Jamal y Enayatullah son dos jóvenes primos afganos que viven en la ciudad paquistaní de Peshawar, justo en la frontera afgana. Jamal, a duras penas saca dinero de su trabajo en una fábrica de ladrillos y vive en el descontrolado campo de refugiados de Shamshatoo. Su primo trabaja en el puesto que su familia tiene en el mercado. Para darle la oportunidad de una vida mejor deciden mandar a Enayatullah a Inglaterra. Jamal convence a su familia de que a él también deberían mandarle allí. Así que la pareja se une al millón de refugiados que ponen sus vidas en manos de los contrabandistas a lo largo del año.
El viaje es por tierra: mas largo, mas pesado y más arriesgado que por aire pero definitivamente mucho mas barato. La ruta les lleva desde Pakistán, cruzando la frontera, hasta Irán, atravesando Teherán y la montañosa región curda del país hasta llegar a Turquía. Es una ruta frecuentada por los contrabandistas, de la que originalmente se decía que era parte de la ruta de la seda, donde se traficaba con repuestos de coche, petróleo, opio y tabaco. En Estambul, Jamal y Enayatullah embarcan en la parte más agotadora del viaje - cuarenta horas navegando en un contenedor de carga hacia Italia, junto a muchas otras personas desesperadas. Es aquí donde el terrible coste del viaje se ve mas claro cuando muchos de los refugiados se asfixian en las celdas de metal antes de llegar a Trieste. Los supervivientes no se pueden permitir el lujo de llorar por sus compañeros ya que el viaje todavía no ha acabado. Cruzan Europa hasta llegar al campo de refugiados de Sangatte en Francia. Y desde allí el último trecho, meterse en un camión con destino al Eurostar. El viaje consiste en destilar las experiencias de una multitud de emigrantes y buscadores de asilo de la vida real. Gente valiente e ingeniosa buscando una vida mejor, y cuyas historias tan a menudo terminan en tragedia.