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  Dirigida por Ilya Naishuller
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NADIE está dirigida por el cineasta Ilya Naishuller (Hardcore Henry), a partir de un guion de Derek Kolstad, el creador narrativo de la franquicia John Wick. Completan el reparto el legendario actor Christopher Lloyd, ganador de un Emmy, en el papel del padre de Hutch; y el talentoso músico y actor RZA en el papel del hermano de Hutch, cuyas habilidades le ayudarán a cumplir con su venganza.

Los productores son Kelly McCormick y David Leitch, que tienen en su haber títulos del calibre de Fast & Furious: Hobbs & Shaw, Deadpool 2 y Atómica, para su productora 87North; Braden Aftergood (Comanchería, Wind River) para Eighty Two Films, y Bob Odenkirk y Marc Provissiero ("PEN15", de Hulu) para Odenkirk Provissiero Entertainment. La producción ejecutiva corre a cargo de Derek Kolstad, Marc S. Fischer y Tobey Maguire.

Los productores son KELLY McCORMICK y DAVID LEITCH, que tienen en su haber títulos del calibre de Fast & Furious: Hobbs & Shaw, Deadpool 2 y Atómica, para su productora 87North; BRADEN AFTERGOOD (Comanchería, Wind River) para Eighty Two Films, y Bob Odenkirk y MARC PROVISSIERO (“PEN15”, de Hulu) para Odenkirk Provissiero Entertainment. La producción ejecutiva corre a cargo de DEREK KOLSTAD, MARC S. FISCHER y TOBEY MAGUIRE.

Director de fotografía, PAWEL POGORZELSKI (Midsommar); diseñador de producción, ROGER FIRES (dirección artística de Deadpool 2); montadores, WILLIAM YEH (Equilibrium) y EVAN SCHIFF (John Wick: Pacto de sangre y John Wick: Capítulo 3 - Parabellum); diseñadora de vestuario, PATRICIA J. HENDERSON (La maldición); música original, DAVID BUCKLEY (Jason Bourne).


Los antecedentes

Traumas personales, venganza cinematográfica
La idea de Bob Odenkirk cobra forma

NADIE es la historia de un robo en una casa, que obliga a un hombre con baja autoestima y al que todos ignoran a recurrir a sus instintos más despiadados y letales para proteger a su familia. Si la idea puede parecer una fantasía cumplida satisfactoriamente para millones de padres, quizás se deba a que, en cierto modo, es exactamente eso. Bob Odenkirk, conocido por dar a vida a Jimmy McGill en las series “Better Call Saul” y “Breaking Bad”, desarrolló la historia basándose en su experiencia personal. “Han entrado en mi casa en dos ocasiones, y en ambas estábamos dentro mi esposa, mis hijos y yo”, explica. “La primera vez fue realmente traumática. Como padre, pensé que lo mejor era no hacer nada. Creo que, dentro de lo que cabe, salimos indemnes, pero, aun así, nunca se me ha olvidado y siempre me he preguntado si no debería haber hecho algo más en aquel momento”.

El productor, Marc Provissiero, que también es el agente de Bob Odenkirk, añade: “Cuando se llevaron al ladrón, un policía le dijo a Bob: ‘Hizo lo mejor. No es lo que habría hecho yo, pero hizo lo mejor’. Ese comentario se quedó grabado en la mente de Bob. Hablamos del tema, de lo que significa ser un padre y marido que debe proteger a su familia en la actualidad, cuando los hombres han aprendido a reaccionar de una forma distinta a la de nuestros padres, cuando se exaltaban unos instintos más primarios. No dudo de que evolucionar en esa dirección sea bueno. Pero ¿qué ocurre si eres padre y tu familia está en peligro? En una reunión, lanzando ideas, se nos ocurrió plantear hacer algo del estilo de El justiciero de la ciudad o Venganza, dos historias en las que un padre debe proteger a su familia, pero no es un tipo al que se le cruzan los cables a la primera de cambio y se lo lleva todo por delante. ¿Qué pasa si es un padre más bien normal, un padre como todos, y no se sabe de qué es capaz realmente?”

Decididos a llevar a cabo el proyecto, Bob Odenkirk y Marc Provissiero hablaron con Kelly McCormick y David Leitch, de la productora 87North, que tienen una larga lista de películas de acción en su haber, entre las que destacaremos las sagas John Wick y Atómica, así como Fast & Furious: Hobbs & Shaw. A Kelly McCormick le gustó la idea: “Me quedé enganchada”, dice. “Soy una fan de Bob, y en cuanto me habló del proyecto ya vi el camino que le había llevado desde sus papeles anteriores a este, el de un hombre como todos que se convierte en un héroe de acción con el que es fácil identificarse. No iba a perderme esta oportunidad”.

David Leitch añade: “Kelly defendió el proyecto. Se hizo cargo del material y vio enseguida que Hutch, el personaje central, es un hombre que cae bien, tiene sentimientos. Está conectado a su familia y quiere redescubrirse a sí mismo. Kelly posee un enorme olfato para descubrir buenos guiones, y el proyecto me gustó”.

Después de ofrecer el proyecto a varios estudios, los productores y el director estaban entusiasmados cuando Universal lo acogió dentro de su acuerdo de primera opción con 87North: “NADIE es nuestro primer proyecto dentro del acuerdo marco que firmamos con Universal”, explica McCormick. “El estudio tardó muy poco en reaccionar después de ofrecerles el material. Nos parece la oportunidad perfecta para arrancar lo que esperamos se convierta en una colaboración habitual”.

También presentaron la idea al productor Braden Aftergood, que tampoco perdió tiempo para unirse al proyecto. “Bob había pensado en hacer una película algo parecida a El justiciero de la ciudad, de 1974, o también Redada asesina”, explica el productor. “El planteamiento me intrigó y me reuní con Bob y Marc. Fue cuando Bob me contó sus experiencias personales, lo que terminó de convencerme, y empezamos a trabajar en la película”.

En este caso, el toque adicional de la historia nace del hecho de que, en casi todas las películas de acción de este tipo, el actor que hace de “hombre normal” no tiene nada de normal para el público. “Charles Bronson es el hombre ‘normal’ en El justiciero de la ciudad, pero no es normal para el espectador, ¡se trata de Charles Johnson!”, dice Braden Aftergood. “El actor aporta su imagen pública al papel. Normalmente, películas como John Wick, Venganza, The Equalizer: El protector, incluso Rambo, se basan en la premisa de que el malo se ha metido con el hombre equivocado. El malo ha ido a por uno mucho más duro de pelar que él. Pero el planteamiento de Bob era lo opuesto: ¿Y si el malo no se equivoca de hombre? Es decir, se mete con un tipo normal que no hace daño a nadie, que no va a defenderse, pero que de pronto decide reaccionar. Aquí se explora la idea de hasta dónde puede llegar una persona normal en ciertas circunstancias”.

A la hora de buscar al guionista idóneo, los productores estuvieron de acuerdo en proponérselo a Derek Kolstad, autor de las tres entregas de John Wick. “Teníamos una lista muy corta de guionistas favoritos”, explica Marc Provissiero. “Bob es especialista en comedias y había que sacarle de su entorno habitual. Necesitábamos a un guionista que añadiera los ingredientes que nos faltaban. Entre las películas que nos parecían más adecuadas estaba John Wick. Bastó una reunión con Derek Kolstad para empezar a trabajar. Era fan de Bob y enseguida entendió que el enfoque de la acción debía basarse mucho más en el personaje. Derek controla perfectamente la acción, Bob añadió su toque personal y nosotros pulimos al personaje”.

Los productores Kelly McCormick y David Leitch estaban muy familiarizados con el estilo de escritura de Derek Kolstad después de producir la trilogía John Wick. Coincidían en que nadie mejor que él para hacerse cargo del guion de NADIE. “A Derek se le da muy bien crear un mundo y poblarlo con personajes empáticos”, dice David Leitch. “Me gusta mucho trabajar con él en películas de este género, me parece que es uno de los maestros de la acción”.

“Derek no solo crea personajes cercanos e historias de acción geniales”, dice Kelly McCormick, “sus guiones dejan la puerta abierta al director y al equipo de especialistas para realizar escenas de acción icónicas y sin igual”.

Con el guionista y el estudio asegurados, aún quedaba por encontrar una importantísima pieza del puzle: el director. “Nos reunimos con muchos directores. Algunos de ellos eran famosos, otros habían hecho películas en la misma onda que ‘Better Call Saul’, pero ninguno convenció a Bob”, dice Braden Aftergood. Y Bob Odenkirk añade: “Buscábamos a alguien que conociera el género de acción, que me conociera a mí y que viera las posibilidades que aportaría un actor como yo en cuanto a vulnerabilidad y humor a una película dramática de acción nada irónica”.

Ilya Naishuller, conocido por dirigir el thriller de acción Hardcore Henry en 2015, estaba entre los primeros nombres en la lista de favoritos de los productores. “Bob y yo no habíamos visto Hardcore Henry, así que aprovechamos para visionar la película y otras cosas suyas”, dice Marc Provissiero. “Nos quedamos asombrados por la inventiva y la belleza de las imágenes. La acción es artística e incluso poética en algunos momentos”.

Todos estaban de acuerdo en que el director aportaría una visión audaz. “Bob quería que la película fuera diferente a todo lo que había hecho antes”, sigue diciendo Braden Aftergood. “Hardcore Henry es extraordinaria y nos entusiasmó la idea de desarrollar una visión semejante”.

Kelly McCormick sí había visto Hardcore Henry y le gustaba mucho, así como los trabajos anteriores de Naishuller en Rusia. “El vídeo musical que le lanzó a la fama fue ‘Biting Elbows – The Stampede’, basado en una sola persona”, recuerda la productora. “Era revolucionario. David y yo lo vimos e inmediatamente pensamos que debíamos estar atentos a qué otras cosas iba a hacer”.

Dio la casualidad de que NADIE encajaba a la perfección con lo que buscaba Ilya Naishuller. “Después del estreno de Hardcore Henry, pasé los siguientes tres años desarrollando proyectos para el futuro, dirigiendo vídeos musicales y anuncios, así como comedias en Rusia”, explica el director. “Les dije a mis agentes que solo aceptaría dirigir una película en Estados Unidos si se trataba de un thriller de acción, con un actor inesperado para el papel (un cómico con una escopeta fueron mis palabras) y que debería producirlo 87North. Y mira por dónde, en abril de 2018 recibí un guion de mi agente con la siguiente nota: ‘NADIE – Thriller de acción, guion de Derek Kolstad, producido por 87North, protagonizado por Bob Odenkirk’. ¿Qué más podía pedir?”

Leyó el guion, se enamoró del personaje de Hutch y casi inmediatamente habló por teléfono con Odenkirk para hacerle partícipe de lo que pensaba. “Le expliqué mi idea de los temas que se tocaban en el guion y de cómo planeaba hacer una película de acción muy por encima de lo habitual”, recuerda. “La conexión era horrible, pero Bob oyó lo suficiente como para pedirme que volara a Los Ángeles. Preparé una presentación de 30 páginas explicando mi visión de NADIE. Me reuní con todo el equipo. Me lancé con la presentación y había llegado a la página 17 cuando me interrumpieron amablemente para decirme que la película era mía. Nunca sabré si les convencí o si temían tener que escuchar el resto de la presentación. Reconozco que era muy detallada, demasiado detallada”.

Los productores están de acuerdo en que la visión que les presentó Ilya Naishuller encajaba perfectamente con la suya. “Tranquiliza mucho estar delante del director sabiendo que es idóneo para la película”, dice Marc Provissiero. “Cuando Ilya empezó a hablar de cómo imaginaba el tono, la acción, los temas y estilos de la película, solo nos quedó alzar la mano y decir: Sí, sí, eso es, Ilya. Muchas gracias, es tuya”.

David Leitch añade: “Ilya, como cineasta, siempre elige cosas interesantes. Se le dan muy bien los personajes, pero lo más importante es su atrevimiento. Busca provocar con la imagen y el estilo. Es un director muy seguro de sí mismo, lo que le permite estar abierto a otras ideas, saber escoger las mejores y añadirlas a su visión”.

Kelly McCormick cree que supo equilibrar las ideas nuevas que él aportaba con las sugerencias del equipo: “En mi opinión, supo conseguir la mezcla perfecta. No solo es un visionario audaz, también confió en los jefes de departamento y en los productores, creando así un entorno de colaboración ideal. Fue maravilloso hacerle entrar en nuestro mundo de acción”.

Ilya Naishuller imaginó la película con las características de un thriller coreano. “Siempre he pensado que los thrillers coreanos captan un ambiente especial con un toque romántico que envuelve una acción basada en héroes algo oscuros, casi antihéroes, en vez de apoyarse en lo típico de estas historias”, explica. “Derek Kolstad y yo somos muy fans del cine coreano. Le pasé a Bob unas cuantas películas para que viera dónde quería ir a parar mientras retrabajábamos el guion. A Bittersweet Life (Dalkomhan insaeng), de Kim Jee-won, fue la referencia inicial para el tono de la película; combina una impactante interpretación protagonista con una historia sencilla y conmovedora. La violencia y la acción son muy directas, pero lo suficientemente pulidas como para enganchar sin caer nunca en la desmesura ni en las habituales imágenes pop”.

Uno de los elementos que atrajo al director fue que a Hutch le empuja un conflicto interior. “Al descartar la posibilidad de convertirse en un asesino internacional, se decantó por todo lo opuesto y vive la vida de un autómata en una zona residencial”, explica Ilya Naishuller. “Basta con fijarse para ver que él se ha buscado todo lo que le pasa, algo que no suele ocurrir en producciones de los grandes estudios. Siempre pensé que la necesidad de violencia de Hutch es una adicción y no consigo recordar ninguna película buena con un trasfondo similar. Tuve mucho cuidado de no caer en la tentadora trampa del dramatismo exagerado, pero me pareció importante que el público no solo viera una vida rutinaria y un pasado aventurero, sino que viviera el deseo algo retorcido de Hutch por darle un toque violento a su vida”.

NADIE recorre todo el arco con momentos de acción imprevistos y otros llenos de oscuridad y emociones. “David y yo queremos que en nuestras películas de acción también haya sentimientos”, explica Kelly McCormick. “El tono emocional es lo que nos gusta y esperamos que el público lo note. Queremos que los espectadores salgan de la sala pensando que se puede vivir lo mejor de una vida sin destruir el mundo, como hace Hutch”. Y sigue diciendo, con una sonrisa: “Pero si solo van a pasarlo bien, también me parece genial”.


Las escenas de riesgo

La transformación inaudita de Odenkirk
Las escenas de riesgo de NADIE

El entrenamiento al que se sometió Bob Odenkirk para la película NADIE no tiene precedente. “Que yo sepa, lo normal es que un actor se entrene entre cuatro y seis semanas para una película de acción”, dice Marc Provissiero. “Es lo habitual y suele ser suficiente para que un actor interprete las secuencias de acción, sobre todo porque un especialista se encargará de realizar gran parte de las escenas de riesgo. ¿Cuánto tiempo estuvo preparándose Bob? Dos años. Y cuando digo que se preparó dos años, significa que empezó a entrenarse antes de que hubiera una película en curso, antes de que nos dieran la luz verde, incluso la luz ámbar. Solo teníamos una primera versión del guion que presentamos a un estudio que dijo no a la película”.

¿Por qué se empeñó Bob Odenkirk en empezar a entrenarse mucho antes de que se confirmara el proyecto? “Basta con conocer un poco Hollywood para saber que una película tan especial como NADIE tiene muy pocas posibilidades de salir adelante”, explica el actor. “Pero si conseguíamos levantarla, debía estar preparado, y tenía un largo camino por recorrer. Desde el principio estaba decidido a hacer yo mismo las escenas de riesgo. Debían estar a la altura, no digo de los mejores especialistas, pero sí de los buenos. Nada de montar alrededor de mis errores. Quería hacerlo. Siempre me han gustado las películas de acción de Jackie Chan porque queda muy claro que todo lo hace él; no hay dobles ni un montaje rápido para tapar algún fallo. Y esa era mi intención desde el principio”.

Después de ver al actor entrenándose, Ilya Naishuller casi no podía creérselo. “Me di cuenta del enorme esfuerzo que representaba para él”, dice. “Bob se cansaba, pero seguía. Se levantaba, volvía a intentarlo, se caía y volvía al ataque. Lo que vi era muy auténtico, muy duro. Y no exagero cuando digo que salí del edificio pensando: ‘Ojalá consigamos hacer la película porque como espectador me encantaría ver a Bob’. Bob en plena acción es electrizante”.

A Bob Odenkirk le asesoró una de las primeras empresas de especialistas, 87eleven Action Design, fundada por el productor David Leitch, de 87North, que se ocupó de las escenas de acción de las entregas de John Wick, Atómica y Jurassic World. El actor trabajó directamente con el coordinador de peleas Daniel Bernhardt durante dos años. “Bob se entrenaba dos veces al día con Bob después de correr 45 minutos”, recuerda Marc Provissiero. “Éramos conscientes de que la película solo funcionaría si Bob era creíble dando golpes y recibiéndolos. Bob sabía que le quedaba una enorme montaña a la que ascender y lo hizo cada día. Durante el rodaje de ‘Better Call Saul’, Daniel se desplazó a Albuquerque para entrenarle durante los fines de semana. Esto habría sido imposible sin 87North. Nos brindaron un apoyo incondicional desde el primer momento”.

87North, la empresa fundada por los productores David Leitch y Kelly McCormick, se esfuerza en producir películas de acción tan únicas como innovadoras. “En 87North siempre hemos intentado entrenar a los actores para que hagan lo máximo posible ellos mismos”, explica David Leitch. “Aunque no tengan ningún conocimiento previo, con un buen entrenamiento conseguimos transformarles para que rueden escenas de riesgo. Cuando se lo dijimos a Bob, se apuntó inmediatamente al reto. Durante dos años dedicó tiempo a aprender a luchar, a transformarse físicamente y a convertirse en un buen atleta. Sin esos dos años de entrenamiento con Daniel Bernhardt, no habríamos podido rodar como lo hicimos”.

Antes del rodaje, los productores contrataron al coordinador de escenas de riesgo GREG REMENTER, que acababa de trabajar con David Leitch y Kelly McCormick en Fast & Furious: Hobbs & Shaw. “Greg era perfecto para NADIE porque la acción debía ser muy real, sucia incluso, algo que se le da muy bien a Greg”, explica Kelly McCormick. “Podría hacerse una versión muy exagerada tipo Kung Fu, pero no era lo que Ilya quería. Desarrollar la acción según las directrices del director requiere una gran habilidad, y Greg lo hace estupendamente”.

Como en todas sus películas, David Leitch quería que hubiera algunas escenas espectaculares. “Greg y el equipo coreografiaron múltiples versiones de las escenas, ofreciéndonos una nutrida carta de ideas donde escoger”, dice el productor. “Greg y su equipo trabajan de maravilla y me facilitan mucho la tarea como productor. Hablamos el mismo idioma en cuanto a artes marciales y coreografía, y no nos cuesta intercambiar ideas mediante correos electrónicos o notas”.

Ilya Naishuller le explicó a Gerg Rementer su visión del personaje central: “Le dije a Greg que debíamos conseguir que Hutch pareciera ser el lobezno. Pero no me refería a la película, ni a Hugh Jackman con sus garras al que no le cuesta mucho matar a todo el mundo, sino a un auténtico lobo”.

Greg Rementer se dio cuenta al instante de que Bob Odenkirk estaba totalmente preparado cuando llegó al plató. “En general, el mayor reto al que nos enfrentamos es conseguir que el actor principal esté en una pelea y parezca un especialista de acción”, dice el coordinador. “Pero en esta película fue la parte fácil. Para cuando me incorporé al proyecto, Bob estaba más que preparado físicamente. Solo hizo falta darle un pequeño empujón para que se lanzara del todo. Lo más interesante en una película de acción actual es incorporar innovaciones. En mi opinión, también lo es permitir al protagonista que interprete las escenas de acción siempre y cuando se sienta cómodo haciéndolo y si creemos que puede hacerlo. Aquí, lo que se ve en la pantalla es Bob y nadie más”.

Bob Odenkirk reconoce que su opinión del ejercicio físico cambió para siempre. “Alcanzar un nivel donde realmente notas las ventajas de estar en plena forma es una sensación maravillosa”, dice. “Sigo entrenándome un poco cada día, de manera equilibrada; me siento bien, tengo más energía y me gusta”.

Pero Bob Odenkirk no fue el único actor que trabajó con la empresa de especialistas de David Leitch. “Están entre los mejores equipos de la industria”, confirma RZA. “Es reconfortante tener la oportunidad de volver a trabajar con ellos. Me guiaron por los movimientos correctos, y desde el momento que pisé el plató empezamos a ensayar una y otra vez. Creo que perdí unos tres kilos y me hice con un par de músculos desconocidos en esta película”.

“Los especialistas de David no se andan con tonterías”, añade Michael Ironside. “Hablé con ellos al llegar al rodaje y comenté algo sobre la escena de la escalera de Atómica sin saber que la habían hecho ellos. Desde el punto de vista técnico es una de las escenas de acción mejor coreografiadas, complicadas y perfectas que he visto, pero también tiene en cuenta al espectador. Incluye pequeñas pausas para que el público pueda recuperar la respiración, procesarlo todo e incluso decir ‘¡Madre mía!’, antes de volver a empezar. Me dejó asombrado”.

Billy MacLellan no pudo dejar de recordar que de niño soñaba con ser especialista. “Crecí en Cabo Bretón y solía ver la serie ‘The Fall Guy’, con Lee Majors, e intentaba imitarle saltando de abeto en abeto”, dice. “Quería ser un especialista como él. Por eso, estar en el plató con un equipo semejante, no sé…” Hace una pausa antes de continuar: “Me entraban ganas de trabajar gratis, de verdad. Son muy buenos, geniales”.

La pelea en el autobús
La secuencia del autobús es clave para la película. No solo se trata de la primera escena de acción, sino que vemos a Hutch recuperar su anterior personalidad y usar una serie de habilidades que desconocíamos del todo. “Hutch está algo oxidado, pero su transformación es visceral, inmediata y totalmente inesperada”, explica el productor David Leitch. “En ese momento tiene un subidón de adrenalina, su confianza en sí mismo vuelve y no le abandonará en toda la película”.

Después de leer el guion, Greg Rementer se subió a varios autobuses y estudió lo que pasaba habitualmente a bordo. “Me fijé en lo que llevaban los pasajeros y en las zonas del autobús donde podría desarrollarse la pelea”, dice. “Luego busqué otras escenas de peleas en autobuses. En general tiendo a ser original, pero tampoco estoy en contra de pedir prestada alguna idea, sobre todo si puedo mejorarla. Tratándose de peleas, no hay nada nuevo en cuanto a patadas y puñetazos. Nos centramos más en que la pelea sea interesante, divertida, emotiva y memorable”.

El equipo de especialistas colaboró con el diseñador de producción Roger Fires para que el decorado pudiera acoger los movimientos y la acción. “La escena del autobús debía ser la más impactante en cuanto a acción, no solo porque es la primera de la película, sino también por el aspecto emocional detrás del cambio radical que sufre Hutch”, explica el diseñador. “Estudiamos cuáles serían las soluciones más eficaces para que Bob y los talentosos especialistas se movieran libremente. Incluso se nos ocurrió cortar el autobús en dos para crear la misma sensación que en la escena del vestíbulo en Old Boy, pero decidimos mantener un espacio casi claustrofóbico y mover únicamente lo necesario para la toma. La falta de espacio simbolizaba las restricciones que Hutch se había impuesto a sí mismo antes de regresar a su mundo. Para facilitar el rodaje, todos los asientos eran removibles y el suelo estaba acolchado”.

Greg Rementer lleva toda la vida practicando artes marciales y sabe que antes de una pelea hace falta entrar en lo que él describe como “mentalidad de lucha”. “Cuando llevas muchos años entrenándote para pelear, te conviertes en un tigre enjaulado”, explica. “Bob llevaba mucho tiempo preparándose para ese momento, y la noche que subimos al autobús para luchar, casi se convirtió en un tigre hambriento. Entró en el vehículo como un luchador en la jaula. Me di cuenta en ese momento de que iba a ser algo muy especial”.

El director y los productores sabían que lograr una buena escena repercutiría en el éxito de la película. “Yo lo sabía”, dice Ilya Naishuller. “Bob lo sabía, todos lo sabíamos y estábamos tensos. Pero también sabíamos que Bob llevaba mucho tiempo preparándose y que todo iba a salir bien. Pero Bob estaba muy nervioso. Había mucho en juego y notaba la presión. Dos años de preparación para una escena. Y estuvo a la altura, perfecto, golpe tras golpe, toma tras toma. El equipo de especialistas y yo no podíamos creernos lo que veíamos. Nos volvimos locos. Cuando llegué a casa, le mandé un correo muy corto, algo poco habitual en mí, que decía: “Eres un puto fuera de serie de la acción”.


El diseño de producción

El realismo en la acción
La creación de imágenes convincentes

El diseñador de producción de NADIE, Roger Fires, que se ocupó de la dirección artística en Deadpool 2, conocía el trabajo de Ilya Naishuller por haber visto Hardcore Henry y un videoclip del grupo de rock ruso “Leningrad”. Estaba impaciente por trabajar con él. “Leí el guion y entendí que el enfoque de Ilya sería muy visual”, dice. “Desde el primer momento me cautivó la idea de un antihéroe interpretado por alguien tan inesperado como Bob Odenkirk. Los personajes están bien construidos, se mueven en ambientes realistas y convincentes, perfectos para un diseñador de producción. Reuní ideas, dibujos y fotografías a modo de muestrario, se lo mandé y comprendimos que ambos buscábamos lo mismo desde nuestra primera charla. Ni siquiera hablamos de su visión porque sabía que ya conocía sus expectativas. En general, la primera reunión entre el director y el diseñador es breve y se tocan puntos muy concretos, pero esta duró más de dos horas. Nuestro enfoque visual era el mismo para que NADIE impactara al público. Los dos crecimos viendo películas de acción con nuestros padres y queríamos que esta simbolizara cómo nos habían influido. Queríamos hacer una película dedicada a ellos”.

El director piensa lo mismo que el diseñador de producción. “La primera vez que hablé con Roger por Skype, llevaba una gorra de los Misfits. Soy un roquero punk desde siempre y supe inmediatamente que íbamos a llevarnos muy bien”, dice Ilya Naishuller. “Roger fue el primero en llegar a Winnipeg para empezar a buscar localizaciones y me mandó cientos de fotografías. Siempre tuve la idea de que la ciudad de NADIE no debía parecerse a nada concreto, sino a una ciudad cualquiera en Estados Unidos”.

Al concebir el aspecto general de la película, Roger Fires se dejó llevar por los colores. “Creo firmemente que pueden contarse historias y comunicar emociones a través de los colores”, dice. “Después de analizar a los personajes y sus emociones por tonos, busco y creo motivos para distribuirlos de forma que ayuden a los espectadores a conectar con la historia. Según avanza la película, la tensión, los conflictos y la acción crecen, la diferencia entre los dos mundos se hace patente con una dramática progresión del color. Empezamos con tonos fríos que se vuelven cada vez más cálidos a medida que transcurre la historia. Los tonos pasteles, orgánicos, reflejan el entorno mundano y normal de la vida de Hutch durante el primer acto. La cotidianidad y el aburrimiento son enfatizados mediante el uso de materiales sintéticos con colores muy contrastados. Todo esto cambia poco a poco a medida que nos adentramos en el segundo y tercer acto. El conflicto crece en el interior de Hutch e introducimos superficies reflectantes para mostrar las dos vertientes”.

En general, NADIE transcurre en tres lugares muy dispares: la zona residencial donde viven Hutch y su familia, la zona industrial del centro de la ciudad y los bajos fondos donde habita Yulian. Por suerte para el equipo, la ciudad de Winnipeg les permitió crear decorados diferenciados. “Roger y yo tuvimos la posibilidad de construir decorados totalmente acordes a los storyboards, con espacios, colores y tomas muy específicas”, explica Ilya Naishuller. “Nuestra idea era empezar la película con entornos tristes y cambiar suavemente a una paleta más colorida a medida que Hutch se acerca a su verdadero yo. Algo como ‘guion de género negro pasa a cómic’”.

Roger Fires se inspiró en películas que supieron añadir con éxito realismo y emociones a historias repletas de acción. “Vimos películas como Drive, Blue Ruin y Joker”, explica el diseñador. “Mientras rodábamos siempre decíamos que NADIE era una película de acción basada en personajes. Escogimos una época y nuestro enfoque fue que la vida de Hutch se había detenido el día que había dejado de ser un auditor para la CIA, o sea a finales de los ochenta o principios de los noventa”.

Los dos decorados más complicados fueron el bar de karaoke de Yulian y el taller donde trabaja Hutch. “Debíamos crear una diferencia entre el mundo de Hutch y el de Yulian; el primero es más orgánico, y el segundo, sintético”, explica Roger Fires. “Encontramos un decorado perfecto para el bar de Yulian, pero estaba forrado con paneles de madera. El club cerraba tres días y ese es el tiempo del que dispusimos para cubrir las paredes. Diseñamos un papel y un sistema de paneles imitación mármol que nos permitieron un ensamblaje muy rápido. Aun así, no conseguimos acabarlo hasta la mañana de la primera noche de rodaje. El otro reto fue recrear el taller de herramientas y matrices de Hutch. Vimos unos cuantos que podían encajar con lo que necesitábamos, pero debido a la naturaleza de la coreografía y el tiempo requerido para rodar la secuencia en el tercer acto, acabamos por construir un decorado en un tiempo récord. Ilya y el equipo de especialistas pudieron planearlo todo sin prisas”.

El diseñador se aseguró de que hasta el más pequeño detalle fuera realista, convincente y atrevido. También buscó formas de romper con los clichés habituales de las películas de acción. “Mientras buscaba el decorado para la guarida de Yulian, encontré un salón de bodas y banquetes en lo que fue uno de los primeros bancos del estado de Manitoba”, dice. “Ofrecía un sinfín de posibilidades, era perfecto para el personaje. Le mandé fotos a Ilya y su reacción fue como la mía, le cautivó. No esperaba encontrar algo así. Creo que una de mis grandes satisfacciones en esta película es abrir el muestrario que realicé al principio y ver que todo lo que imaginamos aparece en la pantalla”.


La fotografía

Descubriendo nuevos territorios
La fotografía de NADIE

Ilya Naishuller habló por primera vez con el director de fotografía Pawel Pogorzelski por Skype cuando este último rodaba Mona Lisa and the Blood Moon, de Ana Lily Amirpour. Pawel Pogorzelski tiene en su haber éxitos como Hereditary y Midsommar, pero nunca había rodado una película de acción. “No estaba muy seguro de si me apetecía rodar una película de acción en este punto de mi vida profesional, pero Ilya me convenció por Skype. Casi inmediatamente entendí que podía ser un proyecto muy especial”, explica. “Hablamos de cine coreano, de convertir al héroe en un antihéroe o, al menos, de conseguir que las fronteras fueran borrosas. Me pareció interesante y creo que conseguimos retratarlo con mucha sutilidad”.

La pasión con que el director habló del proyecto fue lo que realmente interesó y convenció a Pawel Pogorzelski. “La idea que teníamos desde esa primera conversación por Skype cambió muy poco con el tiempo, solo se hizo más detallada, más específica a medida que escogíamos decorados, probábamos cámaras y realizábamos pruebas de iluminación”, recuerda el director de fotografía. “Dedicamos mucho tiempo a visionar películas del Oeste, películas coreanas de acción actuales y antiguas y títulos contemporáneos como No es país para viejos. También sacamos muchas referencias ambientales. Queríamos empezar con algo sombrío, depresivo, que se abriera cada vez más a un tercer acto muy colorido”.

Ilya Naishuller añade: “Una película de acción de género negro incluye una amplia gama de colores siempre y cuando se consiga comunicar las sensaciones correctas y se cuente bien la historia. Desde el primer momento de preparación, Pawel y yo dedicamos todo nuestro tiempo libre a ver películas, hablar de películas y hacer storyboards. Es un colaborador genial que sabe apoyar la visión del director. Nunca había rodado una película de acción y yo jamás había hecho una película que no se filmara desde el punto de vista del protagonista. Reconozco que lo planeamos todo, puede que incluso planeáramos demasiado, pero la mayoría de nuestras decisiones fueron instintivas, no procedían de la experiencia”.

Mientras trabajaban en los storyboards, decidieron redactar una lista de reglas que se aplicarían a la película; por ejemplo, dónde colocar la cámara y dónde no, o cómo moverla. “Pero una vez que empezamos a rodar, creo que ninguno de los dos volvimos a mirar esa lista”, dice el director. “Nuestras decisiones venían dictadas por la lógica, y en muy pocas ocasiones tuvimos dudas. Solo disponíamos de 34 días para rodar, no podíamos perder tiempo, pero tampoco bajar el listón. Fue maravilloso tener una idea de cómo debía ser la película y que el director de fotografía no solo la apoyara plenamente, sino que la mejorara”.

Los productores Kelly McCormick y David Leitch son grandes admiradores de Pawel Pogorzelski por la elegancia de sus imágenes. “Pawel está entre mis directores de fotografía favoritos”, dice la productora. “Me fascinó descubrir que iluminaba escenas con mucha menos luz de lo que había visto antes sin por eso perder el enfoque de elementos concretos en el encuadre. Su iluminación crea una sensación granular y una profundidad que me dejaron impresionada”.

Pawel Pogorzelski también tuvo una colaboración cercana con el diseñador de producción Roger Fires. “Hablamos mucho de colores, luces y ventanas”, dice. “Ilya y Roger crearon un brillante esquema de colores y me dediqué a realzarlo con la iluminación. Fue un placer trabajar con Roger, siempre estaba pendiente de lo que podía ayudar a la fotografía”.

Lo más difícil para el director de fotografía y su equipo llegó sin duda alguna cuando filmaban con tres cámaras a la vez en tres decorados muy cercanos y tenían que pasar de una a otra entre toma y toma. “La cámara A estaba con los actores y el director; la B rodaba insertos de acción que se nos habían pasado, y la C se dedicaba a la pantalla verde. Fueron unos días algo complicados”, recuerda Pawel Pogorzelski. Otra dificultad se añadió al tener que rodar a cámara lenta de noche y con mucho frío. “Nos moríamos de ganas de meternos en una cama caliente a las siete de la mañana después de haber sobrevivido a otra noche helada y sabiendo que quedaba una menos”, dice, riendo.

Pawel Pogorzelski también creó una “LUT” con el colorista WALTER VOLPATTO, es decir, un panel o mesa utilizado para cambiar los colores de las imágenes que se filman. Esta técnica requiere potentes fuentes de luz, pero ayudó mucho en algunas de las escenas más oscuras. “Nuestras decisiones para la iluminación se tomaron porque necesitábamos rapidez”, explica. “Teníamos una fuente de luz concreta procedente de la ventana, otra más general desde arriba y una tercera desde la posición de la cámara. Fue un reto iluminar para dos cámaras simultáneamente, pero nos permitió obtener muy buen material. También fue complicado iluminar las escenas nocturnas exteriores porque nunca había rodado persecuciones en coche, pero usamos el LUT y focos. De noche me llevaba la cámara con un objetivo y el LUT a la calle donde íbamos a rodar para ver cómo quedaba el decorado sin iluminación adicional. Utilizamos muchos LEDS al poder ajustar la intensidad y el color con facilidad”.

También realizaron muchas pruebas donde se demostró nuevamente que Ilya Naishuller y Pawel Pogorzelski estaban sincronizados. “El respeto mutuo y una incipiente amistad hicieron que estuviéramos dispuestos a trabajar juntos sin un solo día de descanso con un montón de discusiones de lo más constructivas”, dice el director. “Lo maravilloso de trabajar con artistas creativos es que tendemos a querer llegar a la Luna y, al menos, solemos salir de la estratosfera”.