Triángulo de Amor Bizarro: Una cruzada por los Pixies
Presentación en directo de "Año Santo" en el 8 y Medio en Madrid | 7 de mayo
Los grupos de Mushroom Pillow revolucionan el panorama alternativo, y es una revolución a la vieja usanza: cortan cabezas, lanzan pasquines y negras banderas despuntan al alba. We Are Standard al frente de la Resistance, La Habitación Roja en la retaguardia, Delorean bailando en las almenas y, desde luego, Triángulo de Amor Bizarro como batallón kamikaze, peligroso y efectivo.
A estos últimos los conocía por buenas recomendaciones. Y aunque etiquetaba algunos temas los menos bombardeados como buenas joyas de un post punk agresivo y visceral, léase El Crimen: Cómo ocurre y como remediarlo, en general la banda no me gustaba por considerar otros de sus éxitos los conocidos por el, si se puede llamar, gran público edulcorante Indie del de siempre. Pero no: a TAB hay que verles en directo para juzgar al ejército al completo.
A pesar de los tres cuartos de hora de retraso, los gallegos son aclamados cuando salen a una escena poblada de instrumentos, y empieza el jodido ruido de siempre en el 8 y Medio. Eso, unido a que a los cantantes no se les entiende nada (evitaré el chiste predecible sobre Jota) y a la desmesurada distorsión de la que hacen gala, me hizo encender un pitillo y mirar hacia mi alrededor "Dónde me he metido".
Pero no, una vez más. Arrancan con fuerza, como el motor de un Camaro del 67, y lo hacen con un tema llamado Mal como efecto de la mala voluntad, noisero como el que más, muy oscuro, un poco galáctico. El humo del tubo de escape. Enseguida percibes lo fundamental de este combo: la atronadora y sensual influencia de los Pixies, y su gusto por la fórmula canciones de 3 minutos. Me arrancan la primera sonrisa de la noche. Continúan, y escupen ¿Quiénes son los curanderos? de estribillo puro New-Wave: me parece una de las mejores, en la que destaca el poderoso bajazo Strato de la única fémina del grupo. Después lanzan el ataque mortero: los temas de su nuevo álbum, Año Santo, empezando por El radar al servicio de los magos y siguiendo por El culto al cargo, más moderna pero de mismo espíritu de trincheras.
Ya llevo más de una sonrisa (más de un piti también) y ahora que lo pienso, ese es precisamente el dúo necesario para vibrar en un concierto de Triángulo. Para que me entendáis, los coruñeses enganchan como un rollo de una noche, pero si vas un poco pedo, te enamoras. Tienen también medios tiempos, siempre a su manera, como esa que reza "Te vas a quitar de en medio" o el disparo en su álbum El Hombre del Siglo V, "¿Por qué no folláis?". Ahora que lo dicen, no es mala idea llevarlo a la práctica con ese tema de fondo
o con El Himno de la bala, conectada vía cordón umbilical a la formación de Frank Black, y que también cayó en su repertorio.
Noche corta, intensa y ardiente, como en el fragor de una batalla que se salda con grandes bajas entre nuestras filas. Si no puedes vencerlos, únete a ellos.