Dirigida por Chinonye Chukwu a partir de un guion de Michael Reilly, Keith Beauchamp y la propia directora.
“No se trata de que viva en el pasado. Pero el pasado dicta nuestra forma de ser en el presente, así como lo que seremos y lo que estamos destinados a ser. Solo porque al fin he conseguido entender el pasado, aceptarlo y asumirlo, es que puedo vivir el momento. Pero no hay un momento en el que no piense en Emmett y en lo que una madre puede aprender de un hijo”. - Mamie Till-Mobley.
Comentarios de la guionista y directora Chinonye Chukwu
Cuando me ofrecieron escribir y dirigir una película sobre Emmett Till, sentí que había una figura especial que me atraía. Vi la oportunidad de cambiar las expectativas y enfocar la narración a través de otra lente, desde el punto de vista maternal de Mamie Till-Mobley. De no ser por Mamie, el recuerdo de su hijo se habría desvanecido sin más. Actuó como catalizador del movimiento moderno por los derechos civiles que sirvió de base para futuros activistas y combatientes. Algo me impulsó a defender el legado de Mamie y a colocarla bajo los focos, en el lugar al que realmente pertenece.
La desconocida historia de Mamie se basa en la resiliencia, en el valor frente a la adversidad y en una indescriptible desolación. Reconozco que la oportunidad de centrar la película en Mamie, una multifacética mujer negra, y poder apartar las capas de ese capítulo de su vida, me pareció todo un reto que acepté con profundo respeto y honestidad. Mamie luchó a diario contra el racismo, el sexismo y la misoginia, obstáculos que se multiplicaron exponencialmente con la muerte de Emmett. Mamie no se acobardó. Al contrario, se convirtió en una guerrera en pro de la justicia que me ayudó a entender y moldear mi propio camino hacia el activismo. Como cineasta, solo me importaba mostrar a Mamie en toda su compleja humanidad.
El quid de la historia no es la violencia física que se infligió a Emmett – razón por la que rehúso mostrar semejante brutalidad en la película –, sino el increíble recorrido posterior de Mamie. Ella se guía por el amor que siente por su hijo porque en esencia, TILL - EL CRIMEN QUE LO CAMBIÓ TODO, es una historia de amor. Además del dolor y de la desolación, me pareció sumamente importante dejar patente en toda la película el afecto que les unía. El idioma cinematográfico, así como el tono de TILL - EL CRIMEN QUE LO CAMBIÓ TODO, está profundamente arraigado en el equilibrio entre la pérdida ante la ausencia del amor, el dolor inconsolable ante la falta de alegría, y la aceptación de lo que significa ser negro junto a el desgarro que supone la pérdida de un hijo.
Espero que los espectadores simpaticen con los seres humanos en la pantalla y descubran las realidades culturales y políticas del momento actual en la película. Y espero también que la historia de Mamie nos ayude a darnos cuenta del poder que todos llevamos dentro y de nuestra capacidad de luchar por los cambio que queremos en el mundo, tal como ella hizo.
Mamie Till-Mobley
El imborrable vínculo entre una madre y su hijo que sacudió al mundo e hizo temblar la jaula de la justicia.
La película TILL - EL CRIMEN QUE LO CAMBIÓ TODO gira en torno a Mamie Till-Mobley, un ejemplo de dignidad, alegría y humanismo que venció a la maldad.
Mamie Elizabeth Till-Mobley (de soltera Mamie Elizabeth Carthan; 23 de noviembre de 1921 - 6 de enero de 2003) fue una educadora y activista estadounidense. Nació en Misisipi, pero se trasladó con sus padres a las afueras de Chicago durante la “Gran Migración”. Fue la madre de Emmett Louis Till, asesinado en Misisipi el 28 de agosto de 1955 a los 14 años después de ser acusado de haber actuado “impropiamente” con Carolyn Bryant, una cajera blanca en la tienda de ultramarinos del pueblo. Después de la muerte de su hijo, Mamie se convirtió en educadora y activista.
Al principio de su cruzada por la justicia social, Mamie pronunció estas palabras: “Dios me dijo que me había quitado uno, pero que me daría miles. He dejado algo de mí misma en todos los niños que he tocado”. Este sentimiento es el núcleo de TILL- EL CRIMEN QUE LO CAMBIÓ TODO, una película de época que ofrece una visión contemporánea del complicado estado de nuestra sociedad actual a través de la mirada de una madre que no se rindió ante el racismo y las tácticas culturales, y que encabezó la búsqueda de justicia por su hijo. Mamie permitió que Jet Magazine y otras revistas publicaran las terribles fotografías del ataúd abierto durante el entierro, convirtiéndolas en un elemento potenciador de los derechos civiles.
La cineasta y los productores han querido contar el relato del vínculo que unía a una madre y a su hijo, así como el extraordinario viaje que realiza esa madre, no solo en busca de justicia por el linchamiento de su hijo por parte de unos supremacistas blancos en el Misisipi de los años cincuenta, sino para asegurarse de que no pasaría al olvido. Horrorizada ante la mutilación del cuerpo de su hijo, Mamie decidió algo inesperado: más de 50.000 personas verían el cadáver de Emmett en Chicago, y muchas de estas se desmayaron ante lo que descubrían o se fueron sollozando.
Unos meses después del entierro de Emmett, en un conmovedor discurso en Montgomery, Alabama, Martin Luther King Jr dijo que había sido “unos de los crímenes más brutales e inhumanos del siglo XX”.
Poco después de ese discurso, la Montgomery Improvement Association (Asociación para la Mejora de Montgomery), de la que Martin Luther King era presidente, realizó el famoso boicot a los autobuses de la ciudad que duró nada menos que trece meses. El catalizador del boicot fue el arresto de Rosa Parks al negarse a ceder su asiento a una mujer blanca. La decisión que tomó Mamie Till-Mobley – enseñar públicamente el cuerpo profanado de su hijo – ya estaba impresa de forma indeleble en las mentes y los corazones de las personas negras de todo el país, empujando a muchas a pensar que ya habían aguantado bastante. “Cuando la gente vio lo que le había pasado a mi hijo”, dijo Mamie, “se alzaron los que nunca lo habían hecho, incluso hablaron. Hablaron lo que siempre se habían callado”.
Pero Mamie Till-Mobley fue mucho más que la madre de Emmett. Fue el catalizador del que quizá es el mayor movimiento cultural y transformador de la historia estadounidense, una maestra de colegios públicos que defendió un sistema donde negros y blancos tendrían las mismas oportunidades, una mujer cuya historia no empezó ni acabó con la muerte de su hijo.
Es, además, una historia que todos deberían conocer, y TILL - EL CRIMEN QUE LO CAMBIÓ TODO conseguirá que así sea.
Llevar a la gran pantalla la lucha de Mamie por la justicia
Según Alana Mayo, directora de Orion Pictures, de MGM (una compañía creada para producir películas centradas en, y realizadas por voces poco representadas), la clave de todo fue la visión de Chinonye Chukwu para contar la historia. “El singular relato cinematográfico ideado por Chinonye de la historia de Mamie Till-Mobley se centraba en el maravilloso humanismo de la alegría y la tragedia negra”, dice. “La película muestra la fuerza de una madre que luchó incansable y heroicamente para que se hiciera justicia por su hijo”. TILL - EL CRIMEN QUE LO CAMBIÓ TODO representa un cambio cultural, racial e identitario en Hollywood, donde empresas creativas como Orion se inclinan por lo que Alana Mayo describe como “una gama más amplia de historias creativas y de narradores”.
“Cuando me ofrecieron escribir y dirigir una película sobre Emmett Till, me atrajo una figura en especial”, dice la guionista y directora Chinonye Chukwu. “Me pareció una oportunidad única para ir en contra de las expectativas y enfocar la historia desde otra perspectiva, concretamente el punto de vista maternal de Mamie Till-Mobley”.
“Sin Mamie, el recuerdo de su hijo se habría desvanecido”, sigue diciendo. “Fue el catalizador de un movimiento a favor de los derechos civiles que puso los cimientos para futuros activistas y luchadores. Me sentí obligada a defender el legado de Mamie y a ponerla bajo los focos, donde merece estar”.
Mamie Till-Mobley, la madre de Emmett, se negó a permanecer en silencio ante el brutal linchamiento de su hijo de 14 años. Decidió hablar con gran valor de las injusticias raciales y de la supremacía blanca en el sur de Estados Unidos en una época en que las mujeres y los negros carecían de voz, cuando hablar podía traer graves consecuencias.
Danielle Deadwyler, la actriz que encarna a Mamie, también es madre y entendió la inmensa responsabilidad que reposaba en sus hombros. “Con mucha humildad y voluntad, decidí dar vida a Mamie en un momento de gran tragedia personal y rebelión política para ella. Fue un pilar del movimiento por los derechos civiles. Debía plasmar la alegría y el afecto que Mamie y su adorado Emmett compartían”.
Mamie se unió a la NAACP y utilizó el asesinato de su hijo para hacer público el racismo existente en Estados Unidos, así como la injusticia social y el miedo a los linchamientos raciales. Quiso que el ataúd estuviera abierto durante el funeral y que todo el mundo pudiera ver “lo que le habían hecho a su niño”. También autorizó a Jet Magazine a publicar en la portada de la revista una foto del cuerpo mutilado de Emmett, poniendo el foco en el horror del linchamiento y atrayendo la atención mediática global de la época.
Pero centrar la historia en el miedo racial visto a través de los ojos de Mamie requería mucha reflexión, innovación y una perspectiva que llevara a los espectadores a la historia desde otro ángulo. La película también toca el tema del trauma generacional y hasta qué punto tiene un impacto psicológico en la comunidad y familia negra.
“Aunque esta película retrate una parte muy amarga de la historia estadounidense, también es una historia sobre empoderamiento y la superación de un terrible trauma para encontrar la fuerza para cambiar leyes y defender los derechos humanos”, dice el guionista y productor Keith Beauchamp. “La historia de Mamie es el relato de una heroína desconocida”.
La historia llega a la gran pantalla
Tristemente, poca gente –tanto en Estados Unidos como en el resto del mundo– conoce la historia de Emmett Till, y menos aún la heroica lucha de Mamie Till-Mobley en su busca por conseguir justicia para su hijo. La productora y actriz Whoopi Goldberg (que produce la película con Barbara Broccoli, Fred Zollo, Tom Levine y Michael Reilly), dice: “Si eres negra, es de esas historias que te han contado. Puede que tus hermanos, pero te lo han contado. Da pie a una conversación que, a su vez, hará nacer otras dos o tres”. Ese es el objetivo de todos los que hicieron posible TILL - EL CRIMEN QUE LO CAMBIÓ TODO: aprender del pasado y actuar en el presente para un futuro mejor.
La guionista y directora Chinonye Chukwu se reunió con Orion Pictures y los otros productores de la película porque la persistencia de Barbara Broccoli le convenció y conmovió. “No tardé en darme cuenta de que Barbara, una vez que se decide, no se detiene ante nada”, dice la directora. “Me conmovió y me sorprendió que estuviera tan empeñada en que yo dirigiera la película. Recuerdo que casi lo primero que dije durante la reunión fue que la protagonista debía ser Mamie, que todo debía girar en torno a Mamie y su recorrido emocional”.
Todos los productores estuvieron de acuerdo sin dudarlo.
“También les dije que en ningún momento se mostrarían actos de violencia física contra negros porque no me interesaba recrearme en el trauma físico”, sigue recordando. “La película arrancará y acabará con alegría, necesitamos ver alegría”.
Los productores también estuvieron de acuerdo.
“Acababa de pasar cinco años documentándome en cárceles para poder rodar Clemency, hablando con presos y presas en el corredor de la muerte, conversando con decenas y decenas de funcionarios dentro del complejo carcelario, conviviendo en un mundo tan oscuro. Había dedicado mi vida a esta última película sin descansar nunca, y no estaba segura de que estuviera lista para hacer TILL - EL CRIMEN QUE LO CAMBIÓ TODO”.
Pero desgraciadamente, la historia volvió a repetirse una vez más. En mayo de 2020 tuvo lugar otro asesinato, esta vez en Minneapolis: George Floyd murió sin razón por culpa de la supremacía blanca que pervive en Estados Unidos. “Fue entonces, en 2020, cuando decidí hacerla”, recalca Chinonye Chukwu. “Entendí que debíamos contar esta historia en ese momento. Me entregué en cuerpo y alma como artista y como ser humano a la sensibilidad y al oficio requerido para contarla con humanidad y empoderamiento”.
La película empieza mostrando el especial vínculo que une a Mamie con Emmett en su vida diaria en Chicago. Emmett se prepara para ir a visitar a sus primos, que viven en Misisipi, y Mamie le dice que allí “se haga pequeño”. El adolescente lo intenta, pero su concepto de “pequeño” no le bastó para esconder sus costumbres cosmopolitas de la turba racista del sur profundo.
“Mamie intenta claramente alejar a Emmett de un guarda de seguridad racista en el gran almacén Marshall Field de Chicago”, explica la directora. “Han ido juntos muchas veces antes y él solo quiere comprarse una cartera, pero ella no quiere que esa experiencia se vea manchada por la fea realidad. Me pareció muy importante mostrar estos matices, que Mamie protege a Emmett y que este es aún muy ingenuo. Era un niño, y me alegro mucho de que se vean momentos de ternura, de alegría, antes de que muera”.
“Hablar de la relación entre Emmett y Mamie es hablar de un amor complejo. El amor entre una madre y un hijo es una mezcla de felicidad y de respeto mutuo”, dice la actriz Danielle Deadwyler. “Reconozco esta misma dinámica en la relación con mi hijo. Mi hijo tiene 12 años y nuestro vínculo es alegre, ligero, pero quiero que florezca. Mamie quería que Emmett floreciera, y a él le pasa lo mismo con ella. Como le pasa a mi hijo. Es un vínculo muy específico; implica que uno observe florecer al otro y viceversa”.
“Los vemos juntos al principio de la película, sentados, disfrutando de su mutua compañía y de lo que Emmett amaba por encima de todo, la música. Los dos vivos y libres en ese momento”, sigue diciendo la actriz. “Antes de pasar al sentimiento maternal que todas tenemos al querer cuidar de nuestro hijo. ¿Qué significa ser madre, una madre negra, y querer estar segura de que a su hijo no le pasará nada? Saber qué ocurre con tu hijo. Y luego, intentar moldear y esculpir algo a partir de lo que le ocurrió. Es una dinámica de profundo afecto. Me he limitado a apoyarme en mi experiencia personal y en las memorias de Mamie, coescritas con un periodista. También en lo que significa amar profundamente a otro ser humano”.
“Chinonye aceptó este proyecto con la condición de enfocarlo en la experiencia de una mujer negra, y ese fue siempre el propósito de la película”, explica Alana Mayo. “Llevo mucho tiempo en la industria cinematográfica y ningún cineasta, menos aún una mujer joven, me había propuesto algo así”.
Recalcando la fuerza de Mamie y su necesidad de sobrevivir como mujer negra, Danielle Deadwyler dice: “Es un momento que se agranda debido a la naturaleza del tiempo. Vemos cómo Mamie lucha por la justicia, vemos cómo cambia, cómo llega a entender que en la comunidad negra hay una profunda conexión, y si algo le pasa a un miembro, le pasa a todos los demás. Vemos cómo se hace fuerte, fuerte como mujer y líder para cuidar de la memoria del hijo al que tanto quiso. De ahí nace el amor que siente por su comunidad, la comunidad sureña y, después, la global”.
“Hay mucha gente que nunca se ve representada en el cine”, añade Alana Mayo. “Y aún muchas más interesadas en historias y experiencias que no encuentran en las grandes plataformas. Estoy entregada a hacer películas para todos nosotros. Creo que la intención y el espíritu de TILL - EL CRIMEN QUE LO CAMBIÓ TODO era hacer una película que homenajeara a la cultura negra, a las mujeres negras, y que el público se diera cuenta de que no lo hacemos para explotar nuestro dolor ni nuestro trauma”.
“Es lo que se enseña desde muy pequeño, no molestes a los blancos. Si ibas al sur a ver a la familia, te decían que si una blanca te hablaba, te limitaras a contestar ‘Sí, señora, no, señora’ y siguieras tu camino”, explica Whoopi Goldberg, que da vida a Alma Carthan, la abuela de Emmett. “Vi la foto de Emmett, recuerdo ver la foto en Jet Magazine, pero no entendí lo que era. Mi madre me dijo: ‘Es un niño’”
Whoopi Goldberg cree que la película llega en un momento crítico: “Deberíamos haberla visto hace dos años, incluso hace cinco años. Quizá no estaríamos en la situación en que nos encontramos ahora. Pero ya está hecha y ahora se verá. Es un relato admonitorio para todos. Si nadie dice nada y todo sigue como ahora, nunca acabará. Todos creemos que el racismo institucionalizado ya no existe, pero no es verdad. Por eso es tan importante haber hecho esta película, porque es parte de la historia estadounidense, no de la historia africana”.
Danielle Deadwyler está de acuerdo: “La manera en que reúne la suficiente fuerza para contarle a su familia lo ocurrido, y cómo va más allá y se convierte en la mujer que se dará a conocer en las décadas siguientes, después de la pérdida de Emmett. Fue educadora, activista, una de las fundadoras del movimiento de derechos civiles, del movimiento tal y como lo conocemos hoy”.
“Mi mayor esperanza es que el público salga de la sala con ganas de cambio, un cambio que solo puede ser un esfuerzo comunitario”, sigue diciendo la actriz. “Es emocionalmente duro ser testigo y sentir lo que les ocurre a estas personas, aunque sea en una pantalla. A pesar de ser una mujer que pasa por el dolor y el luto, tuvo la fuerza y la generosidad de corazón, mente y espíritu de darse cuenta de quién debía ser, de quién quería ser después de aquello, un miembro de su comunidad”.
“No valen los esfuerzos individuales, eso es una idea profundamente estadounidense, la idea del individualismo”, acaba diciendo Danielle Deadwyler. “Pero no funciona para nosotros. Y espero que la gente lo comprenda. Debemos alejarnos de eso con la mente y los brazos abiertos, solo así conseguiremos poco o mucho. Todos hemos visto la necesidad de funcionar como una comunidad durante la reciente pandemia de Covid, o con la crisis climática, problemas socioculturales como la raza, el género, la sexualidad. Todos estos son temas profundamente graves, y empeñarse en querer arreglar únicamente la vida de uno mismo equivale a negar que vivimos en este planeta. Ojalá la gente lo entienda y lo ponga en práctica después de ver la película”.
La documentación: Para crear una película verídica
“Aprendí algo sobre Emmett y Mamie en el instituto”, dice Chinonye Chukwu. “Ocupaba menos de una página en el libro de historia y tuve que empezar a documentarme en serio. No sabía apenas nada de Mamie, el mundo apenas sabe nada de Mamie, y nadie sabría quién fue Emmett Till si no fuera por Mamie. Había tantas cosas en su vida, tanta información inherente a la época, como el Citizens Council (N.T.: red de organizaciones supremacistas blancas) o la decisión histórica del juicio Brown contra el Consejo de Educación (N.T.: La Corte Suprema dictaminó que los colegios segregados eran inconstitucionales), cosas que ni sabía hasta que empecé a documentarme por mi cuenta. No aprendí nada de esto en el colegio y la mayoría no lo aprende en la escuela. Como mucho, hay una nota a pie de página”.
“Mantener el núcleo de la historia desde la perspectiva de Mamie nos permitió enfocar la información recabada hacia algo muy específico”, continúa diciendo. “La información que nos aporta Mamie se basa en una profunda documentación, en relatos de primera mano, en informes del FBI, en autopsias, en años de investigación realizada por otros. Pero también sabía que la película no debía englobar todos los puntos de vista ni toda la información. Esta película se centra sobre todo en la perspectiva emocional de un ser humano”.
“Soy muy meticulosa incluyendo detalles en mis películas y siempre busco a personas que saben más que yo”, explica Chinonye Chukwu. “En este caso entrevisté a personas que vivían en 1955; personas que sabían exactamente qué canciones se cantaba en la iglesia de Chicago ese julio. Me refiero a información muy específica. Además, tuve la suerte de contar con asombrosos jefes de departamento para TILL - EL CRIMEN QUE LO CAMBIÓ TODO, como el diseñador de producción Curt Beech y la diseñadora de vestuario Marci Rodgers”.
Se cuidó mucho el trauma psicológico por el que pasaron Mamie, su familia y la comunidad negra. Pero ese trauma también ha sido revivido personalmente por los actores durante el rodaje. “Cuando se habla de los temas y experiencias que aglutina este proyecto, somos conscientes de que no pertenecen al pasado, que siguen existiendo hoy, que tiene que ver directamente con la comunidad afroamericana, con el racismo, la violencia y los traumas que muchos de nosotros vivimos cada día”, explica Spirit Clanton, terapeuta profesional certificado y psicólogo presente durante el rodaje.
“Si pensamos en cómo debían comportarse Emmett y muchísimos otros en esa época con tal de sobrevivir –siempre hacerse pequeños, seguir las reglas que dañaban e incluso amenazaban la comprensión de su propia humanidad–, debe tenerse en cuenta el efecto a largo plazo de una conducta semejante”, continúa explicando. “Cuando se carece de un enfoque interno sólido, cuando no se sabe quién es uno y qué quiere de la vida; cuando uno se da cuenta de que muchas cosas no son posibles por ser quien es, por venir de dónde viene, o porque el sistema le impide participar y expresarse plenamente, el individuo acaba pagándolo caro”.
“Esas cosas también minan a las familias y a las comunidades, y lo aprendido pasa de generación en generación”, acaba diciendo. “Generaciones enteras sufren traumas intergeneracionales que deben ser curados cada vez. Si nos paramos a pensar en los temas plasmados en esta película, el trauma, el racismo, la violencia, debemos verlos en el contexto histórico en que ocurrieron. Pero muchos no nos damos cuenta de que numerosos miembros de la comunidad afroamericana siguen luchando solo para sobrevivir. Sabemos que el racismo es un problema estructural en Estados Unidos. Si pensamos en racismo sistemático, debemos incluir el racismo académico, institucional, médico y dentro del sistema de justicia; todos son sistemas de opresión que siguen dañando a muchos afroamericanos”.
“Creo que cuando Mamie decidió que el entierro sería público y que el ataúd estaría abierto, invitaba a su comunidad a que llorara con ella”, dice Danielle Deadwyler. “No hay palabras que puedan describir por lo que pasó, yo no puedo describirlo. Solo pueden entenderlo las madres negras que han perdido a sus hijos por culpa del racismo, de la violencia policial, o de cualquier tipo de violencia. Pidió a la comunidad que la acompañara”.
“Para contar una historia, hay que mostrarla, ¿verdad? Bien, mostramos, contamos. A partir de ese momento, empezó a contarla. Mamie se unió a las giras de la NAACP para conseguir apoyos, incluso llegó hasta Misisipi. Contó la historia mostrándola”, explica la actriz. “Luego, hay otra forma de contar una historia, hablando de ella. Dijo que contar la historia con palabras era como una terapia. Pero no se supera una cosa así sin una comunidad. No se puede. Eso mismo pasa cuando cualquiera pierde a un ser querido, incluso por causas naturales. Nos reunimos. Mamie decidió compartir con el mundo entero lo que ocurría, lo que ocurre, lo que sigue ocurriéndonos”.
“Creo que eso la ayudó a cerrar la herida”, acaba diciendo. “Fue un acto político, personal y de duelo. También creo que su reacción fue algo imparable y necesario para que, a su vez, Rosa Parks reaccionara, incluso el Dr. Martin Luther King, y todos los que aparecieron después. Su forma de proceder era completamente nueva y muchos siguieron sus pasos. Abrió el camino y muchos se le unieron, emprendieron el mismo camino”.
El reparto de la película
“No solo escojo a los actores por sus interpretaciones, sino también por sus miradas”, explica Chinonye Chukwu. “¿Cuenta la mirada la historia? Y en el caso de TILL - EL CRIMEN QUE LO CAMBIÓ TODO era más importante que nunca porque sabía exactamente cómo iba a rodar la historia. Necesitaba a una actriz que pudiera aguantar el objetivo sin pronunciar palabra. Una actriz con la suficiente presencia y magnetismo como para enganchar y cautivar a los espectadores, y para que quisieran verla durante dos horas. Necesitaba a una actriz que comunicara la complejidad del personaje”.
“Danielle Deadwyler es una estrella, está hecha para este papel. Es una de las actrices más talentosas con las que he trabajado”, sigue diciendo la directora. “No conocía su trabajo cuando empezamos con el casting. Vimos a muchas actrices y al cabo de un par de meses llegó un vídeo de Danielle Deadwyler. Me quedé asombrada, ¿qué pasaba aquí? Sentí muchas cosas viéndola, y me conquistó”.
La directora solo tiene alabanzas para la actriz: “Cada toma que interpretó Danielle en TILL - EL CRIMEN QUE LO CAMBIÓ TODO era estupenda. Nunca volvía a repetir lo mismo, cada vez era algo totalmente nuevo. Los montadores sueñan con una actriz como ella, los cineastas, los diseñadores de vestuario, los directores de fotografía, es una actriz con A mayúscula”.
Toma la palabra Danielle Deadwyler: “Desde el principio, incluso durante las primeras pruebas, hablamos de lo que significaba recorrer esta historia. ¿Por qué ahora? ¿Qué se siente al contar este dolor y ser negro? Profundizamos en la imagen de la matriarca negra, ¿qué significa esta experiencia? Pero debía haber un equilibrio. Chinonye y yo siempre hablábamos de la experiencia vivida por esa familia, por los dos, Mamie y Emmett”.
“Mamie es una persona, contamos su historia, lo que vivió”, sigue diciendo. “Nos fijamos mucho en los detalles. En un plató, los detalles siempre cuentan, pero en este caso no parábamos de hablar de Mamie, de buscar detalles. Es la única forma de moverse por una historia con tanto peso y tan valiosa para volver a contarla. Chinonye y yo estábamos muy unidas durante el rodaje. La quiero y la respeto por cómo hizo posible que llegáramos a la raíz y que floreciera una narración como esta. Un homenaje a Mamie y a Emmett…”
La directora reconoce que le asombró la entrega de Danielle Deadwyler. “Me quedé sin habla en el plató. Siempre soy la más difícil de complacer, también soy la más dura conmigo misma, pero hubo momentos, sobre todo cuando Mamie testifica, que me quedé sin habla. Creo que también le ocurrió al resto del reparto y al equipo después de algunas tomas. Todos la aplaudimos espontáneamente después de rodar el testimonio de Mamie. Luego, cuando empecé a ver el montaje y descubrí una tras otra sus extraordinarias interpretaciones, no podía creerlo. Me muero de impaciencia por ver la reacción del público cuando la descubran. Es brillante. No imagino haber hecho esta película con otra persona”.
“Conocí a Whoopi Goldberg cuando me reuní por primera vez con Barbara Broccoli en Nueva York, nunca se me olvidará”, dice Chinonye Chukwu. “Me acerqué a ella, inclinó la cabeza y me dio las gracias por mi trabajo y mi talento. Qué humildad, qué modestia. ¡Es Whoopi Goldberg! Me quedé atónita. Conocerla fue una experiencia maravillosa”.
Whoopi Goldberg llevaba dos décadas desarrollando el proyecto como productora, en colaboración con Keith Beauchamp, Barbara Broccoli y Fred Zollo (con el que trabajó en 1996 en Fantasmas del pasado, en el papel de Myrlie Evers). Incluso llegó a pensar en interpretar a Mamie. Pero pasaron los años, por fin se ha hecho la película y es Alma.
“Alma es la madre de Mamie, la matriarca de la familia. En ocasiones, Emmett y Mamie se comportan como hermanos, pero después del linchamiento de Emmett, Mamie empezó a ocupar el papel de la matriarca, a la vez que Alma se derrumbaba poco a poco”, explica la cineasta. “La inversión de papeles entre las dos es interesante, pero Alma siempre fue el ancla de Mamie y la que imponía la disciplina. La complejidad de su relación aflora cuando los papeles se invierten”.
“Whoopi Goldberg es una actriz increíble. Al principio, no pensamos en ella para interpretar a Alma”, recuerda Chinonye Chukwu. “Cuando se lo ofrecimos, nos contestó que ‘…sería un honor, bastante honor me habéis hecho con tenerme en consideración para el papel’. Vale, Whoopi, te tendré en consideración”. La directora se ríe antes de seguir: “Fue genial ver a Whoopi y a Danielle trabajar juntas, sobre todo en las escenas posteriores a la muerte de Emmett, cuando Alma se derrumba en los brazos de su hija. Fue maravilloso capturar ese momento, las interpretaciones de dos fuera de serie en una escena tan fuerte”.
Hablando de la legendaria Whoopi Goldberg, premiada por los Emmy, Grammy, Oscar y Tony, dice: “Es adorable, pícara, entrañable, y es la tranquilidad personificada, como lo era Alma para Mamie. Irradia tranquilidad, es de esas personas que tranquiliza a cualquiera. Es bromista, tiene sentido del humor y se entrega del todo al plasmar una historia en la pantalla. La adoro. Whoopi es única”.
En palabras de Jalyn Hall, el joven actor de 14 años que da vida a Emmett Till, este es alegre, abierto, divertido, bromista, y adora a su familia y a su madre. “Es de Chicago, una ciudad de locos, pero le encanta, se siente seguro en ese entorno. La mayoría de su familia reside en Misisipi, y en verano de 1955 viajó al sur para visitarles y pasarlo bien”.
“Hubo un casting y vimos a muchos jóvenes actores muy diferentes para el papel de Emmett. Poco a poco solo quedaron Jalyn y otros dos”, recuerda Chinonye Chukwu. “Cuando llegó el momento de leer con Danielle, todos lo supimos inmediatamente, él era Emmett Till”.
“Es un honor formar parte de esta película, es una historia que debió ser contada hace tiempo. Es una parte importante de la historia de Estados Unidos para mí y mi familia”, dice el joven actor. “La primera vez que oí hablar de Emmett Till debía tener unos 11 años. No fue en el colegio, mi madre me contó la historia y me abrió los ojos. Solo pensaba en pasarlo bien, pero fue una lección enterarme de cómo es el mundo realmente”.
“Jalyn no solo es un muy buen actor”, dice la directora, “también tiene una inocencia natural, ¡y mucho desparpajo! Hay algo que nunca olvidaré: Danielle y él estaban leyendo el guion por zoom. En medio de la lectura, se para, mira a Danielle y le dice: ‘Tienes una sonrisa preciosa’. Cuando se vieron en persona por primera vez, puse el tema que abre la película, “Sincerely”, de los Moonglows. Lo puse en el móvil y se levantó sin más, cogió a Danielle de la mano y empezaron a bailar. Se siente muy cómodo consigo mismo, muy seguro, exactamente lo que encarnaba Emmett. Era un chico seguro de sí mismo, desenfadado, alegre, como Jalyn”.
“La primera vez que vi a Jalyn fue durante una prueba”, recuerda Danielle Deadwyler. “Tenía carisma, elogió mi sonrisa. Yo me quede como: ¿perdona, a quién se lo dices? Pero era la chispa, la personalidad, la gracia que imaginé en Emmett. Alguien vibrante, con una libertad especial que quizá no se entendía en la época. Tuvo la intuición de mostrarlo y lo mantuvo durante el rodaje. Jalyn es un amor, un cielo”.
“Hablé con Jalyn y con su madre acerca de la magnitud e importancia histórica de esta historia, de Emmett, de Mamie, de su vida en Chicago, del contexto. Le di toda la información necesaria para construir el personaje, pero no le hablé del Citizens Council ni del caso Brown contra el Consejo de Educación porque no formaban parte del mundo de Emmett”, explica Chinonye Chukwu.
“También hablamos mucho del bienestar y de la seguridad emocional en el plató, ¿qué necesitaba para sentirse protegido? Siempre hablábamos con su madre porque yo quería estar segura de que supiera que cuidábamos a su niño”, sigue diciendo la directora. “Había un terapeuta en el plató. Su madre estaba presente cuando rodaba Jalyn y funcionó de maravilla porque de vez en cuando Jalyn necesitaba un abrazo de ella en medio de una escena. Pero siempre le di todo el espacio que necesitaba”.
Un encuentro casual en la tienda de Ultramarinos Bryant, en el pueblecito de Money, Misisipi, llevaría al linchamiento de Emmett Till. Acompañó a sus primos a comprar dulces y refrescos. Bastó con una mirada “inapropiada” a la dependienta, Carolyn Bryant Donham, para cambiar el curso de la historia de Estados Unidos y para que Mamie Till-Mobley abriera el camino del movimiento en pro de los derechos civiles.
Haley Bennett reconoce que “la primera vez que oí hablar de Emmett Till – me avergüenza reconocerlo – fue cuando leí el guion. Soy estadounidense, ese es el problema. Y como a otras personas, me queda mucho por aprender. Fue esa falta de conocimiento, además de Chinonye y el increíble reparto, lo que me convenció para unirme al proyecto y llevar a la pantalla esta historia con la más completa transparencia”. La actriz es consciente de lo que significa formar parte de esta película. “Contamos una historia colectivamente. Aportamos luz y autenticidad a algo que ocurrió hace 70 años, pero que es muy relevante hoy en día por desgracia”.
Roy, el marido de Carolyn, y su medio hermano secuestraron y asesinaron a Emmett después de que ella dijera que la habían violado en la tienda. “Carolyn fue responsable de la muerte de Emmett y no le pasó nada”, dice la actriz. “Me interesó interpretar a un personaje capaz de mentir hasta ese punto. Es necesario utilizar la imaginación para comprender a una mujer como Carolyn e ir a sitios bastante sombríos. Me costó encontrar al personaje y algo que me permitiera crear una interpretación que tuviera autenticidad”.
“La exploración emocional que viví mientras rodaba me abrió el corazón”, revela Haley Bennett. “TILL - EL CRIMEN QUE LO CAMBIÓ TODO es una experiencia cinematográfica hecha para ser compartida. Hay que publicitar estas historias, deben ser contadas. Vistas con más gente, en una sala con otros espectadores, puede que nos abra el corazón colectivamente”.
Frankie Faison es John Carthan, el padre de Mamie. “Abandonó a su familia, volvió a casarse, y durante años no tuvo nada que ver con Mamie”, explica el actor. “Pero antes de que ocurriera el incidente, ya empezaba a acercarse a Mamie de nuevo”.
“John se acerca lentamente a Mamie y decide que si ella va a testificar al sur en un tribunal, arriesgando su vida, él la apoyará como debe hacer un padre”, sigue diciendo. “Para mí, eso representa el significado del personaje de John Carthan, un padre negro que ofrece su apoyo y en realidad dice: ‘Puede que haya estado ausente muchos años, y lo siento de veras, pero ahora doy la cara, quiero estar a tu lado’. Es significativo”.
Hablando de la importancia de contar esta historia, Frankie Faison recuerda que cuando ocurrió era un niño de seis años en Newport News, Virginia: “Para mí, lo más gratificante es tener por fin la oportunidad de contar esta historia para que se conozca e impacte en la gente. Es la historia de un asunto muy grave, muy horrible, que tuvo lugar en este país”.
El aclamado y veterano actor de teatro y de cine John Douglas Thompson da vida al tío abuelo de Emmett, Moses Wright. “La tragedia ocurre estando Moses en el pueblo”, explica. “Le llamaban Predicador porque era un predicador, un pastor que predicaba de pueblo en pueblo. Sus amigos le querían y respetaban, la comunidad le admiraba y era un buen trabajador”.
“Espero que el público descubra la auténtica historia de Emmett Till, lo que pasó realmente, y vea a todos los personajes de la tragedia. También que se entienda lo que significó y, en cierto modo, se haga justicia poética a la vida de este joven. Digo esto último porque los culpables, los asesinos, los que lincharon a Emmett Till nunca fueron juzgados objetivamente”, termina diciendo.
Sean Patrick Thomas es Gene Mobley, el marido y compañero de Mamie hasta su muerte en el año 2000. “Gene la apoyó durante toda la tragedia, todo el proceso, y estuvo a su lado hasta su fallecimiento. Fue la roca de Mamie durante todo el calvario”, dice el actor. “Creo que Gene Mobley era la única persona con la que ella podía mostrarse débil y apoyarse cuando ya no podía más. Me gusta pensar que fue esa la función de Gene en su vida. Es lo que interpreto en la película”.
El actor sigue diciendo que notó la fuerza de la película incluso el primer día de rodaje. “Esa escena se me quedó grabada. Fue la primera que rodé, cuando Mamie decide ir a Misisipi para el juicio. No quiere que Gene la acompañe, no quiere que parezca que ha tenido tres maridos y que la juzguen”, explica. “Pero lo genial de rodar esta escena con Danielle es que Gene tiene por fin la oportunidad de expresar el dolor, la rabia que siente por lo que ha ocurrido. Y en ese momento entiende que no se trata solo de Emmett, sino de algo mucho mayor, de los derechos civiles y de los sacrificios que él y Mamie deben hacer para que haya justicia para Emmett y la comunidad negra en general”.
Roger Guenveur Smith, que encarna al Dr. T.R.M. Howard, dice: “Me aproximé a esta película con gran respeto y con el convencimiento de que debía hacerlo bien. Esa entrega era compartida por todo el equipo. Queríamos representar este asesinato en el contexto correcto. Ya es hora de que se sepa que fue un momento clave en la historia de Estados Unidos y que los ecos de este brutal momento siguen resonando hoy en día”.
“El año 1955 en Misisipi fue particularmente horrendo, un rastro de sangre recorre el calendario y nos lleva a Emmett Till”, sigue diciendo.
Roger Guenveur Smith interpreta a otro héroe desconocido del movimiento a favor de los derechos civiles. “El Dr. Howard nació en una familia muy pobre de Kentucky. Llegó a California, pudo estudiar medicina y fue un estudiante brillante. Primero regresó a Nashville, antes de asentarse en Mound Bayou, un pueblo reconstruido por la población negra y donde no había blancos”, explica. “Aportó su energía a Mound Bayou, construyó un hospital, una casa preciosa, una piscina olímpica, de hecho la primera para personas negras en Misisipi. Había una granja y un pequeño zoológico para los niños, y un parque para que la gente disfrutara. Llevaba una compañía de seguros de vida. Fue el mentor de Medgar Evers, de Fannie Lou Hammer y, posteriormente, de Jesse Jackson cuando en 1956 se mudó a Chicago, donde vivió hasta su muerte en 1976. Era un médico insigne, pero también tenía un enorme sentido del humor. Creía en la autodefensa y nunca iba a ninguna parte sin una pistola a mano”.
Preparando el escenario
TILL - EL CRIMEN QUE LO CAMBIÓ TODO, como ya hemos dicho, es la historia de una horrenda tragedia, pero también cuenta cómo se transformó Mamie Till-Mobley en una importante figura del movimiento para los derechos civiles. Entre los elementos más impactantes de la película está la fotografía, apoyada por el vestuario, los peinados, el maquillaje y la música, aportando matices marcados por la exuberancia, la belleza y lo etéreo. Tiene todas las cualidades de un drama de época de Hollywood, algo que no suele verse en relatos en torno a la comunidad negra, sobre todo tratándose de terror racial, racismo sistemático e injusticia social.
“Cuanta más gente vaya al cine a ver TILL - EL CRIMEN QUE LO CAMBIÓ TODO, mejor. Es una película hecha para la gran pantalla”, dice Chinonye Chukwu. “La historia está contada cinematográficamente y eso solo se apreciará en la gran pantalla; me refiero a la imagen, al diseño de sonido, a la música, todo está pensado para vivirlo en una sala de cine. Solo deseo que la mayor cantidad de gente posible la vea en las condiciones adecuadas”.
“Las bandas sonoras me parecen una parte importantísima de las películas”, sigue diciendo. “Reconozco que estoy totalmente enganchada a las bandas sonoras, cada día escucho bandas sonoras. La música, la banda sonora era clave para mí. Soy una pesada con los detalles, pero tratándose de la banda sonora, aún más. Quería una partitura moderna y nada sentimental. No me va mucho el sentimentalismo tratándose de música cinematográfica, rehúyo los sonidos empalagosos”.
“En una conversación con el asombroso compositor Abel Korzeniowski, le expliqué que no quería una partitura que subrayara necesariamente cada momento conmovedor, sino más bien lo que está debajo”, recuerda la directora. “Por ejemplo, en la escena en que Mamie descubre el cuerpo de su hijo Emmett, la música no acompaña a su dolor, sino a la cólera que empieza a nacer en su interior. Alcanza el punto culminante cuando Mamie decide enseñar al mundo el cuerpo de su hijo. Es exactamente lo que le pedí a Abel cuando compuso la música, que aportara algo que no nos da la imagen”.
Una película de época es grande – además de unas interpretaciones matizadas, de una fotografía cuidada y de una estudiada banda sonora – gracias al vestuario, los peinados y el maquillaje. Efectivamente, los peinados y el maquillaje de la actriz Danielle Deadwyler le ayudan a encarnar a Mamie Till-Mobley con la elegancia, gracia y modernidad que la caracterizaba en la época. Conservó su estilo después de que asesinaran a su hijo, casi podría decirse que su ropa se convirtió en su capa de superheroína. Era inesperado y desafiante. Sin embargo, parece ser que no era sorprendente entre las mujeres negras de su edad y clase social a mediados de los cincuenta.
“Transformarse en Mamie implica muchas cosas, pero el vestuario tiene energía. Se encarna a través de la palabra, de los gestos, y todo debe coincidir, el exterior con el interior”, dice con entusiasmo la actriz Danielle Deadwyler. “Mamie era una mujer sofisticada, le gustaba cuidar su apariencia. Ser elegante y comportarse como una dama requiere ciertas cosas. Me dolía físicamente”.
“No soy una mujer de los cincuenta, sino de los 2000. Era interesante andar con la tensión requerida”, sigue diciendo. “Disfruté mucho llevando esa ropa, adaptándome a todo lo que Marci Rodgers, la diseñadora de vestuario, escogió, desde colores vibrantes antes de la muerte de Emmett, al duelo con tonos de grises, negros, marrones, y poco a poco intentado recuperar lo de antes. Pero no podía porque ya no era la misma. Requirió disciplina por mi parte ser una mujer de esa época. Una encarnación semejante impacta tanto física como espiritualmente”.
“Mamie era una mujer con estudios y trabajaba, pero, además, su madre era sastre. Por lo que llevaba la moda en la sangre”, dice Marci Rodgers. “Le gustaban las telas, las texturas, y sobre todo, los diamantes falsos. Cuando aparecía en público, solía llevar un collar, pendientes y una pulsera de diamantes falsos”.
Marci Rodgers cree que a Mamie le interesaba la moda, que formaba parte de la cultura del Chicago de los años cincuenta. Está convencida de que Mamie se reafirmaba a través de la moda: “Si intento pensar como ella, creo que marcaba tendencia. Era de Chicago, y según el estrato social, se podía llamar la atención. No creo que tratase de competir con la comunidad caucásica, aunque vivía en un barrio próspero de la ciudad. Y me parece que lo hacía muy conscientemente porque leí algo de cuando llegó a Misisipi para el juicio todos pensaron que era ostentosa. Incluso le dijeron que se moderara un poco porque iba ‘demasiado arreglada para los desarreglados’”.
La maquilladora jefe Denise Tunnell cuenta cómo enfocó el maquillaje de pieles negras en 1955 para seguir uno de los principios de Chinonye Chukwu, que hubiera alegría en la película: “De acuerdo con Chinonye, decidimos que la piel de los afroamericanos no sería mate. Las mujeres usaban muchos polvos para la piel en la época, pero preferimos no hacerlo. Queríamos que la piel pareciera ligeramente húmeda, nunca brillante, que la piel de las mujeres afroamericanas fuera impecable para que todas y todos vieran su belleza”.
“Me tocó documentarme mucho. Una vez leído el guion, el departamento de peluquería analiza a cada personaje. Por lo tanto, debía conocer a cada personaje, de dónde venía, su vida, su estrato social, donde vivía”, explica Deaundra Metzger, la estilista jefe. “Mamie es madre y vive en Chicago, pero Chicago no tiene nada que ver con el Sur. Su imagen era totalmente diferente a la de una madre afincada en Misisipi. La historia transcurre en dos lugares muy distintos, la cosmopolita y animada Chicago y el adormecido Misisipi rural sureño. Disfruté mucho como estilista trabajando con Danielle porque la auténtica Mamie tenía mucho estilo. Era la personificación del estilo. Su apariencia, su peinado, su ropa, la hacían muy elegante. Me encantó documentarme acerca de ella, buscar referencias históricas para copiarlas con la mejor voluntad y plasmarlas en la pantalla”.
“Los años cincuenta fueron una época maravillosa para la moda. Las mujeres llevaban sombrero a menudo”, sigue diciendo. “Como estilista, si voy a copiar o a crear un personaje de los cincuenta, busco peinados que funcionen con un sombrero porque la mayoría de mujeres se peinaba para llevar sombrero. Hay que buscar los pequeños detalles que lo permitan”.
Jet magazine
Mamie Till-Mobley fue una visionaria. Al autorizar a la revista Jet a publicar fotos sin adulterar e imágenes gráficas de su hijo mutilado, se aseguró de que el mundo entendiese de inmediato el odio y el salvajismo del linchamiento. Fue un gesto de activismo absoluto. No solo demostraba lo que le había pasado a su hijo de 14 años, sino a miles de personas negras en Estados Unidos durante siglos, y que aún sigue ocurriendo.
Las terribles fotografías realizadas por David Jackson se publicaron primero en la revista Jet el 15 de septiembre de 1955. Mamie tomó una decisión revolucionaria cuando insistió en que el ataúd de su hijo permaneciera abierto: “Que vean lo que he visto”. También habló con Jet Magazine, cuyo editor era John H. Johnson, el fundador de la revista Ebony, entonces voz y plataforma de la comunidad negra, y acérrima defensora de los derechos civiles y de la justicia social para dicha comunidad. Era el cometido de la prensa negra de la época, y a Jet se la conocía como “la revista negra semanal de noticias”.
Lo que hizo Mamie en 1955 equivale a lo que hacen actualmente los medios sociales para los casos de Philando Castile, Alton Sterling, Eric Garner, Tamir Rice, Ahmad Arbury y George Floyd, este último pocos meses antes de que empezara el rodaje de TILL - EL CRIMEN QUE LO CAMBIÓ TODO. Estas imágenes obligan a la gente a ver las atrocidades del racismo sistemático y de la supremacía blanca. Los crímenes de odio y la brutalidad policial deben ser divulgados para que se haga justicia.
“Mamie era consciente del poder de la imagen en un momento en que la televisión se volvía más accesible y más popular”, dice Chinonye Chukwu. “Mamie utilizó este medio para mandar un mensaje al mundo, conseguir un nivel de conciencia que produciría un cambio en el activismo y obligaría a la gente a hacer algo. Mamie se esforzó en que su activismo ayudara a crear cambios”.
“Su madre, al dejar el ataúd abierto, mostró al mundo la brutalidad a la que Emmett había sido sometido. Pero esa experiencia se vio multiplicada hasta la enésima potencia por todos los que vieron las fotos de Emmett en la revista Jet”, dice Roger Guenveur Smith. “Fue una toma de conciencia, por parte de este país y del mundo en general, de lo que significaba para la comunidad negra lo que podría tacharse como el apartheid estadounidense”.
“Una joven de 17 años llamada Darnella Frazier, residente en Minneapolis, Minnesota, documentó el año pasado, el Día de los Caídos, usando su móvil, la muerte de un hombre llamado George Floyd”, sigue diciendo Roger Guenveur Smith. “Es posible que ese asesinato y el recuerdo de otros creara la urgencia que todos sentimos por hacer esta película y otras obras artísticas absolutamente necesarias para que entendamos de dónde provenimos. Y para que nos preguntemos cómo algo que ocurrió en Money, Misisipi, en 1955, puede volver a pasar en Minneapolis, Minnesota, en 2020”. Estudiar el pasado y ver el trágico acontecimiento en la película TILL - EL CRIMEN QUE LO CAMBIÓ TODO tal vez ofrezca cierta explicación.
La dedicación de una vida
Para el productor y guionista Keith Beauchamp, honrar a Mamie Till-Mobley y conseguir que se le haga justicia a Emmett se ha convertido en su objetivo. Dirigió el documental The Untold Story of Emmett Louis Till, y no solo fue el cronista de la historia de los Till, sino también un gran amigo y confidente de Mamie en los últimos años de su vida. Keith fue clave a la hora de contar esta historia correctamente y ayudó mucho a Danielle a entender quién era la mujer a la que iba a encarnar. “Mi recorrido con Emmett Till empezó cuando tenía diez años”, dice. “Estaba en el estudio de mis padres y encontré un viejo número de Jet Magazine. Abrí la revista, y a un lado de la página me topé con la foto de un chico de cara angelical, casi podría haber sido mi imagen en la época, y del otro lado, una cara totalmente desfigurada que me pareció pertenecer a un monstruo”.
“Mi madre pasó delante de la puerta en ese momento y entró”, sigue diciendo. “Recuerdo a mi madre mirando por encima de mi hombro y llamando a mi padre. Se miraron y decidieron que debían contarme la historia. Fue entonces cuando me enteré de la historia de Louis Emmett Till”.
Durante los años de juventud de Keith Beauchamp, la historia de Emmett reaparecía, sobre todo cuando estaba en el instituto. “Salía con una chica blanca y lo primero que me dijeron mis padres esa noche, antes de ir a recogerla, fue que no dejara que me pasara lo mismo que a Emmett. Se convirtió en el hombre del saco o en una herramienta educacional para enseñarme que el racismo seguía existiendo en este país”.
“La idea del documental The Untold Story of Emmett Till surgió por madre Mobley, la mamá de Emmett. Tuve la suerte de trabajar con ella durante nueve años hasta que, por desgracia, falleció. Fue mi mentora, mi confidente y una muy buena amiga. Siempre he querido hacer todo lo que estuviera en mi mano para que su hijo obtuviera justicia. Cuando la conocí a principios del año 1995, seguía luchando para que se hiciera justicia a su hijo y su muerte no fuera en vano. Luchó durante 45 años, hasta que murió, para que se hiciera justicia”.
Aunque Emmett fue asesinado hace casi setenta años, su historia es más relevante hoy que nunca. “Teniendo en cuenta lo que ha ocurrido estos últimos años con las muertes de Ahmaud Arbery en Georgia, de Breonna Taylor, George Floyd y tantos otros, no existe otra historia que pueda comunicar mejor el clima racial y político actual que la de Emmett Till”, acaba diciendo Keith Beauchamp. “Su muerte seguirá recordándonos lo mucho que hemos recorrido y lo mucho que nos queda por recorrer. De hecho, tengo una analogía que utilizo para que se entienda de verdad, porque en muchos aspectos no he sido capaz de enseñar correctamente la historia. No quiero ofender a nadie, pero la única forma de que realmente pueda entenderse es diciendo que Emmett Till es la Ana Frank estadounidense. Su muerte debe seguir recordándonos la injusticia social, además de ofrecernos esperanza para el cambio. La muerte de Emmett Till trajo cambios, pero seguimos ansiando muchos más hoy”.
El legado
En 2005, la familia de Emmett Till creó la Emmett Till Legacy Foundation, dos años después del fallecimiento de Mamie Till-Mobley, como medio para seguir buscando la verdad, la justicia y la responsabilidad de lo que le ocurrió a Emmett, así como para honrar la memoria de Emmett y de su madre Mamie.
Deborah Watts, cofundadora de la fundación y prima de Emmett, explica que “la organización incluye a los demás miembros de la familia porque creemos sinceramente que podemos perpetuar el legado, seguir educando, concienciando y asegurarnos de que la muerte de Emmett no fue en vano, de que progresamos con el espíritu de Mamie Till-Mobley y de Emmett recordándonos que aún queda mucho trabajo por hacer si queremos cambiar Estados Unidos. Asimismo, creo que la película TILL - EL CRIMEN QUE LO CAMBIÓ TODO contribuirá a lo anterior y a que se haga justicia a todos los que han perdido la vida en nuestro país”.
¿Cómo podemos ayudar a que se haga justicia? Es una pregunta que suelen hacernos y, efectivamente, pueden hacerse ciertas cosas.
1) Seguir a la Fundación en los medios sociales.
2) Mandar EMMETT al 243-725 para firmar la petición de arresto de Carolyn Bryant Donham.
3) Llamar a políticos a nivel local y federal para pedir su arresto.
“Sigue siendo un caso abierto de asesinato, y una cómplice sigue vive. Es hora de que se haga justicia”, insiste Deborah Watts. “Pedimos que se unan a nuestra lucha por la justicia y por obtener leyes que ayuden a las familias de las víctimas de asesinatos con motivación racista. Hemos seguido luchando, queremos que otras personas se unan a nosotros, esta es un gran oportunidad para luchar”.