Ópera prima como director de Daniel Brühl, que se dió a conocer en 2003 con su papel protagonista en la película Good Bye Lenin y que atesora una larga trayectoria cinematográfica como actor. Se pone ahora al otro lado de la cámara para debutar en la dirección con LA PUERTA DE AL LADO, en la que también interpreta al personaje principal. La película se presentó en la Sección Oficial del Festival de Cine de Berlín.
Ambientada en el Berlín actual, el cineasta juega con su propia biografía interpretando a un afamado actor alemán en una película inquietante, mezcla de comedia negra, misterio y suspense, que parte de una idea original del propio Brühl, con guion de Daniel Kehlmann e interpretada junto a Peter Kurth, Rike Eckermann y Aenne Schwarz.
Notas del director
En todos los años que he trabajado como actor, he tenido la suerte de colaborar con muchos directores destacados. Me han inspirado especialmente directores como Julie Delpy, que dirigen y actúan al mismo tiempo, algo que aporta a sus películas una intensidad especial. Durante mucho tiempo he soñado con encontrar un enfoque más holístico para las películas en las que participo como actor. Asumir el papel de director me parecía el siguiente paso lógico.
Para mi debut como director, para mí era importante elegir algo pequeño, algo personal, una historia que pueda contar bien y con la que me pueda sentir identificado. Una historia que te hiciera pensar, y que fuese entretenida y emocionante al mismo tiempo. Es la historia de un hombre que podría ser yo, pero no lo es. Un actor, casado y con hijos, afincado en Berlín, liberal y con conciencia social, y que incluso también se llama Daniel. Una persona que, a ojos del público, parece tenerlo todo. Pero entonces, un día se encuentra con su vecino, a quien no conocía hasta entonces. Y ese hombre, Bruno, consigue desequilibrar la vida de Daniel por completo en el espacio de unas pocas horas. Tuve mucha suerte de que a Daniel Kehlmann, un reconocido guionista, le entusiasmara enseguida la posibilidad de convertir esta idea en guion. El resultado disipó mis dudas de que una historia tan íntima no fuera suficientemente convincente para la gran pantalla. Kehlmann ha escrito un guion de ritmo acelerado, lleno de ingenio y que nos lleva hasta las profundidades más oscuras de nuestros dos protagonistas: un estudio de entorno. Los actores lo van a disfrutar muchísimo. Con Daniel, Kehlmann ha creado un papel que será un placer representar, pero también un gran reto para mí, ya que lo siento muy
cercano.
Bruno, el adversario de Daniel, es un alemán que se siente abandonado por la sociedad. Al haber crecido en la antigua RDA, se quedó en una especie de limbo tras la reunificación. Tuvo que luchar para ganarse la vida mientras otros se beneficiaban del cambio y el capitalismo se convertía en el motor de la sociedad. Ahora se siente amenazado por la gentrificación, pero también por la avalancha de inmigrantes. Ha perdido la confianza en la política y en la sociedad. Está furioso y proyecta toda esa ira sobre Daniel, su vecino de al lado, que vive en un ático elegante que había sido el apartamento del padre de Bruno antes de que fuera reformado.
Y durante todo ese tiempo, en su burbuja, Daniel no tenía ni idea de que, a pocos metros, un hombre ha estado obsesionado con destruirle la vida para hacer que la suya parezca más valiosa. A lo largo de varios meses, Bruno logró acceder a los detalles más íntimos de la vida de Daniel, que explota estratégicamente cuando finalmente se encuentran en un bar. Y luego, de repente, en ese pequeño bar de barrio, comienza la pesadilla de Daniel. Lo acorrala, lo deja por los suelos y, para terminar, lo destruye por completo.
En ningún momento el espectador estará seguro de si las reacciones de Daniel son reales o las de un actor que intenta salvarse a sí mismo, o al menos su propia imagen. Al final, los espectadores pueden incluso preguntarse si el infierno por el que está pasando Daniel, confrontado con sus propias mentiras, contradicciones y demonios, lo ayudará a ver por fin las cosas con claridad y hacer cambios en su vida. ¿O va a seguir todo igual?.
Ver cómo cae Daniel será doloroso, pero no importa lo difícil e incómodo que sea para nuestros protagonistas y los espectadores, el tono general de la película es optimista, e incluso caprichosamente cómico. Mi objetivo es hacer una comedia negra en la que el espectador se entretenga y a la vez se haga preguntas. Y al final, cuando todos vuelvan a casa, deberían asegurarse de saber quién vive al lado...
Notas del productor
LA PUERTA DE AL LADO cuenta la historia de Daniel, un actor de éxito que hace una breve parada de camino a un casting desde su elegante y suntuoso ático en el barrio berlinés de Prenzlauer Berg. Se detiene en un bar de una esquina que aún se resiste a los cambios que se están produciendo en el barrio y donde no se sirven espressos y rara vez se pide café de máquina. Aquí se encuentra con Bruno, un vecino al que no conocía, víctima de la reunificación alemana, que vive en el edificio de al lado, aún sin reformar, y que ha estado esperando ese día durante mucho tiempo. Será un día de ajuste de cuentas. Durante las siguientes horas se desarrolla un duelo, al final del cual nada volverá a ser lo mismo en la vida de Daniel.
El guion es original de Daniel Kehlmann, quien lo desarrolló junto con Daniel Brühl. El personaje principal se basa en la realidad, pero de ninguna manera es idéntico a Daniel Brühl. Escrita por Kehlmann como comedia negra realista con elementos de suspense y formato de mano a mano, la historia juega con esta multidimensionalidad y cambios en la realidad para tratar los temas de una forma entretenida y, por momentos, provocativa. Además de la dirección, Daniel Brühl también ha asumido el papel pr otagonista. Su adversario es interpretado por Peter Kurth, actor galardonado que era la opción que deseábamos para el papel desde el principio. Para su ópera prima, bien elegida como obra contenida y a la vez muy valiente por el giro de realidad, Brühl se ha rodeado de un equipo altamente profesional y leal. El director de fotografía es Jens Harant, que suele colaborar con Edward Berger y Lars Kraume. Jens es un director de fotografía muy preciso y centrado en el contenido. Sebastian Fahr-Brix, que trabajó con Tom Tykwer en BABYLON BERLIN, es el ayudante de dirección. La galardonada Susanne Hopf (GUNDERMANN) es responsable del diseño de producción.
Además de los temas principales del guion, que mezclan comedia negra con elementos de suspense, Kehlmann también aborda varios temas contemporáneos. La desigualdad social y la gentrificación son temas sobre los que pivota la película. La desigualdad entre la parte oriental y la occidental una ciudad próspera, que sigue sin superarse en 2021, constituye el trasfondo de la trama, junto con el anonimato de la vida en una gran urbe. Al mismo tiempo, la película juega con elementos clásicos de los western, como los duelos entre dos hombres.
LA PUERTA DE AL LADO es una cinta entretenida, divertida, inquietante, valiente, inusual y sorprendente. Basada en un guion realista y cómico, es una película que cautiva al espectador con su enfoque lúdico, trata temas contemporáneos y a la vez entretiene de forma inteligente.