La ofrenda es una película dirigida por Ventura Durall y producida por Nanouk Films, Fasten Films, Suica Films y Bord Cadre Films, con la financiación del ICAA, ICEC e IVAC, y con la producción asociada de TV3.
Este thriller sentimental, que se rueda durante 6 semanas en diversas localizaciones de Barcelona y Valencia, es el segundo largometraje de ficción de Ventura Durall, tras Las dos vidas de Andrés Rabadán. Alex Brendemühl, repite como protagonista junto a Verónica Echegui y Anna Alarcón, que encabezan el reparto de La Ofrenda, dando vida a un triángulo amoroso con un pasado lleno de secretos, en el que nadie es quién parece ser.
Ventura Durall cuenta con una amplia carrera como cineasta. Sus largometrajes documentales (Bugarach) y de ficción, y sus numerosos cortometrajes (La sonrisa escondida, Primer estrato, La sonrisa escondida - seleccionado en Sundance), han sido seleccionados en festivales de todo el mundo. Cuenta 3 premios Gaudí por su anterior largometraje de ficción, Las dos vidas de Andrés Rabadán.
Para Adrià Monés, productor de Fasten Films, "La ofrenda es un thriller sentimental que invita al público a explorar los rincones más oscuros de la pasión. A través de la reaparición de un amante, cuestiona hasta dónde somos capaces de llegar por aferrarnos a un ideal del pasado".
Para Ventura Durall, director y productor de Nanouk Films, "La ofrenda también se puede leer como una adaptación contemporánea de La Odisea, organizada a través del triángulo amoroso Ulises-Calipso-Penélope. ¿Qué mueve a Ulises a volver con Penélope dejando de lado las tentaciones de Calipso?".
Si el arte implica siempre alguna forma de transferencia entre artista y espectador, La ofrenda toma la forma de parábola para explorar cómo nuestros actos se cristalizan en estructuras mentales como la obsesión, la culpa o el perdón.
El perdón implica voluntad íntima de redención pero también necesita que el otro visualice esta voluntad y que la acepte.
Pero, ¿cómo hacerlo si la relación ya está viciada o contaminada por raíces venenosas? ¿Como pedir perdón si al otro ya no le importa lo que podamos decir o no quiere ni escucharnos?.
La ofrenda propone respuestas a estas preguntas desde un humanismo radical y desde una psicología profunda: la construcción del espacio para que el otro esté receptivo a la escucha y la necesidad transformadora del acto, que para existir precisa que funcione en ambos sentidos.
Porque este es el último propósito de Jan con Violeta pero también de La ofrenda con sus espectadores.