Vida tóxica
Pop-RockFecha de publicación del disco: 21 de noviembre de 2007
1.Se feliz - 3:17
2.Bajo tu abrazo - 3:35
3.18 años - 3:13
4.Cara y cruz - 4:06
5.Esperame - 3:57
6.Soy - 3:31
7.Besos al aire - 2:52
8.Lo mejor de lo peor - 4:06
9.Regalé - 3:23
10.Crece el caudal - 3:49
11.Sueños raros - 4:00
Vida tóxica es el título del 11º disco de estudio de Luz Casal.
Comienza a grabarlo a finales de agosto de 2007 en los estudios Town House de Londres. Trabaja con músicos habituales, pero es la primera vez que colaboran todos juntos para todo un disco de Luz. Ellos son Pino Palladino (The Who) al bajo; Robbie McIntosh (John Mayer, Norah Jones, Paul McCartney) a las guitarras; Wix (Paul McCartney) a los teclados y Tino di Geraldo a la batería.
A esta ilustre banda se unen otros nombres reconocidos que han colaborado de forma más ocasional, como Pablo Guerrero, Luis Auserón o Paco Salazar.
Producido por Paco Trinidad y con Darren Allison (Belle and Sebastian, Spiritualized, Skunk Anansie, Divine Comedy) como ingeniero de grabación y mezclas.
Once nuevas canciones que oscilan entre letras poéticas, melodías apaciguadas, mensajes optimistas y aires rockeros; la versatilidad habitual de la cantante española. Luz huye de los lugares comunes para lograr un equilibrio entre el rock, columna vertebral en la que se asienta su trayectoria, y melodías más sosegadas.
Se feliz es el primer single, compuesto por Descemer Bueno. Un título para poner buena cara a un problema de salud. "No te abandones a la calma con la herida abierta", dice Luz. La cantante indica que la felicidad es cuestión de detalles a los que hay que estar bien atentos. Sé feliz defiende la alegría como refugio, como derecho, como destino. David Trueba ha dirigido el videoclip en un autobús que recorrió las calles de Madrid. Se trata de una pieza difícil de clasificar que se pasea entre el bolero y el blues y que tiene su auge en un arreglo de cuerda. Un comienzo al que le sigue el segundo corte del disco, que tiene por título Bajo tu abrazo. El texto, la historia de una despedida tras años de sumisión, recuerda a otras canciones de Luz en las que interpreta a mujeres fuertes que deciden tomar distancia, como en la célebre No me importa nada. Un estribillo apresurado en comparación con las estrofas, en las que la voz de Luz lo ocupa todo.
18 años es la narración de una fugaz historia de amor entre una mujer madura y un chico que apenas ha cumplido la mayoría de edad. Se trata de una versión de Il venait d'avoir 18 ans, que popularizó la cantante francesa Dalida y que Luz y Pablo Guerrero han adaptado al español. El tema, un nuevo guiño a la música francesa, es transportado al terreno baladista que varias divas de la canción establecieron en los años 70 y en el que Luz se maneja con auténtica maestría. Como contrapunto a 18 años suena Cara y cruz, un corte que enseguida traslada a quien lo escucha a aquella década de los 80 en la que Luz jugaba con nuevos sonidos, ganándose a pulso el título de precursora del rock español; una canción potente, con un texto reivindicativo. Espérame se convierte en una ligera brisa tras el vendaval de Cara y cruz. Se trata de un tema luminoso, amable, sencillo. Prologada por una poderosísima frase, "Llevo tiempo sin el miedo de lo que va a suceder", Espérame es buen ejemplo de una constante en el disco: el uso del presente, bien en los tiempos verbales, bien en adverbios como hoy. El sexto corte del disco, Soy, es una muestra de pop. Un texto interesante, un estribillo pegadizo y estrofas cuidadas.
La energía la mantiene Besos al aire, una canción que transpira brío y en la que la vertiente rockera de la cantante se hace más evidente que en otros temas.
Once años han transcurrido desde que Luz grabó la desgarrada Besaré el suelo, de Carlos Goñi. Lo mejor, octavo corte de Vida tóxica, materializa la segunda colaboración entre el líder de Revólver y Luz y describe la capacidad de alguien para ordenar el mundo de otra persona con su sola presencia. Un texto repleto de detalles a los que Luz saca partido en una atmósfera pop que precede a Regalé, una de las letras más poéticas del disco. El aire blues e íntimo que envuelve el tema permite a Luz adquirir matices en su garganta: no en vano el momento en el que entona "no di paz sin perdón" se anuncia como uno de los más mágicos del disco.
Crece el caudal arranca con una melodía tan dulce como el texto que la acompaña para llegar a una leve y agradable explosión instrumental. Luz finaliza la canción pregonando que ya nunca más será un animal vencido, justo antes del último corte del disco. Sueños raros remata el álbum; es una canción en la que la voz de Luz suena como lo hace el susurro de quien cuenta una historia ilusoria a un niño en mitad de la noche.