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  Cazafantasmas más allá  (Ghostbusters: Afterlife)
  Dirigida por Jason Reitman
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Protagonizada por Carrie Coon, Finn Wolfhard, Mckenna Grace, Annie Potts, Ernie Hudson y Paul Rudd. Dirigida por Jason Reitman. Producida por Ivan Reitman. Guion de Gil Kenan y Jason Reitman. Los productores ejecutivos son Dan Aykroyd, Gil Kenan, Jason Blumenfeld, Michael Beugg, Aaron L. Gilbert y Jason Cloth. El director de fotografía es Eric Steelberg. Diseño de producción de François Audouy. Montaje de Dana E. Glauberman y Nathan Orloff. Diseño de vestuario de Danny Glicker. Banda sonora compuesta por Rob Simonsen. Basada en la película de 1984 Los Cazafantasmas, dirigida por Ivan Reitman, con guion de Dan Aykroyd y Harold Ramis.


Historias sin terminar: Continuando con el legado de los cazafantasmas
Jason Reitman tenía solo seis años cuando su padre, el director Ivan Reitman, le llevó al rodaje de Los Cazafantasmas, allá por el año 1984. “Recuerdo estar en la cubierta del edificio donde estaba el piso de Dana” relata Jason. “Antes de saber lo que era un perro del terror o un equipo de protones, me encontraba observando cómo embadurnaban de crema de afeitar a un actor de doblaje cuando explota el hombre de malvavisco Stay Puft. Volví a casa con un trozo del hombre de malvavisco que conservé en una estantería durante todos mis años escolares”.

Ese niño creció y acabó entrando en el negocio familiar: se convirtió en un aclamado cineasta, nominado al Óscar por su dirección en Juno y Up in the Air. Centrado en comedia de relaciones personales, especialmente familias, Jason Reitman ha creado una filmografía con una sensibilidad distinta de las comedias que hicieron a Ivan Reitman famoso. Por lo que, al cabo de los años, cuando le preguntaban a Jason si alguna vez haría una película de los Cazafantasmas respondía irónicamente: “Creo que dije, ‘No me cazaréis con eso’” bromea Jason. “Creo que mi padre nunca se esperaba que apareciese con una nueva historia sobre los Cazafantasmas. Claramente cada uno ha tomado su propio camino en el cine, y yo me veía a mí mismo como un cineasta independiente”.

En verdad, el negocio familiar de los Reitman no era solo dirigir películas, también era cazar fantasmas. El negocio familiar no había acabado con él. Hace unos diez años, a Jason le surgió la idea de un personaje en particular. “Me imaginé a una niña de 12 años que encuentra un equipo de protones en un granero” explica. “No sé porqué me surgió así, al igual que me pasa con muchas ideas”.

“Me quedé con eso, y como cualquier buena idea acabó pidiendo a gritos que la contásemos” comenta Jason. “Cuando falleció Harold Ramis supe de inmediato que esta niña tenía que ser la nieta de Egon Spengler. Esa era la historia que quería contar, la historia de una niña que encuentra un equipo de protones y descubre quién es, cuál es su legado y porqué es única”.

Es una historia de los Cazafantasmas de los Reitman, en el que se da y se recibe el testigo. El joven Reitman dirige y su padre produce, creando una película que honra su legado al mismo tiempo que se sostiene por sí misma y apunta hacia el futuro. Jason consigue cerrar el círculo en la trama de la película, mezclando una historia familiar con el tema central de la saga. “Quería crear una película que fuese tanto para mi padre como para mi hija” confiesa Jason. “Quería contar una historia generacional sobre una madre soltera con dos hijos que todavía no saben quiénes son y que acaban descubriendo que son bastante especiales”.

Cuando Jason le comentó la idea a su padre, le contestó que era un híbrido perfecto entre sus dos sensibilidades. “Jason tiene una clara pasión por el cine y toda su iconografía, y eso se refleja en cada palabra de su guion” dice Ivan. “La primera vez que leí el guion acabé llorando. Captura perfectamente el espíritu y alegría de la primera película. Sabía perfectamente dónde quería ir con ella. Es muy buena idea entremezclar una historia familiar junto con una película de la envergadura de Los Cazafantasmas”.

Con todo esto, no es de extrañar que se hayan pasado el testigo de esta manera. “Antes de 1984, los superhéroes eran grandes defensores de los principios americanos, serios con lo que hacían” dice Ivan. “Pero los Cazafantasmas eran un poco antisistema y tenían sentido de humor. Eran personas mucho más cercanas”.

“Creo que nadie piensa que puede ser Superman, pero creo que todos pensamos que podemos ser un Cazafantasmas” añade Jason. “Cazar fantasmas siempre ha sido la oportunidad de convertirte en un héroe”.

“Es la visión que ha tenido Jason y su padre antes de él” dice Jason Blumenfeld, colaborador de Jason Reitman como productor y primer asistente de dirección durante los últimos 15 años. “Es una impresionante carta de amor a los seguidores y a su padre, el Cazafantasmas original”.

Cuando Jason Reitman terminó el guion junto con Gil Kenan, tuvieron que enfrentarse con varios obstáculos, aunque el primero fue hablar con Dan Aykroyd, guionista y protagonista de la primera Cazafantasmas, para ver qué opinaba sobre la historia. “Lo que más miedo nos dio fue mandarle el guion a Dan Aykroyd” confiesa Jason. “Es el tipo que creó la idea original de los Cazafantasmas. Me moría de curiosidad por leer sus anotaciones y saber si hablábamos el mismo idioma. Y vaya su hablábamos el mismo idioma. Fue como recibir anotaciones de Ray Stantz, por ese curioso humor negro y diálogos tipo Lovecraft que le caracterizan. Fue muy inspirador. Claramente creció leyendo ciencia ficción y fantasía por todo lo que dice y en la forma en la que habla de los fantasmas”.

“Jason es un cineasta increíble y un gran director. Tiene mucho corazón, alegría y alma” dice Aykroyd. “Ha creado una gran historia que conecta con las primeras dos películas, pero que evoluciona y nos lleva a un sitio completamente nuevo”.


Un legado familiar
En el centro de la historia de CAZAFANTASMAS: MÁS ALLÁ encontramos una pequeña familia: Callie (Carrie Coon), una madre soltera, su hijo de 15 años Trevor (Finn Wolfhard) y su hija de 12 Phoebe (Mckenna Grace). Tras el desahucio de su apartamento de Chicago, la familia se muda a una destartalada propiedad en Oklahoma, en realidad una granja, que había sido propiedad de su padre, un hombre del que no conserva recuerdos. Resulta que ese padre no es otro que Egon Spengler, quien se había mudado misteriosamente a la rural Oklahoma desde Manhattan.

Estos personajes existen en la actualidad, décadas después de los acontecimientos ya olvidados que ocurrieron en los años 80 en Manhattan. “Los fantasmas no han sido relevantes desde hace décadas” comenta Jason. “Todo el mundo se ha olvidado de los Cazafantasmas originales. La idea es que si has nacido a principio de los años 2000 probablemente no sepas nada del tema, o como mucho hayas oído algo de pasada”.

Para interpretar a la tenaz madre, Jason confió en la aclamada actriz Carrie Coon. “Carrie Coon está brillante en todo lo que hace” admite Jason. “Creo que lo primero que vi de Carrie fue Perdida y recuerdo pensar en cómo esa actriz tan joven se había adueñado de la película. Después la vi en Fargo y pensé que debía trabajar con ella. Callie es muy honesta con sus hijos, y Carrie Coon es ese tipo de maravillosa actriz del medio oeste que derrocha honestidad en cada palabra que dice. Supe que ella iba a ser la matriarca de esta familia”.

Cuando Coon leyó el guion se emocionó con la honestidad de la historia. “Me impresionó que fuese un tributo tan bonito a la película original. Es una película muy cercana” comenta Coon. “No hay nada artificial. Es una película muy auténtica, pero también muy conectada emocionalmente con la original”.

“Callie es una madre soltera algo estresada y que probablemente no ha tomado las mejores decisiones últimamente” explica Coon. “Siente que se ha quedado atascada después de tener hijos. Aunque a lo largo de la película se dará cuenta de que su vida no ha estado en pausa, en realidad sigue hacia adelante de forma inexorable, y a través de ese viaje es capaz de encontrar una forma de estar presente en ella”.

En el papel de Phoebe, una científica en ciernes sin muchas aptitudes sociales, encontramos a la perspicaz actriz McKenna Grace. “Phoebe es brillante y solamente podía ser interpretada por una actriz igual de inteligente que ella” comenta Jason. “McKenna es excepcionalmente lista, atenta y muy divertida. Probablemente haya leído más libros que yo. Es perfecta para Phoebe, una joven mujer incomprendida que se ve metida en el mundo de los cazadores de fantasmas”.

“Con Phoebe, quería que los espectadores conociesen a una joven genio que siente que no encaja” explica Jason. “Alguien que está buscando amigos en el momento en el que descubre que es igual que su abuelo. Es una científica. Es alguien que puede hacer cosas y que puede arreglar otras. Es de esas personas que quieren desmontar una tostadora para ver cómo funciona, pero en vez de una tostadora ella encuentra un equipo de protones”.

“Me siento muy afortunada de haber conseguido este papel” confiesa Grace. “Soy el personaje que descifra la vida de Egon y descubre su árbol genealógico. Aunque Harold Ramis haya fallecido, sigue formando parte de esta película. Creo que eso es algo muy especial. Además me encanta llevar gafas, el pelo rizado y sobretodo el traje de Spengler. La primera vez que me lo puse lloré en mi remolque, ¡me pareció alucinante!”

“No se parece nada a los otros chicos de su edad. Ella es extremadamente lista, como Egon” continúa Grace. “Le encantan los experimentos científicos. Al principio de la película podemos ver cómo tira de cables que salen de un agujero gigante de la pared y hace que se vaya la luz de toda la casa. Es muy creativa e ingeniosa”.

Cerrando el círculo familiar encontramos al actor Finn Wolfhard, conocido por sus papeles en la serie Stranger Things y la película It. “Mi hija estaba encantada de que actuase Finn” confiesa Jason. “Representa a toda una generación en la forma de hablar y en la apariencia. Muestra mucha sensibilidad para ser un adolescente, una característica no muy común. Al parecer también está obsesionado con todos los entresijos del mundo del cine, como muchos chavales de su edad”.

“Me han gustado Los Cazafantasmas desde muy pequeño” comenta Wolfhard. “Creo que son películas atemporales. Tienen personajes con los que todo el mundo puede sentirse identificado, y son ya interpretaciones míticas que nadie puede olvidar. Mis padres me pusieron las películas de pequeño, así que fui bastante afortunado. Aun así, no conozco a ningún niño de mi edad que no sepa lo que es un Cazafantasmas. Es algo emblemático”.

“Trevor, mi personaje, es un adolescente normal, un poco tímido. Es un niño de la ciudad de Chicago al que desahucian y acaba en la mitad de la nada, en Summerville, en el estado de Oklahoma. Está desconcertado, no hay cobertura de móvil y le molesta todo, hasta que conoce a una chica que le gusta y entonces le parece que todo merece la pena”.

Esa chica se llama Lucky y está interpretada por Celeste O’Connor. “Lucky es una chica de pueblo que aspira a algo más, va en busca de aventuras. Es un tipa dura y no le importa lo que piense la gente. Es la hija del sheriff del pueblo, así que básicamente se sale siempre con la suya”.

Phoebe forja un tipo distinto de amistad con Podcast, interpretado por Logan Kim. “Logan nunca había hecho cine antes” comenta Jason. “Y aun así, me sorprendí mucho cuando vi su audición. Es uno de esos cómicos que lo llevan en la sangre, con gran talento tanto verbal como físico”.

“Su personaje recuerda a Ray Stantz” continúa Jason. “Le atrae el mundo metafísico y cualquier historia sobre fenómenos paranormales, así que se emociona inmediatamente ante la oportunidad de ir a cazar fantasmas”.

“Es un personaje poco convencional, y por eso se lleva tan bien con Phoebe” dice Kim. “Está un poco marginado, pero tiene muchas cosas interesantes. Le gusta ir por ahí grabando cosas y tiene un podcast sobre teorías de la conspiración, los Iluminati, el monstruo del lago Ness y ese tipo de cosas. Phoebe destaca también por lo poco que encaja, así que conecta con ella al instante y marca el inicio de una amistad muy divertida”.

Para el papel del Sr. Grooberson, el profesor de verano con el que Phoebe forma una amistad y que acaba sintiéndose atraído por Callie, Jason contó con Paul Rudd. “Es un de los mejores cómicos de nuestros tiempos” dice Jason. “Recuerdo cuando uno de mis primeros cortometrajes se proyectó en Sundance antes de Wet Hot American Summer allá por el año 2000. Vi a Paul Rudd de una forma completamente distinta y pensé que sería afortunado si llegase a trabajar con él alguna vez”.

“Me enamoré del personaje al instante” confiesa Rudd. “Una de las cosas que me gustan de Grooberson es que no tiene ningún reparo en hablar sobre lo poco que le gusta enseñar y que en verdad no le importa lo que los niños hagan. Me pareció un tipo interesante para interpretar”.


No me da miedo ningún fantasma (Ni hombre de Malvavisco, ni perro del terror... bueno, perro del terror igual sí)
¿Qué convierte a Los Cazafantasmas en Los Cazafantasmas? ¿Qué hizo que esa mezcla mágica de comedia, terror, trama, interpretaciones, efectos especiales y banda sonora creasen una película con tanto éxito en su momento y que permaneciese en la memoria de todos?

En particular, para Jason Reitman la pregunta es: ¿Cuál es la mejor manera de hacer una película sobre los Cazafantasmas, una que sea fiel a la original pero que cuente algo nuevo? Con su padre Ivan como productor, Jason sabía con quién podía contar. “Queríamos crear una experiencia completamente nostálgica, algo que nos hiciese sentir lo mismo que cuando vimos la original en 1984” comenta Jason. “Por lo que hemos usado muchas de las técnicas que mi padre y su equipo usaron allá en los 80. Es como usar una vieja receta de familia”.

“Hay muchos efectos especiales en la película, pero grabamos todo lo posible con la cámara” explica el director de fotografía Eric Steelberg. “Cuanto más tengas delante de la cámara más oportunidades das al equipo y actores para que hagan bien su trabajo. Más tarde podemos explayarnos con los efectos visuales, pero tener algo de forma real es muy emocionante para todo el mundo involucrado”.

Jason contó con el renombrado supervisor de efectos especiales Elia Popov (Misión Imposible: Nación Secreta, Nosotros) y el diseñador de criaturas y maquillaje especial Arjen Tuiten para hacer realidad su idea. “Jason nos dijo desde el principio que todo fuese lo más real posible, así con eso en mente intentamos que todo se pudiese ver delante de las cámaras” explica Popov.

“Lo genial de tener elementos reales es que permiten que ocurran cosas inesperadas” añade Tuiten. “Es algo con lo que los actores pueden interactuar, además de aportar un toque artesano que es difícil de reproducir por ordenador”.

También hay efectos visuales generados por ordenador, supervisados por Alessandro Ongaro y Sheena Duggal, además del productor de efectos visuales Kerry Joseph. “Generar efectos visuales de la forma actual no parece la forma correcta de hacerlo para esta película” comenta Ongaro. “En 1984 los efectos eran ópticos, con animación dibujada a mano”. Aunque sí que se hizo todo el trabajo a ordenador, el trabajo de Ongaro consistió en hacer que se pareciese en aspecto lo más posible a la película original.

Un fantasma aparece de repente ante Phoebe y Podcast mientras investigan sucesos extraños en la granja y el pueblo, por lo que empiezan a pensar que han metido la nariz donde no les llaman. “El fantasma Mascahierro es como una nube rechoncha que flota, tiene seis brazos y se alimenta de metal. Ha vivido dentro de la fundición desde que cerró, alimentándose del material sobrante” dice Reitman.

El diseñador Brynn Metheney se dedicó durante un año más o menos al desarrollo y definición del fantasma, y más tarde trajo al personaje a la vida en la pantalla junto con la empresa de efectos visuales DNEG. “Cuando me reuní por primera vez con Jason, me preguntó a ver qué era lo que caracterizaba a un personaje de Los Cazafantasmas. Creo que esos personajes se crearon en una época en el que el diseño estaba limitado por la tecnología, así que debían ser prudentes con las formas y en la manera de articularlos. Consistía en crear personajes icónicos pero simples, llegando a la esencia de lo que les definía”.

Pero eso es más fácil decirlo que hacerlo. El truco que utilizó Metheney fue imaginar cómo describiría un animal que conoce bien. “Cuando piensas en un león o una jirafa piensas en las características clave que les definen. Nuestros cerebros intentan ordenar el mundo con elementos que nos resultan fáciles de leer y recordar” explica Metheney. “Cuando se diseña un personaje, hay que intentar que sea lo suficientemente claro como para que un niño lo pueda dibujar. Hay que darle al espectador algo a lo que agarrarse, una característica icónica que puedan recordar”.

Esa característica icónica acabó siendo la cara de Mascahierro. “Jason quería que la cara de Mascahierro pareciese un gremlin vago, apático y gruñón al que solo le importa el metal” comenta Metheney. Todo empezó a tomar forma cuando le enseñó una ilustración de un fantasma rechoncho, un poco con cara de abuela gruñona. “Siempre supimos que tenía que tener una boca grande. Al principio tenía cuatro extremidades, brazos y piernas. Después su boca pasó a estar en su tripa y se convirtió en un gran estómago con dos brazos encima”. Más tarde, Sheena Duggal le mostró a Reitman una imagen de un tardígrado, también conocido como oso de agua, y es cuando Mascahierro se convirtió en un ser rechoncho con seis extremidades.

Mascahierro fue animado por ordenador, pero aun así Popov tuvo que supervisar la creación real de su residuo ectoplásmico. “Nos quedamos con la fórmula original” explica Popov, “una mezcla de Methocel (un compuesto químico derivado de la celulosa) y agua destilada”. El reto consistió en igualar el color con la baba de la película de 1984, para lo que tener a Ivan Reitman en el rodaje como productor fue de gran ayuda.

Mascahierro es una de las amenazas a las que se enfrenta el pueblo de Summerville. El Sr. Grooberson se topa también con algún que otro problema en el supermercado. “Hay algo icónico, raro y maravilloso de ver al hombre de malvavisco Stay Puft caminar por Manhattan” dice Jason. “Cuando Gil y yo nos sentamos para hablar de todo lo que queríamos hacer en CAZAFANTASMAS: MÁS ALLÁ, nos dimos cuenta de lo importante que es el hombre de malvavisco en el imaginario de los Cazafantasmas y lo mucho que queríamos ver mini hombrecitos correteando por ahí y destrozando cosas, como un grupo de bebés enloquecidos”.

Metheney también se encargó de transformar el diseño del gran hombre de malvavisco en otros en miniatura. Durante la fase de diseño, el asistente del departamento de arte le consiguió una variedad de malvaviscos y palillos a Metheney para que construyese sus propios hombrecitos y se hiciese una idea de la escala y textura. “Pensé en un gran cuerpo, brazos más pequeños y manos aún más pequeñas. Como tres grandes formas. Es una manera muy simple de sintetizar al personaje en su forma chibi” explica Metheney. “Chibi es una forma que tienen los japoneses de coger a un personaje y transformarlo en su esencia más adorable, y eso es lo que intento hacer aquí. No quería que diesen miedo para nada, ya que quería que contrastasen con las atrocidades que cometen”.

“No es que los hombrecillos de malvavisco sean malvados” comenta Reitman. “Son adorables, aunque algunos de ellos simplemente quieren ver el mundo arder. Lo único que les define es su curiosidad e malvados instintos”. A lo largo de la producción, varios artistas crearon una serie de gags con estos personajes. “Uno de ellos se duerme sobre una galleta salada. Un amiguito aparece con un trozo de chocolate y otro con un soplete para prenderle fuego”.

En esta nueva entrega volveremos a encontrarnos con los perros del terror, esas criaturas diabólicas con cuernos que vigilan el reino de Gozer. “Brynn tiene una visión más anatómica de los perros del terror” dice Jason. “Analizó su esqueleto y repensó la forma que tendrían de caminar. Averiguó la proporción de sus huesos para que fuesen capaces de agazaparse como un león y atacar como un toro. Reconstruyó con cuidado las conexiones musculares, averiguó cómo tendrían que correr y se imaginó cómo sus garras tendrían que raspar el cemento al entrar en contacto”.

Con idea de hacerles la vida más fácil a los actores, el diseñador de Arjen Tuiten construyó unos perros del terror reales que se movían, se les iluminaban los ojos, soltaban baba y enseñaban los dientes al gruñir.

“Para trabajar en esta película tienes que ser un fiel seguidor de Los Cazafantasmas, y a nadie le gusta más Los Cazafantasmas que a Arjen” dice Jason. “Formó parte de toda su infancia. Está obsesionado con la película. En nuestra primera conversación solo hablamos de la original de 1984. Es el hombre que ha vuelto a traer al perro del terror a la vida. Fue en su taller donde volvió a convertirse en una bestia viviente. Una criatura ante la que podías ponerte delante y mirarle a los ojos. También ideó todos los cables y artilugios para poder manejarla durante el rodaje”.

Al igual que en 1984, los cineastas de LOS CAZAFANTASMAS: MÁS ALLÁ han creado versiones a tamaño real de las criaturas. “Están completamente mecanizadas, controladas con motores y cables. Las usamos para rodar primeros planos con actores y cuando aparecen de fondo” explica Tuiten. “La boca y los ojos brillan, y todo se puede mover. Hasta le puede salir baba densa por la boca. A mucha gente le va a dar miedo”.

Cuando Jason vio el perro del terror de casi 300kg por primera vez se quedó encantado. “Una cosa es ver imágenes de algo, pero otra muy distinta es verlo en la vida real. Se emocionó mucho al verlo” dice Tuiten.


Los cazafantasmas compran la granja (o al menos el granero)
Para esta película, Jason Reitman ha cambiado la localización, de la ciudad que nunca duerme a la pequeña localidad de Summerville, en Oklahoma, donde se está surgiendo un ambiente sobrenatural oculto que pone los pelos de punta.

Para recrear el tranquilo pueblo del medio oeste, Jason llevó al equipo de grabación por diversas localidades en Canadá: Turner Valley, Bieseker, Crossfield, Fort McLeod, Dorothy, Horsethief Canyon, Lethbridge y Drumheller, localizaciones bien conocidas por cinéfilos ya que ahí se han rodado películas como Días del Cielo, Brokeback Mountain (En Terreno Vedado) y la primera Superman. Parte del rodaje también se desarrolló en un estudio de sonido en Calgary.

La primera localización que tuvieron que encontrar fue la granja destartalada de Summerville. “Al principio nos centramos en encontrar la granja” recuerda el supervisor de localizaciones Bruce Brownstein. “¿Cómo tenía que ser esa granja? ¿Encontraríamos una que ya existiese?”

Quedó claro desde el principio que ninguna localización tendría el campo, casa y granero perfectos. “Siempre pensé que para conseguir la granja perfecta iba a tener que construirla. Encontrar solo una de las cosas que necesitábamos no era suficiente. Si construyes la localización obtienes justo con lo que necesitas” dice Brownstein.

Por ejemplo, Brownstein encontró un granero perfecto, pero el resto de los elementos de la localización no servían para el rodaje. “Una granja tenía un granero alucinante, no habíamos visto nunca algo así” recuerda el renombrado diseñador de producción François Audouy. “La cubierta se había colapsado por el peso de la nieve a lo largo de los años y tenía una forma increíble, como de silla de montar”.

Así que, ¿qué haces cuando tienes el granero perfecto, pero tiene que estar en otra localización donde puedas crear tu propia granja? Pues compras el granero. El equipo de construcción de Audouy averiguó cómo conservar la pintura descascarillada del granero con un sellador transparente y después lo desmontaron pieza a pieza para trasladarlo a la localización de trabajo.

Mientras tanto, Audouy se puso a trabajar en la construcción de la casa. “La casa de la granja fue un desafío bastante interesante, ya que la tipología que estábamos buscando no existe casi en los Estados Unidos, y menos aún en Alberta” explica Audouy. “Jason quería una casa encantada con estilo del medio oeste, así que tuvimos que diseñarla desde cero. Creamos un modelo en 3D del interior y exterior muy detallado en el que destacaba un estilo de casa victoriana pero con un toque del medio oeste. Construimos la casa en los estudios y después la enviamos pieza a pieza a la localización. Fue como un gran puzle”.

La casa de la granja tiene unos 300 metros cuadrados y está construida de forma funcional. “El interior y el exterior no son localizaciones distintas” comenta Audouy. “Es una casa en toda regla, así que puedes meterte dentro, puedes rodearla. Puedes pasear por todas las habitaciones y subir a la planta de arriba”.

“Uno de los desafíos más interesantes es que tuvimos que rodar todo una segunda vez en un estudio” continúa Audouy. “Ahí pudimos controlar mejor el entorno para las escenas más complicadas con efectos especiales y visuales, además de poder rodar de día las escenas nocturnas con los niños”.

Los sets de rodaje en localización y en estudio se construyeron iguales. “De esta manera, cuando diseñamos la casa y el granero, y la relación entre las dos estructuras, encajan a la perfección en el set” explica Audouy. “De esta manera no tuvimos que hacer trampa a la hora de rodar”.

Phoebe encuentra el laboratorio de Egon escondido en la granja, y ahí es transportada al universo de los Cazafantasmas. “Las escenas del laboratorio de Egon se rodaron al principio y todos nos lo pasamos muy bien. El sitio era como una extensión del personaje de Egon” explica Audouy. “Está lleno de referencias maravillosas a las películas previas. Cuando Egon se fue de Nueva York se trajo muchas cosas a la granja”.

El equipo de Audouy estudió cada escena de las películas previas buscando objetos que pudiesen reproducir. “Hay muchos detalles en el laboratorio de Egon, como los trajes originales en el vestuario” comenta Audouy. “El momento culmen ocurre cuando vemos por primera vez el familiar equipo de protones”.


Cómo cazar un fantasma
Los seguidores de Los Cazafantasmas seguro que reconocen muchos objetos de las películas originales, como el equipo de protones.

El equipo de protones se describe por los cineastas como un acelerador de partículas nucleares portátil que usa iones de carga positiva para crear un rayo de plasma capaz de debilitar y atrapar seres hechos de ectoplasma. Fue creado originalmente por Egon y Ray Stantz. En esta película podemos ver como desde entonces Egon ha actualizado el equipo para adaptarse a los nuevos seres paranormales.

“El equipo de protones es exactamente el mismo que el 1984” dice Ben Eadie, diseñador de arte de la película. “Dedicamos una cantidad ingente de horas en asegurarnos de que esta película estuviese basada en la versión de 1984. Y en esa película usaron un arnés en particular. Tuvimos que buscar mucho hasta encontrar a alguien que nos pudiese hacer los mismos arneses. Actualizamos también el sistema de iluminación. El equipo de protones original tenía un montón de luces que se iban encendiendo en círculo. Jason, al igual que yo de pequeño, no se dio cuenta de que eran luces encendiéndose y apagándose. Eso se llama un ciclotrón”.

El supervisor de efectos visuales Alessandro Ongaro reprodujo el mismo rayo de plasma que en la película de 1984 ya que Jason quería mantener esa estética. “Usamos el mismo elemento y estructura básica” explica Ongaro. “En aquellos días, esos efectos especiales se dibujaban a mano. Se animaban y se dibujaban fotograma a fotograma. Hoy en día la informática ayuda mucho, pero la base de nuestro rayo de protones es la misma, aunque es verdad que hemos aportado un poco más para hacerlo más espectacular. La idea es que en los últimos 30 años Egon Spengler ha trabajado en él, añadiendo alguna función, por lo que el color ha variado un poco. Como generamos la imagen por ordenador, es mucho más fácil para el director de arte que sepa dónde está el rayo de protones y cómo integrarlo mejor en la fotografía principal”.


Arrancando el ECTO-1
Trevor es el que descubre el viejo Ecto-1 en el granero bajo una tela, y aunque está obsesionado con los coches todavía es muy joven para conducir. Al principio él es el único que sabe que existe, así que empieza a trabajar en él para volver a ponerlo en funcionamiento.

Wolfhard no tuvo la oportunidad de conducir de verdad el coche, aunque sí tuvo el honor de interactuar con la emblemática máquina. “En una escena podemos ver a Trevor conduciendo el Ecto-1 por un gran campo de trigo” comenta Wolfhard. “Acaba perdiendo el control y se mete de lleno en la carretera”.

El Ecto-1 tiene algunas funciones modernas con respecto a la versión de 1984. Hay un asiento con un equipo de protones que sale proyectado por el lateral del vehículo para hacer que la caza de fantasmas sea lo más efectiva posible. De la parte de atrás del vehículo se puede abrir una compuerta por donde sale una trampa de fantasmas perfecta para las persecuciones a toda velocidad.

“El Ecto-1 es en realidad una vieja ambulancia Cadillac” explica el supervisor de efectos especiales Elia Popov. “Por lo que hicimos que pareciese que llevaba años metido en ese granero y que se viesen partes oxidadas y descoloridas. También desencajamos varias piezas para que pareciese que estaba realmente destartalado”.

El coordinador de escenas de riesgo Gay Bews disfrutó especialmente rodando varias escenas con el Ecto-1. En una los chicos están persiguiendo a Mascahierro, un fantasma que se come cualquier cosa que se encuentre en su camino. En otra escena un coche acaba volando por los aires.

“La escena en la que el Ecto vuela es increíble de ver. Es genial ver la planificación, las animaciones y storyboards” dice Bews. “No pudimos hacer la escena con el Ecto, así que usamos una camioneta que gracias a los efectos por ordenador se convirtió en el Ecto”.

“Tuvimos que buscar un vehículo que tuviese la misma distancia entre ejes que el Ecto y le pusimos los mismos neumáticos” comenta Bews. “Llamé al actor de doblaje Jeff Sanca, que es un gran amigo y un tipo que sabe saltar con coches y participa en la carrera Baja 1000. Diseñamos y construimos una rampa que sale de los campos de cereal. Probamos todo para estar seguros de que teníamos la distancia correcta, para que el coche aterrizase en la carretera y aun así tuviese tiempo de girar y seguir conduciendo por ella”.

“Ese fue un día divertido” recuerda el supervisor de efectos visuales Alessandro Ongaro. “De nuevo, la idea era rodar lo máximo posible y luego terminar de darle forma con el ordenador. Usamos una camioneta con los mismos ejes que el Ecto. El conductor saltó dos veces y en cada intento usamos cinco cámaras”.

El coche iba a unos 60km/h. “Salió genial” comenta Ongaro. “La forma en que Jason lo rodó es muy dinámica, ya que hay un plano frontal y otro de salida y queda muy chulo”.

Más tarde, el equipo de Ongaro reemplazó la camioneta con un Ecto hecho por ordenador.