Brandon Walters fue descubierto por el director Baz Luhrmann a través de una serie de audiciones de ámbito nacional en las que se buscaba a un joven aborigen que interpretara el papel secundario fundamental. Después de que Walters hubiese participado en una serie de talleres con el director en los Estudios Fox de Australia, Luhrmann se desplazó a Broome (Australia Occidental) la ciudad natal del ambicioso joven actor. Con la aprobación de la familia del muchacho, Luhrmann le ofreció el papel. Éste es el debut cinematográfico de Walters.