Con 18 años, Ana tiene un brillante porvenir ante sí. Es la primera de la familia que puede atreverse a soñar con ir a la Universidad: pero cuando se acumula la tarea en el taller de confección donde trabaja su hermana mayor Estela, Ana se pone a trabajar de mala gana para completar un pedido de vestidos. Ana está indignada por la cantidad de esfuerzo que supone la confección de trajes elegantes para mujeres con vidas tan distintas a las suyas, trajes en los que, como sus sueños, nunca encajará. A medida que pasan las horas en el taller, Ana empieza a darse cuenta de lo duro que trabaja su hermana y lo buena que es en lo suyo. También comienza a enseñar a las mujeres del taller cómo amar cada una de las curvas de su cuerpo y apreciar todo lo que las hace diferentes del resto del mundo. Una vez acabado el último traje del pedido, Ana estará lista para saber que es lo que le depara el futuro.