Las compañías discográficas de todo el mundo invirtieron durante todo el año 2009 unos 5.000 millones de dólares (3.685 millones de euros) en la promoción y desarrollo de los mas de 4.000 artistas que integran sus catálogos. El dato corresponde a un exhaustivo informe, Invirtiendo en música, que la Federación Internacional de la Industria Discográfica (IFPI, en sus siglas inglesas) ha hecho público este mediodía en Londres. El estudio revela que la inversión media para dar a conocer a un nuevo artista en el mercado internacional del pop supera el millón de dólares.
Pese al desplome en las ventas físicas y el contexto generalizado de crisis económica, la industria de la producción de música sigue apostando fuerte por desarrollar nueva oferta musical. El seguimiento que la IFPI ha realizado de los principales mercados en Europa, Asia y América demuestra que sacar adelante un grupo o solista de nuevo cuño en las principales listas internacionales cuesta de media unos 777.000 euros. Esta cifra comprende los adelantos para el artista (258.000 euros), el presupuesto de grabación (169.000), la grabación de tres videoclips de mediana factura (140.000), el respaldo a la gira de conciertos (92.000) y la partida de promoción, que puede rondar los 118.000 euros.
Gracias a operaciones de esta naturaleza, en estas últimas temporadas se ha registrado la eclosión de nombres como David Guetta, Kasabian, Melody Gardot, Little Boots o, en el caso español, Macaco. La IFPI destaca el ejemplo del autor de Movin' o Tengo como "modelo en las relaciones entre artista, productor y director artístico de la compañía". "La autogestión puede ser una buena solución cuando no te queda otra, pero creo más en un modelo híbrido. Yo aporto las canciones y Emi, sus ojos para mirar lo que sucede. Y además, ellos disponen del dinero y la capacidad para hacer una buena promoción, con lo que todos salimos ganando" señala Dani Macaco.
El estudio de la federación de discográficas revela que el sector renueva el 25 por ciento de su catálogo con periodicidad anual, lo que implica un millar de nuevos fichajes cada doce meses. Para dar a conocer estas nuevas propuestas musicales, las compañías destinan el 30 por ciento de sus ingresos anuales. "Invertir en nuevo talento constituye un negocio de alto riesgo", advierte el informe, "puesto que los artistas que alcanzarán el éxito comercial son la gran minoría". En concreto, sólo una o dos de cada diez nuevas apuestas terminarán constituyendo un triunfo en términos económicos y de popularidad. Con estos datos, el informe desmitifica la extendida creencia de que con la era digital los artistas no necesitan una compañía discográfica.
El presidente de Promusicae, Antonio Guisasola, ha subrayado "la relevancia de un trabajo de esta naturaleza para comprender en profundidad el verdadero papel del sector como generador de riqueza cultural y económica". A juicio del máximo directivo de la asociación de los productores de música españoles, "los sellos discográficos propician, con su esfuerzo inversor, un efecto dominó del que se benefician otras muchas industrias, como las radios musicales, los anunciantes o los fabricantes de equipos de audio y aparatos electrónicos". "Por todo ello", concluyó, "es justo reconocer el mérito a quienes con su esfuerzo, audacia y sacrificio permiten desarrollar talentos que de otro modo permanecerían en el anonimato y audiencias que en otras circunstancias no existirían".
El ejemplo de Macaco
El documento Invirtiendo en música (Así hacen las compañías para descubrir, desarrollar y promover el talento) recoge ejemplos reales como el de Amy Winehouse, emblema de este primer decenio del siglo. La cantante de soul ha vendido más de diez millones de ejemplares del álbum Back is black gracias al olfato de Nick Gatfield, antiguo integrante de Dexy's Midnight Runners, que la fichó para Island. "Internet no es una herramienta práctica para descubrir artistas al azar", aclara Gatfield, "pero en el caso de Amy nos percatamos de los rumores y comentarios que corrían sobre ella en la red".
A Kasabian los descubrió el presidente de Sony en el Reino Unido, Ged Doherty. "Les ofrecimos contrato cuando sólo tenían una canción, ningún batería y ningún representante. Pero miré a los ojos a Tom Meighan y comprendí que iba a ser una estrella".
El caso paradigmático que se analiza en el mercado español es el de Macaco, la formación que encabeza Dani Carbonell. "Macaco mezcla rumba, reggae o música negra, géneros que rara vez llegan al gran público en España", detalla el director de producto de EMI en España, Diego Torán. "Sin embargo, la forma que tiene de combinar esas influencias es única, especial, y eso le confiere una personalidad inconfundible. Dani desarrolla una capacidad de trabajo enorme, comprende las claves del mercado, sabe qué canciones quiere escribir y tiene claros, con 24 meses de antelación, cuáles serán todos sus movimientos". "Es bueno disponer de gente con criterio que te aporta desde fuera su punto de vista", anota Macaco. "El trabajo con el director artístico y con el productor es la base de todo. Yo soy una persona de la calle, opino sobre muchas cosas y hablaré siempre de cuanto me salga del corazón. Así ha sido siempre y sigue siendo ahora. Si algún fan me creyera un traidor por firmar con Emi, lo consideraría una estupidez". Y añade "A muchos músicos, por dárselas de enrollados y alternativos, les gusta quejarse de falta de libertad creativa. Yo he dispuesto de un cien por cien de independencia desde el primer día, tanto en Edel como en Emi".
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