La cuenta atrás
Pop-RockFecha de publicación del disco: 20 de septiembre de 2011
1.La cuenta atrás
2.1906 estrellas nuevas
3.Como yo no hay dos
4.Réquiem
5.48 horas
6.El más feliz (Finis Terrae)
7.700 cartas
8.Para bailar
9.Sin dudar
10.La tregua
11.Me compadezco de ti
12.A tientas
Cuarto álbum de Vega, titulado La cuenta atrás, producido por Sebastian Krys (Shakira, Enrique Iglesias, Ricky Martin, David Bisbal, Lori Meyers, Merche, Luis Fonsi...), y grabado en Los Ángeles.
Una colección de 12 canciones, con Como yo no hay dos como primer single.
Nota promocional
Hablar con Vega es acercarse a una artista de vocación, aliento creativo y valentía. Arriesgada y amante de la música. Una mujer fuerte. ¿Cómo explicar si no la osadía de, en tiempos timoratos y difíciles, romper la hucha e invertir sus ahorros en la grabación de su nuevo álbum en Los Angeles, con los mejores músicos y con un productor elegido a conciencia? Así es Vega.
"Mi anterior disco funcionó bien, tuvo éxito", dice Vega. "Trabajé como una mula, ahorré y grabé unas maquetas que no encajaron en mi anterior discográfica. Tengo una vida sencilla, normal, como la de hace 15 años cuando estudiaba publicidad. También tengo claro que en lo que hay que gastarse el dinero es en la música, no en viajes en primera clase ni en hoteles de lujo. Cogí las maletas, las llené de ilusión y me armé de valor decidida a proseguir trabajando en la gran pasión de mi vida. Me entró el ataque y me embarqué en el proyecto sola, sin esperar que nadie lo hiciese por mí. Me fui a Los Angeles y me pagué un disco de antojo, con los mejores músicos, en el mejor estudio. Es un disco de capricho y lo pensaba sacar como artista independiente. Creía que no iba a gustar a ninguna compañía, pero llegó Sony y
".
El disco se titula La cuenta atrás y se publica el 20 de septiembre de 2011. "Es un título que refleja ese paso definitivo y que marca un cambio en mi carrera profesional", dice Vega. "Hace referencia al momento en que decidí que tenía claro qué hacer y cómo quería hacerlo. Un paso que me lanzaba a la aventura de coger las maletas e irme a Los Angeles a hacer un disco por mi cuenta, esa apuesta por mí misma. El día en que tomé esta decisión comenzó la cuenta atrás". En el álbum, Vega se ha rodeado de un impresionante elenco de músicos cuyo currículum impresiona. El productor, ingeniero, mezclador y arreglista es Sebastian Krys, de origen argentino, residente en Estados Unidos, con cuatro Grammy y ocho Grammy Latinos en sus vitrinas y que ha trabajado con Shakira, The Black Eyed Peas, Marc Anthony, Will Smith, Carlos Vives, Gloria Estefan, Enrique Iglesias, Ricky Martin y Lori Meyers, entre otros artistas. En 2007 fue galardonado como Productor del Año en los Grammy Latinos.
Los músicos que han tocado en el álbum también merecen capítulo aparte. A la batería, Abe Laboriel Jr. (hijo del bajista Abraham Laboriel) que ha tocado con Paul McCartney, Steve Vai, Seal, k.d. lang, Sting, Eric Clapton, B.B. King, Lady Gaga
El bajista Chris Chaney lo ha hecho con Janes Addiction, Alanis Morrisette, Slash
El guitarrista David Levita con John Cale, Alanis Morrisette, Shakira, Anastacia, Meat Loaf, Nelly Furtado, Katy Perry
El teclista Roger J. Manning Jr. fundó Jellyfish y ha tocado con Beck, Blink-182, Air
Stevie Blacke es un especialista en instrumentos de cuerda, arreglista y compositor que ha trabajado con Alice In Chains, Pink, Cher, Madonna, Rihanna, The Kooks, Beck
Kike Fuentes, guitarrista de Vega y "gran ayuda en ingeniería y arreglos"
Junto a ellos, en La cuenta atrás manda la voz de Vega, que ha compuesto todas las canciones, trabajado en los arreglos y tocado el piano en dos temas de un álbum grabado en Ocean Way Studios (Los Angeles), The Big Top (Woodland Hills) y Latita LabRoom (Madrid), mezclado en The Big Top Studios y masterizado por Brian Gardner en Bernie Grundman Mastering (Los Angeles).
Son músicos y estudios que en otros casos pueden significar apenas un nombre de prestigio en los créditos, pero que en este además dan fe del esfuerzo realizado por Vega para conseguir su disco. "Se puede decir que es un disco utópico, un sueño para los tiempos que corren, pero me gusta la música", dice. "No tengo miedo de empezar de cero porque todo lo que me puede pasar es volver a donde estaba hace cuatro años. Me he pasado diez años partiendo de cero. El disco es una apuesta por la música".
Una apuesta de 12 canciones que comienza con La cuenta atrás ("Hace ya ocho años soñaba con mi propio mundo, un lugar donde refugiarme, en el que las personas seguían teniendo principios, ética y empatía", escribe Vega sobre la canción en el libreto del álbum), canción que da título al álbum y que desvela desde el primer momento algunas de sus muchas sorpresas. Una Vega cantando en tesituras más graves, con un sonido oscuro, denso, sólido, potente
"Buscábamos ese sonido, más grave que en el disco anterior. Me encuentro más cómoda", dice Vega. "Soy amante de la buena música de todas las épocas y venía escuchando ese sonido pesado, oscuro, de los 80. Acabé un poco cansada de las canciones con melodías agudas, en tonos mayores, happys. Me gustan los ambientes de Interpol, canciones muy épicas".
El disco continúa con 1906 estrellas nuevas ("Dedicada a aquellos que como yo disfrutan de ser distintos, independientemente de lo que opine el resto"), un tema en el que la influencia de los 80 se hace más evidente por la utilización y el sonido de los sintetizadores y un beat descarado, ágil y bailable. Después llega Como yo no hay dos, el primer single del disco, con un ambiente más pop-rock, fresco, desinhibido, con ecos high-school y estribillo contundente, casi una declaración de principios que da paso a Réquiem ("Es un canto a la vida, por irónico que pueda parecer. Es un réquiem al dolor"), una canción de estupenda dinámica que enlaza el pop británico y español con gran densidad interna.
48 horas ("Hay días en los que no estaría de más disfrutar del momento sin esperar nada, aunque solo sea por 48 horas") eleva la intensidad rítmica y la dureza en un tema de gran presión y cuidadísimos arreglos, variados con imaginación. El más feliz (Finis Terrae) ("No olvidamos porque inconscientemente dependemos de los recuerdos. Como si de un estercolero se tratase, nuestra memoria amontona recuerdos dejándolos aflorar cuando menos los necesitamos") es otra de las canciones que mejor reflejan el cambio musical de Vega, un potente medio tiempo con un excelente estribillo y de riqueza tímbrica que crea esa muralla sonora que marca todo el álbum. En 700 cartas ("Un homenaje a dos de los autores que pusieron en mi vida este tipo de canciones: Deluxe (Xoel López) y Christina Rosenvinge") Vega se sienta al piano en un tema bañado de clasicismo en su arquitectura, muy bien construído, inspirado y con una interpretación superior.
Para bailar ("Un canto a la gente sin complejos, porque no hay nada más sano y divertido que ser uno mismo") tiene un título que lo dice todo y es rock and roll de los 60 visto medio siglo después con coros a lo Beach Boys. Una apuesta por lo lúdico que precede a Sin dudar ("Nace de la necesidad de retomar la autoestima y la convicción de que solas nos bastamos") enmarcada en el mundo pop, y a La tregua ("Es ese tipo de historia donde el tiempo y la experiencia resultan ser armas de doble filo, a veces otorgando compasión y otras marcando con exactitud el sitio del impacto") sostenida por los sintetizadores y con un enérgico pulso rítmico. Y en la recta final del álbum, Me compadezco de ti ("El amor ciega y la vida te pone gafas, y a mí
me gusta como me sientan") es un medio tiempo muy bien balanceado que crece en intensidad y A tientas ("Está dedicada a todos los que alguna vez creyeron que se les iba la vida detrás de un sin sentido, para que tengan fe, para recuperarla") se abre a sonidos acústicos por primera vez en el disco en una canción íntima, recogida, envuelta en cuerdas y con una magnífica interpretación de Vega, que acaba casi en himno poderoso, emocionante, entregado. El gran broche de un gran álbum.
"Creo que son canciones que pueden llegar porque expresan ánimos diferentes", dice Vega. "Las letras nacieron con una despreocupación absoluta sobre el qué pensarán o qué dirán. Soy una persona muy normal, las canciones hablan de cosas cotidianas y me limito a abrirme, a desnudarme ante el público porque soy igual que ellos". Canciones todas compuestas por Vega que continúa: "Por primera vez en un disco he intentado disfrutar en lo que estaba haciendo sin pensar en nada más. Es más útil salir a la carretera y tocar que hacer una canción pensando en la radio. Soy una autora muy metódica. Las musas llegan pocas veces al año y cuando eso sucede quiero que me pillen sentada al piano o con la guitarra".
El proceso de elaboración de La cuenta atrás no ha sido fácil. "Hablé con Sebastian y trabajamos durante dos semanas con las canciones, preparando una cuna para los músicos", afirma Vega. "Es muy fácil trabajar con Sebastian porque siente un respeto máximo hacia el artista. Es el primer productor que me ha dicho: Siéntate y tócalo tú. Soy autora y tengo que expresar mis sensaciones. Entre todos escuchamos, opinamos
Si he trabajado con estos músicos es porque me gusta su visión de la música y tuvieron manga ancha para tocar en libertad. Les dejamos hacer, todo en equipo, sin estrellas".
La cuenta atrás es lo nuevo de Vega (Córdoba, 1979), que comenzó a cantar muy joven en locales de su ciudad natal antes de licenciarse en Publicidad y Relaciones Públicas y de lanzar en 2002 un primer single con la canción Quiero ser tú, compuesta por ella, del que se vendieron más de 200.000 ejemplares. Este éxito como cantante y autora permitió a Vega publicar en 2003 su primer álbum (India), que fue Disco de Oro. En 2006 creó su propia editorial (Vegas Home Music) y lanzó Circular, su segundo disco producido por Nigel Walker y cuyo tema Una vida contigo fue nominado a los Premios de la Música como Autora Revelación.
Tras haber recorrido toda España en giras continuas, en 2009 publicó Metamorfosis, producido por Sebastian Krys, que permaneció 19 semanas entre los más vendidos en España y significó el comienzo de su aventura internacional con conciertos en Kyoto, Tokio y Manila gracias al apoyo de sus patrocinadores (Orange, Estrella Galicia, Maeloc y Mercedes). Mis patrocinadores son, de alguna manera, mecenas de la música dice Vega, que quiere señalar esta ayuda. "Me han apoyado en mi carrera, han confiado en mí. Subirse a un escenario con cinco músicos cuesta mucho dinero y creo hay una pérdida de conciencia del público respecto a esto".
Ahora, culminando esta trayectoria, Vega publica La cuenta atrás, su nuevo álbum con el que afronta el futuro con una visión diferente. "Sencillez pura y dura. Sin apenas nada a cambio. No quiero vender caras bonitas sino música. Este disco es una apuesta por la música", dice. "El siguiente paso es sencillo: sinceridad en todo lo que haces. No repetir los miedos, no tener grandes pretensiones. No esperar nada y salir a disfrutar de lo que has hecho, compartirlo y trabajar. Tocar, tocar y tocar. Ya cumplí con hacer un buen disco". Y Vega termina: "No espero llegar a ningún sitio concreto. Es algo más allá de cortarse el pelo, es tan sencillo como preguntarse: ¿estás dispuesta a trabajar ocho años sin cobrar? Así lo he hecho. Lo importante es el camino, no el llegar. He grabado un disco que pueda escuchar, que no chirríe entre la música que me gusta. Es mi pasión y mi vida".