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La fortaleza de la soledad

Pop-Rock

Fecha de publicación del disco: 21 de septiembre de 2009

1.Stephen Hawking
2.Proyecto Genoma
3.Rainbows Avenue I (Rainbows avenue)
4.Rainbows Avenue I (Don Ricardo pasea)
5.La Fortaleza de la Soledad
6.Astrónomo melancólico
7.Rainbows Avenue II (Una novia en un altar)
8.Rainbows Avenue II (Nadie va a llorar aqui)
9.Series
10.El aerolito Dylan
11.Uno de los nuestros
12.Rainbows Avenue III (La rosa en el ojal)
13.Rainbows Avenue III (Marcha nupcial)
14.Rainbows Avenue III (Soledad sola)
15.El desfile terminó

Con Stephen Hawking
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Parade ha vuelto. En realidad, nunca se fue y ni tan siquiera se le ha pasado por la cabeza retirarse a su fantástica fortaleza de la soledad, como hizo Supermán, su super-héroe favorito, porque de hecho ya vive en ella... Parade, el alias artístico que cobija a Antonio Galvañ, ha vuelto para quedarse con nosotros, con un álbum deslumbrante, de una originalidad fuera de lo común, con vocación de clásico. Es el quinto larga duración en la carrera artística de este profesor de Yecla (Murcia), primero para Jabalina, sin duda, su mejor colección de canciones hasta la fecha y el que nos muestra al Parade con un sonido más rico y diverso de su carrera.

Desde su primera escucha, "La fortaleza de la soledad" se nos revela como un impresionante despliegue de sensibilidad, composiciones redondas, repletas de pequeñas y grandes historias (atención a la trilogía "Rainbows Avenue"), y arreglos de todos los colores que encajan a la perfección en el abanico de estilos que, como por arte de magia o, mejor dicho, por obra de la extraordinaria imaginación y del talento de su autor, Antonio Galvañ ha sido capaz de desplegar. Su asombrosa exhibición de recursos acaba definitivamente con el cliché de Parade como 'grupo de pop electrónico' y nos muestra a un artista que, tras más de 10 años de carrera, alcanza la plenitud y se encuentra en estado de gracia.

Parade hoy se multiplica y concierta magistralmente, bajo esa manera tan particular de entender la música POP, las diversas facetas que este estilo pone a su disposición, junto a otros muchos que en combinación enriquecen su repertorio. Parade hoy suena a piano-pop (Ben Folds Five o los mejores momentos de Elton John...) y a soft-pop con reminiscencias de los 60' y de los 70' ("El desfile terminó", su versión de Carpenters, que cierra el disco es un perfecto botón de muestra) y clásicos como The Beatles, The Beach Boys, The Hollies, The Zombies o Singer-songwritters como Jimmy Webb o Paul Williams han dejado su impronta. Pero también a country ("El aerolito Dylan"), a sunshine pop, como el producido Curt Boettcher (The Association, Millenium, Sagittarius...) y a alguna cosa más en la que todavía no hemos caído. Qué más da, Parade, siendo el mismo que todos conocíamos, suena diferente en "La fortaleza de la soledad", no esconde su debilidad por sus héroes del comic de los 70', como tampoco lo hace (por qué iba a hacerlo) por el sonido Phil Spector (vease la maravillosa "Astrónomo melancólico") o de clásicos como la Electric Light Orchestra, Todd Rundgren, The High Llamas, Solera o Vainica Doble y eso le hace más grande todavía.

Prueba de que seguimos estando ante el Parade de siempre es que sus letras siguen manteniendo el espíritu mágico y sorprendente que le han caracterizado desde el principio, evitando deliberadamente lugares comunes de la ciencia ficción devaluados por un uso abusivo, intercalados con mitología del rockandroll (en "El aerolito Dylan” relata una nueva versión de los sucesos acontecidos en el concierto de Bob Dylan en Newport de 1965) y mitología científica (homenajeando a Stephen Hawking y planteando el "Proyecto Genoma” desde una nueva perspectiva). En cualquiera de los casos, contando pequeñas y grandes historias perfectamente cotidianas, como la que se va desarrollando en las sucesivas partes de la deliciosa "Rainbows Avenue”.

Por todo lo dicho y más, si a alguien le cabía alguna duda, "La fortaleza de la soledad" consagra a Antonio Galvañ como uno de los mayores talentos del pop español, no ya sólo en su papel de compositor y arreglista, sino también en labores de producción. Ya nos lo advertía en su carta de presentación... "No sabíamos que se podía hacer eso hasta que lo escuchamos… Dicen que los genios escasean pero que, como las meigas, haberlos 'haylos'. Háganme caso: busquen en Yecla." Ahora, nosotros podemos añadir aquello de que, con Parade, una vez más, la realidad supera a la ficción.

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