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A curious thing

Pop-Rock

Fecha de publicación del disco: 9 de marzo de 2010

1.Don't tell me that it's over - 3:15
2.Spark - 3:07
3.No roots - 4:30
4.Love love - 3:17
5.An ordinary life - 3:36
6.Give it all up - 2:55
7.My only one - 3:32
8.This pretty face - 3:57
9.Troubled soul - 4:46
10.Next big thing - 3:30
11.Your time will come - 4:32
12.What happiness means to me - 4:55

Con Don't tell me that it's over
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Don't tell me that it's over es el primer single del segundo álbum de Amy MacDonald, que tiene como título A curious thing. Grabado en los Black Barn Studios de Paul Weller en Ripley, Surrey (Reino Unido); el artista colabora en este trabajo haciendo un dueto en uno de los temas.

Para Amy MacDonald es difícil recordar el momento álgido de los dos años que han seguido al lanzamiento de su álbum de debut del 2007, This is the life. ¿Sería telonear a Paul Weller en Holanda a principios del 2007? "Él y el guitarrista Steve Cradock fueron muy amables conmigo y nos hicimos amigos", recuerda la cantante y compositora. "Después cuando fui cabeza de cartel de Shepherd's Bush Empire en 2008, vino Paul – eso fue genial".

¿Fue ganar el Premio al Mejor Artista Novel en los galardones Echo en Alemania, donde competía con Duffy, Adele y Gabriella Cilmi? ¿Alcanzar cinco discos de platino en Suiza? ¿Ver como el tema que da título al álbum llegó a ser single número uno en diez países? ¿Ser la artista debutante femenina británica con mayores ventas desde Amy Winehouse en Alemania? ¿Actuar en el escenario principal del festival de su Escocia natal T In The Park, el mismo festival al que asistiera religiosamente desde que tuvo edad suficiente para montar una tienda de campaña? ¿O fue quitarle a Radiohead del número uno de la lista de álbumes en Gran Bretaña en Enero del 2008? "Eso fue increíble", admite la artista escocesa quien tenía solo 19 años cuando se editó This is the life (ahora tiene 22). ‘El álbum se mantuvo en listas durante todas las Navidades, llevaba editado seis meses, llegando al número dos de la lista de ventas al salir al mercado. Y cuando llegaron las Navidades estaba tan contenta de que estuviese cerca del Top 20 en ese momento del año. La semana después de Navidades empezó a subir… Ese viernes llegó al número tres, un par de miles de copias por detrás de Take That y a millas de distancia del número uno, Radiohead. Pero creo que me favorecieron las compras de los consumidores del sábado – las mamás de los centros comerciales no compran Radiohead, por eso creo que los sobrepasé.’ Al conocer la noticia su primera llamada fue a su madre. "Fué increíble".

¿La cumbre entre todos esos momentos álgidos? Ninguno de los anteriores. "Me encanta actuar y me siento feliz de haber estructurado la faceta del directo", dice orgullosa de la gira mundial que ha seguido en activo hasta otoño del 2009. "Eso es lo más importante porque eso es lo que recuerdo de cuando era más joven: después de que me encantara un CD sentía 'quiero ver a esta banda en directo de inmediato'. Y ahora no puedo creer que sea capaz de actuar en festivales y en clubs de todo el mundo".

Meses, kilómetros, conciertos en clubs, en teatros y pabellones, festivales, bises, segundos bises: a través de actuaciones a la vieja usanza y un constante entusiasmo de boca a boca y una presencia en radio avasallante (especialmente notable con los Mr Rock and Roll y This Is The Life a nivel internacional), Amy Macdonald ha pasado de ser una adolescente escocesa desconocida que cantaba y componía a convertirse en una estrella internacional. Siendo como es la compositora incansable que viene siendo desde su adolescencia, ha sido capaz de incorporar todas esas experiencias en el sonido de su segundo trabajo, "A curious thing". "Es grande, atrevido, dramático e íntimo, tierno y conmovedor. Es Amy Macdonald, a plena voz, reiniciada y llena de energía, con un piano repiqueteante y además, un lujo: un par de colaboraciones de Paul Weller", se anuncia en la hoja promocional.

El título del álbum, explica ella, sale del tema No Roots: "Esta vida que llevo, es algo curiosa, pero no puedo negar la felicidad que conlleva". Es una reflexión de las vueltas que ha dado su vida desde que firmara su contrato discográfico en 2006.

No es que Amy Macdonald cante sobre el tormento que supone vivir en hoteles ni que se muera por vivir en climas más cálidos y benévolos. Su casa sigue estando en un pequeño pueblo de Escocia a pocos kilómetros de Glasgow; la inspiración la sigue hallando en su corazón y su lugar preferido para desarrollar su creatividad sigue siendo el pequeño estudio de ambiente cargado y olor a cerrado de la casa de su mánager y productor, Pete Wilkinson, en Surrey. "Es nuestra manera de hacerlo, así nos sentimos a gusto, así nos gusta", dice con firmeza.

Empezó a componer temas para su segundo álbum durante la primavera de 2009 en un pequeño parón de su gira. Por primera vez empezó a sacar cosas de sus viejos libritos de notas, buscando ideas para canciones – antes se había sentado a componer una canción y si no salía de forma inmediata la dejaba. De ahí surgió de forma instantánea su primer trabajo pero también quedaron muchas ideas a medias que fueron dejadas de lado.

Love, Love es una de esas canciones viejas, una carrera de pogo-pop que Amy Macdonald define como "uno de los temas pegadizos del álbum que consigue hacerte fluir con la escucha del resto". Es una de las canciones up tempo de "A curious thing", emblema del sonido más complejo de los temas nuevos. "Se debe a que he estado de gira constantemente", explica, "todo el tiempo con mi banda, que son todos magníficos músicos, que se pasan el tiempo libre improvisando en el escenario a la mínima. Hemos hecho las cosas más absurdas, como tirarnos mil horas haciendo versiones reggae de todo el álbum. Eso me hizo pensar que podíamos usar un montón de instrumentos y hacer que este nuevo álbum tuviese un gran sonido".

Algunos de los instrumentos estaban en el estudio personal de Paul Weller en Black Barn, a poca distancia del estudio de Wilkinson. Este álbum se grabó allí. "Love, Love" (donde el padre del Mod toca la guitarra) y la irreprimible This pretty face, donde Weller toca el bajo y es una visión de Macdonald sobre la obsesión de la cultura del famoseo. "Odio esa parte de la industria musical – sólo quiero conocer la música de la gente, no lo que visten".

Las "estrellas" de pop que se acicalan también se llevan un picotazo en Don't tell me that it's over el primer single que descorcha el álbum y se completa con un "gran coro con gancho y cuerdas en directo". No trata sobre el final de una relación – Amy Macdonald sigue muy enamorada de su novio, el jugador de futbol Steve Lovell, que juega en la actualidad en el primer equipo de la liga escocesa Partick Thistle - ni de una carrera. La idea le vino a la cabeza a Amy Macdonald en una ceremonia de entrega de premios en Europa, "había un músico muy conocido que ganó un premio y básicamente le dió un sermón al público" dice la compositora que antes había escrito sobre su entonces ídolo, Pete Doherty, en Poison Prince. "¡Y fue muy embarazoso! ¡Puede que hayas ganado un premio gracias a tu música pero este público no está interesado en tus opiniones personales sobre cosas! Y no, no era ni Bono, ni Kanye West…".

En el otro extremo musical hay una canción sencilla llamada What happiness means to me. "Me gusta que sea tranquila y cruda, no hay efectos en mi voz, era la manera perfecta de terminar el álbum". La compuso al piano de Lovell, su novio quien ha servido de inspiración directa de otros momentos de "A curious thing". Troubled soul, con una gran batería y una atmósfera celta (la cultura, no el equipo de futbol de Glasgow), fue compuesta para él mientras se encontraba atrapado en Aberdeen unas Navidades, en un compromiso ineludible del equipo de su ciudad. La desafiante y motivadora Your time will come, fue también compuesta para animar a Lovell pero es un tema con el que cualquiera se puede identificar. "Creo que hay un momento en la vida de todos donde no sabemos que será lo siguiente – tenemos miedo del futuro. Your time will come es una canción positiva que explica que al final todo saldrá bien".

El tema An ordinary life, en cambio es el reproche personal de Amy – a las personas que vió pululando alrededor del actor de Hollywood nacido en Escocia Gerard Butler en una fiesta en Glasgow a finales de 2009 para el estreno de su película Law Abiding Citizen. Ella intentó no molestarle a pesar de las declaraciones que había hecho sobre lo mucho que le gustaba su disco. "Era raro, '¡Este actor de Hollywood me dice a mi que soy genial, es increíble!' Pero había tanta gente a su alrededor ansiosos de fama. Todas esas personas rodeándole…". "Esta canción trata sobre él", continúa "Estas en una habitación y todos te miran. Yo en cambio todavía tengo esta vida cotidiana y quiero conservarla tanto cuanto pueda".

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