El temperamento, el talento y la intensidad de Monique Mercure han hecho de ella una actriz apreciada y respetada por los mayores directores de Quebec, como Gratien Gélinas, Marcel Dubé y Françoise Loranger, que le han ofrecido magníficos papeles tanto para el teatro como la televisión. Al inicio de los años 70 participó activamente en la explosión del cine y el teatro canadiense. Actriz capaz de embarcarse en los proyectos más innovadores y audaces, ha participado en aventuras como Belles-Surs, Deux femmes en or, Parlez-nous d'amour, o Monologues du vagin. Su espléndida interpretación de Albertine a los 70 años en Albertine, en cinq temps, de Michel Tremblay, le brindó la admiración de la crítica y el público así como una nominación a un premio Gémeaux en el año 2000.
En la gran pantalla, es una actriz predilecta de los directores Gilles Carle, Jean-Claude Lord, André Brassard, Claude Jutra y Jean Beaudin. Con este último vio su carrera internacional relanzada gracias a la Palma de Oro a la mejor actriz que obtuvo en 1977 en Cannes por su excepcional trabajo en J. A. Martin, photographe. Posteriormente actuó bajo la dirección de David Cronenberg en El almuerzo desnudo (The Naked Lunch), papel por el que recibió el premio Génie en 1992 a la mejor actriz de reparto, y de otros cineastas como Fernando Arrabal, Robert Altman y Claude Chabrol, además de participar en grandes éxitos cinematográficos como Le Temps d'une chasse, Mi tío Antoine (Mon oncle Antoine), Il était une fois dans l'est y El violín rojo, entre otros.