En dos días, la ciudad de Northfork desaparecerá.
Corre el año 1955, y Northfork va a quedar literalmente sumergida por acción de una presa, dejando paso a un nuevo proyecto hidroeléctrico. Las ásperas llanuras de la ciudad se inundarán, las casas del centro quedarán barridas y sus ciudadanos ya se dirigen hacia más elevados lugares. Excepto unos pocos y estoicos resistentes.
Un equipo de seis hombres enfundados en gabardinas negras recibe la misión de retirar al puñado de últimos rezagados antes de que sea demasiado tarde. Cuando este Comité de evacuación se despliega por las calles de Northfork, se encuentra con un grupo de personas no del todo preparadas o nada dispuestas a abandonar el lugar. Parecen estar en el limbo. Algunos de ellos buscan una señal; otros esperan un milagro. Sin embargo, de un modo u otro, todos deberán despedirse del lugar.
Entre esos tenaces individuos, se hallan una joven y lúbrica pareja, un hombre que se ha construido un Arca (con un par de esposas dentro), y un huérfano de salud frágil cuyas enfebrecidas visiones le han llevado a creer que se trata del miembro perdido de un antiguo grupo de ángeles errantes que le buscan para que regrese con ellos.