La fuerza dramática de su rostro, su imponente figura y una capacidad para representar todos los aspectos del ser humano, desde los mas viles a los más delicados, han hecho de Max von Sydow uno de los más grandes actores del cine europeo, con una continua presencia en el cine estadounidense. Nacido en 1920 en Lund, Suecia, Max von Sydow era un niño tímido que vio en la interpretación una ocasión de superar sus problemas de comunicación con los demás. Inició una formación en arte dramático, en la Academia Real de Estocolomo, antes de debutar en el cine en 1949 con Bara en mor, de Alf Sjöberg. No se afianzó en el medio hasta que Ingmar Bergman lo incorporó al reparto de Det sjunde inseglet (El séptimo sello, 1957), como el caballero que reta a la Muerte. Bergman vio en Max Von Sydow a un portavoz de sus propias inquietudes y lo convirtió en uno de sus actores imprescindibles en películas como Smultronstället (Fresas salvajes, 1957), Ansiktet (El rostro, 1958), Jungfrukällan (El manantial de la doncella, 1960), Sasom i en spegel (Como en un espejo, 1961), Nattvardsgästerna (Los comulgantes, 1962), Vargtimmen (La hora del lobo, 1968) y Skammen (La vergüenza, 1968), entre otras.
En 1965 inició una carrera internacional de gran proyección al interpretar a Jesús en The Greatest Story Ever Told (La historia más grande jamás contada, 1965), de George Stevens, que continuó con el misionero de Hawaii (1966), de George Roy Hill o el coronel de The Kremlin Letter (La carta del Kremlin, 1970). El abnegado campesino Karl Oskar del díptico dirigido por Jan Troell, Utvandrarna (Los emigrantes, 1971) y Nybyggarna (La Nueva Tierra, 1972), fue otro de sus grandes papeles hasta la llegada del padre Merrin en El exorcista (1973), de William Friedkin.
Max von Sydow ha sido presencia deslumbrante en numerosas películas del cine estadounidense de gran producción: capitán alemán en The Voyage of the Damned (El viaje de los malditos,1976) y Victory (Evasión o victoria); el tirano Ming de Flash Gordon (1980); el rey Osric de Conan the Barbarian (Conan el bárbaro, 1982); y múltiples villanos como el de Never Say Never Again (Nunca digas nunca jamás, 1983). Y ha alternado ese trabajo con producciones europeas de destacados directores, de Il Deserto dei Tartari (El desierto de los tártaros, 1976), de Valerio Zurlini, a La mort en direct (La muerte en directo, 1980), de Bertrand Tavernier. Trabajó para Woody Allen en Hanna y sus hermanas (Hanna and Her Sisters, 1986), y en 1987 logró, de nuevo en Suecia, una de sus más celebradas interpretaciones, precisamente para un discípulo de Bergman, Bille August, en Pelle erobreren (Pelle, el conquistador). Como padre abnegado en busca de una vida mejor para su hijo Pelle, Max Von Sydow logró una candidatura al Oscar al Mejor Actor, y ganó el Premio Europeo, entre otros muchos galardones.
En 1988 hizo en Suecia su única película como director, el drama romántico Ved vejen. Con casi 130 títulos en su filmografía, en la que se incluye el filme español Intacto (2001) de Juan Carlos Fresnadillo o Minority Report (2002), de Steven Spielberg, continúa trabajando incansablemente, y acaba de finalizar LInchiesta (La investigación, 2006), de Giulio Base.