Chistes: El del párraco invitado a una sardinada
Invitaron al párroco de un pueblo, -que era muy gordo-, a una gran sardinada. Con tanto vino y tantas sardinas, le entraron ganas de mear. Al levantarse para ir al servicio, se le cayó una sardina en la bragueta. Cuando fue a sacar la "pirila" para mear, se equivocó y sacó la sardina, exclamando: - Cielos, después de más de medio siglo, no solo consigo verme la "pirila", sino que además la veo los ojos.
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