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  As bestas  Dirigida por Rodrigo Sorogoyen
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Thriller dirigido por Rodrigo Sorogoyen con rodaje en escenarios naturales del interior rural gallego y el Bierzo. Isabel Peña (ganadora de la Concha de Plata a Mejor Guion por “Que Dios nos perdone” y coguionista de “Madre”, “Que Dios nos perdone” y “Stockholm”) firma, junto al propio Sorogoyen, el guion de AS BESTAS, un thriller ambientado en una zona rural donde la violencia y el miedo sobrevuelan esta historia, donde los paisajes funcionan como marco grandioso, como elemento hostil, y también como reflejo de lo salvaje frente a lo civilizado.

Este regreso al thriller de Sorogoyen -quinto largometraje de su filmografía- está producido por ARCADIA MOTION PICTURES, CABALLO FILMS y CRONOS ENTERTAINMENT en coproducción con LE PACTE, y cuenta con la participación de RTVE, Movistar+, Canal+ y Cine+, el apoyo de Eurimages, y la financiación del ICAA.

El elenco artístico de este filme, rodado en francés, castellano y gallego, está compuesto por un reparto nacional e internacional, con actores de la talla de DENIS MENOCHET (“La crónica francesa”, de Wes Anderson, “The Mauritanian”, de Kevin Macdonald, “Solo las bestias”, de Dominik Doll, “Gracias a Dios” de François Ozon, por la que estuvo nominado al Cesar a Mejor Actor de Reparto, “Custodia compartida” de Xavier Legrande, que le valió una nominación al Cesar a Mejor Actor, o “Inglourious Bastards” de QuentinTarantino), MARINA FOÏS (“El taller de escritura”, de Laurent Cantet por la que estuvo nominada al Cesar a Mejor Actriz, “Irréprochable” de Sébastien Marnier, nominada al Premio César a mejor actriz, “Polisse” de Maïwenn, también le valió una nominación al Cesar a Mejor Actriz), LUIS ZAHERA (“Mientras dure la guerra”, de Alejandro Amenábar, “Que Dios nos perdone” y “El reino”, por la que obtuvo un premio Goya a Mejor Actor de reparto, ambas dirigidas por Rodrigo Sorogoyen) y DIEGO ANIDO (“Trote”, “Ons”, “Pedro e o Capitan”, y la obra de teatro “El Aleman”, con amplia trayectoria como artista escénico). A este reparto de primer nivel se une el reto de trabajar con actores no profesionales de la zona rural.

Tres galardones en el Festival Internacional de Cine de Tokio: Tokyo Grand Prix, que reconoce el mejor largometraje, el premio al mejor director y el premio a la mejor interpretación masculina para Denis Ménochet.


Notas de guion y dirección

El fondo
Cuando leímos la noticia de un enfrentamiento en una aldea gallega entre un matrimonio extranjero y unos locales, vecinos desde hacía años, supimos rápidamente que en aquellos hechos había elementos para construir un potente relato cinematográfico.

Estudiamos el caso con el fin de conocerlo y, precisamente así, poder alejarnos después de él para convertirlo en ficción, en nuestra ficción. Conocimos, o creímos conocer a las personas implicadas. Supimos (o creímos saber) de sus motivaciones, de sus sueños, de sus miedos. Y así empezamos a crear a nuestros personajes de la ficción. Les cambiamos los nombres, la edad, la nacionalidad. No queríamos contar aquella historia real, sino el relato que nos inspiraba ese hecho.

Surgieron en primer lugar Antoine y Olga, dos franceses rondando los cincuenta que cansados de la vida en la ciudad se trasladan a un pueblo perdido y precioso de Ourense para empezar de cero y vivir en contacto directo con la naturaleza. Después vino todo lo demás.

Un pueblo en descomposición (como muchos otros de España, tragedia de nuestro tiempo) en el que sus habitantes recelaban de los extranjeros. Una pareja de hermanos enfadados con el mundo y, por tanto, también con estos dos extranjeros. El conflicto de lo propio contra lo extraño. La patria como conflicto. La lucha del "yo soy de aquí y tú no.

Un problema económico, pero también de identidad, sobre la propiedad de tierras. Amenazas, orgullo, una convivencia difícil, estallidos de violencia, miedo. Estos dos últimos elementos acabaron convirtiéndose en ejes centrales que asentaban la historia: violencia y miedo. La violencia del entorno, la violencia de los hermanos hacia el matrimonio protagonista. La violencia de un pueblo que quiere echar al extranjero, al que no es de aquí, al que vino a quedarse con lo que no le pertenece. Y el miedo del matrimonio que temía por su proyecto, por su futuro. El miedo de ese hombre cada vez que volvía a casa. El miedo de esa mujer cada vez que su marido tardaba más de la cuenta. El miedo a que el conflicto pudiera acabar en tragedia por no haberlo sabido parar a tiempo. Fue entonces cuando tomamos la decisión que marcaría nuestra película.

Poco a poco, de manera voluntaria y también impulsados por la fuerza de la propia historia, nos fuimos centrando en ella, en Olga. Era su relato el que merecía ser contado. El de una mujer que parece estar en la sombra, que parece seguir a su marido en una aventura, primero romántica y luego temeraria, que teme por su vida, que intenta mediar y poner paz en los conflictos... Y que acaba viviendo la peor de las situaciones.

Convertimos a Olga en la verdadera protagonista e ideamos una película dual. Empezamos a concebir todo el guion como si todo fueran dos partes. Encontramos el camino. La dualidad en todo. Ahora sí, esta historia merecía ser contada.

Dividimos la historia en dos. La primera parte sería contada desde el punto de vista de Antoine. La segunda, desde el punto de vista de Olga. Esa mujer que parece el personaje secundario, la que aparentemente siempre sigue la estela del protagonista, sería realmente nuestra protagonista.

El hombre con la mujer
La primera parte de nuestra historia es masculina y la segunda, femenina. En la primera parte hay armas y en la segunda no. El clímax de la primera es una escena de acción física y en la segunda es un clímax emocional. No es casualidad. Es cómo, desde nuestro punto de vista, los géneros masculino y femenino han venido resolviendo los conflictos en el mundo.

Lo extranjero contra lo local. Lo europeo contra lo español
La película ahonda en los problemas de convivencia del que no es de aquí con los que sí lo son. El choque cultural pero también la riqueza de la integración.

Antoine y Olga vienen de la ciudad, una ciudad europea; y los hermanos Anta nunca han salido de su aldea. Queríamos hablar del miedo y la desconfianza centenaria recíproca que han inundado nuestra historia. Nos parecía interesante el choque del europeo urbanita (siempre considerado superior) contra el aldeano español, a priori más inculto y supersticioso. Pero también queríamos poner encima de la mesa la injusticia de la diferencia de oportunidades, lo esencial que resulta la cultura para ampliar los valores de las personas, siempre con el fin de enriquecer a los personajes y sus conflictos.

Lo animal contra lo racional
Durante la escritura, investigando sobre la zona donde queríamos ambientar nuestra historia, descubrimos que en varias localidades cercanas se celebra cada año "A rapa das bestas", una fiesta popular que consiste en cortar las crines a los caballos salvajes para desparasitar a los animales antes de devolverlos al monte. Ver las imágenes de los aloitadores subirse, bregarse y paralizar al animal para después, mansamente, cortarle las crines, nos pareció una danza hermosa y a la vez violenta en la que hombre y animal luchan de manera irremediable hasta que alguien gana. Del caos llega el orden y vuelta a empezar, a por otro caballo.

Decidimos introducir esta tradición de una potencia visual tan apabullante en nuestra historia. El título hace mención, pero, además, una de las escenas centrales intentaría ser una alegoría de la rapa. ¿Quién es la bestia? ¿Quiénes son los aloitadores? Antoine intenta ser pacífico ante la violencia de los hermanos, pero sin lograr separarse nunca de ella. Es Olga la única que se enfrenta a la violencia de los hombres que la rodean tratando de razonar, mediar, buscando otras maneras. Siempre hay otra solución, le dice ella a su marido en una escena.

Y, sobre todo, el miedo contra el amor
Poco a poco nos fuimos enamorando de Olga, fuimos entendiendo esa decisión suya, a priori loca, extraña, absurda, que nadie entiende. Cuando nosotros la entendimos, nos rendimos ante ella, ante el amor de esa pareja, ante el valor de una mujer que nunca iba a ceder ni abandonar.

Olga, por mucho miedo que tuviera, por mucho que le doliera, vencería. Su proyecto, su amor, su fuerza pueden más que el miedo, el rencor y la venganza. Lejos de la violencia animal de la primera parte. Así fue como, poco a poco, nos dimos cuenta de que en realidad estábamos escribiendo una historia de amor. Y asistimos encantados a esta extraña mutación: el relato de terror rural se convertía en una gran historia de amor.

El tiempo
Empezamos a escribir el guion de "As bestas" a finales de 2015, cuando aún quedaba un año para que se estrenara "Que Dios nos perdone" . Escribíamos con el deseo firme de que esta fuera nuestra tercera película. Pero, como es habitual en esta profesión, las cosas no pasan como prevemos y otros proyectos fueron ocupando el lugar de "As bestas", que durante mucho tiempo se convirtió en la siguiente película.

Cuando seis años más tarde llegó el momento de convertir el guion en película, nos dimos cuenta de que lo que parecía una especie de maldición era lo mejor que nos podía haber pasado, porque durante estos años no dejamos nunca de revisitar el guion, versión tras versión enriquecimos la película, volviendo a valorar decisiones que quizá en 2016 nos parecían las adecuadas, pero que ahora, gracias a la toma de distancia, sabíamos que se podían mejorar, matizar, complejizar.

Este tiempo extra nos dio otra oportunidad, la de poder hacer varios viajes a la zona donde transcurre la historia. Así conocimos a vecinos de la zona que nos hablaron en primera persona de la vida y la idiosincrasia en el campo y las aldeas.

La forma
Una vez tenemos la historia que queremos contar, debo preguntarme cómo la voy a contar. Es un proceso que me fascina y que tardo en encontrar. Hoy en día tengo tres certezas: saber qué concepto quiero seguir, ofrecer algo atractivo al espectador y no repetirme.

El concepto
Desde el comienzo hubo un concepto que quise ligar a "As bestas": la justicia.

Cuando leíamos los hechos reales y cuando inventábamos la historia de Olga y Antoine siempre nos invadía una terrible sensación de injusticia. Esa frustración, esa falta de justicia, era el sentimiento que quería explorar en esta película. Pero lo interesante de la justicia es que no es indiscutible. Es relativa.

Algo que a Isabel y a mí nos fascina es colocar al espectador en la piel del otro, en el lugar que menos se espera. Cuando creamos personajes nos obligamos a tener que entenderlos. Primero necesitamos entender por qué Antoine lo arriesga todo por llevar a cabo su proyecto. Después entender por qué Olga decide quedarse en esa aldea pese a que, a priori, parece una idea equivocada. Pero no eran los únicos personajes a los que había que entender. A medida que avanzábamos en el guion nos fueron fascinando los antagonistas, los hermanos Anta. Sin justificarlos nunca, entendimos su frustración, su odio y, también, su miedo.

Entendí que lo que es justo para uno, no lo es necesariamente para el otro. Y decidí que para contar esa historia quería ahondar en esa idea e intentar que el espectador juzgase por sí mismo.

En "As bestas" la cámara se separa de los personajes. Desde un punto de vista neutral, como si fuera un narrador omnisciente. El espectador debe verlo todo desde la distancia necesaria para poder ser juez, desde la aparente neutralidad.

Ofrecer algo atractivo al espectador
Pensando en referencias estéticas que sigan estos preceptos rápidamente me vino el género del western a la cabeza. Los westerns clásicos colocan la cámara muchas veces en lugares neutrales, objetivos. Y me di cuenta de que "As bestas" podría ser un western moderno. Por poner algunos ejemplos, esta historia tiene ecos tanto de "Solo ante el peligro" (1952) como de "Sin Perdón" (1992).

En los westerns, al igual que en "As bestas", la naturaleza y los paisajes funcionan como marco grandioso, como elemento hostil, reflejo de lo salvaje frente a lo civilizado. Allí eran los desiertos y praderas americanas, aquí serían la frondosidad de los bosques gallegos y la inclemencia del invierno. Por todo ello decidí rodar "As bestas"como un western, con lentes más amables. Con una realización clásica. Lo contrario a mis anteriores trabajos.

No repetirme
Estamos (mi equipo y yo) muy orgullosos de cómo hemos rodado proyectos anteriores, por ejemplo, "El reino", con un montaje vertiginoso, música techno y la cámara en constante movimiento y protagónica; o "Madre", donde la presencia de la naturaleza es importante, utilizamos los grandes angulares para expresar la soledad y desolación del personaje de principal.

Pero la manera de contar "As bestas" debía ser otra, totalmente distinta. La naturaleza estaría filmada como un lugar sin respiro, sin espacio. Las lentes nobles (32mm, 40mm, 50mm) no dejarían de retratar la belleza de los bosques, pero a la vez los haría más cerrados, sin salida, laberínticos, como los sienten Olga, Antoine y los hermanos Anta.

La narración sería clásica. La cámara se movería cuando los personajes se movieran, el punto de vista sería neutral, a una distancia media. Contarlo todo desde la objetividad. "As bestas" como un western moderno, donde en la primera parte hay un tiroteo y en la segunda, un duelo.


Notas de producción
Desde el inicio del proyecto, consideramos que "As bestas" tenía un gran potencial. Isabel Peña y Rodrigo Sorogoyen nos sitúan ante temas universales y a la vez complejos, como son la amenaza de lo extranjero frente a lo local, el sentimiento de pertenencia a un pueblo, el abandono rural, la envidia, lo animal frente a lo racional, o la perseverancia en la búsqueda de lo que consideramos "justicia". Y, además, lo hacen sin juzgar, sin posicionarse, mostrando una realidad compleja y unos personajes con los que bascularemos nuestra empatía a lo largo del metraje.

"As bestas" es una coproducción entre España y Francia, y se posiciona como una película de autor europea. Rodrigo Sorogoyen, tras su paso por los Oscar y Festivales tan importantes como San Sebastián o Venecia, ha conseguido hacerse un hueco en el panorama del cine europeo. El reparto que conforma la película, Denis Ménochet, Marina Foïs o Luis Zahera, han sabido cumplir con la calidad interpretativa esperada, dotando a sus personajes de un realismo que hace crecer la calidad, comercialidad y expectativa a nivel europeo de "As bestas".

Diseño de producción: Una preparación temprana
"As bestas" se concibe como una gran producción donde es necesario cuidar al detalle todos los aspectos técnicos y artísticos, con el objetivo de hacer una película lo más fiel a la mirada de sus autores.

Desde que leímos la primera versión de guion, tuvimos claro el papel fundamental de las localizaciones, el entorno y la climatología. Nos dimos cuenta enseguida de que, para poder hacer esta película con la exigencia artística esperada, la clave era empezar a preparar desde etapas muy tempranas. Por eso, el proceso de localizaciones y preproducción empezó con más de un año de antelación.

La rapa
Para nosotros era muy importante la fiesta de "A rapa das bestas", que tiene un significado simbólico en la película y está también en el origen del título. Un año antes del inicio del rodaje enviamos una pequeña "comitiva" de scouting a conocer de primera mano esta celebración popular y a sus organizadores. Ese primer encuentro fue fundamental para que nos abrieran las puertas de cara al rodaje del año siguiente.

Localizaciones: La aldea
El mayor reto fue la búsqueda de la aldea. Un lugar que reuniera el máximo posible de escenarios presentes en el guion, que ofreciera una buena relación visual de la casa de los protagonistas con la de sus vecinos (los hermanos antagonistas de la historia) y, sobre todo, que reflejara el espíritu del proyecto de Antoine y Olga: un paraje idílico de la España vacía con muchas posibilidades de reconstrucción.

Tras varios meses de búsqueda se encontró la localidad de Quintela de Barjas, a 65 km de Ponferrada y a casi 35 minutos del núcleo urbano habitado más cercano. Una aldea habitada durante los últimos 25 años por un solo habitante, Sergio.

En esta localidad encontramos nuestra aldea en la ficción, y el entorno nos propició el resto de las localizaciones principales.

Localizaciones: La estacionalidad
En el guion de "As bestas" el paso del tiempo, la climatología y el cambio de estaciones juegan un papel fundamental. Enseguida tuvimos claro que, si queríamos que la película respirara verdad, que se sintiera el frío, la lluvia y el calor, debíamos dividir el rodaje en dos bloques, con la dificultad añadida que eso conlleva.

Por eso, tras encontrar la aldea principal, se hicieron visitas con el director de fotografía y el director en las épocas en las que estaba planeado rodar, para asegurarnos de que el entorno y la vegetación marcaban lo suficiente el cambio de estación. Se eligió la última etapa de verano (septiembre), y se esperó a la caída de la hoja en los meses de noviembre y diciembre para la segunda parte del rodaje.

En la primera visita, no solo cayó la hoja de los árboles, sino que se produjo una importante nevada que aportaba un gran valor de producción. Apostamos porque el año siguiente, durante el rodaje, pasara lo mismo. Hubo suerte.

El arte: Construcción, derrumbe y cultivo
Tener la localización con tanta antelación nos permitió tener tiempo para nuestro principal objetivo: ambientar la aldea prácticamente abandonada a nuestras necesidades. Así, se remodelaron algunas casas para dar sensación de mayor presencia humana.

Del mismo modo, se realizaron intervenciones en otras construcciones en distinto estado de abandono, bien para rehabilitarlas parcialmente, o para marcar aún más su derrumbe y adaptar la aldea al proyecto vital de nuestro matrimonio protagonista de rehabilitar esas viviendas.

Y, por otra parte, desde los meses de marzo-abril, el equipo de arte preparó y sembró el huerto, que forma parte fundamental del proyecto de los protagonistas y de la historia, con el fin de que estuviera listo en la forma que necesitábamos para el rodaje de finales de año.

La lengua: Tres idiomas en rodaje
Por la naturaleza de la historia, en la película suenan tres idiomas diferentes: el francés de nuestro matrimonio protagonista, el gallego de sus vecinos de la aldea, y el castellano que sirve de puente para comunicarse. Esto obligó, desde una etapa muy temprana, a contratar a coaches de español para que los actores hablaran el idioma al mismo nivel de adaptación al que lo hacen los protagonistas.

El reparto: Combinación de grandes estrellas y actores no profesionales
El proceso de casting se llevó a cabo en dos países distintos; pero el principal desafío vino del lado español, una vez más buscando la verdad y el naturalismo, que era encontrar el crisol de personajes gallegos que completasen el universo del guion.

Se inició un casting local en los pueblos de alrededor de la zona de influencia del rodaje, buscando la autenticidad por encima de la experiencia actoral.

De esta forma, se llegó a un reparto que combinaba actores reconocidos internacionalmente como Dennis Ménochet, Marina Foïs o Luis Zahera, con actores no profesionales, algunos en papeles importantes, como José Manuel Fernández Blanco en el papel de "Pepiño". Además de actores apenas conocidos, como Diego Anido, que estamos seguros que se va a convertir en una gran revelación en su papel de Loren, el segundo de los hermanos antagonistas junto a Zahera.

Diseño de producción: El rodaje: Un rodaje en tres bloques
Después de toda la preparación, llegó la hora del rodaje, que se estructuró en tres bloques. Primero, sin actores, para grabar "A rapa das bestas" en agosto; y, después, los dos bloques narrativos de la historia: cuatro semanas en septiembre de 2021, un parón de cuatro semanas, y un segundo bloque de cinco semanas entre noviembre y diciembre. Se trataba de dejar que el tiempo hiciera su trabajo.

El esfuerzo económico y de producción fueron altos, pero los resultados obtenidos fueron los esperados: cambio de vegetación, gran contraste en la luz, evolución de las plantaciones del huerto. Y, por suerte, también llegó la esperada nieve en el segundo bloque. Un valor de producción que marca claramente las distintas épocas del año, otorgando una potencia visual honesta y acorde a la historia que queremos contar.

La logística: Una producción exigente
El planteamiento de localizaciones y el plan de trabajo obligaba a una logística importante para organizar la producción de un rodaje de esta envergadura. Había que llevar un rodaje de más de 70 personas, maquinaria y luces a una aldea prácticamente deshabitada y con unos accesos no aptos para todos los vehículos. A lo que se sumaba una climatología imprevisible y unas temperaturas muy bajas, especialmente en el segundo bloque, para un rodaje, en buena parte, a la intemperie.

Exigente y, en ocasiones, duro para el equipo, el rodaje nos regaló momentos inolvidables, pero también supuso un esfuerzo extra en momentos en los que rodar en ciertas condiciones meteorológicas o logísticas era muy difícil.

Por nuestra parte, como productores, solo nos queda agradecer a todos los que lo han hecho posible. En primer lugar, a Isabel y Rodrigo por su talento en la creación de esta historia; también al equipo técnico y artístico, que se dejó la piel y entendió el proyecto desde el primer momento. Y, por supuesto, a los vecinos de las aldeas colindantes, que, con su buena recepción, su ayuda y su apoyo, han sido parte fundamental del "alma" de esta película.

Este "alma", creemos, traspasa la pantalla en una película que, deseamos, se convierta en uno de los grandes títulos a nivel europeo de los meses venideros. No tenemos dudas de que dejará huella en quien se acerque a conocer qué sucede en "As bestas".


Rodrigo Sorogoyen (director y guionista)
Nominado al Oscar(c) por su cortometraje "Madre", y tras haber conseguido el Goya a Mejor Director por "El reino", Rodrigo Sorogoyen es hoy en día uno de los directores con más proyección de nuestro país. Comenzó su carrera en el mundo de la televisión siendo guionista y director de series como "Impares", "La pecera de Eva" ,"Frágiles" o "Rabia". En 2011 crea su propia productora Caballo Films, con la que dirige "Stockholm", película independiente que se convierte en una de las revelaciones del año, consiguiendo el Goya al Mejor Actor Revelación y la nominación a Mejor Dirección Novel. En 2016 estrena "Que Dios nos perdone", thriller co-escrito también con Isabel Peña y producida por Tornasol y Atresmedia. Protagonizada por Antonio de la Torre y Roberto Álamo, la película consigue grandes críticas y se alza con el Premio del Jurado al Mejor Guion en el Festival de San Sebastián y con el Goya al Mejor Actor Protagonista para Álamo. En 2018 Rodrigo estrena "El reino" producida por Tornasol y Atresmedia, escrita también junto a Isabel Peña y protagonizada por Antonio de la Torre. Tras su paso por San Sebastián consiguió una unanimidad en buenas críticas y en la aceptación del público, ganando 7 premios Goya, incluyendo Mejor Director y Mejor Guion.

Ese mismo año, Rodrigo rueda el largometraje "Madre" que produce con Arcadia Motion Pictures, tras el éxito del cortometraje homónimo en el que está basada la película y que fue nominado al Oscar y ganador del Goya. El largometraje se estrenó en cines en España en 2019 tras presentarse en el festival de Venecia y llevarse el premio a Mejor Actriz protagonista y 4 nominaciones a los Goya.

Su debut televisivo en 2020 con la serie "Antidisturbios", de la que también es creador junto a Isabel Peña, obtuvo numerosos reconocimientos, entre los que se encuentran dos Premios Forqué, a la mejor serie y al mejor actor, los reconocimientos como mejor serie dramática, mejor actor protagonista y mejor actor de reparto en los Premios Feroz, y los recientes Premios Ondas a mejor serie dramática y mejor actriz protagonista. Ese mismo año dirige la serie "En casa" para HBO, rodada en su totalidad y estrenada durante el confinamiento de la primavera del 2020.

El pasado año, además de rodar "As bestas", escribió y dirigió junto a Dani Remón, "El doble", uno de los cuatro capítulos que conforman el remake de "Historias para no dormir", una de las obras de terror más emblemáticas de Chicho Ibáñez Serrador.

Este año se estrenarán sus últimos trabajos: "El gestor", el capítulo escrito por Isabel Peña para la serie apocalíptica "Apagón", de Movistar+ y "As bestas", su quinto largometraje. En sus propias palabras: "Esta será mi película más ambiciosa en todos los sentidos, tanto formalmente y temáticamente como en cuanto a diseño de producción".


Isabel Peña (Coguionista)
Isabel Peña nació en Zaragoza en 1983. Es licenciada por la Universidad de Navarra en Comunicación Audiovisual y por la ECAM en la especialidad de Guion. Su primer trabajo en cine fue "Stockholm" (2013) junto a Rodrigo Sorogoyen, que ganó la Biznaga de Plata al mejor guion novel en el Festival de Cine de Málaga y el Premio Feroz a la mejor película dramática. También con Sorogoyen escribió "Que Dios nos perdone" (2016), Concha de Plata al mejor guion en el Festival de San Sebastián, "El reino" (2018), que ganó siete premios Goya incluido el de mejor guion, y "Madre", estrenada en otoño de 2019 tras su paso por Venecia.

Ha colaborado en la segunda temporada de "La peste" (2019) y en 2020 se estrenó la serie "Antidisturbios", para Movistar+, de la que es creadora junto a Rodrigo y que ganó los premios Forqué y Feroz. Este año se estrenarán sus últimos trabajos, el largometraje "As bestas", escrito con Rodrigo y dirigido por él, y la serie "El apagón" para Movistar+. Actualmente desarrolla varios proyectos, entre ellos el largometraje "El llanto", que empezará su rodaje a finales de este año.