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Hijos de un domador

Pop-Rock

Fecha de publicación del disco: 4 de octubre de 2004

1.El último clown
2.Sin noticias de Marimar
3.La crisálida
4.Noches de Safari
5.Perfect dream
6.Daniella
7.Bambú
8.Paradise
9.L'enchantement
10.Guillermo tell me
11.Marte sin explorar
12.Emma de Brooklyn
13.Totó
14.Donde se habla de Elías (el último trapero)
15.Aliens (clip)

Con un sonido mucho más elaborado
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Dwomo recuperan, musicalmente, la estética de ese Pop divertido que abunda en lo intrascendente. Un dúo inclasificable, tenaz y agitador. Coleccionistas de sonidos y creadores de artefactos musicales. Una pareja muy bizarra, con un sentido del humor marciano. Dwomo se esfuerza por crear canciones desde preceptos poco convencionales. Los madrileños utilizan sintetizadores, samplers, cajas de ritmos, secuencias, guitarras afiladas, teclados de juguete, vocoder, megáfono, bajo, fx... todo con buenas intenciones. Sus canciones muestran frivolidad, espasmos de rabia Punk, delicadeza Pop, irreverencia y mordacidad.

Todo esto da unos resultados alejados de lo habitual. Un melting-pot divertido -a veces hasta grotesco- donde tienen cabida desde la Bossa Nova al Electro, pasando por el Pop o el Punk. En las canciones de Dwomo se escucha Techno chonchi, petardeo Electrónico, Reggae, Funk bailable, Italo-Disco, Lounge, Chanson, Samba, Ruidismo Electrónico o Pop intimista. Dwomo es una máquina desprejuiciada de hacer música divertida y contagiosa. Antonio y Coque no engañan a nadie. Su pasión por la cultura Trash es equivalente a su voluntad por construir canciones a base de experimentos sonoros de la más diversa índole.

Un domador no tiene miedo. Desafía las fauces como el que desafía las leyes de la gravedad por amar a Daniella sobre el cielo de Tokyo. Observamos como el domador espera en la playa Paradise con la mirada perdida en el mar. Espera al último clown, espera a la ballena blanca que siempre quiso domar, espera respuestas que la carrera espacial no ha sabido darle, espera noticias de Marimar...

Mientras, nosotros somos testigos de la mutación del licántropo en un safari subterráneo que nunca acaba. Compartimos esta visión con los leones del maltrato, también somos cachorros en cautividad y oimos las voces desde el centro del planeta, como el domador oye voces desde el mar y sueña con el dia en que pueda domar, por fin, a esa ballena blanca y hacer del mar elixir de la eterna juventud...

Hemos cambiado la deriva por la velocidad del sueño perfecto gracias a la inmensidad del mar.

Infiltrados en la gran jaula, dos pacíficos alienígenas llegan a la Tierra para pedir ayuda, a cambio, ellos donarán los planos para el primer Hiperconductor con el cual la humanidad ha podido viajar más allá de las estrellas...

Nuestra opinión
Difícil de clasificar, deshinibidos, divertidos, incomparables, así son Dwomo.

En Hijos de un domador, todo gira entorno a un pop divertido, desde lo intrascendente y sin prejuicios, experimentando con multitud de sonidos, techno, electrónico, funk, samba (creados con sintetizadores, samplers, cajas de ritmos, secuencias, guitarras, teclados, vocoder, megáfono, bajo...), y con letras en cualquier idioma: castellano, francés, inglés, portugués, italiano...

Es curioso la cantidad de nombres propios que utilizan para dar título a sus canciones: Marimar, Daniella, Guillermo, Emma, Elías...

Hijos de un domador, una colección de canciones divertidas y muy aprovechables, como, El último clown, La crisálida, y sobre todo Marte sin explorar.

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