Cinemanía > Películas > La (des)educación de Cameron Post > Comentario
Destacado: Llega a las salas de cine comerciales 'Vaiana 2'
  La (des)educación de Cameron Post  Dirigida por Desiree Akhavan
¿Qué te parece la película?
Gracias
Ver resultados

Premios y festivales internacionales
- GRAN PREMIO DEL JURADO MEJOR PELÍCULA-FESTIVAL DE SUNDANCE 2018
- ESPIGA DE PLATA MEJOR PELÍCULA-SEMINCI-FESTIVAL INT. DE CINE DE VALLADOLID 2018


Sobre la producción
En 2011, la cineasta Desiree Akhavan estaba trabajando en un libro cuando un editor le mando un ejemplar de la novela para jóvenes adultos "The Miseducation of Cameron Post", de Emily M. Danforth, antes de que se publicara. La historia transcurre en el estado de Montana a principios de los noventa y en sus casi quinientas páginas describe ocho años de la vida de la protagonista. Cameron no tiene más de doce años cuando mueren sus padres y se va a vivir a casa de sus tíos, dos evangelistas que acaban mandándola a un centro cristiano de conversión de personas gay cuando descubren sus inclinaciones sexuales.

La novela, escrita en primera persona, conmovió a Desiree Akhavan. "Habla con total sinceridad del paso de la adolescencia a la madurez y además, la protagonista es gay. El hecho de que Cameron sea gay es el centro de la historia, pero aun así no me dio la impresión de estar enfocada únicamente en este problema. Tampoco me pareció condescendiente, moralizante o afectada. Es una historia verosímil, cercana, como todas las buenas novelas para jóvenes adultos", dice. "En cuanto leí el libro, se me ocurrió que si algún día podía convertirlo en un largometraje, me basaría en las últimas 200 páginas, donde se describe su estancia en el centro de conversión".

La cineasta volvió a pensar en la novela cuatro años después, mientras presentaba en diversos festivales su debut cinematográfico, Appropriate Behavior, una comedia que escribió, dirigió y protagonizó acerca de una chica americano-iraní de unos veinte años y sus desesperados intentos por ser la hija persa ideal, políticamente correcta, bisexual e interesante vecina de Brooklyn. La película fue muy bien recibida por el público y la crítica, que subrayó el estilo de la directora y un humor tan inteligente como inesperado.

Desiree Akhavan no estaba del todo segura de lo que quería hacer a continuación. Hablando de posibles proyectos con la productora Cecilia Frugiuele, la cineasta le pidió que leyera "The Miseducation of Cameron Post". Desiree Akhavan dice: "Cuando Cecilia empezó a leer novela, me aseguró que era la siguiente película. Y eso que Cecilia no es gay. Me sorprendió que quisiera lanzarse a hacer otra película gay. La novela la conquistó".

El humor, la comprensión y el respeto con que se tratan a los personajes adolescentes en la novela hicieron pensar a la productora y a la directora en algunas películas clásicas de John Hughes como El club de los cinco y Dieciséis velas. "Nos interesó. A Cecilia y a mí nos encantan las películas de John Hughes", comenta Desiree Akhavan. "No creo que se hayan hecho grandes películas de adolescentes desde John Hughes. La novela tiene algo especial; hay mucho humor y se puede imaginar a un reparto coral. Todos están en el centro por razones diferentes y nadie reacciona del mismo modo. La historia es una especie de híbrido, una mezcla entre el paso de la adolescencia a la madurez, la rehabilitación y un internamiento. No se puede pedir un ambiente más prolífico para los personajes".

La cineasta y la directora habían trabajado juntas en un guion y decidieron escribir este entre las dos. Pero antes de empezar, debían decidir en qué punto de la historia empezaría la película. Desiree Akhavan pensó en su experiencia personal cuando se sometió a una terapia por un trastorno de la alimentación que sufrió cuando tenía veinte y pocos años. Se centró sobre todo en el proceso terapéutico en sí, en las diferentes historias y actitudes de los pacientes, así como en las relaciones y antipatías que surgen entre personas que conviven en una situación controlada.

"Me gustan las historias que transcurren en centros de rehabilitación, y siempre había querido hacer algo en torno a lo que ocurre en esas salas", dice. "La terapia es 'para ponerse mejor', pero ¿qué significa eso exactamente? Es diferente para cada uno. Se crean alianzas basadas en las ganas que tienes de curarte o no. Volví a leer la novela y de pronto estuvo muy claro. ¿Qué significa 'mejorar'? ¿Qué pasa si no sirve de nada 'rezar para dejar de ser gay'? Fue el núcleo de la idea en la que nos basamos Cecilia y yo para empezar el guion".

Desiree Akhavan y Cecilia Frugiuele empezaron a escribir en marzo de 2015, una vez adquiridos los derechos de la novela. Se documentaron a fondo para realizar una descripción exacta del decorado principal, un centro cristiano dedicado a convertir a personas gay llamado "God's Promise" (La Promesa de Dios). Leyeron todo lo que encontraron sobre el tema, incluso libros de lucha contra la homosexualidad y de psicología de conversión gay. Descubrieron que hay comunidades de exgay en todo el mundo y fueron a escuchar a los predicadores de esas comunidades.

El centro "La Promesa de Dios" fue fundado por la Dra. Lydia Marsh después de "curar" a su hermano, el reverendo Rick, y entregarle a una saludable heterosexualidad. Los internos llevan uniforme, van a clase, escuchan sermones y comparten habitación con las personas que se les asigna. El tratamiento se basa en técnicas habituales, como terapia de grupo e individual, además de curiosas invenciones, como "el iceberg", un ejercicio diseñado para ayudar a los jóvenes a identificar qué les empuja a ser gay. "Lydia me parece la persona más inteligente, da igual quién esté con ella", dice la realizadora. "Quería curar a su hermano. Creo que la terapia de conversión empezó como un experimento, y poco a poco conoció a otros terapeutas interesados en su trabajo".

La Dra. Marsh se toma su misión muy en serio y no permite que los jóvenes cometan el menor desliz. Es una figura autoritaria, tiene cierto parecido con la directora de un internado. "Una buena directora es dura, intimidatoria y consigue que todo vaya sobre ruedas", explica Desiree Akhavan. "Para Lydia, estos jóvenes son sus hijos, está convencida de que los protege. Es generosa, tiene un gran corazón... pero está totalmente equivocada en cuanto a la sexualidad y enseñando a los internos a odiarse a sí mismos por lo que son. Ahí está lo peor, todos acabamos decidiendo qué está mal y qué está bien. Las buenas intenciones pueden conducir a lo peor".

A través de flashbacks descubrimos el amor que unía a Cameron y a su mejor amiga, Coley. Siempre intentaban estar solas para ver películas gay como La mejor marca y Media hora más contigo. La noche del baile de fin de curso están en el asiento trasero de un coche para fumarse un porro y meterse mano, pero las pillan. Y mandan a Cameron al centro "La Promesa de Dios". Sumida en un ambiente desconocido, Cameron se muestra educada, amable, revela muy poco de sí misma y no pregona que no le interesa ser curada.

No tarda en encontrar a dos espíritus compatibles en los otros dos inadaptados del centro, Jane Fonda y Adam Red Eagle. Entre otras cosas, Jane y Adam cultivan un pequeño huerto de maría en el bosque cercano y Jane guarda la hierba en la pierna protésica que lleva desde un accidente de coche. "Jane y Adam son las únicas personas con las que Cameron se atreve a hablar con sinceridad", explica la cineasta. "No conocía a otros gay, nunca había hablado con nadie de ser gay. Pero ahora tiene a dos personas que lo saben todo".

Jane y Adam no solo lo saben todo, no quieren cambiar. Ninguno de los dos tiene la menor intención de renunciar a lo que siente. "Las referencias de Jane y Adam son muy diferentes a las de los otros chicos porque no son religiosos", sigue diciendo Desiree Akhavan. "La madre de Jane se casó con un hombre religioso, y el padre de Adam se metió en política y tuvo que demostrar ser creyente. No se criaron en la fe, son capaces de ver más allá. Pero Cameron perdió a sus padres muy pronto y acabó en una familia evangélica".

Cameron duda, como cualquier adolescente. "En cierto modo, la película demuestra que un centro como este puede romper la voluntad de una chica inteligente a pesar de estar muy segura de sí misma antes de ingresar", sigue explicando la realizadora. "¿Cómo se puede lavar el cerebro a una persona para que se odie a sí misma? Creo que es algo propio de la experiencia adolescente en general. Pienso que todo va bien antes de la pubertad, pero llega la adolescencia y empezamos a dudar de nosotros mismos".

Algunos acontecimientos acaban por forzar a Cameron a poner en duda las supuestas verdades que habían conformado su vida hasta entonces. "La historia, al igual que las películas de John Hughes, llega al punto en que comprendemos que los adultos no lo saben todo", dice. "Es más, quizá no sepan nada. Siempre se trata de personas que llevan más tiempo en el mundo y, automáticamente, el adolescente asume que tienen razón. Pero llega un momento en que no le queda más remedio que escoger el camino que seguirá".

Desiree Akhavan y Cecilia Frugiuele escribieron numerosas versiones del guion durante el primer año. Beachside Films (Morris From America, The Incredible Jessica James) se unió al proyecto muy pronto, aportando la financiación necesaria. A finales del verano de 2016, la directora se trasladó de Londres, donde vive, a Nueva York para empezar a buscar con la directora de casting Jessica Daniels a la actriz idónea para encarnar a Cameron.

Chloë Grace Moretz se enteró del proyecto en septiembre de 2016. Desde el papel que la catapultó a la fama en Kick-Ass: Listo para machacar, en 2010, ha protagonizado y coprotagonizado películas de la importancia de Déjame entrar, Hugo, Kick-Ass 2: Con un par y Si decido quedarme, y estaba preparada para un cambio. "Había decidido dejar de trabajar durante un tiempo y ver en qué dirección orientar mi carrera", dice la joven actriz. "Quería hacer películas que me conmovieran, me inspiraran y tuvieran relevancia".

Chloë Grace Moretz había visto Appropriate Behavior y tenía ganas de leer el nuevo guion de la cineasta. La actriz siempre trabaja con su hermano, que se encarga de leer todos los guiones antes de pasárselos. "Tardé una hora en leerlo y llamé inmediatamente a mi hermano. Le dije que, primero, era el guion mejor escrito que había leído nunca y, segundo, que esa era la dirección profesional que quería tomar".

Entretanto, Desiree Akhavan seguía buscando a Cameron y empezaba a preocuparle la posibilidad de no encontrarla. Estaba hablando por teléfono con Michael Clark, de Beachside, cuando la directora de casting Jessica Daniels entró en el despacho. "Michael y yo habíamos decidido que era muy irresponsable hacer la película sin una Cameron perfecta. Ya estudiábamos las consecuencias que implicaría suspender el rodaje", recuerda. "En ese momento, Jessica me enseñó un post-it donde había escrito: 'Chloë quiere verte'. No me lo esperaba. Hasta entonces, Chloë había hecho cosas muy diferentes. Y en cuanto hablé con ella, me di cuenta de que no había duda, era Cameron. Enmarqué el post-it y lo colgué en mi dormitorio".

Desde el primer momento quedó claro que la cineasta y la actriz compartían las mismas ideas para la película. "Desi y yo queríamos que el núcleo de la película fuera de lo más positivo", explica Chloë Grace Moretz. "No queríamos aburrir al público con una lección. Se trataba de enseñar maravillosas relaciones entre unos adolescentes gay que entran en contacto con otros adolescentes gay. Los directores del centro no ven que, por primera vez, los jóvenes entienden que no están solos, que hay otras personas como ellos, que no están locos".

Cameron es una adolecente sólida, no rechaza su sexualidad ni tampoco se avergüenza de ella. Chloë Grace Moretz reconoce que la fuerza de carácter y claridad mental del personaje le sorprendió, sobre todo tomando en cuenta su situación en el centro "La Promesa de Dios". "Cameron es consciente de lo que ocurre desde el principio. Su reacción se inclina más hacia: 'Qué mala pata, estoy aquí porque me pillaron'", explica. "Cameron es una persona alucinante. Acaba en una situación horrible, intentan obligarla a cambiar de forma de pensar, pero no por eso se deprime. Al contrario, se esfuerza en ser la mejor persona posible en esas circunstancias".

Desiree Akhavan alaba la profundidad y los matices que la actriz aportó al papel. "La gama interpretativa de Chloë es enorme, nunca va solo en una dirección. En este caso, sale completamente de los papeles en los que se la ha visto hasta ahora. Le dio una especie de orgullo a Cameron, una seguridad en sí misma y, a la vez, una gran vulnerabilidad. Era un equilibrio de lo más delicado, pero lo dominó totalmente".

Con Chloë Grace Moretz para el papel de Cameron, los productores y la cineasta se concentraron en encontrar a los actores para el papel de Lydia Marsh y el reverendo Rick, los dos hermanos. La directora se alegró mucho de que Jennifer Ehle (Historia de una pasión, Verano en Brooklyn) y John Gallagher, Jr. (Las vidas de Grace, las series "Olive Kitteridge", "The Newsroon") se apuntaran al proyecto. "Eran dos papeles muy críticos porque debían encajar a la perfección", explica Desiree Akhavan. "Uno dependía del otro, pero todos estábamos de acuerdo en que John y Jennifer eran ideales para los papeles de los hermanos porque tienen algo en común, una bondad y una sensibilidad inherentes".

Jennifer Ehle reconoce que le intrigó el papel de Lydia y lo aceptó a pesar de rodar otra película en Nueva York en las mismas fechas. "No podía dejar pasar la oportunidad de meterme en la piel de alguien que ve el mundo de una forma tan diferente a la mía", dice. "Conseguimos compaginar los horarios. Al principio tenía miedo de no poder dedicar el tiempo y la atención que Lydia y la película se merecían. Pero tampoco quería decir que no porque me encantaba".

Se documentó para meterse en el papel. Vio varios vídeos y leyó libros acerca de reclutamiento religioso, terapia de conversión y salvación de almas. "Me pareció importante entender su punto de vista y sus creencias", dice la actriz. "Lydia no tiene nada de sádica. Está convencida de que es un mal necesario para conseguir que estos jóvenes sean felices para siempre jamás.

Lydia cree profundamente en el siempre jamás y en que debemos prepararnos para alcanzarlo. Si alguien hace algo en esta vida que repercutirá en su eterna felicidad, lo correcto es impedirlo de cualquier forma. Si uno ve a un niño a punto de meter la mano en el fuego, hará lo que sea para impedirlo".

A John Gallagher le interesó el proyecto incluso antes de leer el guion. "Había visto Appropiate Behavior. Desiree me parecía una cineasta fuerte e interesante, tenía muchas ganas de saber con qué nos iba a sorprender. No dudé ni un momento cuando se presentó la oportunidad de trabajar con ella", reconoce. "Luego leí el guion y su humanidad me conquistó. Se basa en una observación minuciosa, es muy emotivo y acabas conectando con todos los personajes".

Le gustó el retrato del reverendo Rick, un ser humano silencioso y lleno de conflictos que se esfuerza en ser el perfecto ejemplo de alguien felizmente "curado" de la homosexualidad. "Rick es un hombre bueno, compasivo. Está convencido de hacer lo que debe y de que ayuda a unos jóvenes que lo necesitan", explica. "Pero también tengo la sensación de que hay mucha fachada a la hora de tapar sus dudas acerca de su sexualidad y su fe. El personaje está descrito a la perfección".

Los otros dos personajes principales son Jane Fonda y Adam Red Eagle, que se convierten en los amigos de Cameron y la apoyan. Jane es una líder innata y el papel requería a alguien con carácter. La directora de casting Jessica Daniels le recomendó a Desiree Akhavan que viera la entonces recién estrenada American Honey, de Andrea Arnold, con una increíble interpretación de Sasha Lane, una actriz primeriza a la que Andrea Arnold descubrió en una playa de Florida. Antes de acabar de ver la película, la realizadora mandó un mensaje de texto a Jessica Daniels pidiéndole que le ofreciera el papel. "Jamás había visto a nadie iluminar la pantalla como hace Sasha", dice. "Sasha es sabia, por su mirada se sabe que no es una ingenua, no nació ayer. Es dura, pero también joven y vulnerable. Era ideal para el papel".

Sasha Lane cogió un vuelo de Los Ángeles a Nueva York para conocer a Desiree Akhavan y aprovechó el viaje para leer el guion. "La historia me conmovió inmediatamente, mi hermano es gay, y yo también", dice. "Me gustó Jane, un espíritu libre que no se deja manejar. Creció en una comunidad donde había libertad para que cada uno viviera a su manera, pero su madre la llevó a otra muy conservadora donde no la aceptaron. Ambas comunidades eran cajas en realidad. Puedo entenderlo porque, a pesar de ser muy libre, crecí en Texas, lo que puede compararse a una caja".

Eso no significa que Jane carezca de temores. "Aunque Jane quiere ser una rebelde e intenta hacerse con la situación para que todos crean que está perfectamente, en el fondo, las circunstancias la asustan. Pero aun así, se esfuerza en superarlo, y la admiro por eso".

Después de haber encontrado a las actrices perfectas para las dos adolescentes, la realizadora empezó a buscar a un joven actor nativo americano para el papel de Adam, el divertido e irónico amigo de Jane. Entre los intérpretes que se presentaron a la prueba estaba Forrest Goodluck, muy aplaudido en El renacido, su debut en la gran pantalla. "Forrest es genial para decir las cosas más divertidas sin cambiar de cara", dice Desiree Akhavan. "Encaja de maravilla con Chloë y Sasha, y había una auténtica fusión en las escenas con esta última. Es muy inteligente, aporta un toque sofisticado al humor, algo absolutamente necesario para el papel".

La amistad entre Adam y Jane conmovió al actor. "Es una amistad basada en la ternura y la autenticidad", dice. "Sasha y yo enseguida nos llevamos bien en el plató y fue muy fácil interpretar una de las amistades más tiernas jamás vistas en una película. Creo que Adam y Jane se ayudaron a sobrevivir durante un periodo horrendo, y como la muchos nativos americanos y otras minorías sobrevivieron gracias a un arma letal, el sentido del humor".

El papel ofreció la oportunidad a Forrest Goodluck, cuyos antepasados son diné (navajos), mandan, hidatsa y tsimshian, de aprender más acerca de una cultura de los nativos americanos de la que sabía poco. "Adam es lakota y se identifica con Winkte o 'dos espíritus'", explica. "No se identifica con la palabra 'gay', 'bisexual' o 'transgénero'. La traducción literal de Winkte es 'matado por una mujer', en el sentido de que una mujer mató al espíritu masculino y solo quedó el espíritu femenino. Nunca había oído hablar de las personas Winkte. Gracias a esta película tuve ocasión de conocer a algunas y escuchar su punto de vista. Fue maravilloso aprender eso porque hay muchos indios que son totalmente diferentes de lo que se cree; y yo, como indio, me quedé fascinado con lo que me contaron".

Antes del rodaje, la realizadora y la protagonista hablaron con varios jóvenes que habían sido internados en centros de terapia cristianos dedicados a la conversión de personas gay. "Esos chicos demostraron mucho valor al atreverse a contarnos sus historias. Nos hablaron de lo peor que les había pasado en esos lugares", dice Chloë Grace Moretz. "Desi y yo estábamos interesadas en saber si las relaciones que se describen en la película reflejaban la realidad de un centro. El consenso general fue afirmativo; no todo el mundo conectaba con todos. Fue muy importante saber eso. No creo que hubiera sido capaz de interpretar el personaje como lo hice sin antes haber tenido toda la información que me dieron".

El rodaje de LA (DES)EDUCACIÓN DE CAMERON POST empezó en octubre de 2016 y duró 26 días en el hotel Reidlbauer's de Saugerties, estado de Nueva York. La mayoría del reparto y del equipo técnico se alojó en el hotel durante el rodaje.

Desiree Akhavan colaboró con la directora de fotografía Ashley Connor para desarrollar la imagen de la película. "Nuestra idea era incorporar mucha luz natural", dice. "Estudiamos la obra de Nan Goldin, las películas de Lynne Ramsay. Safe, de Todd Haynes, me inspiró mucho. Vi la película por primera vez antes de escribir la última versión del guion y reconozco que influyó en un par de escenas y en unas cuantas tomas. Había una conexión porque Julianne Moore está en el centro de todo, cree que le pasa algo, pero no está segura de qué puede ser".

En LA (DES)EDUCACIÓN DE CAMERON POST es el sexo lo que provoca que Cameron y los otros adolescentes acaben en el centro de terapia. Todos estaban de acuerdo en que las escenas de sexo debían ser auténticas y realistas, y en que debían encajar con esa sensación de descubrimiento adolescente. La primera de estas escenas transcurre entre Cameron y Coley en el asiento trasero del coche la noche del baile de fin de curso.

La realizadora dio mucha libertad a ambas actrices, algo que repitió en las escenas siguientes. "Chloë, Quinn y yo habíamos hablado del desarrollo, sabíamos qué debían hacer, conocíamos la escena y en qué punto se interrumpiría", explica Desiree Akhavan. "No les di más pautas. Subieron al coche y les dejé unos 20 minutos para que ensayaran y decidieran cómo querían hacerlo. Al rodar la escena, solo estaban Ashley y ellas dos. Y no se cortaron. Fue mi forma de trabajar con Chloë en toda la película. Hablábamos, nos poníamos de acuerdo y le daba el espacio necesario para que interpretara a su modo".

Chloë Grace Moretz y Quinn Shepard estaban decididas a que el amor y el deseo de sus personajes fuera palpable. "Quinn es una actriz genial, además de ser cineasta", dice Moretz. "Nos zambullimos en las escenas, esforzándonos en hacer que esos momentos reflejaran la belleza del primer amor, lo que se siente con el primer beso. Todos queríamos que estas escenas fueran maravillosas, conmovedoras, además de sexy, sensuales y poéticas como ocurre con las relaciones heterosexuales que llevan años describiéndose en la pantalla. Es una historia de amor, y queríamos que el espectador sintiera por qué se le rompe el corazón a Cameron".

Todavía no había acabado el rodaje cuando se celebraron las elecciones presidenciales de 2016. Al día siguiente, el reparto y el equipo volvieron a trabajar a pesar de su decepción. Todos eran conscientes de que la película acababa de adquirir una relevancia negativa. Desiree Akhavan fue muy franca con todos al decir que "prefiero estar con vosotros hoy. Prefiero pasarme el día rodando, haciendo una película que se enfrentará a este nuevo ambiente. Sí, es horrible, pero estamos construyendo algo. Y siempre prefiero construir algo".

"Fue un día muy duro", recuerda Sasha Lane. "Pero también fue increíble saber que creábamos algo con sentido, algo directamente conectado con lo que ocurría en el mundo en ese momento. Y trabajar con personas maravillosas y talentosas que creen en lo mismo que tú es algo que siempre llevaré dentro."


Críticas
"Un poderoso retrato de identidad, sexualidad y aceptación. Chloë Grace Moretz está excepcional" Nikki Baughan, THE LIST.

"Navegando en aguas turbias con elegancia, humor y compasión, merece ser vista por una buena y diversa cantidad de espectadores" A.O. Scott, THE NEW YORK TIMES.

"La (des)educación de Cameron Post ofrece una réplica poderosa a cualquiera que avergüence a otras personas negándoles ser ellas mismas. Es una de las películas más valientes del año" Glenn Whipp, LOS ANGELES TIMES.

"Absolutamente perfecta. La película de aceptación y comprensión que necesitamos hoy en día" Tomris Laffly, ROGEREBERT.COM.

"Un drama de iniciación emotivo y extremadamente conmovedor" David Ehrlich, INDIEWIRE.

"Una delicia (...) Moretz hace una actuación protagonista sensible que armoniza con el resto de los actores" Leslie Felperin, THE HOLLYWOOD REPORTER.