Philips vs Sanyo

Philips vs Sanyo es un álbum de TAMBOR, una formación con Luis Miguel Díez (voz, guitarras, bajo, teclados, bases / ex Fundición Odessa y Zumo), y Heliodoro Villa (guitarras, bajo, bases / ex Visiones Ocultas y Zumo).

Tras la disolución de Zumo, banda en la que compartían protagonismo con Alejandro Cartujo (Genes, ex Fundición Odessa), "nos planteamos seguir trabajando pero alejados del clásico formato de grupo con local, interminables ensayos etc, y centrarnos en la construcción de canciones trabajando en casa con programas informáticos y ocupándonos de todo, composición, ejecución, grabación e incluso realización de clips para youtube. Todo esto en casa en un ambiente completamente artesanal. Al vivir y trabajar en ciudades diferentes (León y Valladolid) la frecuencia de encuentros se reduce a dos días por quincena de media lo que condiciona el resultado final que se acerca más al minucioso trabajo de un constructor de edificios con palillos que a la clásica banda de rock", comenta Luis Miguel Díez.

"El planteamiento huye de toda 'militancia estilística' gustando del eclecticismo basado en la mayor libertad creativa posible que nos permite el no tener un compromiso comercial ni discográfico. El objetivo es dejar que inconscientemente surja una síntesis de toda la música que hemos escuchado como aficionados, de ahí la variedad que muestra la grabación. Contamos para ello con la colaboración de algunos amigos que han ido pasando por casa y a los que hemos animado a involucrarse en el proyecto".

Grabado en León, las letras de 'Philips vs Sanyo' son de Luis Miguel Díez, y la producción de Heliodoro Villa. Masterizado por Rafael Martínez del Pozo y TAMBOR en Grabaciones de Campo (Castro de Cepeda, León).

Cuentan con las colaboraciones de Roberto González (piano y teclados), Cristina Álvarez (voz y coros en el corte nº4), Eva Merino (voz e impostación en 3, impostación en 6), Soledad Flórez (flauta travesera en 1,2,6,7; voz en 6, voz y coros en 10). Fotografías y diseño gráfico de Txema Ramos.

Con muchos detalles, es llamativa la aportación de la flauta travesera en canciones pop, con bonitos arreglos y melodías, y algún que otro mensaje subliminal. Quizá nuestro tema favorito de la colección sea La visita; por algo es el primero, y dura cinco minutos y medio.

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