La casa de Tennessee del fallecido Johnny Cash se incendió ayer martes cuando se trabajaba en la remodelación para su nuevo dueño, Barry Gibb, de los Bee Gees.
Cash y su esposa, June Carter Cash, vivieron en la propiedad situada a orillas de un lago en Hendersonville, a unos 32 kilómetros de Nashville, desde 1968 hasta que ambos murieron en 2003.
Los herederos vendieron la casa a comienzos de 2006 a Barry Gibb, que quería pasar allí sus vacaciones durante la temporada de huracanes que azota Miami, donde reside el resto del año.
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