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  Querido Evan Hansen  (Dear Evan Hansen)
  Dirigida por Stephen Chbosky
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Dirigida por el cineasta STEPHEN CHBOSKY (Las ventajas de ser un marginado, Wonder), el guion es de STEVEN LEVENSON, autor del libreto del musical y ganador de un Tony, con música y letras del equipo que se ocupó del mismo, formado por BENJ PASEK y JUSTIN PAUL (La ciudad de las estrellas/La La Land, El gran showman), ganadores de un Oscar, un Grammy y un Tony.

Con canciones premiadas por los Grammy, como la icónica e inolvidable “You Will Be Found”. La película presenta dos nuevos temas escritos por Benj Pasek y Justin Paul, “A Little Closer”, cantado por Colton Ryan, y “The Anonymous Ones”, cantado por Amandla Stenberg, que coescribió la letra con los dos compositores.

Los productores de QUERIDO EVAN HANSEN son MARC PLATT (La ciudad de las estrellas/La La Land, Into the Woods, El regreso de Mary Poppins) y ADAM SIEGEL (2 Guns, Drive). La producción ejecutiva corre a cargo de Steven Levenson, Benj Pasek, Justin Paul, MICHAEL BEDERMAN (Spotlight) y STACEY MINDICH, ganadora de un Tony como productora del musical.
El director de fotografía es BRANDON TROST (¿Podrás perdonarme algún día?, The Disaster Artist), la montadora es ANNE McCABE, ACE (Un amigo extraordinario, ¿Podrás perdonarme algún día?), la diseñadora de producción es BETH MICKLE (Drive, El escuadrón suicida) y la diseñadora de vestuario es SEKINAH BROWN (Almost Christmas, Vaya patrulla).

Los productores ejecutivos de la música son ALEX LACAMOIRE, (los musicales de Broadway “Hamilton”, “Wicked”, “In the Heights”), ganador de un Tony, un Grammy y un Emmy, y Justin Paul. Produce la música DAN ROMER (Luca, Beasts of No Nation). La partitura está escrita por Dan Romer y Justin Paul. La coreógrafa es JAMAICA CRAFT (las series “Territorio Lovecraft”, “Empire”). El supervisor vocal es BEN COHN (los musicales de Broadway “Wicked”, “The Book of Mormon”, “9 to 5”), que también trabajó en el musical.


Los antecedentes

El origen de “Evan”. La génesis de una sensación en Broadway
Cuando Benj Pasek y Justin Paul coincidieron el verano antes de empezar a estudiar en la Universidad de Michigan, les unió su pasión por la música. “Los dos nos habíamos apuntado al mismo programa de teatro musical y teníamos muchas clases juntos”, recuerda Justin Paul. “Estudiábamos interpretación, dos ingenuos convencidos de que algún día pisaríamos las tablas de Broadway como cantantes, actores y bailarines”.

Pero los dos amigos no tardaron en darse cuenta de que componer música se les daba muy bien. “Teníamos puntos de vista diferentes”, sigue diciendo, “pero a los dos nos apasionaba. Siempre acabábamos de noche en una pequeña sala de ensayos en la Facultad de Música, trabajando en temas musicales que debíamos cantar en clase, y dejando para mañana todo lo demás”.

Y pronto empezaron a escribir canciones. “Era algo totalmente orgánico”, explica Justin Paul. “Componíamos juntos desde nuestro primer año en la universidad, pero no compusimos nada ‘oficialmente’ hasta el segundo año, y si lo hicimos fue para no tener que centrarnos en estudiar otras cosas”, reconoce. Fue el principio de una colaboración que cambiaría su vida profesional. “Ese segundo año de universidad compusimos una serie de canciones para el escenario titulada ‘Edges’”, recuerda Benj Pasek. “En clase nos habían aconsejado concentrarnos en descubrir qué musical queríamos escribir realmente y en cómo contar una historia coherente mediante canciones”.

Los dos jóvenes artistas jugaron con una idea inspirada en sus recuerdos del instituto durante 11S y de lo que era la universidad con la reciente explosión de las redes sociales. “Fuimos testigos y participantes de una enorme pérdida colectiva, pero también queríamos entender por qué tanta gente estaba empeñada en hacer pública su participación en una tragedia nacional y explotarla para obtener algo más”, explica Benj Pasek. “Nos preguntamos por qué la epidemia de soledad en nuestra sociedad y nuestra naturaleza cada vez más aislada nos empuja a intentar apoderarnos personalmente de ciertas tragedias. ¿Tan necesitados estamos de contacto con otros que estamos dispuestos a buscarlo a través de medios que jamás habríamos considerado antes?”

El dúo estudió la idea e intentó descubrir hasta qué punto puede la desesperación empujar a alguien a inventarse una amistad con la víctima de una tragedia. “Ya había ocurrido en nuestros respectivos institutos, y a los dos nos parecía un fenómeno preocupante”, sigue diciendo Benj Pasek. “En la época, los suicidios incrementaban – de hecho siguen haciéndolo – y también la sensación de soledad y aislamiento social, a pesar de estar más conectados que nunca. La demostración pública de dolor y aflicción aumentó a la vez, como si con eso pudiera uno insertarse en la historia de otro. Era un tema apasionante sobre el que componer y escribir”.

Los dos músicos investigaron en serio la necesidad de inventarse una conexión a través de la pérdida, la tragedia y el dolor de otros, así como la búsqueda de una aflicción común. Ninguno de los dos pensó que pudiera ser un tema comercial, pero querían hacerlo para sí mismos. Años después conocieron a un libretista interesado en el tema tanto como ellos que decidió ayudarles a convertir estas ideas en una sensacional obra musical.

“Rent” y el nuevo musical. Otra visión del teatro
Los musicales fascinaron al dramaturgo Steven Levenson desde que siendo niño, cuando vivía en las afueras de Washington DC, vio “El violinista en el tejado” y “Starlight Express”. “Había algo en los patines y la partitura de Andrew Lloyd Webber que me conquistó desde el principio”, recuerda, riéndose.

Pero fue el osado e innovador espectáculo que vio a los 12 años en el Kennedy Center el que le conectaría con sus futuros colaboradores. “Aunque me encantaba la interpretación, siempre había algo que no acababa de convencerme del todo tratándose de un musical”, reconoce. “Entonces llegó ‘Rent’ y barrió todos mis reparos. No sabía que los musicales podían ser así antes de verlo. Era directo, urgente, subversivo. Aportaba frescura, era diferente, y estaba hecho para gente joven, para mi generación”, recalca antes de hacer una pausa. “Ahora que lo pienso, ¡me doy cuenta de que estaba dirigido a gente que me doblaba la edad!”

El explosivo musical le hizo entender el poder de ciertos espectáculos. “Fue como una droga que me enganchó a un teatro musical desconocido para un niño de doce años de las afueras de una gran ciudad”, dice Steven Levenson. “No tenía la menor idea de quiénes eran Stephen Sondheim y Jonathan Larson antes de verlo. Ignoraba que algunos espectáculos rompían barreras musicales y temáticas, y que podía disfrutar escuchando los temas una y otra vez. Antes, muchos musicales parecían deberes escolares, escritos exactamente en el mismo estilo que hacía 30 ó 40 años”.

Steven Levenson creció, fue al instituto y luego a la universidad, y al igual que Benj Pasek y Justin Paul, no resistió a la fascinación de las redes sociales y a la necesidad de aferrarse a las tragedias, transformando auténticas catástrofes en algo personal. “Cuando fallecía alguien famoso, la gente empezaba a colgar inmediatamente fotos de sí misma con esa persona, y todo entraba en el éter”, dice,

En 2011, Stacey Mindich, que acabaría produciendo “Querido Evan Hansen” para el teatro y siendo productora ejecutiva de la película, presentó a Steven Levenson a Benj Pasek y Justin Paul. “Stacey descubrió muy pronto a Benj y a Justin, le encantaba lo que componían”, recuerda Steven Levenson. “Les preguntó si les apetecería hacer algo diferente a lo que les encargaban. Y añadió que, fuese lo que fuese, quería ser parte y apoyar el proyecto”.

Los dos le dijeron que buscaban a un dramaturgo que les ayudase a desarrollar una idea. “Nos conocimos después de que leyeran unas cuantas obras mías”, sigue diciendo Steven Levenson. “Y eso fue el principio de ‘Evan’ y de la idea original que se nos ocurrió juntos”.

En mayo de 2011, los tres dieron forma a una historia acerca de un chico que cuenta una mentira para crearse una conexión con un suceso realmente trágico y que posteriormente se ve obligado a enfrentarse a consecuencias inesperadas. “Pero de golpe, dos o tres semanas después, me ofrecieron mi primer trabajo como guionista de televisión y me trasladé a Los Ángeles”, dice el libretista. “Benj, Justin y yo acabamos viéndonos cada pocos meses y rompiéndonos los sesos durante 36 horas seguidas antes de que tuviera que subirme a un avión y volver al trabajo”.

Los tres se preguntaron qué les atraía de esta idea y qué tipo de personajes podían surgir de estos temas. “Nuestro primer gran descubrimiento fue que, hablando del instituto, nos dimos cuenta de que había una historia que contar sobre la tragedia y el oportunismo, y que nos sonaba mucho”, explica Steven Levenson.

Entonces se les ocurrió que la atracción que representa identificarse con la tragedia de otros puede ser una profunda de necesidad de conexión, y que la gente es capaz de inventarse cosas con tal de formar parte de algo más grande. En cuanto les vino esto a la mente, se preguntaron qué pasaría si el personaje central fuera incapaz de conectar con los demás. “Eso nos llevó por el camino del trastorno social: alguien atrapado dentro de sí mismo desesperado por conectar con otros, pero incapaz de hacerlo”, sigue diciendo. “Evan nació de todo esto, era la buena dirección”.

Después de siete meses ya tenían la estructura de la historia. “Decidimos probarlo”, añade. “Me dediqué a escribir la historia y las escenas como si se tratara de una obra de teatro. Había momentos en la historia en que podía haber una canción. Cuando llegaba a uno de esos momentos, siempre ponía: ‘Buen sitio para una canción’ o escribía un largo monólogo para imitar lo que a mí me parecía ser una canción”.

Entregó lo que había escrito a Benj Pasek y a Justin Paul. “Muy pronto dejé de tener claro dónde acababa mi trabajo y empezaba el suyo, y viceversa”, dice. “Contestaron diciendo: ‘Creemos que aquí cabe una canción, pero si es así, la escena debe cambiar a…’ Y cuando la escena cambiaba, aparecía otra canción. Al final hablábamos los tres a la vez y terminábamos las frases de los otros”.

Benj Pasek y Justin Paul, ganadores del Premio de la Fundación de Artes Interpretativas Jonathan Larson en 2007, habían encontrado en Steven Levenson a un colaborador ideal que entendía instintivamente sus motivaciones musicales. Todos los caminos empezaron a llevar a “Rent”. “Para los tres, el musical ‘Rent’ fue como una iniciación”, explica Benj Pasek. “Tenía sentido. Los personajes eran mayores que nosotros, pero hablaban de un mundo en Nueva York con complicadas cuestiones de identidad y de moral. Los personajes, la forma en que estaba escrito, el estilo del musical – una fusión de pop con narrativa –, todo nos influyó muchísimo”.

El espectáculo se convirtió en su piedra angular. “La música de ‘Rent’ se diferencia mucho más en cada tema”, explica Justin Paul. “Hay grandes diferencias con ‘Evan’, pero fue muy instructivo descubrir un musical que tocaba un tema serio, actual, usando música pegadiza y letras relevantes para expresar y captar ideas con la estructura o forma de una canción pop”.

Ben Platt es Evan Hansen. La fusión entre el actor y el personaje
Cuando los tres escribían el musical entre 2013 y 2014, Benj Pasek les hablaba a menudo de un joven actor llamado Ben Platt. Se había presentado a las pruebas para el espectáculo anterior de Pasek y de Paul, “Dogfight”, pero entonces era demasiado joven para darle un papel realmente importante. No se plantearon que fuera Evan hasta que le vieron en “The Book of Mormon”. “Benj y Justin estaban convencidos de que era perfecto para el musical que estábamos creando”, recuerda Steven Levenson. “En la primera lectura que hicimos con actores, Ben encarnó a Evan. Siguió siendo Evan hasta que abandonamos Broadway en 2017. Él es Evan”.

El ADN de Ben Platt forma parte del personaje. “Ben es de esos actores a los que adoro como escritor”, dice Steven Levenson. “Siente un profundo respeto por la palabra escrita, posee la habilidad de hacerse con una frase y mejorarla. Sabe cómo contar historias. No se limita a centrarse en el papel, tiene en cuenta toda la historia, algo poco habitual y nada fácil para un actor. Siempre me fio de su instinto”.

Ben Platt nunca se había involucrado tanto en el desarrollo de un musical hasta “Querido Evan Hansen”. “Hablando de musicales modernos, no conozco ninguno en que el libreto y la música fluyan con tanta facilidad”, dice el actor. “Ver a Steven Levenson conservar su estilo en los diálogos y, a la vez, integrar las letras de Benj Pasek y Justin Paul, consiguiendo una naturalidad perfecta, me dejó impresionado. Y como actor reconozco que me facilitó la tarea y me ayudó mucho porque no tuve que cambiar de idioma cuando debía cantar. Había un solo lenguaje y una sola percepción”.

El camino a Broadway. De los talleres a la avenida de las luces
El productor Marc Platt vio “Querido Evan Hansen” por primera vez cuando en 2014 fue invitado a una lectura en un taller de teatro en Nueva York, el invierno antes de que se presentara en Washington DC. Ya habían colaborado con los compositores Justin Paul y Benj Pasek en La ciudad de las estrellas/La La Land, y conoció al dramaturgo Steven Levenson en el taller.

Poco después, Pasek, Paul y Levenson solicitaron la experiencia de Marc Platt y este les asesoró durante todo el desarrollo final. “La primera vez que vi ‘Querido Evan Hansen’, me pareció que tenía momentos fuertes y maravillosos, además de una música fantástica”, dice el productor.

La fuerza creativa del desarrollo, ejecución y evolución del musical “Wicked”, Marc Platt, aconsejó a los tres creadores durante el afianzamiento de su espectáculo. “Les ayudé de muchas formas”, dice Marc Platt. “Me encantaba la música, los diálogos. Seguía evolucionando y me alegró poder contribuir en una obra tan apasionante”.

El trio quedó agradecido por la ayuda. “En el desarrollo de ‘Querido Van Hansen’ para Broadway, Marc se convirtió en un colaborador y un mentor para nosotros, primero en La ciudad de las estrellas/La La Land y después en casi todo lo que teníamos entre manos”, reconoce Justin Paul. “Fue muy influyente. Nos ayudó mucho y funcionó un poco como cuando un escritor tiene un bloqueo mental y llama a un amigo, normalmente otro escritor, y le pide consejo. Marc fue una versión del amigo a la enésima potencia: un brillante creador que conocía a la perfección el funcionamiento de nuestro musical”.

Marc Platt demostró ser muy generoso retocando detalles de las canciones y del libreto. “Fue nuestro guía creativo, y es parte de la familia del musical”, añade el compositor. “Y ahora, con QUERIDO EVAN HANSEN, estamos aún mucho más unidos. Todo nos ha llevado hasta el punto de realizar esta película juntos, siendo socios oficialmente. Ha sido muy satisfactorio, como cerrar el bucle, ya que hicimos gran parte del recorrido juntos”.

Después de años de talleres, tanteos y retoques, el musical ‘Querido Evan Hansen”, dirigido por Michael Grief, se estrenó por fin en Broadway en 2016. El espectáculo fue un absoluto éxito de público y se llevó nada menos que seis premios Tony, entre ellos el de Mejor Musical y el de Mejor Actor Principal en un Musical para Ben Platt.


QUERIDO VAN HANSEN, la película

Ben Platt regresa al papel
Una vez estrenado “Querido Van Hansen” en Broadway, todos estaban de acuerdo en que el musical tenía mucho potencial para transformarse en una película. Los tres creadores, Marc Platt y su socio productor Adam Siegel ofrecieron los derechos a Universal Pictures. “Muchos estudios estaban interesados”, dice Marc Platt, “pero Universal se apasionó por el material y no se rindieron hasta conseguir los derechos cinematográficos”.

Una de las condiciones de Universal era que Ben Platt estuviera dispuesto a encarnar en la gran pantalla el papel que había inmortalizado en Broadway. Desde su concepción, había ayudado a desarrollar a Evan Hansen, y nadie entendía mejor al personaje. “Evan era la materialización de numerosos problemas que los músicos y el libretista querían plasmar”, explica el actor. “En todos estos años he tenido la oportunidad de descubrir quién es Evan y cómo encaja conmigo, cómo le doy vida física, vocal y emocional. Se ha convertido en un joven muy específico en mi mente, un poco como una segunda naturaleza”.

Desde que el musical dejó Broadway, la carrera de Ben Platt había sido de lo más exitosa, pero consideró un honor que le pidieran que volviera a ser Evan. “Era una oportunidad para inmortalizar esta historia, una historia que puede tocar a mucha gente, sobre todo a los jóvenes”, explica. “Es obvio que una película va a afectar a un público mucho más amplio en un espacio de tiempo más corto”.

Además, aceptar el papel tenía otro aliciente, el de trabajar con su padre, el productor Marc Platt. “Nunca había trabajado realmente con mi padre”, añade Ben Platt. “Era la primera vez que los dos íbamos a contribuir en un mismo proyecto, cada uno en nuestro papel. Está claro que de todos los productores posibles, tenía que ser mi padre el que se encargara de esta adaptación. Unimos nuestras fuerzas de forma natural. Para mí fue una oportunidad muy especial. Personalmente, no iba a perdérmelo por nada del mundo”.

"Solo se hacen equis películas en una vida…"

Stephen Chbosky toma las riendas
Los productores Marc Platt y Adam Siegel sabían que para llevar el musical “Querido Evan Hansen” a la pantalla debían encontrar a un director con una visión y sensibilidad emocional muy especial. El realizador ideal no podía ser otro que Stephen Chbosky. No solo había escrito el guion para la adaptación cinematográfica del musical “Rent” y coescrito el guion de La bella y la bestia, también es el coguionista y director de Wonder, y el guionista y director de Las ventajas de ser un marginado, basada en su novela. Además, tiene una idea muy clara de las complejidades de la adolescencia.

“Stephen sentía una conexión personal con esta historia, y ya había rodado dos películas en torno a la adolescencia y el aislamiento”, dice Marc Platt. “Estos dos elementos nos hicieron pensar que sería el narrador idóneo para la película, y no nos equivocamos”.

Tanto el reparto como los creadores del musical habían recibido cartas de fans diciendo que el musical les había ayudado e incluso salvado personalmente o a alguien conocido. También habían escrito cartas parecidas a Stephen Chbosky después del lanzamiento de la novela y del estreno de Las ventajas de ser un marginado. El potencial de la película QUERIDO VAN HANSEN para ayudar a adolescentes y a sus padres le pareció un aspecto importante.

El director había visto el musical en Broadway ya sin Ben Platt, pero aun así le había cautivado. Meses después seguía sin poder sacárselo de la cabeza.

Mientras estaba en Los Ángeles se reunió con Marc Platt y Adam Siegel para explicarles por qué le interesaba dirigir la película. “Llevo 15 años de mi vida dirigiendo películas reflexivas para empoderar y entender a los jóvenes”, dice Stephen Chbosky. “Basándome en mi experiencia con Las ventajas de ser un marginado, sé hasta qué punto puede influir en los jóvenes un entretenimiento popular”.

Para el director, QUERIDO EVAN HANSEN era la oportunidad de dirigirse directamente a los problemas mentales de los jóvenes, el aislamiento al que los someten las redes sociales y sus compañeros, ahora aún más extendido que en la época de la creación del musical. “Desde luego, se ha vuelto mucho más intenso después de la pandemia”, dice Stephen Chbosky.

Cuanto más escuchaban las ideas del director, más inspirados se sintieron los dos productores por su pasión. Adam Siegel aún recuerda una frase que pronunció Stephen Chbosky en esa primera reunión. “Nos dijo: ‘Solo se hacen equis películas en una vida, si voy a dirigir una cuyo guion no es mío, tiene que ser esta’”.

La profundidad, los matices y la visión de futuro director también impresionaron a Marc Platt: “A Stephen se le da muy bien dirigir a los actores y entiende a la perfección la dinámica existente entre padres e hijos. No tardó nada en encontrarla en el guion”.

Evan es, no cabe duda, el personaje principal, pero todos – Cynthia, la madre de Connor, su hermana Zoe, su padrastro Larry, entre otros – intentan sobrevivir al dolor. “Me identifiqué con la rabia de Larry y de Zoe, y también con Cynthia, que quiere mantener vivo el recuerdo de su hijo, y todo lo que eso implica”, dice Stephen Chbosky.

Los productores sabían que Stephen Chbosky era un cineasta que aportaría emociones vivas a QUERIDO EVAN HANSEN evitando los lugares comunes y el sentimentalismo. “Stephen tiene un barómetro interno que le indica lo que está bien y lo que está mal”, explica Adam Siegel. “Conoce íntimamente a los personajes, como un guionista. El realismo emocional con el que cuenta una historia es lo que más nos gustó. Esta historia toca algo en todos nosotros, y Chbosky se dio cuenta enseguida. Se dejó llevar por el corazón”.

Cuando Benj Pasek, Justin Paul y Steven Levenson concibieron el musical, solían decir que debía parecer una película independiente en un escenario. “No teníamos ni idea de lo que queríamos decir”, reconoce Pasek ahora, “pero era la estrella que nos guiaba”. Con Stephen Chbosky habían encontrado a un director que sabía reconocer el corazón independiente, intimista y emotivo del musical. “Ha sido maravilloso lo que ha hecho Stephen con el musical llevándolo a la gran pantalla”, sigue diciendo el músico. “Es mucho más que un director porque también es escritor. Supo cómo estructurar la historia en la adaptación”.


El guion

Cambio y evolución. La adaptación de “Evan” a la gran pantalla
La adaptación de una novela, un relato o una obra de teatro a la pantalla siempre implica cambios. Lo que funciona contado de una forma no lo hace igual de bien en otro medio. Sin embargo, muy a menudo estos cambios son una oportunidad para enriquecer o dar más importancia a algunos personajes, y todos los responsables de QUERIDO EVAN HANSEN estaban entusiasmados con la idea. El núcleo central del musical permanece intacto, pero la película ha hecho posible que se profundizara en algunos aspectos de la historia y se mejoraran varias cosas.

El huerto de Evan: Fantasía y realidad
El productor Marc Platt estudió cómo trasladar el musical a la gran pantalla y habló en repetidas ocasiones con Steven Levenson: “Steve es un gran dramaturgo, y también un guionista genial”, dice. “Empezamos con una idea muy cinematográfica centrada en la historia de Evan en el huerto de frutales – y el hecho de que se había inventado la historia de su rescate por parte de Connor cuando se cayó del árbol. No se descubre realmente qué ocurrió en el huerto hasta el final del musical. En el escenario no se ve lo que pasa en el huerto, solo se oye a Evan contarlo”.

“Lo primero que le dije a Steve fue que imaginaba el principio de la película con imágenes fragmentadas de un niño corriendo”, sigue diciendo Marc Platt. “No se sabe lo que pasa, pero trepa por un árbol y se cae. Por fin aparece la cara del personaje, que mira a cámara desde el suelo, y empiezan a oírse las primeras notas de ‘Waving Through a Window’”.

Marc Platt sugirió que esta misma escena volviera a verse a mitad de la película, pero desde una perspectiva diferente. “Esta vez no se ve una imagen fragmentada, sino toda la historia tal como la cuenta durante la canción ‘Forever’. Es la versión inventada de Evan. Trepa al árbol y se cae, pero esta vez, cuando mira hacia arriba, su amigo le rescata. Y en la tercera y última escena del huerto, por fin vemos lo que ocurrió realmente porque Evan acaba confesando la verdad en la canción ‘Words Fail’. En cine podemos enseñar las tres versiones. Se lo dije a Steven y él hizo el resto”.

Una estructura en tres actos
La adaptación cinematográfica hizo posible explorar la historia en formas imposibles de utilizar en un escenario. “¿Qué pasa con Evan cuando por fin reconoce que ha mentido?”, comenta Marc Platt. “¿Cómo se supera algo así? ¿Quién era realmente Connor y cómo saber más de él? Se podía sacar mucho partido de estos estupendos personajes y de una historia tan profunda. El recorrido emocional y la vida de los personajes se cruzan y se afectan mutuamente, lo que nos abría un sinfín de posibilidades”.

Volver a trabajar con las soluciones que habían encontrado para el escenario fue un reto para Steven Levenson. “Todo puede mejorarse, pero habíamos resuelto algunos retos creativos de la mejor manera posible”, explica. “Y de pronto, hay que encontrar otras soluciones para los mismos problemas en un medio diferente. Para eso hace falta recordar lo que funcionó bien y estar dispuesto a reinventarlo si hace falta. Utilicé ambas posibilidades”.

Detalles, detalles, detalles
Steven Levenson también debió tener en cuenta aspectos muy específicos para la película. En un escenario, mucho se basa en la abstracción. Por ejemplo, dos paredes hacen un dormitorio, una mesa es un comedor. “En un guion, el mundo es mucho más detallado”, dice. “En una obra de teatro se tiende a quitar un máximo de detalles. Pero al centrarme en el guion me esforcé en buscar los detalles que llenarían ese mundo”.

Ocurre lo mismo con los personajes. En el musical, unos cuantos actores representan a los compañeros de Evan y tres adultos hacen el resto. Pero la película requería llenar de gente el mundo de Evan. Fue una oportunidad para reflejar la realidad actual de los institutos de barrio y de las zonas de las afueras. Los adolescentes de hoy son la generación más diversificada racialmente de toda la historia de Estados Unidos, incluso la más diversificada de cualquier país, y la película lo refleja.

Meterse en la cabeza de Evan
Algunas técnicas narrativas funcionan de maravilla en los escenarios, pero son totalmente artificiales en una pantalla, algo que afectaba a las funciones de Connor Murphy. En el musical, Steven Levenson explica que “Connor regresa como una voz en la cabeza de Evan, lo que nos permite entrever las emociones que vive Evan en su recorrido. Decidimos muy al principio que no era factible para una película, era demasiado teatral. Tuvimos que encontrar otra forma de meternos en la cabeza de Evan”.

Canciones que se pierden, canciones que aparecen
No todas las canciones del musical han llegado a la gran pantalla. “Cualquier canción en un musical realiza una función muy concreta propia del personaje, el relato y la puesta en escena”, explica Marc Platt. “Pero eso no significa que vaya a funcionar en una película”.

Las canciones “Anybody Have a Map?”, “Disappear”, “To Break in a Glove” y “Good for You” no están incluidas en el guion cinematográfico.

“Lo curioso es que esto me gustó”, dice Steven Levenson. “Lo más difícil fue no tirarlo todo por la borda y empezar desde cero. Tuve una charla con Adam Siegel y le pregunté con cierta preocupación si debía adaptar cada frase. Me contestó que no. Y añadió: ‘Si adaptaras la obra de otra persona, solo conservarías lo que te apeteciera’. Tenía la sensación de que debía volver a escribirlo todo, cambiarlo todo, hacer algo nuevo. Me sentí liberado cuando entendí que podía conservar lo que funcionaba”.

Benj Pasek y Justin Paul compusieron dos canciones nuevas para los personajes de Alana Beck (“Anonymous Ones”, cocompuesta con Amandla Stenberg) y Connor Murphy (“A Little Closer”). Pero Marc Platt y Steven Levenson se dieron cuenta de que no cabían todas las canciones en la película.

“Algunos temas son ‘de presentación’, el personaje no canta a nadie en particular, se vuelve hacia el público y canta”, explica el productor. La canción “Does Anyone Have a Map”, cantada por Cynthia Murphy y Heidi Hansen mirando al público, acerca de las dificultades de educar a un adolescente es un perfecto ejemplo. “En una película no tiene cabida, es demasiado forzada y teatral”, acaba diciendo Marc Platt.

Cualquier canción que no pareciera auténtica y espontanea, por muy buena o querida que fuera, debía desaparecer en la película. “QUERIDO EVAN HANSEN es una película musical acerca de la vida actual”, añade Marc Platt. “Al contrario de otros musicales, no es un mundo de colores brillantes y tampoco transcurre en una época pasada, todo ocurre ahora. Trata de temas reales muy importantes en los que la vida está en juego”.

Evolución de los personajes
Las expresiones de los actores en un escenario no pueden ser las mismas que en el ambiente más intimista de una película, donde deben matizarse más. Se adaptaron todos los personajes de QUERIDO EVAN HANSEN y algunos – como Larry Mora, Jared Kalwani, Connor Murply y Alana Beck – fueron revisados y/o ampliados para las necesidades de la película.

En el musical, Larry Murphy es el padre biológico de Connor, pero en la película se convierte en Larry Mora, su padrastro, encarnado por Danny Pino. Cambiar esto y dar el papel a Danny Pino refleja la realidad de muchas familias mixtas y abre una nueva dimensión a las relaciones familiares después de la muerte de Connor.

Jared Kleinman se ha transformado en Jared Kalwani, al que da vida Nik Dodani, y en la película es de ascendencia oriental y gay. Su amistad con Evan es aún más compleja y empática.

Connor Murphy, al que encarna Colton Ryan, tiene más importancia y peso en la película. En la obra de teatro es un solitario algo amenazante y enigmático, más real en la fantasía de Evan que en la realidad. Ahora vemos más al verdadero Connor y cómo era antes de que la rabia se apoderase de él.

En el escenario, Alana Beck parece una ambiciosa empollona, pero en la película se la ve desde detrás de su perfecta fachada. Interpretada por Amandla Stenberg, tiene más en común con Evan de lo que él imagina, y se descubrirá su soledad y aislamiento.


La música

Supervisión vocal y producción musical. Ben Cohn y Alex Lacamoire
El supervisor vocal Ben Cohn y el productor ejecutivo de música Alex “Lac” Lacamoire, dos amigos incondicionales, ya eran parte de la familia “Querido Evan Hansen” antes de que se hubiera encontrado un título para el musical. “Lac y Ben Cohn son los maestros musicales de QUERIDO EVAN HANSEN”, dice Justin Paul. “Dado que su conocimiento de la partitura y de las canciones casi forma parte de su ADN, a todos nos pareció imprescindible que estuvieran en la película”.

Durante el rodaje, Ben Cohn trabajó en el plató de Atlanta, mientras Alex Lacamoire se quedó trabajando a distancia desde Manhattan. Fue una solución ideal. “Así yo podía estar trabajando con Kaitlyn Dever en una canción, mientras Ben estaba con Colton Ryan preparando otra”, explica Lacamoire.

Los actores no solo pregrabaron las canciones, también las cantaron en directo durante el rodaje. Para conseguir la mayor autenticidad posible, se utilizaron sobre todo tomas directas. “Las canciones están pensadas para ser extensiones de los diálogos”, dice Justin Paul. “Nos preguntábamos hasta qué punto se conseguiría esto en una película”. El objetivo era grabarlo todo en directo, pero antes se pregrababan los temas, ya que nunca se pueden prever las condiciones exactas de un rodaje. Debían estar preparados por si, por ejemplo, soplaba demasiado viento el día que Ben Platt canta “Words Fail” en un bosque, o si había ruidos incontrolables en el auditorio con “You Will Be Found”.

“Disponíamos de grabaciones por si acaso”, dice Justin Paul. “Pero queríamos que todo fuera natural, auténtico y no el típico sonido perfecto de un disco. Además, los diálogos debían transformarse en canciones y viceversa de forma absolutamente orgánica, por eso intentamos grabarlo todo en directo”.

Y así fue en la gran mayoría de canciones. En algunos casos, Ben Cohn acompañaba a los actores al piano desde donde no le veía la cámara. “El hecho de que Ben tocara el piano permitía al actor saber cuándo subir y cuándo bajar”, explica Justin Paul. “Ben era el apoyo secreto. Posteriormente se orquestaba la música de acuerdo con el piano de Ben. Nuestro enfoque siempre fue primero la historia, segundo la interpretación y todo lo que hacía falta para apoyarla musicalmente”.

Lo imaginario se hace realidad. La filmación de las canciones de QUERIDO EVAN HANSEN
Las canciones del musical de Broadway son muy queridas por los fans, que suelen saberse las letras de memoria. Para la película, cada una de esas canciones ofreció alegrías, retos y revelaciones.

“Waving Through a Window” – Evan
Desde el primer momento que encarnó a Evan Hansen, Ben Platt tuvo que imaginar el recorrido de Evan desde su casa al colegio mientras canta este tema, en el que expresa el deseo de que sus compañeros se den cuenta de que existe. Pero en la película ya no hizo falta que se lo imaginara. “Pude reaccionar a la realidad que me rodeaba”, dice el actor. “Era un poco surrealista cantar una canción tan icónica en el lugar donde realmente transcurre la escena”.

La canción abarca tres decorados. “Vemos a Evan delante del ordenador intentando escribir una carta, viendo las redes sociales y preparándose para salir, viviendo la realidad diaria de ‘estoy a punto de meterme en la boca del lobo’”, dice Ben Platt. “Canta la segunda estrofa en el coche camino del colegio”.

El número cobra importancia con la llegada de Evan al instituto, donde se pierde entre sus compañeros y nadie le hace caso. “Está en el pasillo de un instituto de verdad y se siente como un extraño”, sigue diciendo el actor. “Por fin vemos la representación literal de lo que siempre tuve en la cabeza cuando la cantaba en el escenario de Broadway”.

Los fans del musical no notarán ningún cambio significativo, funciona igual de bien en la pantalla que en el escenario. “Fue la primera canción que pregrabamos con Ben, y dice mucho acerca del musical y del personaje”, reconoce Alex Lacamoire. “Fue genial recuperar el grito de un chico que quiere encajar, pero siente que no puede. Quiere conectarse y ser parte de algo. Esta canción forma parte de Ben”.

Todo el equipo disfrutó con la grabación de las canciones. “’Waving Through a Window’ es maravillosa y está llena de vida”, dice la montadora Anne McCabe. “Lo pase muy bien montándola. Mantuve el ritmo, pero también jugué con los figurantes que pasan al lado de Ben, aumentando aún más su aislamiento”.

“For Forever” – Evan, Cynthia
Evan canta esta canción a la familia de Connor cuando le piden más detalles acerca del hijo y hermano desaparecido, y él empieza a inventarse la relación imaginaria con Connor.

En el musical, canta en el hogar de los Murphy. “En la película, el decorado es muy parecido”, explica Ben Platt. “Para mí fue como pisar terreno conocido para revivir las sensaciones de esta canción, sobre todo con personas como Amy, Kaitlyn y Danny escuchándome”.

Alex Lacamoire se quedó asombrado con lo que Ben Platt hacía con la canción durante el rodaje: “Ben es un magnífico intérprete. Conoce el personaje a la perfección. Si necesitábamos que fuera más intimista, más reducido que en el escenario de Broadway, calibraba su actuación”.

Amy Adams como Cynthia se une a la canción. “Hay algo mágico en este tema”, dice. Al haber estudiado música, también sabía ajustar su interpretación. “Amy habla nuestro idioma”, añade Ben Cohn. “Entendía que le pidiéramos que el vibrato en tal nota llegase solo a cierto punto, o si debía ajustar una consonante. O cuando le pedíamos cambiar el ritmo para que fuera más natural. Podía hacerlo porque lo entendía”.

“Sincerely Me” – Connor, Evan, Jared
En este tema, Evan y Jared inventan elaboradas escenas de la amistad imaginaria entre Connor y Evan. No solo es la canción más graciosa de la historia, también fue con la que mejor se lo pasaron los actores grabándola. “En la película mejora mucho porque se ve la materialización de la amistad imaginaria”, explica Ben Platt. “Evan y Connor están en el lugar de trabajo de Evan, montan en karts, bailan delante del videojuego musical ‘Dance-Dance Revolution’ en un montaje mientras Evan y Jared escriben la nota”.

No se hace difícil seguir los pensamientos de Connor, Evan y Jared. “En una película hay más material físico con el que trabajar y reaccionar”, explica Ben Platt. “También era una oportunidad para disfrutar de la camaradería. Lo pasé realmente bien con Colton”.

A pesar de ser nuevo en la modalidad de canto y baile, al menos Nik Dodani sabía leer una partitura al haber tocado el saxo y la batería de niño. “Me ayudó bastante al principio, sobre todo para no sentirme como un total idiota”, reconoce el actor. “Eso sí, tuve que entrenar mucho. Por suerte, en este proyecto está lo mejor de Broadway. El equipo musical, Alex Lacamoire, Justin Paul, Benj Pasek, Ben Cohn, ALVIN HOUGH JR [el pianista para los ensayos], todos fueron amables, pacientes, me animaron sin parar. Y la coreógrafa Jamaica Craft fue milagrosa ayudándome a encontrar el ritmo y a no perder el equilibrio”.

Colton Ryan también elogia a Jamaica Craft: “Teníamos que ensayar un número inspirado en Gene Kelly en Cantando bajo la lluvia. En vez de paraguas, usamos pinzas para recoger basura. Me pasé más tiempo bailando que hablando en ese decorado, y la mayoría del tiempo fue con Jamaica. Dios la bendiga, es maravillosa. No es nada tranquilizante para alguien que no sea bailarín oír que tiene un solo como Kevin Bacon en Footloose. Pero supo convencernos de que podíamos hacerlo, me protegía como una madre osa a su osezno”.

“Requiem” – Zoe, Cynthia, Larry
“Requiem” es la canción que Cynthia, Zoe y Larry dedican a Connor, en la que describen cómo les ha afectado su suicidio y sus sentimientos. El tema ofrece retos muy diferentes para cada uno de los personajes/actores.

“Estaba muy preocupada y quería dar lo mejor de mí”, dice Kaitlyn Dever. “Pero se me ocurrió que quizá no debía ser tan perfecta en ‘Requiem’. ¿Qué pasaría si Zoe gritara la última nota del final? Su rabia y frustración podrían traducirse en un grito. Durante la grabación me desinhibí completamente, no me preocupó meter la pata. Fue una sensación asombrosa y rompí a llorar cuando terminamos”.

Amy Adams tiene mucha experiencia cantando, y durante los ensayos todos tenían la impresión de trabajar con una actriz de Broadway. “Hace un trabajo maravilloso”, dice Ben Cohn. Al poco de entrar en la canción, debe cantar notas sostenidas mientras Zoe sigue vocalizando. Es increíble oírla cantar en Sol y La sostenidos en ese momento. Es mucho más difícil entrar así en una canción, sin haber comenzado desde el principio, sobre todo tratándose de algo muy emotivo, muy poderoso. Amy logró meterse de golpe”.

Amy Adams ha participado en numerosas películas musicales, pero esta vez fue diferente. “Cantar en directo aporta intimidad”, dice. “En ‘Requiem’, cada uno contamos nuestra historia, pero no es inconexo, hay una relación dentro de la canción sin por eso perder el hilo de cada uno. Fue todo un reto”.

Para Danny Pino tampoco fue fácil respetar la complejidad del tema y la profunda emoción que comunica. “Era complicado respetar los semitonos hacia arriba o abajo y la armonía”, reconoce. “La música es paralela a la desesperación que siente Larry. Intenta sobreponerse al dolor, a sus sentimientos de culpa y de resentimiento mientras canta, mientras intenta expresar lo que le hace cantar en vez de hablar. Cuando le es imposible controlar sus emociones, la música y las letras expresan lo inimaginable”.

“If I Could Tell Her” – Evan, Zoe
“If I Could Tell Her” es una canción de amor “indirecta”. Evan y Zoe están en la cocina de la casa de los Murphy y él le confiesa, cantando, todo lo que le gusta de ella. Pero lo hace fingiendo que Connor se fijaba y le contaba todo lo que le encantaba de su hermana Zoe. “En la mente de Evan, está siendo agresivo, pero sigue siendo muy tímido”, explica Ben Platt. “Expresa sus sentimientos por Zoe a través del recuerdo de Connor”. Se oye la canción sobre diversos flashbacks de los momentos en que Evan se da cuenta de todo lo que expresa. “Con los dos solos en la cocina cantando, habría podido ser demasiado para Evan”, añade el actor.

Durante el rodaje, Ben Platt y Kaitlyn Dever compartieron una casa y estaban bastante aislados debido a las normas exigidas por la pandemia. Algunos de los mejores recuerdos de la actriz son de los dos ensayando el tema en la cocina. “Añadió un grado de intensidad a las escenas”, dice. “Rodábamos una película acerca de la comunicación y la conexión en un momento en que todos estábamos separados de nuestros seres amados. Fue maravilloso”.

Ben Platt cree que la generosidad y la franqueza de Kaitlyn Dever le aportó mucha seguridad durante el rodaje: “Cantar en directo con Kaitlyn es pura alegría. Los espectadores saben que canta bien, pero nunca la han oído cantar como en esta película. Tengo muchas ganas de que el público vea cómo pasa del diálogo a una canción de forma totalmente natural sin perder la autenticidad, algo clave para esta película. Lo hace a la perfección”.

“You Will Be Found” – Evan, Alana, Jared, Zoe, compañeros, CV (Comunidad virtual)
Esta canción, que interpreta un aterrado Evan durante el homenaje a Connor Murphy en el auditorio del colegio, se convirtió en el himno del musical y de los fans en todo el mundo. Cualquiera que la oiga recuerda que, por muy solo que se sienta, nunca está del todo abandonado. Quiere expresar esperanza y unión, ser una tabla de salvación para alguien que se encuentra solo y desesperado. En la película, es el único tema cantado en un escenario auténtico.

“Se rodó en un auditorio enorme”, recuerda Ben Platt. “Estaba delante de muchísima gente y pude sentir el terror que experimentaba Evan. Fue inmediato porque había mucha gente y cantaba en un escenario”. Reconoce que estaba casi tan nervioso como su personaje y que le sirvió para mejorar su actuación: “No es nada agradable tener un ataque de pánico, pero fue muy satisfactorio sentir que funcionaba”.

También era la primera escena en que aparece Amandla Stenberg. Su personaje, Alana Beck, presenta a Evan para que cante el tributo a Connor. “Incluso con el poco diálogo que ella tenía ese día, se notaba hasta qué punto se había hecho con el personaje”, dice Ben Platt. “Sabía perfectamente cómo hacer que Alana fuera creíble en un ambiente musical”.

“Only Us” – Zoe, Evan
Esta es una canción de amor entre Evan y Zoe cuando ambos se dan cuenta de que su relación ha ido más allá de la conexión que comparten con Connor. En ese momento, Evan entiende que su más profundo deseo está a su alcance.

Cuando ambos actores escenificaron el número con el director Stephen Chbosky, ocurrió algo mágico, natural e instintivo. “Fue algo maravilloso, muy íntimo”, explica Ben Platt. “Para Kaitlyn y para mí fue muy natural, los dos conectamos con la canción. Lo que más me gusta es todo el material adicional incluido en la escena, que permite ver destellos de la relación entre Zoe y Evan, algo que no está en el musical, sencillamente porque no hay tiempo ni espacio para mostrar por qué Evan se enamora de ella”.

Zoe y Evan pasan un día en un parque de atracciones, suben en la noria, un tiovivo, la montaña rusa, viven como dos adolescentes sin preocupaciones enamorándose por primera vez. “Fue un momento de liberación para Evan. Durante unas horas no se siente ni culpable ni avergonzado como en el resto de la película”, explica el actor.

Para preparar la canción, Kaitlyn Dever trabajó con Alex Lacamoire y Ben Cohn. “Alex es un genio y los demás también”, dice la actriz. “Justin y Benj son brillantes. Practiqué mucho sola, luego hubo un par de ensayos con Ben. Cantar “Only Us” significó mucho porque quizá sea la última vez que Ben la cante después de ser parte del musical durante tantos años”.

La producción construyó un nuevo estudio de grabación para la película. Kaitlyn Dever y Ben Platt tenían cada uno su cabina para que no coincidieran en un espacio tan reducido. “Se construyó respetando el protocolo Covid, pero podía oír y ver a Ben mientras grabábamos”, explica la actriz. “Luego, de vuelta a casa, cenábamos sushi en pijama viendo ‘Love Island’”.

“Words Fail” – Evan
Con este tema, duro y devastador, Evan confiesa a la familia de Connor que su relación ha sido una invención desde el principio. Es un lamento que le sale del corazón, un grito de dolor, culpa y pesar. En ese momento, Evan hace añicos su versión inventada y se enfrenta a quien es realmente.

A pesar de haberla cantado ocho veces a la semana en Broadway durante un año, le fue más complicado hacerlo para la película. En el escenario, cada vez había realizado todo el recorrido de la historia de Evan hasta llegar al momento en que se confiesa. “Se puede almacenar mucha emoción durante dos horas”, explica. “Pero en un rodaje, te presentas a primera hora de la mañana y debes confesar cantando que has mentido”.

Stephen Chbosky le propuso al actor que decidiera a qué hora del día quería hacerlo y que escuchara la música necesaria para prepararse. “Eso me permitió meterme de lleno en la canción”.

En general, cuando un actor no habla o actúa en una escena, no aparece en el plató, le sustituye su doble de luces. Pero esta vez, Amy Adams, Danny Pino y Kaitlyn Dever estaban apoyándole, aunque detrás de la cámara. “Cuando acabamos, fui donde estaban ellos y seguí llorando”, dice Ben Platt. “Les abracé y les di las gracias por ser tan generosos. Si esta escena es tan emotiva como me parece, se debe en gran parte a lo que me comunicaban desde detrás de la cámara”.

También fue un momento especial para sus compañeros. “Verle interpretar a Evan expresando su dolor y reuniendo el valor para decir la verdad, fue magnífico, y solo se puede responder con autenticidad a algo así, estés delante o detrás de la cámara”, dice Amy Adams. “Fue tan real y tan inmediato que se creó una conexión de energías entre los cuatro”.

En la película, la canción está interpretada en dos decorados. En la primera parte, Evan canta ante la familia de Connor, y en la segunda está solo en el bosque. “La dificultad residía en recordar dónde había estado justo antes y tener presente el nivel de emoción que había alcanzado Evan para que todo fuera congruente”, explica Ben Platt. “Cantar en directo me ayudó mucho con las emociones, no se trataba de ‘cantar una canción’, era mucho más”.

Tanto Benj Pasek como Justin Paul piensan que Ben Platt consigue ser desgarrador en este número. “Recuerdo el final de la canción, cuando está en el bosque”, dice Justin Paul. “Está delante del árbol, es el principio de la mentira, lo que da pie a toda su invención para no verse tal como es. Por fin se enfrenta a la realidad y encuentra su verdadera identidad”.

Para el compositor, la escena en el bosque es inolvidable: “Fue tremendo ver a Ben en medio de un bosque sin el menor sonido. Le grabamos en directo. Fue uno de los momentos más indelebles que he vivido. Ben Platt cantando a pleno pulmón, llorando, dándolo todo… en medio de un bosque”.

“Recuerdo querer acercarme a Ben para hacerle un comentario entre tomas, pero Stephen Chbosky me detuvo y me dijo que antes me serenase”, sigue diciendo. “Aunque trabajábamos juntos desde 2014, no me salía la voz. Había presenciado algo grande. Fue impresionante ser testigo de la transformación de Ben desde el Evan del musical al Evan de la película. Nunca había visto nada parecido. También reconozco que nunca había visto a nadie como Ben”.

“So Big, So Small” – Heidi
Heidi Hansen canta este tema a su hijo Evan para recordarle que le ama pase lo que pase, para decirle que siempre creerá en él y estará a su lado. La canción es una declaración universal del amor y la entrega de los padres hacia sus hijos. “El cine nos permite conectar y saber que no estamos solos”, dice Julianne Moore. “Si alguien escribe esto y otras personas lo interpretan, significa que también lo sienten. Todos deberíamos saber que no estamos solos, que hay otros que también sienten lo mismo”.

Al contrario del resto del elenco de QUERIDO EVAN HANSEN, Julianne Moore reconoce ser una novata en el canto, pero se lo tomó muy en serio. “Empecé a trabajar con el equipo musical el verano anterior al rodaje”, dice. “Primero ensayamos estrofa por estrofa y también iba a clases de canto. Después volví a ensayar estrofa por estrofa”.

Alex Lacamoire trabajó con Julianne Moore antes de rodar: “En Atlanta, Ben Cohn la apoyó con el piano marcando el compás. Esta canción depende mucho del ritmo de quien la cante, y habría sido muy difícil guiarla sin que un pianista la siguiera en directo”.

En palabras de Ben Cohn, es maravillosa: “Julianne está fantástica, sabe captar la esencia y el corazón del personaje, lo que le permite actuar con toda la emoción necesaria. Es casi imposible imaginar cómo empezó con ‘So Big, So Small’ y cómo acabó cantándola en directo en el plató. Trabajamos durante meses por Zoom antes de que viajase a Atlanta. Allí trabajó cada día, estrofa por estrofa, palabra por palabra. Al igual que Ben Platt, su interpretación está basada en una multitud de capas y matices”.

Dos nuevas canciones para la película
Mientras Steven Levenson, Benj Pasek y Justin Paul trabajaban en la adaptación cinematográfica, desarrollaron algunos de los personajes, como Alana Beck y Connor Murphy, y decidieron ampliar la visión que se tiene de ellos mediante canciones.

“The Anonymous Ones” – Alana
Al expandir el personaje de Alana Beck, los dos compositores aprovecharon la oportunidad para pedir la colaboración de la actriz que la encarna, Amandla Stenberg. No solo coescribió la letra, también cocompuso la música. “Amandla es una talentosa cantautora”, dice Benj Pasek. “Por esta y otras razones nos gustó mucho que se la escogiera para el papel. Queríamos ampliar el mundo de Alana. Para nosotros, los actores son los custodios de sus personajes. Y también por eso quisimos crear un momento musical para el personaje”.

En el musical, Alana parece casi el reverso de la moneda de Evan, extrovertida, socialmente en la cresta de la ola, ambiciosa y trabajadora. Pero en la película, los tres creadores querían revelar a la verdadera Alana, a la que nadie ve. “Mostramos a Alana desde la perspectiva en la que ella se presenta, una chica muy ocupada y exitosa socialmente”, explica el músico. “Pero en realidad, su vida tiene muchos paralelismos con la de Evan. Tal como está interpretada y filmada ‘The Anonymous Ones’, es su forma de intentar convencer a Evan de que hable en nombre de Connor, diciéndole: ‘Quizá te sientes solo, pero a muchos nos pasa lo mismo y todos fingimos aparentar lo opuesto’. En este momento conectan. Alana le está diciendo que todos tenemos ese mismo secreto y nos aterra reconocerlo, pero si tuviéramos menos miedo y admitiéramos sentirnos solos, quizá conseguiríamos resolverlo”.

Fue un honor para Amandla Stenberg unirse al dúo de compositores. “Era absolutamente genial trabajar y escribir con Justin y Benj”, dice. “Pasamos muchas horas hablando por Zoom. A veces nos dábamos cabezazos contra la pantalla del ordenador cuando una estrofa no acababa de salir redonda. Otras nos poníamos a cantar ‘Kiss from Rose’, de Seal. Y otras tomábamos té los tres sumidos en la tristeza. Pero conseguimos crear algo que nos encanta y de lo que estamos muy orgullosos”.

“The Anonymous Ones” sustituye a “Disappear”, incluida en el musical, convirtiéndose en el momento de Alana. “Es el momento ‘Evan Hansen’ de Alana”, explica Ben Cohn. “Sabe lo que se siente cuando nadie te ve, cuando careces de los contactos sociales que ella se ha esforzado en crear”.

“A Little Closer” – Connor
La película ha permitido poner fin al misterio planteado por el musical de Broadway, ¿quién es realmente Connor Murphy? En los escenarios, Connor aparece de distintas formas, es el subconsciente de Evan, su voz de la razón, o también lo que Evan desea ser. “La película nos permitió encontrar una forma de mostrar más a Connor y entenderle, algo que antes no era posible”, dice Justin Paul. “Y esta canción revela rayos de luz entre las sombras, momentos de su vida, un día en la vida de Connor en el que habla desde el corazón”.

En la película, la canción es una grabación de Connor que tiene Evan. Después de reconocer su engaño, Evan manda anónimamente el vídeo a sus padres y hermana para que vean realmente cómo era. “Es un momento de redención para Evan, por fin puede hacer algo bueno para la familia”, explica Justin Paul. “Ven a su hijo y hermano como no lo habían visto desde hacía mucho”.

Sabían que Colton Ryan ofrecería una interpretación matizada, complicada y maravillosa: “Es uno de los primeros momentos en que Connor se expresa sincera y naturalmente, sin levantar muros o defensas”, añade Benj Pasek. “La canción habla de su diálogo y su lucha interior”.

Para Colton Ryan, cantar “A Little Closer” fue como cerrar el círculo. “Soy fan de Benj y de Justin desde mi primer año de universidad, y sé todo lo que han hecho desde que ellos estaban en la universidad”, dice, riendo. “Todo lo que hacen es oro, pero esta canción es aún mejor. Cuando la escuché, supe que era lo que siempre había echado de menos, consigue mejorar algo que ya era increíble”.

Y sigue diciendo: “En el plató siempre me preguntaban mi opinión. Era cósmico, así que alcé los brazos y dejé que se apoderara de mí. No estaría en la película si no hubiera tenido la suerte de trabajar en el musical. Menos mal que todos llevábamos mascarilla o me habrían pillado sonriendo todo el tiempo”.


La coreografía

Guiando a Astaire y a Kelly. Jamaica Craft se encarga de los movimientos
La coreógrafa Jamaica Craft empezó bailando en las calles de Kansas City antes de trasladarse a Atlanta para bailar con los iconos del hip-hop TLC y acabar siendo parte del grupo. Conocida por su trabajo con Usher, Ciara y Justin Bieber, también ha realizado coreografías para las series “Empire” y “Lovecraft Country”.

A pesar de que le encantan las películas musicales, jamás había trabajado en una hasta QUERIDO EVAN HANSEN, pero la conexión con el director Stephen Chbosky fue inmediata. “Durante mi primera conversación con Stephen, seguimos hablando otra hora por teléfono después de haber acabado con la película”, recuerda. “A los dos nos encanta el mismo tipo de cine, sobre todo el de finales de los ochenta. Me enseñó mucho, sobre todo para conseguir que el número de baile encajara con la historia. Había mucho en lo que pensar y disfruté con cada momento”.

En apariencia, QUERIDO EVAN HANSEN no es una película en la que abunde la coreografía. Al contrario de otros musicales, no incluye una serie de números bailados y cantados, pero los personajes deben moverse de acuerdo con la cámara y la música. Este “trabajo de movimiento” era esencial en la película.

Desde un principio, Jamaica Craft demostró que no se dejaba de lado el más mínimo detalle. Para el tema “Sincerely Me”, que canta el trío formado por Evan, Jared y Connor, ofreció cinco opciones al director Stephen Chbosky. “Stephen escogió la que no me esperaba”, dice. “Estaba empeñada en que fuera un momento al estilo Gene Kelly y Fred Astaire, con los tres bailando con sus pinzas para coger basura, como si fueran bastones. Stephen me dijo: ‘Sí, me gusta, pero también tienes que hacerme reír’. Trabajando con él he aprendido a tener otras perspectivas y a ser más eficiente”.

La coreógrafa quiso conocer bien a los tres actores. “Colton es Gene Kelly y Ben es Fred Astaire”, dice. “Colton baila con los pies en la tierra, pero se adapta a cualquier nuevo movimiento sin perder su naturalidad. Es un bailarín nato”.

“Ben es tremendo”, sigue diciendo. “Tiene la memoria de un elefante, interpreta, sintetiza y se transforma. Los tres se esforzaron muchísimo y consiguieron una ejecución perfecta. Les recordé que los personajes no eran bailarines impecables y tuvieron que rebobinar un poco”.

Nik Dodani ocupa un lugar especial en el corazón de Jamaica Craft. “Bailar le daba pánico”, recuerda. “Le dije que podía enseñarle a bailar. Es alto, delgado, de movimientos naturalmente elegantes. Le demostré que podía usar sus dones naturales, y en cuanto le convencí, se lanzó”.


El diseño de producción

Auténtico y real. Un musical que no parece serlo
Los productores Marc Platt y Adam Siegel ya habían trabajado con la diseñadora de producción Beth Mickle en Drive y 2 Guns, y sabían desde el principio que era la persona ideal para diseñar QUERIDO EVAN HANSEN. “Lo que más me gusta de Beth es que se le dan igual de bien los superefectos especiales como utilizar pegamento y cinta adhesiva”, dice Adam Siegel. “Beth sale del cine independiente, y si hay una forma de resolverlo físicamente, lo hará”.

El enfoque de la diseñadora se centra en el personaje. “Ve una posible casa para un carácter e inmediatamente se pregunta si viviría allí, cuánto ganaría, en qué habitación dormiría”, sigue diciendo el productor. “Beth no escatima en los detalles. Aunque se trate del despacho del director del instituto y solo se ruede una vez allí, los expedientes en su mesa serán auténticos expedientes. Su equipo se esfuerza en crear un ambiente real para los actores. No hay nadie como ella”.

Más grande y más alto. El diseño de una película musical
Los decorados de una película musical no son los mismos que para un largometraje tradicional. “Son decorados más amplios que permiten el movimiento de los actores”, explica Beth Mickle. “Los muebles están colocados estratégicamente para que los personajes se muevan sin interrupciones”.

La diseñadora debía tener en consideración la altura de los techos de la casa que buscaba para los Connor. “Nos encantaron los techos altos de la casa de los Connor, son geniales para las canciones”, dice,

Aunque había que tener en cuenta los requisitos logísticos de un musical, QUERIDO EVAN HANSEN debía comunicar autenticidad y reflejar el mundo real. Se trata de una película intimista, y tanto Beth Mickle como Stephen Chbosky querían decorados naturalistas.

Hubo que diseñar tres decorados principales: el instituto, el hogar de los Hansen y el de los Murphy. “Son tres mundos donde pasamos gran parte del tiempo”, explica la diseñadora. “Permanecemos tiempo en el colegio de Evan; también en el bastante lujoso hogar de la familia Connor y, finalmente, en la casa más modesta de los Hansen”.

El instituto de Evan
Evan y sus compañeros estudian en el instituto West View de Bethesda, Maryland. Dos colegios, Nuestra Señora de la Merced, en Fayetteville, y el instituto Sandy Creek, en Tyrone, cerca de Atlanta, hicieron las veces de West View. “Se mostraron muy amables con nosotros”, reconoce la diseñadora. “Rodamos fuera de las horas lectivas para no entorpecer a los alumnos, funcionó muy bien”.

La casa de los Murphy
La familia de Connor vive en una casa lujosa y elegante que el equipo de Beth Mickle encontró en Alpharetta, Georgia. Los grandes salones y elevados techos de la casa, que atrajeron a la diseñadora tanto por su acústica como por su estética, fueron el escenario de uno de los momentos más memorables del rodaje.

Cuando ya se había rodado la canción “If I Could Tell Her”, cantada por Ben Platt y Kaitlyn Dever, el director Stephen Chbosky quiso rodar una versión a capella. “Durante unos tres minutos y medio escuchamos a Kaitlyn y a Ben cantar sin nada de música”, recuerda Beth Mickle. “El sonido se extendía por los pasillos, por las habitaciones. Yo estaba al lado de Stephen y los dos nos miramos, acabábamos de compartir algo maravilloso. Esas cosas solo pasan en nuestra profesión y fue un final fantástico para un duro día de trabajo”.

La casa de los Hansen
La casa de Evan y de su familia es más modesta que la de su supuesto amigo. Beth Mickle y su equipo se inclinaron por un decorado ecléctico que comunicara sensación de autenticidad. “Bastó con mezclar un par de estilos, poner moqueta, unos sofás grandes y cómodos, alguna que otra herencia con piezas de Ikea y otras más nuevas, todo en colores suaves y terrosos para conseguir un hogar acogedor y cálido”, añade.

Indirectamente, la inspiración surgió de Ben Platt. Hablando con Stephen Chbosky acerca del decorado, este le contó que un día, hablando con Ben Platt de la relación de Evan con Heidi, le dijo que sería cálida, cómoda y acogedora. “Me sirvió para extrapolar cómo sería la casa”, dice. “Aunque sea una casa de la que Evan intenta alejarse, allí se siente cómodo. Eso me dio una pauta para el diseño”.


La fotografía

Una perspectiva cinematográfica. Acercándonos a Evan
El director de fotografía Brandon Trost jamás había oído hablar del musical “Querido Evan Hansen” antes de que su representante le mandara el guion. Lo que a primera vista podía parecer una desventaja acabó siendo todo lo contrario para la película. Su enfoque fue totalmente cinematográfico sin verse matizado por el musical. Los productores y el director le mandaron la música de la obra teatral con el guion para que pudiera escuchar las canciones en las escenas correspondientes.

Al principio dudó en cuanto al tono de la historia. “El guion estaba muy equilibrado, era ligero y divertido, así como fuerte y dramático”, dice. “No entendí la maravillosa fusión hasta escuchar las canciones. Al llegar a ‘You Will Be Found’, me quedé asombrado. No pude reprimir las lágrimas leyendo el guion y supe que era una película muy especial”.

Iluminación frontal. Una película intimista ante todo
Pensando en cómo llevar QUERIDO EVAN HANSEN desde los escenarios a la pantalla, Brandon Trost estudió varias posibilidades: “Siempre se proyecta más en el teatro, da igual que sean las interpretaciones, los movimientos, la iluminación. Necesitan proyectar hasta el fondo de la sala, el teatro funciona así. Pero la proyección debe ser más moderada en el cine”.