Romane Bohringer y Philippe Rebbot, se ponen delante y detrás de las cámaras y presentan un divertido y ácido retrato de su peculiar separación y su voluntad de empezar una nueva vida. Tras diez años juntos, la pasión se ha acabado pero se siguen queriendo y no quieren separarse de sus dos hijos. ¿La solución? Construir una casa donde vivan en dos espacios separados unidos únicamente por la habitación de los niños.