El próximo 15 de septiembre está previsto el estreno de Salvador, la película de Manuel Huerga. El 2 de marzo de 1974, el joven militante del Movimiento Ibérico de Liberación, Salvador Puig Antich, se convirtió en el último preso político ejecutado en España mediante "garrote vil". Ésta es su historia y la de los intentos desesperados de su familia, compañeros y abogados por evitar su ejecución.
La película cuenta con un reparto de lujo encabezado por Daniel Brühl, Ingrid Rubio, Leonor Watling, Leonardo Sbaraglia y Tristán Ulloav .
El director, Manuel Huerga, comenta: "La película no es un viaje nostálgico hacia un episodio aislado, localista y anecdótico sino que pretende demostrar la absoluta vigencia de su protagonista, con independencia del marco histórico o geográfico. Desgraciadamente, la historia de Puig Antich sigue repitiéndose obstinadamente en cualquier rincón del mundo, ya sea literalmente en su forma más cruda y explícita, como en la actitud vital subyacente del personaje. Para ello, hemos utilizado un lenguaje 'moderno' que conecte con las exigencias y expectativas del público actual y estimule la empatía hacia el protagonista, sin caer nunca en el maniqueísmo, sin tratar de presentar el personaje ni como un líder o un mártir, ni como un ingenuo idealista, sino precisamente como un joven normal y corriente, con sus contradicciones, sus dudas, sus errores y sus aciertos, pero lo suficientemente lúcido como para rebelarse contra un estado de cosas intolerable".
Sinopsis
A principios de los años setenta, el MIL, un grupo izquierdista formado por un puñado de militantes españoles y franceses muy jóvenes, pone en jaque a la policía, al cometer varios atracos en Cataluña con el objetivo de conseguir dinero para apoyar a los sectores más combativos del movimiento obrero.
En un primer momento, el éxito de sus acciones espectaculares, provocadoras e irreverentes, proporciona a los jóvenes del MIL una sensación de invulnerabilidad que termina bruscamente en septiembre de 1973, cuando efectivos de la Brigada Político Social tienden una trampa a dos de sus militantes. En el transcurso de su detención se produce un confuso tiroteo en el que muere un joven inspector de policía.
Salvador Puig Antich resulta gravemente herido y, tras pasar por el hospital, ingresa en la cárcel Modelo de Barcelona, a la espera de un consejo de guerra.
A partir de ese momento, tanto sus hermanas como sus abogados inician, ante la indiferencia general, una carrera contrarreloj para salvar la vida al joven activista.
Pero el 20 de diciembre de 1973 se produce el atentado de ETA contra el presidente del Gobierno Franquista, el almirante Carrero Blanco, y, Salvador Puig Antich se convertirá en el chivo expiatorio que un sector del Régimen Franquista reclama.
El Consejo de Guerra contra Puig Antich es una farsa y el joven Salvador es condenado a muerte.
Todos los intentos por salvarlo, incluso una improbable y rocambolesca fuga, resultarán inútiles y el 2 de marzo de 1974 Puig Antich es ejecutado mediante el garrote vil.
Su muerte trágica y cruel deja una gran huella, durante años, a toda una generación que aún se pregunta si pudo hacer algo más para evitar una ejecución tan terrible como inútil.
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