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Hostal Pimodan

Pop-Rock - Indie

Fecha de publicación del disco: 24 de abril de 2006

Disco 1
Hostal Pimodan
Dilema
El aprendiz
El mejor de sus trabajos
L.A.
El viajero del tiempo
El gallo ventrilocuo
Sus nuevos zapatos
Caravana
Desayuno con diamantes
Hostal Pimodan II
La pequeña muerte

Disco 2
Televisión (nueva)
Vigilia (nueva)
La vida de Jacques Rigout (nueva)
El mejor de sus trabajos (acústico)
El aprendiz (acústico)
No estoy contento (versión)
La caza (versión)

Versión granadina del hotel parisino
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Hostal Pimodan de Lori Meyers es una versión contemporánea y granadina del hotel parisino que, bajo ese nombre y en la primera mitad del siglo XIX, fue refugio de literatos, pintores, músicos y bohemios que impulsaron la transformación de la sociedad y la cultura, inaugurando definitivamente eso que nos ha dado por llamar modernidad.

Lori Meyers miran al Hotel Pimodan con detenimiento y picardía y lo transfiguran en un confortable Hostal en el que se instalan para construir desde allí su propia versión de lo que está por venir mediante canciones con buena memoria y pasmosa habilidad para esquivar comparaciones; canciones que se desenvuelven con idéntica y extraordinaria facilidad tanto por los itinerarios más transitados del pop y el rock como por sus sendas más recónditas.

Ya sea de forma premonitoria o casual, los Lori Meyers invocaban el bohemio hotel parisino, clamando desde el primer corte del disco por un lugar donde explotar 'sin fisuras, su libertad' y lo mejor es que parece que lo han conseguido. Estrenan nuevo sello en 2006, La Incubadora Records, un reducto independiente -en el mejor y más literal sentido de la palabra-, en el seno de la multinacional Universal, y deciden hacerlo reeditando el Hostal.

En este hostal Lori Meyers han convivido con Thom Monaham (productor de Beachwood Sparks, J Mascis, Pernice Brothers, o Devendra Banhart).

Junto a Monaham, invitados como Rick Denk (Velvet Crush, The Tyde), Mike Daly (Whiskeytown), o Blake Hazard, sacan brillo a la herencia que el rock americano dejó a los de Loja. Una herencia que viene a unirse a su talento natural para reinventar la vertiente más preciosista del pop y el rock español de los 60 y 70 (El Aprendiz). Una herencia patente en su manera de hacer canciones, en sus descaradas melodías (Dilema) y en una sorprendente capacidad para la armonía vocal (El mejor de sus trabajos) que en Hostal Pimodan sirve para dar salida a textos que empiezan a brillar con intensidad, más allá de los terrenos del estribillo pop, en estructuras poco convencionales que avisan sobre la enorme cantidad de recursos de Lori Meyers.

Y aprovechando la oportunidad que una edición de lujo les brinda, los de Granada deciden mostrarnos 7 nuevas habitaciones de su Hostal. Dos acústicos, dos versiones y tres temas nuevos que saben a recién hechos. 3 canciones grabadas en Loja justo en el punto de cocción perfecto, antes de tocarlas demasiado, cuando todavía sorprenden a sus creadores, 3 canciones con la frescura y la velocidad de su primer disco que suenan con la claridad de ideas del segundo. Atención a "Televisión".

Lori Meyers suben de dos en dos los escalones del Hostal Pimodan; aprisa, pero sin perder el equilibrio; prestando más atención a los espejos que las fotografías que cuelgan de la pared.

La reedición se presenta en una digipack de lujo, con portada nueva y libreto.

Nuestra opinión
Hostal Pimodan de Lori Meyers es una muy grata sorpresa. Un disco en el que se muestra que a veces menos es más. ¿Por qué? Porque no hace falta hacer grandes inversiones para hacer un disco fantástico. El álbum está por encima de la mayoría de las producciones de alto coste.

En Hostal Pimodan los granadinos muestran su retro-pop, influenciados por antiguas bandas del panorama nacional. Melodías geniales con una sencillez aplastante, interesantes armonías vocales, y todo (parece) sin el objetivo de llegar ya en una primera escucha (de ser pegadizas con estribillos que peguen a la primera, pero que más adelante terminan cansando). Y no solo en un par de canciones, no debe ser casualidad, porque hay al menos siete u ocho temazos. Tanta calidad hace difícil destacar algunos favoritos, pero podríamos quedarnos con "Hostal Pimodan", el gran final de "El gallo ventrilocuo", "Sus nuevos zapatos", ó "Television".

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