Nora tiene treinta años, vive con su abuelo Nicolás y cuida a los hijos de su amiga Meri un día sí y otro también. Su vida no es tal y como se la imaginaba. Una desgracia se convertirá en una oportunidad para ella. La muerte de su abuelo Nicolás lo cambiará todo. Nora se lanzará a hacer un viaje por la costa vasca, sin rumbo y sin sentido, porque a veces hace falta perderse para encontrarse.