Habitación sin salida (Vacancy), dirigida por Nimrod Antal, cuenta como protagonistas con Kate Beckinsale (Underworld: Evolution, Click) y Luke Wilson (Mi super ex-novia, La joya de la familia). Interpretan a una joven pareja decide alojarse en un viejo hotel de carretera, donde descubrirán que hay una serie de cámaras en su habitación y que se han convertido en los protagonistas de una película snuff.
Una mezcla de terror y tenso thriller psicológico, que trasciende ambos géneros con su argumento de pérdida, amor y salvación.
Beckinsale dice que estaba enganchada al papel de Amy Fox en Habitación sin Salida por la compleja relación en el corazón de la historia. "Me pareció algo fresco empezar una película con un matrimonio al que le va realmente mal y luego echarle un puñado de distintas circunstancias que realmente prueban la relación", dice Beckinsale. "Cuando aumentan las apuestas hasta el punto en que se trata de algo de vida o muerte, te quedas con sólo una pregunta: '¿Me preocupo por esta persona o no?' En la vida no pasa tan a menudo que tengas que preguntarte algo tan crudo".
Su papel como David Fox en Habitación sin Salida supuso un nuevo tipo de desafío para Luke Wilson, que es más conocido por su trabajo en comedias. "Su actuación va a sorprender a mucha gente, creo, porque no están acostumbrados a verlo en este tipo de papeles", dice Antal.
Wilson dice que se sintió atraído por el papel de un chico ordinario que se encuentra atrapado en una circunstancia extraordinaria. "Mi personaje no es como MacGyver o una estrella de acción como Harrison Ford", dice. "Él sólo intenta mantener viva a su mujer, mantenerse vivo él mismo por puro instinto. Pero a medida que avanza la noche, sientes cómo nuestras oportunidades se evaporan. Así que se vuelve más y más aterrador".
Sinopsis
Un desvío nocturno se convierte en una pesadilla inimaginable cuando el coche de una pareja separada se avería en una remota carretera rural. Al encontrarse atrapados en una oscura y desierta carretera de dos carriles, David Fox (Luke Wilson) y su ex mujer, dentro de muy poco, Amy (Kate Beckinsale) se ven obligados a pasar la noche en un sórdido motel dirigido por un extraño aunque aparentemente inofensivo propietario (Frank Whaley). En su habitación mugrienta y raída, la pareja, siempre peleando, encuentra un alijo de películas caseras macabras que parecen extrañamente reales. Cuando se dan cuenta que los vídeos sangrientos están hechos en la misma habitación en la que están, David y Amy descubren que serán las próximas víctimas de los sádicos cineastas a menos que dejen a un lado sus diferencias y trabajen juntos para escapar.
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