La llamada Operación Agila de la Guardia Civil ha permitido detener al presunto culpable de que el nuevo disco de Extremoduro: Para todos los públicos, se filtrara en Internet casi cuatro semanas antes de la fecha prevista para su publicación. Las investigaciones del Grupo de Delitos Telemáticos (GDT) se han desarrollado tanto en Madrid capital como en las ciudades periféricas de Alcorcón y Móstoles, donde se encuentran radicadas la empresa fabricante del disco (Novodisc) y la encargada de su distribución (Arvato).
El grupo que lidera Robe Iniesta goza de un enorme respaldo entre los aficionados a la música, por lo que el anuncio de que este otoño se vería la luz su nuevo álbum generó la lógica expectación. Su compañía tenía todo el aparato promocional y logístico preparado para que el disco se lanzara el próximo 19 de noviembre, pero la filtración de sus contenidos en la red, el 4 de noviembre, desbarató todos estos planes y el trabajo de docenas de profesionales.
Desde principios de mes, el tráfico en algunas redes de intercambio había experimentado incrementos de hasta el 1.000 por ciento ante la posibilidad de acceder a las nuevas canciones de Extremoduro, aunque fuera en archivos de baja calidad. En solo tres días, el disco estaba disponible en al menos 54 páginas webs. Algunas de ellas, como argentinawarez.com o thepiratebay.sx, están consagradas por completo a la piratería y fueron denunciadas por Promusicae hace más de un año, sin que la comisión de propiedad intelectual haya actuado aún al respecto.
Ante la situación creada, la discográfica de la banda optó por precipitar el lanzamiento de Para todos los públicos al viernes 8 de noviembre, sin poder respetar siquiera la costumbre de que las novedades discográficas lleguen a las tiendas los martes. Aún se está evaluando el daño específico causado por este episodio, pero el último estudio de Gfk al respecto (2013) cifra las pérdidas en España por piratería musical a través de la red en 542 millones de euros al año. Esa cantidad equivale a unos 4.000 nuevos puestos de trabajo.
La Unidad Central Operativa de la Guardia Civil pudo seguir la pista de la filtración a partir de que en un conocido portal de anuncios por Internet un usuario ofreciese el disco de Extremoduro (su reclamo era "Extremoduro, un mes antes") y documentara su oferta con una foto del CD que iba a ser comercializado a finales de mes. Además de habilitar el material a través de páginas de descarga, el ahora detenido ofrecía copias físicas ("tostadas") del álbum a razón de 10 euros la unidad. El propio mánager de la banda se puso en contacto con el anunciante para exigirle que retirase el anuncio y devolviera el ejemplar presuntamente sustraído. Ante la negativa de este, el grupo denunció los hechos y se desencadenó la Operación Agila.
Investigación aún abierta
Las pesquisas de los agentes han llevado no solo a la detención del sospechoso, sino al registro de su domicilio y puesto de trabajo. También se han intervenido distintos dispositivos informáticos que se utilizaron presumiblemente para la filtración. Por su responsabilidad en la cadena de producción, este empleado tenía acceso a abundantes referencias discográficas antes de que estas salieran a la venta. El caso se encuentra en manos del juzgado de instrucción número 6 de Alcorcón y la Guardia Civil ha señalado que la investigación continúa abierta para delimitar las posibles responsabilidades de otros individuos que están siendo investigados.
La rapidez en las gestiones del instituto armado, la agilidad de la compañía discográfica a la hora de adelantar la salida del disco y la inmediata apertura de diligencias por parte del juzgado han permitido amortiguar el enorme impacto de la filtración. Finalmente, Para todos los públicos pudo distribuirse en los principales puntos de venta con más de dos semanas de antelación respecto a las previsiones iniciales.
El presidente de Promusicae, Antonio Guisasola, se ha felicitado "por la rapidez y eficacia con la que la Guardia Civil ha emprendido y culminado sus investigaciones". El representante de la entidad que aglutina a la gran mayoría de discográficas españolas subrayó el hecho de que la Operación Agila (denominada así como homenaje a uno de los álbumes más populares de Extremoduro) "constituye la primera ocasión en que se identifica y detiene al responsable directo del robo y la filtración de un álbum".
"El impacto de la filtración en este caso concreto era enorme, y solo desde la coordinación y la eficacia se han podido aminorar unos daños que, aun así, han sido muy importantes", insistió Guisasola. A su juicio, "lo más importante de esta operación es que por primera vez los poderes públicos acaban con la sensación de impunidad en la red. Poner a disposición de cualquier internauta unas canciones que tienen propietarios con nombres y apellidos -sus autores, intérpretes y productores- constituye un delito grave y se traduce en un quebranto económico inmenso".
"La eficacia demostrada en este caso por la Guardia Civil", concluyó el presidente de Promusicae, "supone un motivo de esperanza para los trabajadores de la música y un aviso claro: delinquir contra la propiedad intelectual a través de la red está perseguido".
El reciente estudio de la consultora Gfk sobre el mercado discográfico español, ya mencionado más arriba, cifra el descenso de la música grabada en un 72 por ciento desde 2001. El crecimiento del mercado digital es, en el caso español, todavía tímido: un 27 por ciento por debajo de la media mundial. Y el motivo tiene nombre propio, el de la piratería. A lo largo de la última década, Gfk calcula que en España se han pirateado un total de 2.118 millones de archivos musicales.
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