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The boy who knew too much

Pop-Rock

Fecha de publicación del disco: 22 de septiembre de 2009

1.We Are Golden
2.Blame It On The Girls
3.Rain
4.Dr John
5.I See You
6.Blue Eyes
7.Good Gone Girl
8.Touches You
9.By The Time
10.One Foot Boy
11.Toy Boy
12.Pick Up Off The Floor

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Quizá el segundo álbum es el más complicado para muchos artistas. Para Mika con más razón tras el gran éxito de su ópera prima, "Life in cartoon motion" (2007).

We are golden es el título del primer single de su segundo disco, The boy who knew too much (El chico que sabía demasiado). En la canción, cuenta con el coro de gospel de Andrae Crouch (aparecía en el "Like a prayer" de Madonna), y dice: "We are not what you think we are/We Are Golden!".

Un álbum grabado entre Londres y Los Ángeles, con la colaboración de Seawind Horns (Thriller, Off The Wall), Imogen Heap, Owen Pallet de Final Fantasy/Arcade Fire y Stuart Price.


Disponible en dos formatos:

- Estándar: CD con 12 temas

- De lujo: Incluye el CD de la edición estándar con sus 12 canciones (+ un bonus track: Lover Boy); y un segundo CD con el audio del concierto de Londres, Sadler's Wells (Julio 09), con los siguientes temas:

1.Grace Kelly
2.Lady Jane
3.Stuck In The Middle
4.Lonely Alcoholic
5.Blue Eyes
6.Toy Boy
7.Billy Brown
8.Good Gone Girl
9.Over My Shoulder
10.Big Girl (You're Beautiful)
11.Love Today
12.Blame It On The Girls
13.Happy Ending
14.Lollipop
15.My Interpretation
16.Rain
17.Relax, Take It Easy


En "The boy who knew too much" se incluyen canciones con recuerdos a los años 40 de la Disney (Toyboy), y una revisión modernizada del power-pop de los 80 (Touches You). Con sonido disco (Rain), reflexiones melancólicas de un trauma personal (Dr John), su música se sustenta en un sentimiento abierto de aceptación de lo que vivir en el siglo 21 significa con todas sus complicaciones y problemática.

Cuando la nebulosa del reconocimiento, los logros personales y las ventas que le habían llevado a alcanzar la notoriedad con su álbum de debut comenzaron a desvanecerse, Mika empezó a buscarse un apartamento en Los Ángeles para concebir y dar forma a las composiciones de su segundo trabajo. Encontró un bonito lugar para salir de su sótano en Londres, para trabajar con su productor y cómplice Greg Wells. Después su madre apareció. "Me dijo que no me acomodase", recuerda. Así que se trasladó al hotel barato que puso de moda con su debut. "Esto sigue siendo música de habitación para mí. Es sentarse al piano y decir lo que tengo que decir".

"El primer álbum trataba sobre la infancia. Tenía inocencia. En este hemos avanzado diez años hasta la adolescencia. La adolescencia es uno de los mejores momentos de tu vida. Cuando todas las experiencias vitales, el sexo, las drogas y las relaciones son todavía algo nuevo y virgen. Si tenía que plantear esas cosas en canciones debía ser más personal". Mika se ha separado del personaje narrador de "Life in cartoon motion" para realizar este segundo álbum. "Todavía creo en el misterio y no pienso que tenga que justificar nada sobre mi vida. Todo está en mis canciones, componer para mi es una manera de ponerme al día conmigo mismo".

La realidad es que le aterraba escribir en primera persona. "La alegría tiene un riesgo implícito. Por eso resulta tan tentador y peligroso de olvidar la primera vez que algo sucede. Tenía que afrontar el hecho de componer un tema sobre mí, era algo que me espantaba. Si no quería colocarme en la posición de ser un cantante que revisara los 40, era algo que debía hacer". Además de esta sensación también estaba el viejo principio de Mika de no tener miedo a la crítica. "Como compositor popular, la visión miope es algo que no te permite salirte del esquema donde supuestamente deben encauzarse los temas pop. De lo contrario serás objeto de burlas. Para mi una canción pop perfecta es como probarse la chaqueta que siempre has soñado tener".

Mika siempre ha intentado trazar una relación entre sus propias inseguridades personales o sus bloqueos y la elección de los personajes sobre los que canta. Habitualmente se revelan o luchan por su propia personalidad diferente, algo que lleva haciendo desde niño. Esa protección exterior ha sido reemplazada pero no hay un sentido menor de la grandeza ni de la intriga para su nueva forma de interpretar, esta vez más abierta. Una llamada a las armas para que la gente no camufle sus diferencias y las celebre como uno de las mayores contribuciones del pop a la música. Mika regresa también esta vez con su genuina oscuridad, especialmente en la cargada melodía de "Dr John" y el resuelto dilema central del tema de vientos "Blame it on the girls".

Puesto que en primera instancia el resultado fue magnífico habiendo permanecido fiel a sus armas, había una recomendación personal del jefe de su sello para que no hubiese interferencias tampoco esta vez. "Me han protegido, ha habido un bloqueo de interferencias y me han dejado totalmente a mi aire". Si al principio Mika tuvo dificultades en afrontar la soledad, la superó de la forma más inusual. "La disciplina fue la solución. Llegaba al estudio todos los días a las diez de la mañana, comía en el mismo sitio a diario y, a las siete, iba siempre al mismo pub, todas las tardes". Puesto que Mika tiene la tendencia de querer abarcar demasiado, todo tenía que parecer haber sido grabado con la misma cámara. "Hay un compromiso de todas las personas con las que trabajo para que se sumerjan en mi mundo de forma exclusiva. No escuchamos otra música. Nos perdemos en ese mundo".

Durante el proceso de realización de "The boy who knew too much" algo de Mika se ha revelado al dejarlo ir. "Me siento liberado. Estoy en el siguiente nivel. Necesitaba hacerlo y he conquistador un proceso que me va ayudar de cara al tercer y al cuarto disco. Finalmente he aceptado que mis grabaciones de habitación ya no son sólo eso ya, soy un compositor".

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