Josefina es una producción de White Leaf Producciones en asociación con Featurent que cuenta con la participación de RTVE, Telemadrid y Castilla La Mancha Media TV y el apoyo del ICAA - Gobierno de España /Ministerio de Cultura y la Comunidad de Madrid. El guion de Josefina ha sido seleccionado por Dama Ayuda, La Ventana del Cine Madrileño, MadridCreaLab, Abycine Lanza, Cima Mentoring, I+P Ideas para producir del Cluster Audiovisual Galego y fue uno de los cinco proyectos seleccionados en 2018 por La Incubadora, la iniciativa de la ECAM para ayudar a nuevos creadores a poner en marcha su ópera prima. 8
Notas de producción (por Sergy Moreno)
Algunas historias de amor empiezan con una pequeña mentira. Josefina es una de esas historias. Juan y Berta, dos personas ma duras que un día se cruzan en el mismo camino para encontrar nuevamente la ilusión de vivir. Juntos volverán a encontrar el amor para salir de la oscura monotonía de su día a día. Una historia sobre la capacidad de superar la realidad con nuestra capacidad de invención.
Josefina surge del impulso de dos jóvenes talentos dentro del terreno del guion y la dirección. Javier Marco, director, y Belén Sánchez-Arévalo, guionista, son pareja creativa con más de ocho cortometrajes a sus espaldas y galardonados con más de 200 pre mios nacionales e internacionales. Desde White Leaf confiamos fir memente en su talento y apostamos por ellos. Con Josefina dan el salto a su primer largometraje, el primero de muchos sin duda alguna.
Como género, Josefina es una dramedia. Una película que mez cla comedia y drama, alternando en un delicado equilibrio escenas que marcan una sonrisa en los labios junto con otras que nos ha cen estremecer el corazón. Además cuenta con un elemento tre mendamente original, que confiere a la película una personalidad única: la voz en off de Josefina. Un personaje que no existe, inven tado por Juan, pero convertida en narradora y testigo del romance entre ambos. Josefina por tanto, confiere a la película un tono su rrealista, a modo de cuento o fábula, que contrasta con la existen cia gris que llevan Berta y Juan. Un hallazgo de guion que marcará la diferencia.
Y como en toda gran película, el amor es sólo una excusa para ha blar del ser humano, de la familia, de la soledad, de la incomunica ción y de la necesidad que todos tenemos de compartir con otra persona las alegrías y tristezas de nuestro día a día. Una historia de amor torpe y verdadero que llega a la vida de nuestros protagonis tas cuando ya no la esperaban.
Para poner caras a nuestra historia, la magia del cine nos regalará la posibilidad de trabajar con Emma Suárez, dando vida a Berta, Roberto Álamo, como Juan, y Olivia Delcán como la imprevisible voz de Josefina.
Con este largometraje, buscamos hacer una película honesta, auténtica en la que no caben los extremos, ni el sentimentalismo. Josefina será una historia que destacará por su naturalidad, sinceridad y sencillez. Su estilo visual será contenido, naturalista, alejado de cualquier tipo de artificio.
Somos conscientes, por tanto, de la necesidad de contar esta his toria que durante muchos años ha ido creciendo en guion y que ahora gracias al talento de Javier, Belén y el equipo de White Leaf, nos llevará a recorrer un camino precioso y emocionante hasta la gran pantalla.
Notas de dirección (por Javier Marco)
La historia de Josefina nace en un autobús en el que la guionista y yo viajábamos para ir a casa de unos amigos a las afueras de Ma drid. Dentro, un grupo grande y heterogéneo de personas parecía tener un destino concreto, la cárcel de Soto del Real. Eran familia res y amigos de presos que iban a verlos en el que probablemente era el día de visitas. El ambiente que se vivía dentro de ese auto bús, sus conversaciones, sus diferencias... nos llamaron la atención desde el principio. Sobre todo una mujer, de unos cincuenta años. Estaba sola y se retocaba el maquillaje nerviosa. Entre las ma nos llevaba una especie de paquete. Así nació el primer personaje de nuestra película, Berta. Una madre que esconde debajo de una sonrisa cubierta de maquillaje la pena de tener que visitar a su hijo encerrado detrás de un montón de puertas de acero. He vuelto a hacer ese recorrido varias veces para empaparme de ese ambien te, de esa realidad que quiero que aparezca en Josefina. Cada vez que me siento en ese autobús de nuevo, mi cabeza ya es capaz de ver sentados a Juan y a Berta en dos de los asientos, rodeados de todas esas personas, de vidas paralelas que no se detienen sólo porque estemos contando la de nuestra pareja protagonista. Sus risas, sus nervios, la música de sus teléfonos... ese será el contexto que rodee a los dos personajes principales en sus conversaciones dentro del autobús.
Josefina será mi ópera prima después de una larga trayectoria en el mundo del cortometraje, habiendo obtenido numerosos premios nacionales e internacionales junto a la guionista Belén Sánchez-Arévalo. Desde nuestros primeros trabajos, hasta los últimos, como Uno, El vestido o A la cara, en los que hemos conseguido desarrollar un lenguaje y un sello con los que nos sentimos cómodos y sobre todo contentos. Ese realismo que tienen estos tres últimos cortometrajes es precisamente lo que pretendo que predomine en la película de Josefina. Un realismo que me gusta también como espectador, porque aunque sigo muchos estilos de cine, dos de mis favoritos son el cine americano independiente y el cine europeo. Josefina gravita precisamente entre esas dos formas de entender el cine. Una mezcla que también se repite en su género.
Con una historia sencilla pero profunda y con fuertes raíces que van de la comedia triste al drama de la soledad y el desengaño. Una historia donde lo que más me motiva y me interesa destacar es su verdadero motor: la historia de supervivencia emocional de dos personas con carencias afectivas, dos personas que necesitan encontrarse en un momento concreto de sus vidas. Un tema universal tratado desde la verdad y la emoción, con unos personajes cercanos al espectador, como si hubiéramos dejado una cámara encendida dentro de ese autobús con parada en una cárcel cualquiera de España.
Al ser mi primer largometraje quiero que sea el más especial y para ello necesito rodearme de buenos profesionales, pero sobre todo de las mejores personas. Por ello estoy muy contento de que sea Sergy Moreno, productor ejecutivo de White Leaf Producciones, el que tome las riendas de la producción de Josefina. Gracias a Sergy, se está formando un equipo técnico de ensueño donde prevalece el amor y el respeto por el cine, dejando atrás cualquier tipo de ego. Porque una película es el resultado de la suma del trabajo de todos los que participan en ella. Un trabajo en equipo donde todas las piezas son importantes si quieres tener el mejor resultado final.
Temas principales
La película es la historia de una mentira, la de la propia Josefina. Una falsa hija que un funcionario de prisiones se inventa para acercarse a la madre de uno de los presos. Pero esa mentira es tan sólo un andamio sobre el que se sustenta la verdadera historia. La historia de un amor tardío, la historia de la soledad de dos personas con carencias emocionales, la historia de una familia rota. Temas universales que funcionan de la misma manera en cualquier rincón del planeta.
Amor
Josefina es una historia de amor. Un amor verdadero que llega en la mitad de la vida de nuestros protagonistas, cercanos a los 50 años. Juan nunca ha sido bueno para relacionarse con las mujeres, y Berta siempre ha vivido al lado de un hombre que la ha menospreciado. Los dos se encuentran el uno al otro justo cuando más lo necesitan, y aunque su historia va de la mano de una mentira, lo que los dos sienten y comienzan a forjar es completamente real. Para Berta es una segunda oportunidad de entender la palabra amor, que hasta ese momento era sinónimo de desprecio. Para Juan es un sueño cumplido, un aprendizaje social y un primer amor verdadero. Su conexión es física pero sobre todo emocional. Una complicidad que se va forjando a lo largo de la historia de manera natural, que los va reconciliando con sus vidas y que incluso el descubrimiento de la mentira no es capaz de romper.
Soledad
Juan está solo. Berta está sola. Cuando los dos se encuentran el uno al otro, dejan de estarlo. Berta es una de esas mujeres fuertes que la sociedad ha desaprovechado, que se esconde detrás de un trabajo humilde y una vida gris que no corresponde con lo que se hubiera merecido si existiera el karma. Tiene marido y un hijo, pero para ambos ella es sólo eso, una madre y una esposa, no son capaces de ver lo que de verdad esconde la verdadera Berta. Juan es un hombre de los que llaman inadaptado, de pocos amigos y de pocas palabras. Es por eso que cuando se encuentra con Berta termina inventándose a una falsa hija presa. Porque no sabe cómo conectar con esa mujer que tiene delante. Juan miente a Berta, es cierto. Pero en ningún momento quiere hacerle daño. Solo quiere existir para ella y su problema de incomunicación le hace meterse de lleno en una mentira piadosa que será la excusa y el detonante para que los dos terminen encontrándose y conociéndose.
Relaciones de familia
Lo que Berta tiene no es una familia. Un marido postrado en una cama que ya no le pone la mano encima sólo porque ya no tiene fuerzas, pero que no necesita tocarla para destrozarla por dentro con su mirada de odio. Un marido postrado en una cama cuya dependencia es total, al haber perdido totalmente su autonomía, y cuya relación con Berta apenas se basa en el cuidado. Y un hijo que está encerrado detrás de una valla electrificada y mil puertas de acero y que no la mira a la cara cuando se encuentra con ella en la sala de visitas de la cárcel. Juan vive totalmente solo y aunque hace años que murieron sus padres, no ha cambiado nada de la decoración, que recuerda más al piso de unos ancianos. Lo más parecido a un familiar que tiene cerca es a Pascual, un vecino de toda la vida que vive en el piso de enfrente. Ambos personajes tienen vidas familiares atípicas, y es su encuentro el que los completa como personas.
Género: drama y comedia
Josefina es un drama donde la comedia envuelve a los personajes sin banalizar esa realidad en la que viven y de la que no pueden escapar. La comedia viene dada sobre todo por las opiniones personales y visión que tiene la voz en off de Josefina. Contrasta con el realismo y el drama que tienen los personajes.
Tono
Josefina será una película triste y alegre a la vez. Dulce y amarga. Como la vida misma. Y también como la vida, contiene situaciones en las que la casualidad, el azar y la serendipia hacen acto de presencia en la vida de sus protagonistas. De la comedia triste al drama de la soledad y el desengaño, pasando por el surrealismo de la voz en off de un personaje que ni siquiera existe, Josefina. Ese es precisamente otro de los elementos que me enganchó desde el principio de esta historia. El reto de mezclar el realismo de lo que sucede en la vida de los personajes, con esa voz en off de una mujer que no existe, Josefina. Una voz que se mete dentro de la historia formando parte de ella como un personaje más, aunque nunca la veamos en pantalla porque no es nada más que la mentira que se inventa Juan para acercarse a Berta. Su voz aportará un tono dulce que contrastará con las situaciones amargas que viven los personajes. Una historia de personajes llena de silencios, dudas, miradas y conversaciones, sencilla pero también profunda, cargada de sutilezas y emocionalmente próxima al espectador.
Espacio y tiempo
Al principio toda la acción ocurre durante los días de visita en la cárcel, que en nuestra película son los domingos. La historia arran ca con un Juan que conoce a Berta en un autobús de camino a la cárcel. Situamos aquí el inicio de nuestra historia. Las siguientes escenas de la película se van sucediendo en diferentes domingos en esos viajes de autobús en los que Juan inicia la mentira. Pero más adelante, las circunstancias llevan a Juan a encargarle a Berta un traje. La confección del mismo consigue que sus encuentros sean más continuados y que se produzcan cualquier día de la se mana.
El espacio más representativo de la película es ese autobús que lleva a los familiares de la cárcel a la parada de metro más cercana. Es en este medio donde Juan comienza a hablar con Berta y don de se da forma a la propia Josefina. La casa de Berta también es fundamental porque gran parte de su acercamiento más personal se produce en su salón mientras Berta le hace las pruebas para el traje de chaqueta que Juan le encarga. La casa de Juan, como espejo del alma del hombre, de su soledad y como escenario del descubrimiento de la mentira al abrir Berta su armario y descu brirlo lleno de ropa de funcionario de prisiones. Y por supuesto la cárcel, donde Sergio, el hijo de Berta, permanece encerrado y se producen los encuentros con su madre en el día de visita.
Toda la acción de Josefina la vamos a acotar en un marco tempo ral concreto, el invierno. Esto es importante en la historia, por sus tonos grises, sus arboles ramificados y sin hojas, un reflejo de esa melancolía en el entorno de los dos protagonistas.
Estilo de cámara
Tengo muy claro que Josefina necesita una cámara al hombro, en movimiento, viva, respetando la esencia de lo que para mí es Josefina: una película de personajes, de silencios, dudas, miradas... con esa tensión pegada a la realidad que sólo dos actores con química y los planos secuencia logran transmitir. Con un estilo muy próximo al de Deux jours, une nuit, de Jean-Pierre y Luc Dardenne y Bacalaureat, de Cristian Mungiu, con planos de larga duración que den más libertad a los actores en sus actuaciones, sin cortes y con coreografías fluidas y naturalistas. Será la cámara la que siga a los actores y no al contrario para lograr movimientos y acciones lo más realistas posibles. Al principio, para mostrar la soledad de los dos personajes principales, haremos un mayor uso de los grandes angulares. A medida que Juan y Berta se van conociendo, cambiaremos a teleobjetivos que dan una sensación mucha más cercana e intimista, de aproximación.
Color
Josefina es una película de contrastes. Comedia y drama. Realismo y surrealismo. Amor y desengaño. Esta dualidad también se trasladará al color de la película. Jugaremos con tonos apagados para los momentos de soledad y con tonos cálidos para esos momentos de encuentro y progresiva conexión entre nuestros protagonistas. Cuando me imagino Josefina, veo una imagen desaturada, que me recuerda al estilo europeo, el mismo que me gusta encontrarme como espectador.
Ritmo
La historia está llena de momentos interesantes que nos permiten jugar con un ritmo más pausado y haciendo uso del silencio, que en determinados momentos puede decir más que las palabras o el sonido, sin peligro de caer en la lentitud o en la falta de interés. En nuestros últimos cortometrajes, hemos jugado con este ritmo y hemos comprobado que si detrás hay una buena historia y unos personajes potentes, es capaz de dar mucha credibilidad a los actores, darle mucho peso a sus actuaciones, y generar empatía y sensaciones con los espectadores. Josefina es una historia de palabras y de silencios. Hay conversaciones muy potentes pero también situaciones que lo dicen todo sin necesidad de palabras.
Sonido
En Josefina daremos mucha importancia al diseño sonoro de la película, tanto al que ocurre en campo como al de fuera de campo. Al espectador le llegarán los mismos sonidos que perciben los personajes, de forma que tengamos sus mismas sensaciones y estímulos. Los sonidos de los transportes públicos, de las calles, las risas dentro del autobús, todos estos sonidos urbanos formarán parte de la banda sonora de la película.
La voz de Josefina
La voz de Josefina no es una voz en off convencional. Es un personaje más al que le afecta la historia, que se va creando a medida que Juan desarrolla esa hija falsa, esa mentira delante de Berta. El punto original de esta voz es que es un personaje que no existe, una falsa hija presa que ha salido de la cabeza de un funcionario de prisiones para acercarse a la madre de uno de los presos. Es una mentira piadosa, con sentido del humor y con una visión única y personal frente a lo que sucede en la historia. Creo que es uno de los elementos más novedosos de Josefina.
Localizaciones
La realidad de nuestra película debe sentirse también en sus lo calizaciones. Buscaremos localizaciones naturales y realistas, in tentando recrear pocos decorados. Esto permitirá que los actores puedan meterse más en sus personajes, dando mayor credibilidad a sus acciones.
La casa de Berta es humilde. Nos gustaría situarla en un barrio como el barrio del Pilar en Madrid, donde conviven personas de muchas nacionalidades, donde aún quedan corralas llenas de vie jos balcones y de ropa tendida de mil colores. El salón de Berta está lleno de ropa a medio hacer, de patrones y de hilos. Las estan terías tienen bastantes marcos de fotos vacíos. Berta duerme en la habitación de su hijo Sergio, porque su habitación está ocupado por la cama ortopédica de su marido Antonio, que le da al cuarto un aire gélido y casi de hospital.
La casa de Juan, situado en el barrio de Azca de Madrid, es el piso donde pasó toda su infancia y su juventud, y en el que después de morir sus padres, continúa viviendo. No ha cambiado nada, todo corresponde al piso de una pareja de octogenarios. Duerme en su viejo cuarto y no entra nunca en el de sus padres, que conserva completamente intacto, incluso con las medicinas caducadas de la enfermedad de su madre.
La cárcel es como la que todos tenemos en mente, fría, vacía y de colores claros. La sala de visitas, a pesar de estar llena de personas que se reencuentran con sus familiares presos, es un sitio imper sonal e incómodo, con ventanas que dejan pasar la luz del exte rior pero con las sombras de las rejas. La sala de vigilancia donde trabaja Juan es oscura y llena de monitores de vigilancia, con un pequeño flexo que da la luz necesaria para iluminar el pequeño habitáculo.
El autobús es otra de las localizaciones que están más presentes en la historia, por lo que queremos darle mucha naturalidad a las escenas que se desarrollan en su interior. Buscamos un autobús completamente real, que esté en movimiento, donde el exterior sea completamente real, sin hacer uso del croma. Las personas que viajen en su interior, hablarán y se comportarán como las de ese autobús que iba a la cárcel de Soto del Real en el que surgió la semilla de Josefina.
Referencias visuales
Algunos ejemplos de películas que tienen un tono similar al de Josefina son Lost in Translation (2003) de Sofia Coppola, The visitor (2007) de Tom McCarthy, Bacalaureat (2016) de Cristian Mungiu y The virgin Mountain (2015) de Dagur Kári. Todos estos ejemplos, referentes de tono y de estética para nuestra película, funcionaron tanto a nivel de público como en festivales de todo el mundo.
Intención de casting
El secreto de Josefina está sin duda en lograr una interpretación muy realista, con silencios, dudas, diálogos muy naturalistas que mezclen las líneas de guion con los aportes propios que les surjan a los actores durante los ensayos. Esto lo lograremos en parte gracias a los planos secuencia, que a mi juicio logran reflejar más el realismo y hacen que los actores se sientan menos cortados y se metan más en sus personajes. Los actores que buscamos para Josefina, deben tener mucha verdad, con interpretaciones llenas de matices que logren que nos olvidemos por completo del actor para ver en la pantalla sólo al personaje. Aunque hay un guion muy definido, quiero tener tiempo para ensayar con ellos para que puedan aportar ideas y sobre todo cambiar frases para que las naturalicen por completo y las hagan suyas. Además estamos trabajando con la directora de casting María Acero, con la que tengo mucha afinidad y coincidimos en los mismos actores para dar rostro a esta película. Es fundamental que exista una química especial entre los actores que interpreten a Juan y a Berta, y en nuestra mente ya están dos de los mejores actores españoles para encarnarlos, Roberto Álamo y Emma Suárez.
Sobre el director
Javier Marco es director de cine, productor y editor. Sus trabajos han obtenido numerosos premios y se han proyectado en las secciones oficiales de festivales como Clermont Ferrand, Palm Springs, Cleveland, FICG Guadalajara y Leeds, entre muchos otros.
En su filmografía destacan los cortometrajes A la cara, galardonado con el Premio Goya(r) 2021 al Mejor Cortometraje de Ficción y títulos como Muero por volver (2019), Uno (2018), El vestido (2017) o Classmate (2016) premiados en númerosos festivales nacionales e internacionales. Su cortometraje Uno (2018) resultó ganador en los festivales de Rio de Janeiro Curta Cinema y Brussels Short Film Festival y fue preseleccionado a los premios Oscar(r) 2019. Su anterior trabajo, Muero por volver, escrito también por Belén Sánchez-Arévalo, recibió el Premio al Mejor Guion de la 32o Semana de Cine de Medina del Campo, el Premio al Mejor Cortometraje en los festivales de cine de Tarazona, Reykjavik, Astorga, Fascurt, Sax, Moscatell (Corto y Dirección), el Premio Madrid en Corto 2019 y el Premio AMA a la Mejor Producción 2019 en la Semana del Cortometraje de la Comunidad de Madrid.
Su primer largometraje es Josefina, que se rueda en abril de 2021 con el apoyo de RTVE e ICAA.