Cinemanía > Películas > La promesa > Comentario
Destacado: En Navidad llega a las salas de cine 'Sonic 3 la película'
  La promesa  Dirigida por Héctor Carré
¿Qué te parece la película?
Gracias
Ver resultados

La promesa es un viaje por el territorio de la locura. Pero locura es una palabra utilizada para definir un territorio demasiado amplio, demasiado profundo, demasiado particular.

Héctor Carré
Nacido en A Coruña en 1960. Estudió Arquitectura, Ciencias de la Información y Cinematografía. Con una amplia experiencia como ayudante de dirección con directores como Terry Gillian (Las aventuras del Barón Munchhausen), Steven Spielberg (Indiana Jones y la última cruzada), Mario Camus, Lewis Teague, Jaime Chávarri, Pedro Olea o Imanol Uribe, ha dirigido además varios cortometrajes premiados en distintos festivales españoles y ha realizados numerosos trabajos para televisión, documentales, publicidad y videoclips.

Carta de Celia
Soy Celia García Varela. No soy una asesina.

Quizá te parezca que alguien que tiene las manos manchadas de sangre no puede hablar así, pero si conocieras mi historia me comprenderías.

Yo he sufrido el dolor de la muerte, lo he visto salir de mi propia mano, pero soy una víctima. Si maté fue por miedo, fue por locura, fue porque temía por Daniel. Temía que el Demonio me lo arrebatase como me había arrebatado a mi marido. Ahora sé que no fue el Demonio el que destrozó mi vida. Sé que fueron la ignorancia, la intolerancia, la violencia y la falta de cariño. Yo creía que el matrimonio me había atado para siempre al sufrimiento y a la desesperación. No tenía ninguna salida. La sociedad no me dejaba resquicio. Yo debería estar muerta, como tantas otras. Como todas esas mujeres de las que oyes hablar en las noticias.

Ellas nunca perdieron la razón. Nunca creyeron que podía ocurrir un milagro, que un ángel podía caer del cielo para mostrarles el camino, que Dios podía ofrecerles una nueva oportunidad, que su sueño se podía hacer realidad.

Nunca quise matar, no podría haber escapado con una muerte sobre mis hombros. No podría haber sido feliz con Daniel sabiendo que las manos que lo acariciaban estaban llenas de sangre. Ahora tengo que volver a empezar, sé que no va a ser fácil, no habrá milagros. Volveré a contemplar la vida cara a cara y dejaré mi pasado atrás, pero ahora ya no me importa nada.

Mi único temor es no poder tolerar el mismo dolor y la misma injusticia que yo he sufrido, si la veo ante mis ojos...