelto en cosas nada adecuadas para unos niños".

Pero los cineastas estaban encantados. "Nos entusiasmó 'La era del rock' porque nos encanta el musical y aún más al profesor, al Sr. K, que lo ha salpicado con la historia de su vida", dice Lee Eisenberg.

"Brady tiene carisma, cae bien a pesar de ser grosero. Me recordaba al chico malo de la clase al que todo el mundo adora", dice Paul Becker. "Es el elemento que más me gusta de 'La era del rock'. En el plató hubo que decirles a los chicos que hicieran cosas extrañas. La línea divisoria entre un profesor y un coreógrafo no es clara. Aquí estoy, animándoles a decir tacos o a hacer la peineta mientras bailan delante de sus padres. Pero los críos estaban dispuestos a todo, hubo que calmarles un poco".

Como el resto del equipo, Paul Becker no pudo resistirse a la mezcla de ingenuidad y de grosería de CHICOS BUENOS. "Gene me dio la idea general y acabó diciendo: 'Pásalo bien'", recuerda. "Me lo pasé de miedo y probé todas las posibilidades. Hay un momento en que Thor llega a Hollywood y se encuentra con una prostituta. Lee y Gene querían que la bailarina llevara a Brady al lavabo con un donut bañado en azúcar glas. Luego debía salir de lado, como si estuviera colocado por el azúcar del donut, y caer redondo".

Paul Becker coincidía con el diseñador de producción Jeremy Stanbridge en que el musical debía dar la sensación de haber sido creado por niños. Se enorgullece de que todo "esté al menos un diez por cien peor", dice. "Lo grande de esta escena es que es muy mala. Mi objetivo era coreografiar algo imperfecto, pero que debía encajar en la película. Fue todo un reto".

Brady Noon no solo prestó sus habilidades acrobáticas a la épica interpretación del musical, sino también sus cualidades vocales. "Hizo falta una sesión al completo para conseguirlo", dice Brady Noon. "Había un modelo 3D para que nos hiciéramos una idea de cómo sería, así que sabía cómo tirar la mesa. Rompí tres mesas de plástico y dos de madera durante el ensayo. Se me daba bien y me gustaba. Nunca había trabajado con un coreógrafo, me enseñó un montón de movimientos para poder presumir delante de mis amigos".

Vemos a una pésima banda animatrónica en la escena que transcurre en una pizzería. "Uno de los mejores días fue cuando coreografiamos a tres músicos animatrónicos", dice Paul Becker. "Los tres chicos están en la pista de baile antes de que Lucas vomite. Un oso toca el piano, un canguro, la batería y un gorila, la pandereta. Son actores interpretando a robots".


LA MÚSICA

Una montaña rusa. Música para pasarlo bien con CHICOS BUENOS
La supervisora Michelle Silverman, que se ocupó de la banda sonora de la taquillera Aquaman, escogió la música para la película. Con un currículo que incluye títulos muy diversos, desde Abierto hasta el amanecer y Terminagolf, hasta Kill Bill: Vol. 1 y Nunca me han besado, sin olvidar populares series como "Hijos de la anarquía" y "Cobra Kai", la supervisora estaba encantada de trabajar en lo que llama "el gran proyecto musical" de Lee Eisenberg y Gene Stupnitsky.

Michelle Silverman, que además de supervisora musical también es músico, reconoce que hay periodos de su vida con banda sonora, y quería incluir en la película esa sensación. "Las películas que me influyeron cuando crecía fueron Grease, Fama y todas las de John Hughes", dice. "Nunca olvido una película basada en la música. Empecé a hablar de música con Lee y Gene, intercambiamos ideas y les sugerí que la música debía tener una identidad propia en la película. Queríamos que la banda sonora de CHICOS BUENOS se asemejara a una montaña rusa".

Michelle Silverman tiene una hija de la edad de los chicos protagonistas. "La historia no me era del todo desconocida gracias a mi hija", dice. "Está pasando por lo mismo". Y se lanzó de cabeza en el proyecto junto a los cineastas. "Gene y Lee tenían un montón de ideas, yo también. Nos mandamos un montón de correos electrónicos hasta que todos estuvimos de acuerdo. Fue un proceso colaborativo entre Lee, Gene, Good Universe, Point Grey y yo".

La clave era captar el impacto emocional de la música. Se centró en canciones que podían conmover inesperadamente. "Es una comedia, la banda sonora debía ser ligera y estar llena de energía", dice. "Empecé a reunir canciones y las colgué en un enlace Dropbox para que Lee y Gene pudieran escucharlas mientras rodaban. También mandé varias selecciones al montador de música, RICK ZIEGLER, para que las probara con la imagen. Gene y Lee estaban encantados con la posibilidad de probar diferentes temas en diferentes escenas".

Michelle Silverman estudió con el famoso Danny Bramson, el supervisor musical de Casi famosos y Solteros, y está convencida de que no se debe parar hasta conseguir la canción perfecta para cualquier escena. Con los temas "Walking on Sunshine" y "I Want to Know What Love Is" incorporados en el rodaje, quería que la música estuviera a la altura de "los grandes momentos de la historia".

"Escogimos 'Walking on Sunshine' porque Gene y Lee querían una canción que pudiera cantar un coro de colegio, y que encajara con el momento más triste para Lucas", explica. "Buscaban un tema que fuera a contrapelo, cuando todo parece ir sobre ruedas y no es así para nada".

No dudó en escoger temas de los ochenta, pero tampoco se limitó a esa época. "Incluso se oye 'Can't Get Enough of Your Love' porque la película va más allá de las épocas", dice. "Hoy en día, los chicos acceden a YouTube y a Spotify y saben mucho más de música que yo a esa edad. La playlist de mi hija incluye canciones de bandas como All Time Low y cantantes como Elton John".

El proceso creativo siempre fue una colaboración. "A Gene y a Lee les encantó 'Oblivion', la querían como fuera", recuerda. "Escuchaban decenas de temas para ver si encajaban con una escena, y eran muy específicos. 'Race with the Devil' es perfecta para la escena en la casa de la fraternidad con la Panda del Puf en medio de la pelea con pistolas Nerf. Otra canción que me gusta mucho es 'Heat of the Moment', de Asia, cuando juegan a la botella. Me encanta esa canción y se oye en un momento muy especial de la película".

En cuanto a la balada roquera en el tercer acto, tardaron bastante en encontrar la idónea. Por suerte, los dos creadores no pudieron resistirse a "I Want to Know What Love Is". "Fue un proceso de tres etapas", dice la supervisora. "El primero era decidir qué musical tendría sentido para que los chicos cantaran y bailaran. Una vez escogido 'La era del rock', había que seleccionar a un grupo entre los muchos disponibles. Una vez escogido, nos centramos en la canción favorita de Gene y Lee. Me siento afortunada por haber trabajado con ellos, tienen mucho talento".

La colaboración con el compositor Lyle Workman se realizó a través del montador de músicas Rick Ziegler. "Rick estaba trabajando con él y con nosotros; fue el perfecto canal de comunicación", dice Michelle Silverman. "Comparábamos notas, y funcionó muy bien".

También le impresionó el talento innato de los jóvenes intérpretes. "Los tres chicos son alucinantes", dice. "Me quedé de piedra cuando les oí cantar. Se oyen sus voces en la película, no están doblados. Las productoras musicales STEFANIE FINK y ALANA DA FONSECA les grabaron en el estudio y sus voces les asombraron".


EL VESTUARIO

Un experto en moda. La ropa de la película
El vestuario forma parte de la personalidad de los personajes, y dado que la historia transcurre prácticamente en su integridad en un solo día, era de suma importancia encontrar la ropa adecuada para cada uno de los tres. "Casi siempre llevan la misma ropa", explica Gene Stupnitsky. "Teníamos muchas ideas y, por suerte, la diseñadora de vestuario Carla Hetland siempre estaba dispuesta a probarlas".

La diseñadora, que se ocupa del vestuario de la serie "Proyecto Blue Book", en torno al padre de la ufología, ya había trabajado con Point Grey en The Interview y 50/50, y estaba entusiasmada con la idea de colaborar con Lee Eisenberg y Gene Stupnitsky. "Son geniales y me lo paso muy bien con ellos", dice. Los tres protagonistas también la conquistaron: "Les veía rodar por el monitor y me moría de risa".

La diseñadora escogió prendas que sobresalieran en la pantalla. "Cuando se trata de una historia que transcurre casi toda en un solo día, hay que asegurarse de que el vestuario es perfecto y que todos están contentos con la ropa porque los actores, el equipo y el público no verán otra cosa", dice. "Pero encontrar la ropa perfecta no siempre es fácil. Imagine que está en una fiesta de Halloween y ve a alguien disfrazado de Brady, Thor o Max, seguro que querría saber quiénes son".

Cuando la diseñadora, que nunca había trabajado con actores tan jóvenes, empezó a pensar en el look de la Panda del Puf, decidió que la ropa debía encajar con su personalidad. "Queríamos un estilo particular para cada uno de los tres", recalca. "Era importante diferenciarles y hacerlo de forma realista, sin tampoco exagerar. Lucas tiende a llevar camisetas de colores con un arcoíris y un animal, una prenda para un niño más pequeño", dice Lee Eisenberg.

Para expresar la ingenuidad de Lucas, Carla escogió un estilo inspirado en la marca Garanimals. "Lucas es el más inocentón, sigue muy apegado a sus padres, por eso decidimos que llevaría ropa más infantil, con colores llamativos", dice. "Nos inclinamos por diseños que iban desde los helados de cucurucho a dos dinosaurios abrazándose".

Fue entonces cuando los cineastas descubrieron que Keith L. Williams, que da vida a Lucas, estaba muy interesado en el proceso. "Keith es un experto en moda", dice Gene Stupnitsky. "Le encanta hablar de ropa. Cuando le preguntamos qué se pondría para el estreno de la película, se limitó a contestar: 'La prenda perfecta'".

En cuanto a la ropa roquera de Thor, Brady Noon no le hizo ascos a vestirse como el más chulo de los tres. "Cuando entendimos la personalidad de Brady, pasó de empollón a ser un rebelde", explica Carla Hetland. "Queríamos darle un aspecto un poco provocador". Y eso se refleja en su interpretación en "La era del rock". "Disponíamos de mucho material de referencia e intentamos que fuera único", sigue diciendo la diseñadora. "La historia tiene un toque muy de los años ochenta, y nos lo pasamos genial diseñando el look de Brady para el espectáculo, así como el vestuario de todos los que suben al escenario".

Jacob Tremblay en el papel de Max también va a la moda, pero de forma más discreta. "El look de Max es el más normal, también es el que madura más rápido", explica Carla Hetland. "Los otros dos se esfuerzan en demostrar su personalidad, pero Max ya lleva una chaqueta y una sudadera con capucha, y empieza a rehuir los colores fuertes".

Ya que Molly y Lily también participan en la aventura, debían tener un estilo propio. "Queríamos que la ropa de las adolescentes y de los universitarios se saliera de lo común", dice la diseñadora. "Lo primero fue descubrir qué les interesa, sus personalidades, cómo son sus padres, qué música escuchan, todo". También se inspiró en los decorados del diseñador de producción Jeremy Stanbridge. "Por ejemplo, el diseño de la casa de una familia de clase alta sería moderno, limpio", sigue diciendo. "La casa de una familia de clase media sería cómoda, con sofás tapizados con motivos florales. Me fijé en lo que hacía Jeremy para diseñar lo que llevarían los jóvenes".

La diseñadora se encargó de tener muchas prendas repetidas: "Había múltiples versiones de la ropa de los chicos, y no solo por el uso diario o las escenas de acción, sino porque son niños, comen helados, se manchan. Siempre les hacíamos cambiarse antes de comer para evitar los lamparones".