La distribuidora Art Mood estrena su primera película en salas comerciales el próximo 9 de febrero. Para esta cita ha elegido una comedia francesa, Tenemos un problema gordo, que ha sido número uno en su semana de estreno en Francia y que tuvo más de un millón de espectadores durante 3 meses en cartel.
La cinta recupera el clásico de Jean Renoir, Boudu salvado de las aguas (Boudu sauvé des eaux, 1932) para darle un aire más fresco y actual. El resultado es una divertida historia con toques propios de la comedia de enredo, una combinación entre La cena de los idiotas y Tanguy.
Tenemos un problema gordo es la décima película de Gérard Jugnot como director, aunque quizá estemos más acostumbrados a verlo delante de la cámara, especialmente después del éxito de Los chicos del coro. Fue después de la gran experiencia de hacer Volpone junto a Gérard Depardieu (Paris, Je t'aime, Asterix y Obelix, Vidocq, El hombre de la máscara de hierro), cuando Jugnot decidió embarcarse en este proyecto junto al otro maestro de la comedia francesa: "El rodaje había ido muy bien y yo me había quedado impresionado por la fuerza interpretativa de Gérard. Nadie podía hacer de Boudu como Depardieu", afirma.
Sinopsis
Christian (Gérard Jugnot), un burgués de Aix-en-Provence (Francia), cree que su vida está a punto de hundirse, hasta que se encuentra con alguien realmente dispuesto a ahogarse en un canal... La única opción para salvar al vagabundo Boudu (Gérard Depardieu) es llevárselo a su casa, pero... ¿Y si no hay forma de quitárselo de encima?... Tenemos un problema gordo.
En un principio, el heroico rescate de Christian no pretende alargarse más de unas horas, pero la llegada de Boudu a su hogar pondrá patas arriba su ya de por sí complicada vida. Atrapado entre su "matrimonio perfecto" con Yseult (Catherine Frot), una mujer caprichosa, adicta a las pastillas, con demasiado tiempo libre, y su empeño por abrir una galería de arte que está llevándole a la ruina, Christian está al borde de la asfixia.
La aparición del "huracán Boudu" derrumbará el frágil castillo de naipes en el que se han convertido sus vidas. Salvar a Boudu provocará que éste enamore a la amante de Christian, sacará a relucir los problemas de su matrimonio y empujará su negocio al borde de la bancarrota.
Después de sembrar la discordia, este poeta vulgar, inocente, ordinario, insoportable y maleducado que es Boudu, acabará enseñándoles a todos algo sobre ellos mismos. Les ayudará a curar sus problemas existenciales, artísticos e incluso sentimentales. Al fin y al cabo, Boudu conseguirá que ellos no se ahoguen.
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