Euskadi 1985. El colegio ha terminado, por fin llegan las ansiadas vacaciones. Marcos y sus 3 amigos, José Antonio, Paquito y Toni, reciben expectantes la llegada del verano, un verano prometedor sobre todo porque a sus doce años poco importa dónde, ni cuándo, ni cómo. Recorrerán las horas en el laberinto que la vida les ha deparado, en una Euskadi antigua, luchadora, convulsa. Un laberinto de paredes grafiteras, donde rebotan las pelotas de goma y los sueños de libertad; cubierto de un cielo gris prefabricado en cooperativas, donde la muerte y la vida ya no mantienen relaciones formales.