Lucía cree llevar una vida modélica y tenerlo todo bajo control. Desde que se casó, volcó todos sus esfuerzos en el cuidado de su familia, hasta conseguir lo que para ella es el ideal de una familia perfecta.
Sin embargo, todo comienza a derrumbarse el día que aparece Sara, la novia de su hijo; una chica joven, libre y deslenguada, y con ella, una familia política muy diferente a la idea que Lucía siempre soñó para para su hijo. A partir de ese momento, Lucía descubrirá que la familia perfecta no era exactamente lo que ella pensaba.