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  Sole  Dirigida por Carlo Sironi
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Recorrido por festivales, que incluye el Premio NUOVOIMAIE Talent Award al Mejor Actor Revelación en Venecia y el Premio Fipresci a la Mejor Película en la sección "Rellumes" del Festival de Gijón.

Debut cinematográfico como director del italiano Carlo Sironi. Una historia de amor imposible que ahonda en la soledad de sus jóvenes protagonistas. Un retrato con el tema de la maternidad subrogada como telón de fondo.

Sole es una película evocadora que ofrece una visión inédita sobre el controvertido tema de los vientres de alquiler y que se interroga sobre el hecho de convertirse en padres.




Desde joven me he preguntado como sería mi vida si fuera padre. ¿Qué significa ser padre, convertirse en padres?
Obviamente no se trata sólo de traer al mundo una criatura con tu propio patrimonio genético, sino más bien un cambio de enfoque de tus propias perspectivas, tus propias expectativas. ¿Qué se siente al mirar una criatura recién nacida a la que tienes que cuidar y de la que te sientes responsable? Me pregunté si podría llegar a ser padre de un niño que no fuera mío biológicamente, un camino que quizás sea menos usual pero no por ello menos real. Sole es el intento de responder a esta pregunta.

Lo hice a través de un caso límite, una historia fuera de lo común, que, sin embargo, comienza a partir de una investigación de campo. En Italia la maternidad subrogada está prohibida por la ley, se producen muchas ilegalidades en las adopciones y el tráfico de recién nacidos es una realidad. Empecé a documentarme e imaginé un "caso" como el que se cuenta en la película. Me puse en contacto con la Presidenta del Tribunal de Menores de Roma, que me confirmó que se había ocupado personalmente de episodios de ese tipo. Seguí con mi investigación y me di cuenta de que lo que quería contar no era el mundo detrás de la trata de niños, sino una historia personal: la de un joven que, llamado a fingirse padre, llega a sentirse padre de verdad. Un camino de identificación a través de la interpretación de un papel ficticio. Por otro lado, quería contar la historia de una chica que, decidida a vender a su hija, se enfrenta a todos los conflictos emocionales que surgen del contacto forzado con su bebé y del vínculo inesperado con un desconocido. Sentí desde el principio que quería tratar con una delicadeza casi paradójica algo que sobre papel es muy crudo, porque creo que es justamente en los contextos más inesperados donde podemos hallar esa ternura, ese sentimiento que puede darnos el impulso para cambiar de vida. Delante de mí vi la posibilidad de contar una historia de amor, me di cuenta de que estaba en un terreno nuevo para mí y por eso quería llegar hasta el final.




P: ¿Cómo surgió esta conmovedora reflexión sobre la paternidad? ¿Hay también elementos autobiográficos?

R: Hay elementos autobiográficos no directos en la película. Puedo decir que me guiaron sentimientos que venían de mis experiencias. Cuando era muy joven la vida me enfrentó con la elección de ser padre o no y no sucedió. Desde entonces he seguido preguntándome cómo habría sido mi vida si me hubiera convertido en padre, es una pregunta que siempre me ha acompañado. No tengo hijos y, por esta razón, sentí una cercanía emocional y la libertad de contar la historia de un chico que, solamente fingiendo ser padre, se siente como un padre.

P: El debutante Claudio Segaluscio interpreta a Ermanno y Sandra Drzymalska a Lena. ¿Cómo elegiste a los dos protagonistas de la película?

R: Que Eramanno tenía que ser un actor no profesional lo tuve claro desde el principio. Quería que hubiera una inconciencia de fondo en quien lo interpretara. Tenía en mente los antihéroes del cine japonés, ese tipo de dulzura melancólica escondida detrás de una máscara impasible. Claudio demostró ser perfecto, con su aparente distancia y ese dolor impreso en sus ojos mezclado con una gran ternura. En cambio, estaba igual de seguro de que Lena debería ser una actriz profesional. Quería que su mayor preparación se sintiera en su relación con Ermanno. Buscamos en varios países de Europa del Este y cuando encontré a Sandra, con su ligereza infantil y su presencia casi fantasmagórica, comprendí de inmediato que su forma de interpretar al personaje era mucho más interesante que lo que tenía pensado. Parecía que había salido de un cuadro de Balthus.

Sandra aprendió italiano para la película, pero solo se conocía sus líneas y teníamos que trabajar en inglés. Claudio, sin embargo, no se sentía cómodo con el inglés. Así que mis dos protagonistas no podían comunicarse entre ellos, solo podían hacerlo en el set y a través de mí.

P: Ermanno y Lena casi nunca aparecen juntos en la pantalla. Y cuando lo hacen, sus cuerpos están como desconectados, bañados en una atmósfera de colores fríos. Esta distancia se refuerza por la economía del diálogo. ¿Qué te llevó a esta realización casi minimalista?

R: Desde el principio, quise contar una historia de amor a través del pudor, ese sentimiento que todos tenemos cuando nos enamoramos de verdad. Intenté seguir este camino tratando de expresar en pocas palabras lo que Ermanno y Lena sienten, lo que piensan, lo que tratan de ocultar. El cine tiene este poder mágico de hacer que el espectador sienta lo que los personajes no dicen. En general, en mis películas trato de reducir los diálogos, los gestos, la dirección y el lenguaje visual a lo esencial.

He buscado un leguaje esencial que reflejara el estado emocional de los personajes, esa especie de inmovilidad afectiva que mantienen al principio a pesar de todo lo que les pasa. Un lenguaje abierto que pudiera mostrar la complejidad de esos sentimientos incipientes que atraviesan su jaula emocional.

P: A través de esta pareja inesperada, casi inesperada, Sole también cuenta, entre silencios, una gran historia de amor a escala de nuestra realidad, llena de soledad. ¿Era esa su intención desde el principio?

R: Sole es una historia de amor que nace de una manera particularmente inesperada. Supe de inmediato que quería tratar una historia muy cruda con una delicadeza casi paradójica. Creo que es precisamente en los contextos más inesperados donde podemos encontrar el sentimiento, el impulso para cambiar nuestras vidas. Para resaltar este sentimiento, está la letra de una canción que me gusta mucho, Brand New Love de Sebadoh: "Cada pensamiento podría ser el comienzo de la nueva red enmarañada que estás tejiendo, cualquiera podría ser un nuevo amor". Al escucharla, comprendí que quería filmar el momento descrito en estas palabras, este momento en el que inconscientemente, de una mirada, de un pensamiento poco claro, nace esta "nueva red enmarañada" con el que el amor nos envuelve sin que nos demos cuenta todavía. Quería filmar esta mirada, ese pensamiento, para vivirlo con mis protagonistas.

P: La fotografía es inteligentemente oscura y retrata maravillosamente la vida de estos inquietos personajes. ¿Qué referencias visuales tuviste en cuenta? ¿Cómo ayudó el director de fotografía húngaro Gergely Pohárnok a hacer realidad tu visión como director?

R: Quería trabajar con un lenguaje simple y esencial. Vi las extraordinarias películas de Mikio Naruse. Antes del set preparo una lista de tomas precisa, que luego comparto con el director de fotografía y la comparo con sus impresiones. Es la única forma que conozco de poder buscar otras posibilidades. Con Gergely decidimos hacer nuestras las características del lenguaje del cine clásico. Me aconsejó sobre la vieja óptica de los años 60, que nos ayudó a crear un aspecto antiguo y atemporal. En cuanto a las referencias visuales, compartí principalmente fotógrafos. Sobre todo Todd Hido, un fotógrafo estadounidense. Sus fotos de interiores desnudos nos han guiado mucho para la atmósfera, la paleta y la decoración de la película. Era la primera vez que trabajaba con Gergely, decir que estoy entusiasmado es quedarse corto.

P: Los planos están meticulosamente construidos. Prestas una atención muy especial al cuadro, que tiene un formato particular en la película. También hay una fuerte presencia del azul. Los dos personajes principales parecen estar encerrados en un acuario, como sus vidas limitadas, donde se asfixian. ¿Por qué estas elecciones?

R: Todo ha sido preparado antes del rodaje, no me gusta improvisar, ni con la cámara ni con los actores. Quería trabajar con un formato visual simple. La elección del formato 1:33.1 va en esta dirección. Me ha ayudado mucho a sintetizar, a olvidar todos los refinamientos posibles y a centrarme en los personajes de Ermanno y Lena. Más que simple realismo, busco una especie de abstracción. El color azul envuelve a los personajes, pensé que daría una interesante melancolía a la película.

P: ¿Por qué y cómo elegiste las localizaciones y, en concreto, los escenarios de esta ciudad costera aparentemente desierta?

R: Traté de evitar anclar la película en un lugar. El barrio de Nettuno donde rodé sigue siendo idéntico al de finales de los 70. Tiene esta singular arquitectura, actual y atemporal a la vez, que lo hace casi anónimo. Esto refuerza el minimalismo de la película, pero sobre todo da la tener lugar en cualquier pequeña ciudad de provincias de Europa.

P: Sole reflexiona también sobre el delicado tema de la paternidad y el deseo de formar una familia. ¿Cómo se convierte uno en padre? ¿Qué significa ser madre? También muestra los vínculos afectivos que pueden formarse más allá de los lazos biológicos.

R: Convertirse en padres, no solo biológicamente, es uno de los mayores pasos que podemos dar como seres humanos. Puede cambiar nuestra forma de vivir, la forma en que vemos las cosas, la forma en que nos vemos a nosotros mismos, la forma en que los demás nos ven. He tratado de hablar de aquellos que luchan con algunos de estos aspectos fundamentales. La película trata las contradicciones que un tema tan complejo como el de la gestación subrogada conlleva, pero sin querer convertirlo en una película temática o de denuncia. Sole es esencialmente una historia de amor entre dos personajes que no sabían lo que era el amor, en el sentido más alto de la palabra: aprender a cuidarse el uno al otro.

P: ¿Por qué eligió centrarse en protagonistas tan jóvenes? ¿Ve en la juventud actual una forma de desencanto (juego, abandono de niños, falta de participación en el trabajo...)?

R: Que fueran tan jóvenes fue una idea que tuve desde el principio. Me pareció más interesante e impredecible que dos personas muy jóvenes emprendieran este viaje. Con gente de treinta y tantos años, la película no habría tenido la misma fuerza. Tal vez el sentimiento de abandono y falta de pertenencia que sienten Ermanno y Lena es el mismo que el de muchos jóvenes hoy en día, no lo sé.

P: La película ha tenido una muy buena acogida, desde Venecia hasta Toronto, pasando por Pingyao en China, donde ganó el Premio del Público. ¿Cómo vivió esta experiencia? ¿Cómo explica el hecho de que los jurados y el público de todo el mundo se hayan conmovido con su película?

R: Estoy muy contento con su recorrido. Creo que el mensaje universal de la película ha sido reconocido, en particular en Asia, donde fue muy bien recibida. En la India también ha tenido muy buena acogida. Creo que esto se debe al hecho de que la maternidad subrogada está tan presente y casi industrializada en esta sociedad.

P: En la última Berlinale, usted fue en cierto modo apadrinado por Paolo Taviani durante una clase magistral en la que presentó su película en su presencia, ¿qué conserva de este encuentro?

R: Que a un maestro como Paolo Taviani le haya gustado mi película es la mejor recompensa que puedo recibir. Que haya presentado la película en la Berlinale junto a Cesare deve morire en la sección "En transmisión" es un gran honor para mí. Tengo intensos recuerdos de nuestro intercambio público. Me sentí intimidado, pero fue muy agradable ver que teníamos opiniones similares sobre cómo hacer una película.

P: ¿Tienes nuevos proyectos planeados?

R: He empezado a trabajar en mi segunda película, he escrito algo nuevo y lo estoy enriqueciendo con notas e impresiones. Al mismo tiempo, estoy trabajando en la adaptación de una maravillosa novela japonesa de Kawabata Yasunari, un proyecto más ambicioso con el que he estado soñando despierto desde que tenía veinte años. Tendré más claro en qué concentrarme después de que la montaña rusa emocional de Venecia y Toronto haya terminado. Espero poder mostrar la película al público.



Roma, 1983. Con dieciocho años comienza a estudiar fotografía y a trabajar en cine como auxiliar de cámara y auxiliar de dirección. En 2008 dirige su primer cortometraje, Sofia, que participa en el Torino Film Festival. Desde 2010 dirige videos musicales, documentales y programas de televisión. Cargo, su segundo cortometraje, se ha presentado en el Festival de Venecia y ha sido candidato a los premios de la Academia de Cine de Italia (David de Donatello), además de recibir varios galardones internacionales. Su tercer cortometraje, Valparaiso, ha sido estrenado y premiado en el Festival de Locarno. En 2013 participa en la Berlinale Talent Campus y en 2016 en la residencia de la Cinéfondation de Cannes. Sole es su ópera prima y ha sido seleccionada para la sección Orizzonti del Festival de Venecia, así como en el Festival de Toronto, entre otros.



- David di Donatello (premios de la Academia de Cine de Italia): Nominada a Mejor Director Novel.
- Venice International Film Festival: Orizzonti: Premio FEDIC a la Mejor Película, Premio Lanterna Magica, Premio NUOVOIMAIE Talent Award al Mejor Actor Revelación (Claudio Segaluscio).
- Toronto International Film Festival: Sección "Discovery".
- Cinémed Montpellier Film Festival: Sección Oficial: Premio Antigone D'or a la Mejor Película.
- Mumbai Film Festival: Competición Internacional: Mención Especial del Jurado.
- Festival du Nouveau Cinéma: Competición Internacional: Mención Especial del Jurado para Claudio Segaluscio y Sandra Drzymalska.
- Pingyao Film Festival: Sección "Best of Fest" - Premio del Público.
- Festival du Film Italien de Villerupt: Sección Oficial: Premio del Público.
- Gijón International Film Festival: Sección competitiva "Rellumes": Premio Fipresci a la Mejor Película.
- Berlinale: Sección competitiva "On Transmission''.
- Göteborg Film Festival: Sección competitiva "New Voices"
- Chicago International Film Festival: Sección competitiva "New Directors".
- FICUNAM. Festival Internacional de Cine UNAM: Competición Internacional.
- Festival International du Film de Mons: Competición Internacional.
- Cork International Film Festival: Sección competitiva "Impact".
- Marrakech International Film Festival: Competición Internacional.
- Busan International Film Festival: Sección "World Cinema"
- Vancouver International Film Festival.
- Taipei Golden Horse Film Festival.
- Athens International Film Festival.
- Haifa International Film Festival.



"Una muestra impresionante de talento" - Screen International.

"Dos actores excepcionales" - The Hollywood Reporter.

"Una historia de amor arrolladora" - Les Inrockuptibles.



Bruno Buzzi - Fabio
Sandra Drzymalska - Lena
Marco Felli - Giordano
Barbara Ronchi - Bianca
Claudio Segaluscio - Ermanno
Vitaliano Trevisan - Ostetrico